La curiosidad mató al gato,
decían,
aunque vos
en tu silencio misterioso
intentabas averiguar
de una forma sutil
aquella información
proveniente de labios ajenos,
pero poniendo topes
de lo que estabas dispuesto de dar
a cambio:
“hasta acá por hoy”,
hacías saber sigilosamente
cuándo te tocaba ser el protagonista
para contar un poco de tu vida.
Te refugiabas en los silencios
o
en
mostrar que había un asunto
que estabas abordando,
pero tapabas
la base del problema,
con la capacidad de adornar con palabras
y
acciones
tu realidad
con tal de no ser frontal,
cómo si fuera un tema tabú
cargado de fantasmas
que aunque te mostrabas como
un hombre superado
aún estabas en proceso de.
Resguardabas palabras
imágenes,
hasta los silencios,
pero observabas
todo aquello
que estaba
a tu alcance.
La música era tu refugio
pero también habías
decidido,
por ahora
conservarla solo para vos
y quizás,
tu círculo íntimo,
era un refugio aislante
cuando podía ser
una ventana de posibilidades.
Y en esto de resguardarte
probablemente de vos mismos
y los sentimientos y emociones
que venían en el combo,
no podías ver
que el reflejo de tu imagen
ya era distinto
y qué la puerta
había sido abierta
con una realidad transformada.
OPINIONES Y COMENTARIOS