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PRÓLOGO:
En un momento clave de tu vida, cuando crees que ya no puedes, que todo el esfuerzo que has hecho no sirvió de nada, cuando quieras rendirte y sientas que no habrá retroceso, Dios te da una oportunidad, te da sorpresas y te cumple las suplicas que por mucho tiempo hayas estado haciendo, pensando que no te estaba escuchado. Algunos diríamos que Dios no se equivoca, otros dicen que toda la creación humana es una equivocación, Dios no se puede equivocar, él planea todo calculando exactamente lo que vaya a pasar te puede presentar a muchas personas y solo él te dirá con quien te quedas ya que él o ella sabrá valorarte, es cuando se aprende a dejar ir. Es cuando… te das cuenta que encontraste algo o alguien valioso, pero no te encontraron, de tal forma que tendras que irte para no mirar atrás ni caminar en reversa porque somos humanos, nos equivocamos, perdonamos pero no tenemos porqué volvernos a equivocar.
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1
EL SUEÑO INALCANZABLE
He contemplado las olas del mar por mucho tiempo sin siquiera tocarlas, sentir que te abracen el cuerpo mientras te dejas llevar por ellas, remar en un bote, subirse a un barco… jamás lo he sentido pero sin siquiera tocarlas me he enamorado de ellas en secreto.
Mi padre es un reconocido Duque, él dice que el mar y los barcos, son cosas de piratas y rufianes, siempre me lo va repitiendo:
-Mi querida Alexia, ya te he dicho miles de veces que tú eres una señorita, imagínate que vayas al mar y te rapten uno de esos asquerosos… esos, esos… PIRATAS.
-Pero Padre yo sé esgrima, sabría cómo defenderme, además anhelo con tocar las olas del mar, es como si sintiera que los mares hubieran sido creados para mí, debo estar en ellos, por favor Padre, déjeme navegar aunque en un pequeño bote de pesca.
-¡¡¡¡He dicho que no!!!! Y que este tema no sea otra vez de conversación, ya sabes lo que paso con tu querida Madre, y todo por esos malditos rufianes, ahora vete a tu alcoba que no quiero enojarme contigo.
Padre odia con todas sus fuerzas a los piratas, dice que ellos fueron los culpables de que yo quedara huérfana de Madre, él dice que cuando yo solo tenía unos días de nacida, entraron al barco en el que Madre, Padre y yo nos encontrábamos, en una tarde muy tranquila los piratas con cuerdas embarcaron el imponente barco en el que nos encontrábamos, Padre se quedo a luchar Madre corrió conmigo en brazos, se escondió en un camarote, pero no sirvió de nada porque en cuanto había cerrado la puerta un hombre habría entrado a gritarle que le diera todas sus joyas, madre se las dio, pero el pirata quería algo más y era a mí, pensó que sería muy valiosa si pidiera un rescate a los duques de la imponente Anda Lucia, Madre puso resistencia y empezó a gritar, el hombre no resistió y le clavo su gran espada en el abdomen dejándose caer en el suelo conmigo en brazos escapando así el hombre sin importarle lo que había hecho, es así como había quedado huérfana de madre a los cinco días de nacida.
Solo por esa razón Padre me resguardo en el palacio, lo tenía todo pero a la vez me faltaba algo, de pequeña admiraba el mar desde el balcón de mi alcoba, me encantaba el sonido que hacía, oír a los barcos llegar, ver desde lo lejos a los pescadores sacar los ricos mariscos y peces que muy pronto llegaban a ser mi almuerzo, Padre me había metido a clases de todo lo que pudiera haber para una “señorita” estuve en clases de esgrima, me metió a varias clases de modales con maestra que venían desde Inglaterra solo para educarme, pase clases de ruso, alemán, japonés y chino mandarín, clases de violín, piano y canto pasaba clases en casa y me había escrito a un club del té solo para señoritas, donde conocí a mis amigas, en casa me cuidaban las sirvientas, eran muy atentas y amables por lo cual les traigo mucho aprecio, aunque no quisiera meterles cizaña pero ellas me contaron las historias de mar y les agradezco porque sus historias y los libros son lo más cercano que tengo a estar en un barco o en una playa, Padre siempre fue un hombre que se preocupaba por su imagen, así que siempre me compraba los vestidos más caros con las telas mas magnifica que podrían existir, me pagaba las sesiones de masajes, saunas, mascaras faciales y todo lo que tenga que ver con mi aspecto personal.
Después de otra reñida voy a mi habitación me acomodo en mi aposento y me dispongo a escuchar las olas, las gaviotas y los barcos, Padre jamás me había dejado salir sola, en síntesis yo no conocía el mundo exterior, pero a la vez sí, Padre me metió a clases de geografía con la escusa de que siempre quería conocer el mundo, eso no era a lo que me refería, pero en mis clases de modales he aprendido que nunca debo de llevarle la contraria ni levantarle la voz; solo pasan cinco minutos y entra una de las sirvientas:
-Buenos días Señorita Alexia, le recuerdo que en veinte minutos llegaran las señoritas duquesas a celebrar la fiesta del té como siempre lo hacen.
-Gracias Sali, ya me alistare, manda a Yira para que me ayude a cambiarme por favor.
-Claro Señorita Alexia en unos momentos estará, me retiro.
-Adelante.
Me había olvidado completamente que mis amigas vendrían a tomar el té, no entiendo cómo se me pueden seguir olvidando estas cosas si pasa todos los viernes.
Yira entro sin tocar a mi habitación, por lo cual la reprendí, le había repetido miles de veces que para entrar tiene que llamar a la puerta, después de la reprimenda le ordene que ponga en la cama los vestidos que eran para fiestas del té, Yira sabía hacer su trabajo, lo único que no sabía era tocar la puerta. Después de tanto ajetrear a la pobre Yira con mis elecciones me vistió, me peinó y se retiró a preparar todo para la fiesta.
Estaba ansiosa por escuchar sus descaradas aventuras con los hijos de otros duques, ellas habían viajado a todas partes y siempre en barco, aunque odiaba que me presumieran su libertad me gustaba oír sus historias.
Baje al gran salón donde estaba todo preparado Sali y Yira se habían lucido, pusieron la nueva vajilla china traída por el emperador chino Yiu-Chia, mis amigas no llegaban, tal vez se retrasaron un poco. Padre y yo habíamos peleado una vez más por el tema del mar y no me gusta estar enojada con Padre así que llame a una sirvienta para que lo invitara a tomar una taza de té conmigo hasta que lleguen mis invitadas, no muy tarde Padre se asomo a la puerta y entró, sentándose frente mío:
-Padre quiero pedir perdón por mi repentino comportamiento.
-No te preocupes mi querida Alexia, todo esto lo hago para protegerte, no me perdonaría si te pasara algo.
-Lo sé Padre, y te lo agradezco, es solo que… he vivido veintitrés años en este palacio, jamás he salido en todo este tiempo, no conozco a más personas que mis amigas y las sirvientas, no conozco como es un hombre, solo te tengo a ti, no sé si algún día me podre casar y tener hijos.
-Pues deberías de estar conforme con lo que tienes, no cualquiera es la hija del duque de Anda Lucia¾Sabía que no habría como cambiarle de opinión así de tal manera en la que dejo de intentarlo-Esta bien Padre, usted gana, le agradezco que me tenga aquí cuidándome de todo peligro en especial de los piratas.
-Ves que hermoso es cuando las personas dialogan hija mía, ahora me voy en unos minutos saldré, tengo que organizar un viaje que se acerca, iré a Santa Cecilia para hacer tratos con tu tío el rey Whisleyb Forth.
-¿No habría oportunidad de que vaya contigo?
-Por favor Alexia acabamos de hablar sobre esto, no otra vez.
-Perdón Padre- Me levanto de mi silla y lo abrazó- Gracias por quererme.
-De nada mi princesita.
Se retira con una pipa en las manos, luego de que cierra la puerta, decaigo emocionalmente en mi asiento, Padre siempre me había resguardado en el palacio, he estado rodeada de sirvientas y mis amigas maliciosas tengo veintitrés años, en un mes y medio veinticuatro y Padre no me ha dejado ni siquiera ir al pueblo por pan. Lo quiero pero a veces me gustaría escaparme para una mejor vida en libertad, en alta mar.
No pasa mucho tiempo y llegan mis amigas, Carlota y Esmeralda, mis dos únicas amigas, quienesaceptaron en venir cada viernes a celebrar una fiesta del té.
-Hola florecita ¿cómo has estado en tu prisión?- Carlota… siempre inoportuna en cada palabra tiene una intensión oscura.
-Para tu querida información bien, he mejorado en mis clases de esgrima, y tú ¿cómo has estado?
-Muy bien la verdad, esta semana mi Padre me ha llevado en una embarcación que iba llevando gran información, he conocido a muchos príncipes, por cierto el príncipe de Inmaculada Tierra Santa no es tan santo como se diría¾Me lanza una mirada picara.
-Y tu Esmeralda, ¿no tienes nada para contar?-Le pregunto mientras le sirvo una taza de té, ella era más malvada que Carlota así que me sorprende que no haya dicho nada hasta el momento.
-Pues… también he estado de viaje- hace una pausa para poner terrones de azúcar a su té, una vez terminada su pequeña acción me mira con malicia se aclara la garganta y responde-He viajado a Santa Martha y San Lorenzo EN MI PROPIO BARCO, claro… regalo de mi amado padre, viajo con una tripulación muy obediente a decir verdad, mi gran navío se hace llamar, EL ESMERALDA, uno de los mejores barcos que se encontraran en estos tiempos, y tu cariño ¿no has jugado aunque con barquitos de papel?
-No Esmeralda, he estado muy ocupada en mis clases de alemán y ruso, en mis clases de esgrima, modales, en mis clases de piano, violín y canto que no me da tiempo para jugar.
-Que pena… porque quería hacerte la gran invitación de que pasara tres días en mi barco con destino a San Lorenzo la tierra de los marineros, barcos y pescadores, pero si no puedes…-A veces me entraban ganas de golpearla con la taza del té caliente y romperle las piernas con una silla, pero según miss Rose eso no es de señoritas decentes y menos de la hija de un gran duque como mi Padre.
-Sí, porque a mí también me hubiera gustado que me acompañes a alguno de mis viajes para conocer a alguno que otro príncipe…-Carlota fue la gota que derramo el vaso.
-¡¡¡Muy bien… qué bueno que vinieron, se los agradezco ahora váyanse, que como dije estoy tan ocupada que no puedo estar perdiendo mi tiempo con una tonta vagabunda y una meretriz de la alta alcurnia!!!
-¿Cómo me llamaste?- Replico Carlota
-MERETRIZ DE LA ALTA ALCURNIA
-Cariño no hablas en serio- balbuceaba Esmeralda
-Jamás había hablado con más seriedad que ahora, ¡¡váyanse, y no vuelvan jamás!!
-Lo lamentaras Alexia, mi Padre no volverá a hacer un trato con tu Padre después de que le cuente lo que me dijiste, discúlpate y todo quedara en el pasado-Carlota solo quería que me disculpara para seguir viniendo a maltratarme con sus palabras porque hasta lo que yo sé tanto Esmeralda como Carlota adoran ver mi sufrimiento.- ¿Y…? vamos estoy esperando.
-¡¡¡LARGO!!!
-Florecita, no tienes porque ponerte así, venimos otro día si gustas, al parecer no estás en tus mejores días, no te preocupes ya se me paso a mí, también se te pasara a ti¾Seguía balbuceando Esmeralda.
-Esmeralda ¿no entiendes? ¿Estás tonta? No quiero que vuelvan a este palacio nunca más, no son bienvenidas, no se les abrirá más las puertas, váyanse.
Carlota se levanto primero indignada por mi insulto, luego le siguió Esmeralda después de recoger el bolso que traía con la cabeza muy alta se retiro.
Me quede sola en el gran salón con la vajilla china, unos segundos después tarde en asimilar lo que había hecho, ya no había vuelta atrás, corrí a mi habitación pasando desapercibida; en cuanto vi desde mi balcón el mar las olas a lo lejos y los barcos, corrí a mi cama y llore abrazando mi almohada. Me había quedado dormida, cuando desperté me hacía mucho frío, había dejado abierta las puertas del balcón, y se aproximaba un hermoso atardecer con lindos colores, el sol entrándose y presumiéndome que jamás tocaría al mar como él lo hacía.
2
LA SALVACIÓN EN UN INESPERADO
Me quito el vestido, me pongo el camisón como de sorpresa escucho un ruido que proviene del baño, debe de ser una gaviota que se metió por el balcón si fuera así tendré que dormir en la habitación de Padre hasta que regrese, pero antes tendría que averiguar qué es lo que produce el ruido. Me acerco lentamente, abro la puerta lentamente, no veo nada fuer de lo común excepto que la bañera donde suelo mojar mis pies estaba en el suelo, entro a alzar la bañera y alguien me tapa la boca por detrás, hago resistencia pero la persona era muy fuerte, me abraza tan fuerte que no puedo moverme, se acerca más para decirme algo:
-Shhhh, si no quieres morir es mejor que cierres la boca ó nunca la volverás a abrir.
Meneo la cabeza en señal de afirmación.
– Te voy a soltar, pero si gritas te matare.
Vuelvo a menear la cabeza con afirmación.
– ¿Quién eres por qué estás aquí, quien te dejo entrar?
– Dije que cerraras la boca ó no la volverás abrir.
Lo observe muy bien, mantuve la calma, el vio mi cooperación y se asomo al balcón como si se estuviera ocultando para que no lo balearan detrás de las puertas, tenía el brazo manchado de sangre, y se lo sostenía, parecía dolerle mucho, el aprovechado era muy alto media como un metro y ochenta y seis centímetros, tenía una linda tez blanca aunque no podría decir lo mismo de su forma de vestir, llevaba unos pantaloncillos desgarrados en la pierna derecha, unas botas negras viejas, camisa blanca opaca con brazos anchos, toda la parte de la manga izquierda estaba ensangrentada, llevaba una pañoleta roja en la cabeza, una faja del mismo color donde al lado izquierdo traía una gran espada y en el lado derecho traía una pistola. Por instinto ya sabía a quién tenía en frente, corrí por mi espada que estaba a un lado de la cama, de inmediato se puso en guardia, yo empecé la batalla al principio fue fácil porque estaba lastimado y no lograba moverse con facilidad pero después hizo una maniobra que jamás me la habían planteado, de un momento al otro ya no tenía la espada en mano sino a él abrazándome la cintura muy cerca.
– Par ser una niña de clase peleas bien- me sonreía por los dientes
En un momento inoportuno cayó tendido al suelo desmayado, pude ver como la sangre corría por el suelo, se estaba desangrando, lo cargue en mi cama y tenía pensado llamar a los guardias reales para que se lo llevara a los calabozos, pero no me parecía una mala persona, ni la cara decía que era una mala persona, tenía unos labios my bien formados unas cejas espesas una buena cantidad de pestañas no muchas ni pocas. Rompí el brazo de su camisa para ver lo que tenia, la cortada que traía en su brazo era por culpa de una espada, agarre el botiquín que guardaba en mi velado saque las vendas el algodón yodo y el alcohol, después de sanar su herida lo vende muy bien, y deje que descansara en mi cama, le quite la espada y la pistola, observe bien su espada era muy perturbante, jamás había visto otra espada a parte de la mía.
Me senté en una silla a esperar que recuperar la conciencia, el era un… pirata, pero no era como Padre me los había advertido, Padre dijo que eran grotescos que solo su presencia era para darse asco, su aspecto es muy horrible, crueles y ponen sobre todo lo material, la verdad, ver a este hombre no coincidía con ninguna descripción de las que Padre me había dicho. Percibí que se empezaba a mover, con su propia espada le apuntaba:
– Muy bien ahora me dirás cuál es tu nombre de dónde vienes y por qué estás aquí
– Nena, dame eso es muy peligroso para tus manos de princesa.
– Cállate y no me llamo Nena mi nombre es Alexia, mantén tu distancia y respóndeme todas mis preguntas.
Se puso de pie, en seguida se dio cuenta que su brazo estaba curado.
– Dame la espada, tengo que aprovechar que estoy mejor para alcanzarlos.
– En primer lugar se dice Gracias, en segunda no me has dicho tu nombre.
– Mi nombre es Charles Monroe, ahora dame la espada o te la arrebato a mi manera.
– ¿Eres un pirata?
– ¿No lo parezco?
Le di la espada y la pistola, por lo menos estaba casi segura de que no me haría nada después de haberle curado el brazo.
-Gracias linda.
– ALEXIA
– Pues con su permiso me retiro.-Hizo una reverencia y estaba a punto de bajar por el balcón.
– Espera…
– ¿Si nena?
-¡ALEXIA!. Por favor déjame ir contigo- en ese mismo instante se dio la vuelta me miro muy bien de pies a cabeza. Se puso a acariciar con los dedos su mentón
– Bueno pues déjame pensar… NO.
