Al descender del taxi siento cómo la suave brisa me choca contra el rostro provocando que de un suspiro muy grande. Me sorprende ver frente a mis ojos que la nueva casa es aún mejor de lo que pensé. Después de mí, baja mi madre y mi hermana muy felices de ver un nuevo hogar para nuestra familia. Siendo sincero ha sido el viaje más largo de mi vida y no lo digo por el auto sino por todos esos pasajes de tren que tuvimos que tomar para llegar a esta enorme ciudad desde el pequeño pueblo que una vez fue mi hogar, mi trasero ya no puede resistir un minuto más sentado.
-Muchas gracias -dice mamá pagando el transporte.
Con mucho cuidado retiro las valijas que se encuentran en el maletero y con ayuda de Madison logramos subirlas al porche. Ambas muy emocionadas entran a observar la casa de arriba a bajo, yo por lo pronto prefiero quedarme fuera observando el vecindario con gran detalle, la vista es muy linda y según lo que escuché es de clase media alta.
Hace un par de semanas mamá aceptó un nuevo empleo aquí y esa es la razón por la que nos tuvimos que mudar a este sitio, vivíamos en pequeño pueblo al sur del país así que espero que no sea difícil acostumbrarnos a una zona urbana muy grande como esta.
Lentamente bajo las escaleras del porche y al final me recuesto un momento sobre el césped del jardín principal que tiene decoraciones muy fascinantes, como esas flores color purpura en los arbustos. Cierro los ojos por un momento y me concentro en escuchar cada sonido que se apodera de mis oídos: risas de niños, campanillas de bicicletas, hojas de arboles cayendo a causa del viento, todo va excelente, hasta que el sonido del motor de un automóvil aparece de pronto creando una sensación muy molesta para mí, lo curioso es que se estaciona frente a la casa de al lado; que por cierto es todavía más hermosa y grande que la nuestra. El motor se apaga al igual que el rock clásico que llevaba en el reproductor y entonces por la puerta del piloto aparece un chico más o menos de mi edad, lleva una camiseta blanca al igual que gafas de sol, es de piel blanca y lleva el cabello revuelto. Por suerte no se da cuenta de mi presencia y solo entra a su casa.
-¿Alex? Ven a conocer tu habitación mi amor -grita mi madre desde adentro.
Me levanto rápidamente y remuevo el césped que quedó impregnado en mi ropa, tomo mi valija dirigiéndola a lo que será mi nueva habitación.
-Sube amor, el resto de tus cosas están en la habitación de la izquierda -dice mi madre mientras retira el plástico de las cosas que se encuentran en la sala.
La mudanza se encargó de traer muebles y aparatos, supongo que mamá les dio órdenes de colocar todo al modo que ellos creyeran conveniente.
-Gracias mamá.
Subo las escaleras hasta llegar al segundo piso.
-Esa es tu habitación -dice Madison señalando una puerta frente a la suya.
-Seguramente te dieron la habitación más grande.
-De verdad me conoces muy bien hermanito -sonríe muy grande.
Es típico de Madison, a sus quince años es más valiente y fuerte que yo, por suerte ambos tenemos una buena relación de hermanos.
-Te amo -cierra la puerta, ahogo una risa.
Al cruzar la puerta, se siente como si el tiempo se detuviera por un par de minutos, mis ojos se encargan de observar cada rincón de este diminuto espacio, al menos ya tengo un baño propio y es que no es fácil compartirlo cuando solo vives con dos mujeres. Dejo mi maleta sobre la cama y me dirijo hasta la enorme ventana que ocupa la mayor parte de toda la habitación, cerraré las cortinas ya que necesito algo de privacidad en este momento. Antes de cubrir el cristal con la suave tela color marrón, me doy cuenta que frente a mí se encuentra la casa del chico con el auto lujoso, no es todo, su habitación está justo frente a la mía, sé perfectamente que le pertenece porque ahí se encuentra él mirándose en el espejo, admito que es atractivo y es que yo distingo cuando una persona tiene las suerte de tener belleza incluida.
Ahora si cubro la ventana para poder comenzar a redecorar este lugar. Primero cambio de lugar el televisor, lo coloco frente a mi cama porque es el sitio perfecto para poder jugar videojuegos y ver series, después comienzo a pegar pósters de mis artistas y películas favoritas por toda la pared; al mismo tiempo también coloco los marcos con fotografías de mi familia, hay uno especial que coloco en el mueble que se encuentra junto a la cama, es una fotografía de cuando tenía solamente cuatro años y mi padre está detrás de mí abrazándome. Tristemente él murió poco después de esta foto y claro que no recuerdo mucho porque solo era un pequeño, algo de lo que si estoy seguro es que él era un excelente cantante y según mamá yo heredé eso de él, o al menos es lo que ella dice. Sin embargo no le gusta hablar sobre papá y la entiendo, apuesto a que fue muy duro para ella perderlo de una noche a otra, a pesar de sus discusiones sé que al menos lo amaba.
