El anciano y el enojo

El anciano y el enojo

Mari Posa

09/08/2018

Era un anciano, de espalda curva y cabellos grisaseos como el humo que sale de las brazas de invierno.

Había sufrido a lo largo de su vida, desde que su padre desembarcó desde Italia rumbo a Argentina para intentar una nueva vida. A su padre no le habían dado educación, crecieron a golpes, solitarios , gruñones. El anciano tampoco pudo estudiar, creció de la misma manera, frío con los seres que amaba, reacio y desconfiado. Con su familia se dedicaron al campo, al cultivo y al ganado. Vivieron en los montes de la Cocha y a lo largo de todo el Sur de Tucuman. Plantaban el mejor tabaco de la zona, conocían de verduras y frutas. Amaban los caballos. Criaban unos pocos animales para subsistir. Trabajaron de sol a sol para salir adelante.

Al anciano jamás se le ocurrió preguntar por su lejana familia. Nunca supo cual era la ciudad natal de su padre, si tenia parientes o abuelos en ese lejano país. El desinterés con el que fue criado lo plasmo en todos los ambitos de su vida.

Fue muy rudo con su mujer. La golpeó en muchas ocasiones, se enojaba con facilidad y a sus hijos…. Qué decir, no les perdonó ningun error de niños.

Una vez grandes, los hijos del anciano buscaron nuevos rumbos, lejos de él, pero siempre regresaron por su madre, para saber de ella, para verla, abrazarla, y en lo posible ayudarla.

Cuando jóvenes, María, la esposa del anciano, soportaba y aguantaba su forma de ser, sus maltratos y golpes. Ella siempre decía a todo el mundo que habia aguantado tanto tiempo por los niños, para que no quedaran sin su padre, pero en el fondo era ella quien no podia sacarlo de su vida. En esa época era mal visto una madre sola con siete hijos, sobre todo si era la mujer la que tomaba la decision de permanecer sola.

Así fue que ambos, ya viejos y desgastados por su mala vida, terminaron en un sin fin de peleas.

Hasta que María murió, ella y el anciano jamás dejaron de hablarse de mala forma , de insultarse y de hecharse todos sus errores en cara. Ella murió odiandolo. Había pasado toda una vida al lado de una persona que jamás pudo brindarle amor.

El anciano se encargó de alejar a todas las personas que lo querían.

Una vez viejo y abandonado, con una familia, que después de la muerte de su mujer, se habia separado por completo, lloraba cada noche antes de dormir porque la culpa no lo dejaba descansar. ¿ Porqué habia sido tan malo? ¿Porqué había odiado tanto? La amargura en el pecho seguía por cada uno de los errores que había negado hasta ese momento. Con un hijo preso por violación, otros dos maltrataban a su familia, sus hijas lo aborrecían y jamás quisieron verlo de nuevo . Así fue que en su lecho de muerte quedó abandonado en la inmensa oscuridad de su pequeña habitación, tan vacía como su corazón.

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