-Por favor, he estado en este palacio desde que tengo uso de razón, jamás he salido, no conozco ni siquiera el pueblo donde he nacido, por favor te lo ruego.
– Mira nena tus problemas no son mis problemas.-Se negó y volvió a asomar al balcón, así que pensé muy bien y regrese a mi habitación con calma.
– Muy bien no me lleves, pero no creo que el duque de Anda Lucia este tranquilo al saber que un pirata entro a la habitación de su querida hija, la acoso y la amenazo de muerte, si me dejas aquí, serás buscado por todos los pueblos cercanos muelles y barcos.- Se dio la vuelta y su cara cambio de expresión.
– Pero que crees que estás haciendo, si yo quisiera podría clavarte mi espada en este mismo instante
– ¿Matarías a la persona que te salvo la vida? Tú me debes la vida, velo como una forma de pagarme.
– No sabes nada sobre los piratas ¿verdad?-por instante tuve miedo de que me clavara la espada por la forma en la que me respondió
– La tripulación a la que pertenezco está llena de hombres lujuriosos, asquerosos, rufianes, asesinos y delincuentes, este no sería lugar para una princesita como tú.
– Pero sé esgrima sabré defenderme. Por favor, por lo menos inténtalo y si no se pudiera por lo menos déjame en la playa.-Se lo pensó bien- Esta bien lo haré pero que quede claro que lo hago solo porque me salvaste la vida.
-Oooh Santo Cielo muchas gracias.
– Ahora cállate y abrázame.
– ¿Pero qué estás diciendo?
– Quieres salir de aquí ¿sí o no?- Hice caso- sostente muy fuerte y no te sueltes.
Cuando estuvo en las barandas de mi balcón se dejo caer, lo abrace muy fuerte, estaba loco, como se habría ¿podido soltar?, cuando pensé que íbamos a chocar con el suelo y a sacarnos los sesos del golpe, se colgó de una cuerda que se hallaba amarrada en la pared del palacio, cuando se sostuvo de la cuerda hizo una mueca de dolor, al parecer la cuerda le habría quemado las manos, bajo con cuidado por la cuerda, jamás había abrazado a un hombre más que Padre, pero era muy distinto, podía sentir su contacto, su gruesa espalda su pecho con el mío, así que esa era la sensación de abrazar a un hombre…Cuando pisamos el suelo todo era diferente ver desde un balcón toda mi vida a verlo desde una perspectiva muy diferente, lamente no traer abrigo, la luna se había posado en el cielo, era más de media noche, él vigilaba a todas partes mientras yo observaba con mucho detalle todo, nos adentramos al pueblo, todo oscuro, me sostuvo de la mano y corrimos a la playa, cuando llegue a ver el muelle me quede hecha una piedra, estar en la playa era mi gran sueño y ahora estaba en frente de lo que siempre había querido.
– ¿Que pasa nena te arrepentiste?
– No es solo que… había observado el muelle desde que era una niña y siempre soñaba con ir, jugar en la arena, correr descalza y hundirme en las olas.
– Pues jamás harás tus niñerías si no avanzamos.
Empezó a correr y nos alejamos del pueblo, del palacio y de todo lo que siempre había odiado.
– Ten póntelo- me dio su pañoleta- Es posible que te pase desapercibido esta noche pero al día siguiente tú te presentaras al capitán solita.
-Está bien, gracias.
Corrimos al otro lado de la playa, el muelle ya no se divisaba, por una gran cueva muy oscura se encontraba un barco gigantesco, traía unas velas enormes, los barcos eran mejor de lo que me había imaginado, subimos por una tabla al barco, me puse a observar, no había nadie en el barco y me dijo entre susurros:
– No soy un guía turístico y este no es un crucero, así que cállate y ten mucho cuidado donde pisas ó te puedes llevar muchas desagradables sorpresas, te llevare a mi pequeño espacio, por hoy dormirás ahí, pero no hagas ningún ruido.
– ¿Y tú donde dormirás?
– Las estrellas y la luna son el techo de un pirata, además hoy me toca hacer guardia, tenía que estar desde hace dos horas.
En cuanto entramos a su pequeño espacio, pensé que era un camarote no muy amplio pero resulta que su pequeño espacio se encontraba en el almacén de comidas, dormía en una hamaca, ¿cómo podía dormir en una hamaca? Es decir la hamaca no hace bien a la espalda o por lo menos eso me decía Sali. Me quede dentro del almacén que por cierto se encontraba en la parte inferior del barco, todo se tambaleaba por las olas, podía oír con más detalle las aguas golpeando amistosamente el barco. Cuando Charles cerró la puerta oí que dio unos pasos y se escucho todo un bullicio, hombres gritando, me acerque a la puerta y por una rajadura que tenía la puerta observe lo que estaba pasando, Charles Monroe estaba rodeado de hombres con espadas, algunos le apuntaban con sus pistolas, cuando se acerco una persona con una saco de color guindo botas negras y un sombrero muy amplio con una vela en las manos, no le vi la cara estaba de espaldas, asomo la vela por la cara de Charles Monroe y todo los hombres bajaron sus espadas y pistolas.
– Charles pensábamos que eras un guardia real.- Le dijo uno de los hombres, mientras que la persona con la vela se alejo sin decir nada.- Pensamos que ya no ibas a volver.
– Si, ya te estábamos extrañando, pero había alguien más que te estaba esperando- se acerco un joven un poco menos en estatura que Charles- ¿verdad Hale?
– Si Charles, te he extrañado mucho- su forma de hablar se parecía mucho a la de Carlota y de Esmeralda con ironía
-Yo no- respondió Charles
-No seas malo conmigo, si solo fue un rasguño- lo miro y me lanzo esa mirada que Esmeralda me lanzaba siempre.