-Alex, amor baja a cenar -grita mamá.
Perdí la noción del tiempo y no me di cuenta de que el sol se ha ocultado, aún faltan pequeños detalles pero por ahora decido terminar y llenar mi estomago.
-Ya voy.
Hoy es el último día de verano y mientras cenamos mamá me explica detalladamente qué es lo que debo hacer para ir a la escuela. Me aterra bastante la idea de comenzar mi último año en otra escuela, hablo de que no se me da mucho crear amistades cuando ellos ya se conocen bastante.
-El autobús te va a recoger a dos manzanas de aquí -dice mamá.
-Está bien.
Mientras charla con Madison sobre el mismo tema, me llegan muchos pensamientos a la cabeza, debería haber un manual para sobrevivir al último año escolar en otro lugar, o al menos uno que diga como encontrar el valor para asistir a clases sin preocupaciones. Y no precisamente me refiero al de Ned.
Cuando la cena termina, dejo el plato en el lavadero de la cocina, todo comienza a quedar reluciente en este lugar, doy por hecho de que mi madre ha hecho un buen trabajo. No entiendo por qué no pidió ayuda a mí o a mi hermana.
-Alex ¿puedes sacar la basura por favor?
Asiento y tomo las bolsas que se encuentran en el contenedor de la cocina. Es lo mínimo que puedo hacer, ya que ella ha trabajado mucho con toda la planta baja de la casa.
Salgo por la puerta principal escuchando el canto de los grillos, pero al poco tiempo también suena una melodía de guitarra muy cerca de aquí. Me desvío del camino sigilosamente hasta llegar al árbol que divide mi casa con la del vecino, apenas son tres metros el espacio que hay entre ambas casas así que veo todo perfectamente, me doy cuenta que es el mismo chico de siempre, solo que ahora está creando magia con sus manos. Se encuentra sentado sobre los escalones del porche con una guitarra acústica color natural, tocando una de las canciones de Ed Sheeran que tanto me encanta. Para mi mala suerte, al dar un paso hacia atrás, piso una rama provocando un elevado sonido. Obviamente se detiene. Trato de ocultarme en el árbol pero es imposible porque las bolsas me delatan. Trago saliva con la esperanza de que no sé de cuenta de mi presencia, es un momento muy vergonzoso.
-¿Hola? -escucho su voz por primera vez.
No sé qué hacer, siento que me va a dar un infarto.
-Ya te escuché.
Aunque creo que si no salgo, será peor. No queda de otra que sufrir las consecuencias. Solo puedo sentir como la sangre que mantiene mi cuerpo con vida, se eleva hasta mi rostro.
-Lo lamento -digo caminando rápidamente hacia el contenedor que se encuentra al frente, solo tengo que depositar la basura y regresar a casa.
Pocos metros antes de llegar a mi casa, quiero asegurarme de que ignora por completo mi presencia, por primera vez lo miro a los ojos y me sorprende ver que está sonriendo, creí que iba a estar molesto conmigo o algo peor.
-No te preocupes -menciona con esa voz grave.
Al ver esa tranquilidad en su rostro me armo de valor para acercarme lentamente hasta donde está él. Nuevamente me disculpo porque me siento muy avergonzado.
-De verdad lo lamento.
-Te escuché la primera vez.
-Es que tocas muy bien -trato de justificar mis disculpas -esa canción me encanta.
-Thinking Out Loud, ya comienzas agradarme.
Deja su guitarra a un lado y se levanta, al mismo tiempo mete sus manos a los bolsillos de sus jeans.
-Tú debes ser el nuevo vecino -intento no reír, es obvio porque nunca antes me había visto.
-Si, bueno, yo acabo de mudarme hoy.
No deja de mirarme con esos ojos color marrón oscuro, siendo sincero hace que me incomode un poco porque ni si quiera puedo decir otra palabra. Solo desvío la mirada hacia un lado.
-Soy Michael Roberts, pero todos me dicen Mike -extiende su mano hacia mí.
No se por qué me llega a la mente el pequeño monstruo verde de Monsters Inc, eso me causa una sonrisa y él frunce el ceño.
Finalmente la estrecho, está fría y muy suave. El silencio de apodera del momento mientras estudio a detalle su rostro, pero entonces él arquea ambas cejas confundido.
-Ah, lo siento, yo soy Alexander Riley, Alex mejor me dicen -mi léxico va muy mal, es que no estoy acostumbrado a hablar con otras personas que no sean mi madre o Madison.
-Es un placer Alex.
Asiento, aunque ahora si ya no sé que otra cosa decir, desvío los ojos por varios segundos, meto las manos a mis bolsillo y hago un gesto de frío, bueno la verdad es que si hace aire fresco, aprieto los labios y arqueo ambas cejas.
-Quisiera decir que mis padres les darán la bienvenida pero, casi nunca están en casa a causa de su trabajo -rompe el silencio incómodo entre nosotros.
-Oh bueno, no hay problema, seguramente tienen mejores cosas que hacer.
Mike se encoje de hombros.
-Cosas más importantes que sus hijos de hecho -dice algo molesto, no me refería a eso cuando mencioné lo anterior.
Quiero disculparme pero no encuentro la manera de hacerlo.
-Ah, no, bueno, no quise decir eso…
-No te preocupes, creo que voy a entrar, es un poco tarde.
Perfecto, es mi primer día aquí y ya arruiné una charla.
-Bueno…
Se da la vuelta para entrar a su casa, una vez más intento disculparme pero en realidad no sé como decirlo.
-Te veré después -curiosamente su sonrisa no ha desaparecido, solo toma su guitarra y entra a su hogar.
Suspiro y también decido regresar a casa, me odio por no saber charlar de buena manera con otras personas y eso es resultado de mi estúpida inseguridad.
En fin, ya que ha sido un día muy pesado, lo único que deseo es descansar, de otra manera no me sentiré con la fuerza suficiente para mi nuevo año escolar.
***
Me encuentro en un dulce y profundo sueño, cuando de repente el fuerte sonido de una canción de Taylor Swift que proviene de la habitación de Madison me despierta, intento cubrirme con la almohada para seguir durmiendo, pero es imposible no escuchar «Blank Space» desde aquí.
-¡Madison! -grito furiosamente, pero seguro ella ni si quiera escucha mi voz.
No queda de otra más que levantarme. Impaciente, me acerco a la ventana y abro las cortinas, enseguida la luz del día consigue cegarme por un par de segundos, me froto ambos ojos con los dedos. Cuando abro los ojos, lo primero que veo es nuevamente a Mike en su habitación, pero está vez solo lleva puesto el bóxer y por esa misma razón prefiero dejar de espiar. A mí no me gustaría que alguien me observara si estuviera de esa forma, pero para ser sincero mis pupilas captaron un cuerpo muy atlético y en excelente estado, siento un poco de envidia ya que ni en mil años podré estar así como él.
En fin, tomo una ducha caliente y organizo mi tiempo para escoger ropa cómoda, casi siempre mi estilo es normal y me refiero a que solo uso camisetas con diseños y jeans ajustados; no me gusta llamar la atención con modas extrañas de hombre que salen en las revistas últimamente.
Minutos más tarde, bajo a desayunar con mi familia, mi hermana está muy feliz de entrar a la escuela, de verdad yo quisiera tener esa tranquilidad y confianza en mí mismo. Ya comienzo a imaginar lo peor desde el autobús.
-¿Todo listo mi vida? -pregunta mamá y al mismo tiempo asiento con la mirada, insisto en decir que los nervios me consumen poco a poco.
Después del desayuno me despido de ambas y salgo de casa para tomar el autobús. Durante el camino respiro hondo y cierro los ojos un segundo, no quiero imaginarme la reacción de los chicos cuando suba a ese transporte.
Falta poco para llegar a la parada de autobús, pero entonces un auto se detiene a mi lado, de inmediato lo reconozco y más por ese rock clásico que lleva muy fuerte.
-¡Hey Alex!
Me acerco a la ventanilla del copiloto.
-Hola Mike.
Se quita las gafas negras y baja el volumen de la música, esboza una enorme sonrisa mientras mastica lo que supongo es una goma de mascar.
-¿Vas a la escuela?
Asiento, entonces se hacen unos segundos silenciosos que me incomodan, no quiero decir que voy a la escuela pública por que seguramente se va a burlar de mí, es un hecho que Mike es de clase alta por este gran auto.
-¿Y qué escuela es?
Inclino la mirada un poco avergonzado, incluso me froto la nuca un poco nervioso.
-Anda sube.
Ni si quiera he hablado.
