Me levantare una mañana y veré la montaña desde mi ventana, saldré a caminar descalzo por el parque de mi barrio, me sentare en una de las viejas bancas de madera que aun soportan los años y con los primeros rayos del sol naciente escribiré una vez más, la luna se despedirá hablándome del olvido, de como las personas ignoran a los demás y se desprenderá en un rayo de luna las estrellas que dan paso a la virtud humana.

Volveré a escribir, espero sea pronto, recuperare las cartas, los lazos, las historias a medias, los cafés fríos, los libros incompletos, la vida a cuestas, estoy seguro de que no me rendiré, pero también de que fallare, volveré a escribir aun teniendo el miedo de caery no volver a levantarme, y por mucho que sea apelare el testimonio de la conciencia, cuando todo esto acabe nada volverá a ser como antes, pues no escribiré de corazones encogidos porsecretos amorosos, intestinos agitados con mariposas revoltosas, pero si cambiando el tiempo, pues mi letra es atemporal, es diferente a las demás, porque es solo mía, Sera un nuevo mundo, tal y como lo soñé, tengo un objetivo, una meta por alcanzar, se que debo pasar por mil caminos y caer en cada uno de ellos, las cicatrices son la escuela del alma, debo cercenar a la bestia que se alimenta de mis ideas, aquella que va en sentido contrario a mis deseos.

Volveré a escribir sin importar ser leído o no, el tiempo hará de las suyas acumulando el polvo sobre las letras, las palabras se atragantaran en mis manos, evitando tachones y hojas residuales, debo ver la virtud de esta postura, de esta tragedia que he asumido, pues aun cuando se acaben las esperanzas lo único que me quedara será la escritura, así, que sí, volveré a escribir, lo hare contrario a lo que desean los ciegos de corazón, los mudos del alma….

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