– ¿Un rasguño Hale? Me estaba desangrando, me empujaste en media pelea y me rebanaste con tu espada, si no hubiera sido por… Ya vayan a dormir montón de lacras, mañana temprano partiremos.- Ordeno Charles parecía estar nervioso.
– Espera Charles, ¿si no hubiera si por quien qué? Alguien te curo la herida ¿verdad?
– No, yo robe la venda y todos los materiales de una tienda, si no hubiera sido yo no hubiera vuelto jamás.
– Pues no creo en los milagros, descansa bien Charles…- El tal Hale se retiro con una mano en el cinturón y otra que arreglaba su cabello
Todos se retiraron solo quedo Charles, y una vez de que todos ya se habían ido Charles se acerco a la puerta y me susurro:
-Ya viste como son las cosas aquí, tienes toda la noche para pensar.
Se retiro, entre al fondo del almacén y me acomode lo más que pude en la hamaca, ese trapo colgante era gigantesco, pareciera que antes hubiera sido una cortina y supongo que es normal tomando en cuenta que Charles debe medir más de un metro ochenta y cinco, no era tan malo después de todo, la hamaca era mucho más cómoda que mi gran cama, mientras escuchaba las olas del mar el balanceo del barco la madera crujir, desee que todo esto no fuera un sueño, me pellizqué tres veces para estar segura que cuando me suelta no aparezca en mi cama, para mi suerte todo era real con una sonrisa que no irradiaba desde hace mucho tiempo me dormí.
3
ALEXIA Y VALENTIA VIENEN AGARRADAS DE LA MANO
Sueño con algo diferente, toco el mar navego, siento el viento húmedo por mi rostro días cálidos con espadas y pistolas, tormentas y días alegres, todo esto me emociona, pero de pronto alguien me jala del brazo provocando que me caiga de la hamaca, pero no me suelta me arrastra y empiezo a gritar, por un momento creí que este era mi fin, me matarían, un hombre robusto y gigantesco me había arrastrado hasta el medio del barco todos los hombres empezaron a acudir a ver lo que pasaba, mientras todos reían y me silbaban llego Charles con una cara de sorpresa, detrás de él la persona del saco guindo, botas negras, pantalones cafés anchos con un sombrero muy ostentoso, supuse que era el capitán aunque por el sombrero no le vi la cara.
– ¡¡¡Silencio incompetentes!!!-Ordeno Charles
-Es una intrusa, estuvo durmiendo en la hamaca de Charles-Objeto el hombre robusto quien me había sacado a jalones y me tiro al suelo después de excusar su comportamiento.
-¡¿Cómo es que Charles no se dio cuenta?! Podría ser una espía de la guardia real-Grito un hombrecillo que se encontraba atrás del gentío de hombres
-Estaba de guardia toda la noche no la vi.- Se defendió Charles-Tal vez entro cuando yo no me encontraba. Capita…- La persona de sombrero ostentoso y saco guindo extendió su espada en dirección a la boca de Charles y con ella lo hizo callar.
Tenía la cabeza baja, todos los que me estaban rodeando se alejaron en conjunto, el capitán se acerco bajando por las escaleras de madera que rechinaban a cada paso que daba, se inclino a 45º y con un piquete acomodo su sombrero, descubriendo su verdadera identidad, al principio debo de admitir que me moría de pavor por estar en un barco lleno de hombres jamás había convivido con hombres más que Padre, pero el capitán o mejor dicho la capitana y su presencia hizo que me calme un poco más. La capitana tenía una tez blanca, tenía cabello pelirrojo como el fuego, yo también lo tenía rojo pero mi pelo era más claro, ella tenía ojos verdes que te penetraban el alma, me miro de pies a cabeza, detalladamente.
-¿Cómo llegaste a mi barco?-Replicaba la capitana con una voz firme que daba miedo- te he hecho una pregunta y debo de informarte que mi paciencia no es infinita.
-Me-me llamo Alexia Señora, yo, yo…
-Te pregunte que como llegaste a mi barco, no me interesa quien seas.
-Es que yo Señora…-Tenía mucho miedo que no podía hablar y las risas y miradas morbosas de esos hombres no ayudaban
-Cállate, no me interesa por tu fachada se ve que no eres una espía, solo necesitas amenaza para cerrar esa bocaza y te dejaremos en la isla más cercana, dejarte aquí sería un riesgo para mi barco y mis gusanos de mar.-Se dio media vuelta y se disponía a marcharse a su camarote por unas escaleras de madera
-¡Por favor señora escúcheme! -Me arme de valor y dije a lo que vine- ¡quiero formar parte de su tripulación!
La mujer se detuvo por unos instantes creí que me sacaría los intestinos por tener la mala educaciónde hablarle con esa forma, hubo un silencio incomodo, los hombres no decían nada, como si estuvieran esperando respuesta de su capitana, la capitana giro la cabeza a 180º me miro por encima de su hombro y dibujo una sonrisa, una sonrisa que se convirtió en risa, una risa que se convirtió en carcajada, una carcajada que contagio a sus demás tripulantes.
-JAJAJAJA hazme el favor-me dijo con ironía y limpiándose una lagrima de burla- Mira si eres una bufona debo de decirte que haces muy bien tu trabajo, entretendréis muy bien, y también lo harías a los mamarrachos esos que se hacen llamar duques y duquesas.-Yo no había sufrido más de veintitrés años, estudiado más de cuatro lenguas, aprendido de memoria los mares lagos y ríos de todos los continentes, aprendido esgrima, no había escapado, dormido en condiciones nefastas y no desayunado para que una mujer vulgar y ladrona se ría de mí.-Largo de mi barco- dijo la capitana y volvió a subirse por las escaleras.