-¿Qué…
-No sabes fingir, seguro vas a la escuela pública.
-¿Cómo supiste?
-El transporte recoge a los estudiantes ahí -señala la parada de autobús.
Me gustaría negarlo pero ya es muy tarde.
-Yo también voy a la pública, tener este lindo auto no me impide estudiar donde mis padres lo hicieron.
-Te lo agradezco pero no me gusta molestar.
-Anda, ya estás aquí.
¿Es en serio? No me conoce bien ¿y me pide que entre a su auto? Podría ser un asesino o un ladrón, pero da igual, seguramente solo trata de ser amable. Abro la puerta del copiloto y entro, acto seguido me coloco el cinturón de seguridad.
-¿Listo?
-Si.
Entonces nos marchamos a la escuela, nunca había viajado en un auto como este, es muy lujoso y tiene de todo.
-Háblame de ti -menciona durante el recorrido.
-¿De mí?
-Si, ¿Por qué te mudaste?
No hay mucho que decir de hecho.
-Bueno, soy de un pequeño pueblo lejos de aquí y mamá consiguió un empleo, tuvimos que mudarnos entonces.
-Entiendo, bienvenido entonces.
-Gracias.
Mike se detiene en un semáforo rojo y por un momento me doy cuenta de que tiene una chaqueta deportiva sobre las piernas. Es la excusa perfecta para charlar sobre algo.
-¿Estás en algún equipo?
Me mira y sonríe muy grande.
-Estás hablando con el capitán del equipo de Soccer, ese es el deporte favorito de la escuela.
Lo sabía, tiene el perfil de cliché de chico guapo. Casi me ahogo con mi propia saliva al escuchar eso, significa que Mike debe ser muy popular, tan solo con el hecho de ser capitán me imagino demasiadas cosas. Es probable que se decepcione completamente cuando se entere que yo soy un don nadie a su lado.
-Hemos llegado.
Se dirige al estacionamiento y por lo que veo tiene su lugar reservado ya que hay chicos con la misma chaqueta de Mike esperando ahí mismo. Respiro muy hondo, espero no salir humillado entre ellos. Soy un don nadie comparado con su grupo.
-Michael Famous -grita uno de los chicos.
Ambos salimos al mismo tiempo del auto.
-Hermano ¿estás listo para la temporada?
-Por supuesto, prepárense porque en este último año vamos a ser campeones -menciona Mike muy feliz.
Que coincidencia, al igual que yo, ellos también son de último año. Doy pequeños pasos hacia atrás para desaparecer sin dejar rastro, no creo poder encajar en su grupo deportista.
-Oh amigos, él es Alex, es nuevo.
Hago la sonrisa más falsa del mundo mientras todos sus amigos me miran con el ceño fruncido.
-Hola- digo tímidamente.
-¡Qué tal Alex! -dice un chico acercándose a mí -soy Scott, el mejor amigo de Mike -dice en un tono algo retador.
-Yo soy David -dice otro de los chicos mirándome extraño.
Seguro es por el hecho de ser nuevo y porque no tengo el perfil de ellos, además siento como la sangre sube a mi rostro.
-Bueno, es un placer chicos. Creo que iré por mi horario si no les molesta.
-Adelante -dice Scott, no viste como un chico malo pero las apariencias engañan.
-Te veo más tarde Alex -dice Mike guiñando un ojo.
Asiento y ahora si camino hasta entrar al edificio, creo que exageré un poco al pensar todas esas cosas negativas sobre mi estancia en este lugar, los chicos del pasillo ni si quiera notan mi presencia, creo que al final les da igual a todos ser el nuevo en ésta escuela.
-Tranquilízate Alex -me digo a mí mismo.
Llego a la oficina del director y camino hasta donde está una señorita sobre el escritorio.
-Hola, buen día.
La señorita me mira arqueando una ceja.
-Soy nuevo, me transfirieron.
-¿Nombre?
-Alexander Zain Riley.
Teclea mi nombre en la computadora y hace un par de movimientos más.
-Toma asiento, voy a imprimir tu horario y la clave de tu casillero.
Obedezco y me siento sobre uno de los sillones que está en la oficina, aunque por ahora todo ha salido bien sigo sintiendo nervios en mi interior. Lo único que queda es pensar positivo. Mi meta no es conseguir amigos, de hecho solo quiero concluir con esta parte de mi vida y listo.
-Aquí está tu horario y la clave de tu casillero, para cualquier duda estamos a tus órdenes -dice la señorita.
-Gracias.
