escribir, y escribir, una droga que también es adictiva

básicamente no tengo de que escribir ni soy un escritor con ideas fluyendole por las venas, ni se si interese.

solo soy un tonto con intentos de ortografía que no tiene mas en su vida que el computador del trabajo. La vida se me paso en un abrir y cerrar de ojos, y he sufrido lo de muchos en esta generación que anhelaban crecer y ahora juran que fue la peor idea. No, no es que me quiera suicidar… solo que estoy acá y escribir sin un punto fijo, sin ideas, solo letras fluyendo por mis poros… eso me produce paz y aunque no tenga a nadie en mi vida eso me conforta. Escribir y escribir.

Santiago siempre pensó que no significaba nada su existencia, tenia claro que era por la voluntad de un Dios por el cual el se regia, aunque no a totalidad al menos, intentaba hacerlo. De niño fue un soñador, un enamorado de la vida (a pesar de sus malas vivencias, ese niño enamorado de la vida y todo lo bello seguía dentro de su alma) quiso ser cantante, o alguien importante, jamas jamas imagino que crecería y no seria ni cantante, ni lograría nada de provecho, sumándole que la pubertad no le favoreció y no tenia para nada un buen físico, que no tenia mas que la primaria y no porque el así lo quisiera, y que no tenia ni amigos, con una hija lejos y un hogar destruido, al borde de la locura y con un trabajo no malo pero confinado a consumirle media vida de. En ese momento solo era un joven adulto frustrado proveniente de una familia pobre pero amorosa. Una familia que lucho con el para sobrevivir por sus 23 años de vida hasta el día del hecho.