El temor la dominación,
ese mecanismo absurdo,
envenena, oprime, deprime
aturde, llega al corazón.
No volamos, por temor,
no reímos por temor,
no jugamos por temor,
no gritamos por temor.
Adiestrados, acosados, opacados
cabeza caída ante la dominación
una que nos impide ser,
nos impide mirar.
Esperamos la muerte único destino,
alejamos los sentidos,
Inhalamos el frío.
Como el mismo mendigo.
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