Salgo de la oficina en busca de mi casillero, incluso camino cerca del grupo de Mike, claro que no se da cuenta de mi presencia porque está charlando con sus amigos. Tras varios centímetros más, llego y rápidamente comienzo a colocar la clave en el candado del locker, pero no abre, intento una vez más pero tampoco. Al volver la mirada con Mike observo que una de las animadoras lo besa, por la forma en que lo hace, solo me hace suponer que es su novia. Ambos parecen modelos de una serie de televisión.
-¿Disculpa?
Una voz proviene detrás de mí, así que me doy la vuelta y me encuentro con una chica. Es muy bonita y tiene el cabello rojizo.
-¿Si?
-Es mi casillero, señala el que intento abrir.
-No lo creo -observo una vez más el número impreso y después el número escrito en el casillero.
Ella se cruza de brazos mientras que la sangre del cuerpo se me sube al rostro, una vez más Alex Riley mete la pata.
-De verdad lo lamento, fui un estúpido.
El casillero que me pertenece es el que se encuentra justo al lado de este. Siento como ese dolor de vergüenza se apodera de mi estomago, creo que seguro la chica me va a odiar.
-No te preocupes.
Pongo la clave y esta vez se abre con éxito.
-¿Te transfirieron? -pregunta la chica.
-Si, bueno, es una larga historia, soy de último año.
Ella toma un par de cosas y cuando termina, me observa.
-Seguramente tendremos varias clases juntos, yo también soy de último año.
Observo mi horario con detalle.
-Mi primer clase es Historia Universal en el aula M101 con el profesor Chris F. Hudson.
-Perfecto, sígueme, también es mi primera clase -cierra su casillero.
Hago lo mismo y camino detrás de ella, suerte que no se molestó conmigo, al contrario, seguro trata de ser amable conmigo.
-Soy Jill Colins por cierto.
-Dime Alex.
-Bienvenido, dirijo el club de teatro por si te interesa.
-Gracias.
Hasta donde sé, me considero un pésimo actor, aunque siempre me dio curiosidad de participar en un musical, lo hubiera hecho en mi antigua escuela pero aún sufro de pánico escénico, no puedo mirar un público porque en cualquier momento puedo desmayarme o incluso vomitar frente a todos. Por la misma razón, nadie tiene que saber que me apasiona cantar, incluso puede que mi madre mienta y mi voz no sea tan buena.
-Aquí es.
Entramos al aula de clases y tomo asiento junto a Jill, por el momento creo que solo puedo confiar en ella.
-¿Aquí todos son buenos? -pregunto.
-Creo que la mayoría lo son, aunque a veces los deportistas creen que son el centro de atención o los reyes de la clase.
Hablando d el grupo, todos entran como si fuera una pasarela de atractivos adolescentes, sobre todo Mike que entra con la chica animadora que besaba hace unos minutos, ella es la típica rubia y hermosa de las novelas románticas. Es obvio que un capitán de soccer como Mike la merece, juntos hacen una pareja perfecta.
El profesor entra enseguida, por suerte no es el anciano con cara de «los odio a todos», sino que es joven, así como de unos veintisiete, lleva una sonrisa de oreja a oreja, desde luego noto que ama dar clases.
-Bien muchachos, espero que hayan disfrutado sus vacaciones. Antes que nada me informaron que hay un alumno nuevo… ¿Alexander Zain Riley?
Lo que me faltaba, de inmediato siento las miradas de todo el grupo sobre mí, no queda de otra que levantarme de mi lugar para decir lo que todo alumno debe.
-Bien, Alex, cuéntanos a todos ¿de dónde vienes? -pregunta el profesor, me concentro en mirarlo a él porque de lo contrario voy a sentirme nervioso.
-Me dicen Alex, vengo de un pueblo y tuve que transferirme por cosas personales.
-Bienvenido -dice el profesor.
Mike aplaude y aclama como un loco, dios, es un poco vergonzoso que haga eso, solo sonrío y vuelvo a mi lugar.
-Bien chicos, también quiero anunciar que el director me pidió darles una excelente noticia a todos los que son de último año.
-¿Nos regalarán botellas de Whiskey? -pregunta Scott.
-Mejor -hace una pausa el profesor -por primera vez la escuela les obsequiará un viaje escolar completamente gratis.
-¿A dónde? -pregunta la novia de Mike.
-Redoble de tambores -nuevamente hace una pausa- a la gran manzana «Nueva York»
Todos gritan de alegría, excepto yo claro. Siempre me dio curiosidad de viajar a un sitio sin mi familia y resulta ser una buena oportunidad para lograrlo. Es un hecho que voy ir.
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