Le quite la espada más cercana a uno de los hombres, me puse en guardia y le grite.
-¡Le voy a demostrar que soy mereciente de estar en su tripulación venciéndola!- Mire a todos los hombres, pensé que me quitarían la espada me apuntarían con sus pistolas o lo que sea, pero todos bajaron sus espadas, guardaron sus pistolas y dibujaron una macabra sonrisa en sus rostros, solo vi a Charles con la mano izquierda en la cara agachado en un rincón del gentío como avergonzado.
La mujer al sacarse el saco lo hizo caer, un hombre corrió a recogerlo, seguía de espaldas, lanzo su ostentoso sombrero a un lado, nadie fue por él, saco su espada se dio media vuelta bajo con mucha calma las escaleras, mientras yo estaba agarrando la espada con las dos manos, algo que se supone que no se hace en esgrima, me acerque y empecé el combate, la mujer tenía una técnica muy diferente a la mía, era más brusca, pero debo de decir que ahora entiendo el porqué de la risa de esos hombres, golpeaba muy fuerte y era muy veloz no podía sentía que si seguía en una de esas bajaría la guardia y me arrancaría la cabeza.
No dure ni cinco minutos a decir verdad, ella me arrebato la espada de un zarpazo provocando que me cayera, caí sobre mis posaderas mientras los expectantes se reían de mí, ella alzo la espada que estaba manipulando.
No me levante, ella se acercó con pasos lentos haciendo retumbar por el piso de madera sus imponentes botas negras, con un mechón rojo fuego sobre su blanco rostro, se inclinó y sabía claramente que pasaría al perder el combate, me miro seriamente por unos instantes, pude divisar sus verdes iris, me levanto el rostro con su espada como si su siguiente acción fuera degollarme y dijo:
-Bienvenida a mi tripulación y a la gran embarcación “La Ilusión Pérdida” lacra- se irguió dio media vuelta pidió su saco y se dispuso a subir las escaleras, mientras todos los hombres quedaron pasmados por la respuesta de su capitana.
– No lo entiendo señora.- Se detuvo y de espaldas me respondió
-Todo aquel que tenga las agallas y el valor para retarme de esa manera solo para entrar a mi tripulación merece estar en ella, demostraste valentía a pesar de que podía degollarte por tan solo hablarme de esa manera, demostraste mucha osadía y eso me gusta, serás una excepción, pero no abuses, que no porque seas una excepción tendrás privilegios.¡¡¡Ah!!! Se me olvidaba, a cualquier incompetente asqueroso gusano que se le ocurra faltar el respeto a la señorita…- Se dio media vuelta para observarme.
-Alexia señora.
– A la señorita Alexia se las verá con migo, porque aunque no tenga privilegios no quiere decir que la trataran como una meretriz, ella ahora es una de nosotros y como tal la habremos de tratar.Se me olvidaba, ¡Charles!
-¿Si mi capitana?
-Tú estarás a cargo de la tripulante Alexia, ya que fuiste tú quien la trajo.- Charles se quedo pálido.
-Mi señora le juro que no tenía ninguna intención de traicionaros, ella me salvo la vida, le debía la vida.
-Tranquilo, te hubiera matado anoche, cosa que no hice porque te di la oportunidad para excusarte.
-Gracias capitana.
-Ahora llévate a Alexia para que coma algo que parece tener hambre, luego hazla pasar a mi camarote.
-Si señora.
-Vamos Alexia. El espectáculo acabo bazofias, regresen a lo que estaban haciendo-Charles se oía como todo un jefe.
4
MODALES PRIMERO
Seguí a Charles a una puerta que se encontraba en el suelo al medio del barco, Charles no demostraba tener modales, abrió la puerta y no me cedió el paso, entro como si nada.
Bajamos por unas escaleras de madera al fondo del barco, me costaba bajar ya ye el barco se balanceaba; mientras bajaba detrás de Charles podía observar que el lugar claramente era el comedor, no era como el comedor de mi casa con mesa de roble marrón oscuro, mis mesas de pinos canadienses con candelabros adiamantados, bandejas de la bronce bañadas en plata, vasos de cristal hindúes vajilla china ó finos cubiertos de plata; en ese comedor había asientos de madera simple, algunos rotos, dos grandes y largas mesas que aparte de simples cojas, los platos que tenían apariencia de pertenecerles a los perros pero esos hombres parecían no darles asco y ya ni hablar de los cubiertosy menos la vajilla porque ni vajilla tenían. Estaban todos los hombres que me miraban morbosamente, entre y todos volvieron a mirarme pero esta vez ya no lo hacían como en el duelo a espadas, lo hacían con respeto, se quitaron los sombreros se pararon y me recibieron sin decir nada luego de unos instantes se volvieron a sentar, entramos y cruzamos todo el comedor y llegamos a una ventanilla donde el mismo hombre gordo que me llevo a jalones al medio del barco fue el mismo que estaba atendiendo en la cocina.
-Así que eres la damita que se salió con la suya.
-Pues creo que sí.
-Pues bienvenida y ahora que eres uno más o mejor dicho una más de nosotros, ¿qué diablos haces parada ahí? vas a desayunar o solo vas a estorbar.
-Perdón, deme un desayuno por favor.-El hombre se entra a la cocina a servir un plato de papilla blanca que no logre descifrar que era, junto a un vaso de lata con un líquido tibio de color PLOMO.
-Toma damita, es lo mas descontaminado que te puedo dar, solo porque me dijiste por favor.- Si esta cosa estaba poco contaminada no me imagino cómo estará la contaminada.
-Bueno pues gracias
-Esta damita nos salió educada.- Le indico a Charles.
-Si lo sé, supongo que tendrá que olvidar todo eso aquí.
-Pues a mí me gusta, aquí ninguno de estos malnacidos tiene modales, ni siquiera tu Charles.
