Perversión nocturna

Perversión nocturna

Ailén Graneros

07/07/2018

–Siempre me acuerdo la noche de tu cumpleaños.

–Sí, la pasamos genial, ¿eh?

La verdad es que no puedo contradecirte con eso, hasta cierto punto. Empezamos festejando con la compañía de una luna llena como hoy, y, hasta que te tuviste que ir, me divertí mucho.

Estás diciendo que si me quedaba, ¿hubiésemos disfrutado todavía más?

Seguramente, aunque no me refiero a eso. Me hubiese gustado que contases conmigo en lugar de huir.

Bueno, tampoco para que te perturbe tanto. De habértelo dicho, el final hubiese sido distinto… y peor.

¿Peor? Me parece imposible. Pero ya aprendí que tus palabras no son de fiar.

Mira, te lo voy a decir una sola vez. No tengo por qué darte explicaciones, nene de mamá. Tuviste la oportunidad de ayudarme y no quisiste. Ahora, te cagás.

Calmáte, por favor. Es que no hay un minuto en que no me perturben los recuerdos. Estuvo con nosotros desde que llegamos a la fiesta, y después de decirnos que iba por otro trago, no volvimos a verlo. Doce horas más tarde, lo encuentran muerto. ¿Te parece una casualidad?

–No me estás contando nada que no sepa ya. ¿Qué tiene de especial toda esa investigación policíaca?

De especial nada. De eventualidad… es la misma cantidad de horas que te tomaste para aparecer.

Te lo repetí cien veces, pendejo, me quedé dormido en la playa. Cuando desperté, no recordaba donde había estado y me costó unos cuantos kilómetros regresar a pie. Tanto vodka dio resultado, ja.

Podes confiar en mí. Te lo ruego, necesito volver a dormir por las noches. Me desvelo intentando descifrar ese crimen.

Me tenés harto. ¿Querés saber qué pasó? No… mejor te lo muestro.

¿Qué? Pará… soltá…

Primero, lo agarré del cuello, exactamente como a vos ahora. Lo empujé contra la palmera, unas… mmm… tres o cuatro veces, haciendo rebotar su cabeza en cada ocasión.

Me pedía, a duras penas, que lo suelte. Sus venas al borde de explotar producto de la presión me excitaban.

Soltá…

Había tanta gente esa noche que nunca me iban, ni me van a descubrir. Y después, todo siguió su flujo natural. Logró pegarme y safarse de mis manos, corrió unos metros por la arena hasta que lo alcancé. Que intentara escaparse, me enfureció.

Hijo de…

Sh, calladito que no terminé. Viene lo mejor. Lo tiré al suelo y le incrusté la cara en el polvo, hasta que simplemente dejó de moverse. Seguido de eso, empujé su cuerpo hasta el agua para borrar mis huellas y regresé a casa, feliz de una noche exitosa. Lo quería, pero era muy débil para este mundo. Me pone muy triste que vos tengas que ser el próximo hermanito, pero es impredecible quien me va a hacer enojar. Es casi como un instinto. Aunque así es la vida, o al menos la mía, y al contrario tuyo, yo siempre pude dormir, tranquilo y satisfecho.

Por favor… no… lo… hagas.

Ya lo hice.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS