«Para toda la vida»
Observando a las personas con las que me he topado por el camino, me he dado cuenta de que hace algún tiempo las relaciones amorosas eran distintas; en las películas románticas por ejemplo se vislumbra un amor sólido, firme, resistente a todas las adversidades que se pudieran presentar. las personas se unían en matrimonio para preservar ese amor eterno «hasta que la muerte los separe»… sin embargo, estas formas de amar casi siempre salían dañando a una u otra parte. Pasado un tiempo dejan de quererse; lo que les gustaba de su pareja ahora ya no lo soportan, aparecen las infidelidades, etc.
Lléndonos un poco mas lejos, los matrimonios por conveniencia en la antiguedad (aunque se dan casos aún como en Etiopía, Bangladesh, Egipto) eran un convenio entre las dos partes en donde no existía amor, era solo parte de un contrato para conservar el patrimonio de ambas familias o mejorar su economía o posición social.
El estar con una persona para el resto de la vida va contra natura, según dicen algunos sociólogos como Charles Fourier, visto en el siglo XIX como representante importante de una tradición utopista hedonista. Así mismo, Desmond Morris en «El mono desnudo» menciona la parte animal del ser humano, los cuales no tenemos registrada la monogamia como dentro de nuestras características. Lo que mantiene este tipo de relación es el Ethos, pero cuando el hedonismo se apodera de alguno de los seres involucrados en una relación, éste se vuelve una nada.
En la actualidad las mujeres siguen soñando con su príncipe azul, un chip que ha sido instalado por generaciones en nuestros cerebros con el objetivo del matrimonio y por consecuencia, la preservación de la especie.
Si al comenzar una relación se hace conciencia de que nada es para siempre, disfrutar el momento sin tener este tipo de programación, no habría tantas personas en el psicólogo porque su pareja las abandonó o sintiéndose desdichadas por lo mismo.
Actualmente las mujeres siguen soñando con esa relación ideal, van por la vida besando sapos tal cual como en la película de Disney (o Pixar? no lo sé,) mientras que los hombres como colibríes, van de flor en flor probando qué miel les sabe mejor.
Grisell color
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