-Ehhh cállate, que te puedo botar del barco si yo quisiera.
-Entonces tú tendrías que cocinar, CHARLES.- Se acerco a la ventanilla y lo miro fijamente con una sonrisa.
-Pero no te boto nada más porque eres amigo.
-Vete y vallase señorita damita, que están estorbando en la fila.
Me puse un poco colorada, al parecer ya le caía al cocinero a la tripulación y hasta la capitana solo me faltaba simpatizar a Charles MI TUTOR.
Me senté en un lugar alejado de todos esos hombres, aun me encontraba con camisón y me sentía incomoda, no me había bañado y Charles aparte de no ser un caballero me ignoraba. Trate de llamar su atención pero miraba a otro lado mientras comía un pedazo de pan, me canse de hacer monerías con el fin de que me atienda, me dispuse a tocar la materia de desayuno que me habían dado, la papilla blanca parecía ser avena y el liquido plomo parecía ser agua o mate de menta, bueno no sabía tan mal como se veía pero eso no le quitaba el aspecto desagradable, que por otro lado tenía que comer por educación a parte que tengo mucha hambre.
Mientras estaba comiendo se acercaron unos hombres.
-Buenas damita.-Me hablo un hombre no tan alto como Charles, con una cicatriz en el cachete derecho, una pañoleta azul en la cabeza, una camisa azul sucia y un tanto desagarrada por los brazos, con una pistola en el cinturón de cuero que tenia sobre su pantalón negro con botas negras.
-Mi nombre es Alexia- Me presente con una mano en el pecho girándome hacia ellos.
-Pues para nosotros serás una damita muy elegante, dinos ¿Por qué quisiste entrar a un barco lleno de bandidos, asesinos, algún que otro violador y demás?-Dijo mirando a sus compañeros que tenía a su alrededor
-Bueno, la verdad preferiría quedarme en un barco lleno de ladrones y asesinos…
-Y uno que otro violador- me interrumpió
-Sí y uno que otro violador, mientras me fuera de esa prisión en la que vivía yo sería feliz aunque de lava trastes.
-Eh ten cuidado con lo que dices, Mildron te escucha y no vuelves a salir de la cocina nunca más.
-¿Quién es Mildron?
-Como que quien es Mildron, pues si te está dando de comer.¾Me dijo un hombre manco, con poco pelo y mirada fruncida.
-Mildron es ese gordo bueno para nada quien nos intoxica con su asquerosa comida-Dijo Charles mientras comía su pedazo de pan.
-Por lo menos eso cree Charles, a él no se le apetece comer lo que le sirve Mildron.- Prosiguió el hombre manco.
-Sabes que no confió ni en mi sombra maldito gusano.
-Por algo eres la mano derecha de la capitana. Me presento a usted Señorita damita, soy Shorsthri, yo fui un rescatado mas de nuestra querida capitana, perdí la mano en uno de los combates, si es eso lo que tanto mira.¾Aparte la mirada de su defecto.
-A que te refieres con rescatado, es decir ¿si se podría saber señor Shorsthri?
-Yo era un acusado por la sociedad de donde venía, me acusaron de falso asesinato, estuvieron por fusilarme en medio mar y arrojarme en alta mar como ejemplo para todos los asesinos, pero apareció nuestra querida señora y asalto el barco secuestrándome y de esa manera debiéndole yo la vida y fidelidad. Ella rescata salva y hace justicia a su manera, aunque no vamos a negar que a veces si hacemos bandolerías.
-Lo oíste Alexia, le debes la vida a la capitana-replico Charles-Si no fuera por ella estarías en quién sabe dónde, debes de serle fiel ante todo y cumplir todas sus ordenes como ha de ser debido.
-Señorita damita la dejamos porque ya terminamos de tragar nos marcharemos antes de que Mildron nos saque a patas de aquí.-Hicieron una pequeña reverencia y se fueron, no sé que tienen los piratas con las reverencias.
Mientras estaba tratando de pasar por mi boca eso a lo que ellos llamaban de alguna forma comida me puse a observar a Charles mientras terminaba de mascar su pedazo de pan, parecía despreocupado, como si nada le pasara por la mente, aunque no lucia sus mejores galas su rostro lo compensaba, tenía los ojos color abeto, una piel muy blanca un poco mas blanca que la mía, no era feo la verdad, era muy guapo y simpático, pero no porque no sea feo signifique que su personalidad no lo sea, aun no lo conozco hasta el momento me da tiempo de decir que sus modales son prueba de que es un pirata hecho y derecho.
5
APRENDIENDO DE UN VERDADERO SABANDIJA
Una vez terminado el desayuno, dado gracias a Mildron, Charles me va a enseñar lo esencial para ser un pirata, supongo que no ha de ser tan difícil.
Charles me ordena que vaya al frente del barco y que le espere ahí, supongo que traerá hojas,papel y pluma para que escriba las lecciones, porque se ha ido con unas ganas…
Llevo esperando más de cinco minutos y no ha llegado Charles, todos los hombres se la pasan hablando groserías y uno que otro golpe he podido presencias, he visto casi de todo, sus aspectos, comportamiento y la forma de vestir, diría que estando en el mar esos hombres no han tocado una gota de agua en su vida, cada instante me empiezo a impacientar y estar aun en camisón no me ayuda.
-Hola damita.- Se acerco y me dijo un joven de unos diez centímetros menos que Charles, tenía el cabello totalmente negro, su tez también era blanca, debemos de admitir que en todo el trayectopuedo llegar a decir con certeza que él y Charles son los dos únicos jóvenes y con cara presentable que he visto hasta ahora.
-Por favor-Le suplique- Mi nombre es Alexia.
-Está bien, Alexia, es un honor hablar con la damita que reto a nuestra capitana, y además que creyó que la iba a ganar- dio una carcajada en muestra de burla, no me dejaría.- Que ridícula.
-¿Tú lo habrías hecho?- Se quedo en afonía por unos instantes, su carcajada se convirtió en mi sonrisa de orgullo, sabía que no lo habría hecho.
-Perdóneme señorita Alexia- se disculpo con ironía- Pero no todos los días ves a una damita retando a la mejor pirata en la espada de todos los océanos.- Me quede boquiabierta.
-¿La capitana es la mejor pirata en la espada de todos los mares?
-Sí, has de saber que nadie la ha podido vencer, con su sola espada a logrado asaltar más de ciento ochenta embarcaciones, de estados, bancos, duques, marqueses, reyes y pueblos hasta barcos privados, es buscada por veintiún reinos, robando todo lo que tenga a su paso, algunos han intentado vencerla en un duelo de espadas, creyéndose los mejores, para robarle todas sus riquezas, pero ella no se ha dejado. Con su espada a matado a todos sus contrincantes para que aprendan a no retar a alguien tan magnacomo ella.
-Quiere decir…
-Que te salvo la vida de alguna forma. Que descortés-dijo poniendo sus dos manos en su cabeza- soy Hale Robert gusto en conocerla lindura, para lo que se le ofrezca estaré por algún lado del barco- Me tomo de la mano besándomela, me sonroje.-Ahora me retiro que el miserable de Charles viene, hasta luego lindura.
Charles y Hale se acercaron uno al otro, chocando hombros y deteniéndose, se miraron Hale le dijo algo pero no pude oír muy bien, parecía ser algo fastidioso para Charles porque empezó a hacer un puño muy fuerte, parecía contener la ganas de golpearlo.
-Ya que te entretuviste con Hale pasaremos directo con la capitana, ya no hay tiempo.
-Pero Charles bueno no me parece que una joven como mi persona deba presentarse con la capitana en estas fachas.
-Mira-se acerco demasiado a mi rostro y me miro fijamente a los ojos- Este no es tu palacio, yo no soy tu profesor de ciencias de geogralofio o yo que sé, estas en un barco lleno de piratas, yo no te traje a la obligada literalmente me amenazaste así que no me andes JODIENDO la existencia con tus cursilerías y tus modales, quieres ser una pirata olvídate del por favor y del gracias, cuando estés en combate con otros piratas tus por favores y gracias no te salvaran la vida y mucho menos te la salvare yo, aprende a cuidarte por tu cuenta, robaras, mataras y mentiras, aquí no bailaras de puntitas y te pondrás el rosa en las camisas. Ahora vamos que ya tengo bastante con aguantar tus niñerías, no soy tu niñera solo estoy encargado de ti. ¿Lo tienes claro?- Estaba más que claro que no le agradaba a Charles.- Te he preguntado si te ha quedado claro.- Asentí con la cabeza en señal de afirmación.
-Pero todas esas cosas están mal-Dije por lo muy bajo.
-Y eso en qué nos afecta Alexia, lo hacemos por nuestro bien, si no lo hacemos alguien más vendrá y nos matara si no lo hacemos primero, alguien más nos engañara si no lo hacemos primero, alguien más nos robará si no lo hacemos antes nosotros, ellos no te preguntaran cuando pueden robarte, cuál mentira te hará daño cuál no, no te preguntaran si quieres morir o no solo te mataran y punto, lo que hacemos no está mal, los que están mal son ellos.
-Pero nosotros también estamos mal entonces.
-Qué no, no lo entiendes estúpida- cada vez empieza a elevar la voz- nosotros lo hacemos porque nos gusta, porque así somos ese es nuestra satisfacción, nuestra naturaleza para lo que nacimos, esto es lo que tienes que ver, esto es lo que tienes que ser desde ahora y si es mucha presión para ti, no sirves sería mejor que te vayas.
-¡Cállate!, Por favor, tu y yo somos muy diferentes eso lo veo desde leguas pero por mas diferente que seas a mí, te pido que respetes mi filosofía para mí lo malo es malo y lo bueno es bueno.-Respondí con un tono a regañadientes.
-Entonces tu no mereces ser pirata-Saco su espada cansado de mis quejas y me la puso en el cuello a punto de degollarme de un solo roce.
-Muy bien hazlo, hazlo Charles mátame, mata a una nueva colega, mata a uno de los tuyos esa es tu estúpida filosofía es lo que eres, vamos a ver qué es lo que piensan los demás de esto, como piensa la capitana de esto cuando encuentre su barco ensangrentado y manchado con mis restos, con los restos de la única muchacha que la reto solo para entrar a su tripulación.-Me dedico una mirada de ira acompañado de una mueca, bajo su espada.
Pude ver que al bajar su espada todos los del barco dejaron de hacer lo que hayan estado haciendo y se pararon a ver la escena de Charles, se dio media vuelta y les grito.
-¡¡Malditos Gusanos ocúpense de sus asuntos!!-Empezó a caminar hacia el camarote de la capitana.
Estando detrás de Charles me hizo recordar a Padre, él me reñía severamente cuando no hacia algo bien o cuando le fallaba, ¿habré hecho algo mal? ¿Le habré fallado a Charles? No sé si algún día lo sabré solo sabré lo que tengo que aprender de un verdadero sabandija como Charles o por lo menos de su filosofía robar, matar y mentir eso me dice Charles, solo espero no estar equivocándome.
CONTINUARA…
(no dejes de seguir mi libro, lo voy actualizando seguido, pues la historia no se ha terminado y no terminara muy pronto sin antes saber que les ha gustad, dejame tu comentario y seguire actualizando los capítulos y podras vivir las aventuras con el osado Charles y la valiente Alexia) 😉
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