Ella era una chica diferente, la cual a pesar de todo el daño que había sufrido de pequeña siempre trataba de dar lo mejor de sí, siempre ayudaba y se mostraba cariñosa con la gente que la rodeaba. Siempre tan simpática, tratando de llevarse bien con los demás.

Él era el típico chico rudo, que todo absolutamente todo le importaba poco, lo que se dijera, lo que los demás pensaran. También se caracterizaba por ser de esos chicos solía ser rebelde y así.

Ese día ninguno de los dos se imaginaba el caos que después se desataría al cruzar sus caminos, todo comenzó en el instituto ella cursando el cuarto grado y él llegaba como nuevo alumno. Esa tarde, antes de comenzar las clases, se encontraba platicando con su pequeño grupo de amigos.

Dalia: -Suspirando- ¿Crees que en este curso haya alumnos nuevos?

Felicia: Tal vez, aunque lo dudo mucho como ya somos de un curso más avanzado. Pero bueno esperemos a ver que pasa.

En ese momento interrumpe, uno de los chicos del grupo.

Marlon: ¿Quieres ver sí entraran chicos guapos verdad?

Dalia: -En tono molesto- Obvio no ¡Idiota! Pero es que en casi todos los cursos, siempre entran alumnos nuevos.

Transcurrió el primer día de clases sin ninguna novedad, casi todos los maestros eran los mismos del curso anterior y ya no hacía falta tanta presentación porque hasta ese momento también eran los mismos compañeros del curso anterior. A la hora del descanso ella hablando con su amigo, comentaron sobre los maestros y las materias. Hasta ese instante todo transcurrió normal.

Ya en el salón de clases escuchó comentarios sobre que la próxima semana entraría alguien nuevo, amigo de un pequeño grupo del salón.

Dalia: ¿Has escuchado? Entrará alguien nuevo, ¡no puede ser! Me emociona saber si será chico o chica.

Marlon: ¿Por qué te emociona? O sea ni lo conoces, solo ellos saben quién es, espera hasta la próxima semana para que lo veas. Tal vez haya posibilidad que sea chica.

Toda la semana transcurrió así, conociendo las nuevas materias, comenzando con los trabajos, organizando los proyectos.

Después de tanta espera, por fin se llegó el día. Dalia ansiosa de saber quién sería el compañero o compañera nuevo (a), se levantó temprano, hizo sus tareas, se arregló y solo espero a que se llegara la hora para irse al instituto.

Dalia sentía nerviosismo porque por fin conocería a la persona de la que tanto hablaban ese pequeño grupo.

Dalia: ¡Marlon! Hoy por fin conoceremos al o a la nueva del salón, ojalá y sea un chico. ¡Estoy nerviosa!

Marlon: -En tono molesto- Pues a mi ni me emociona que llegue alguien nuevo, o sea tu y yo apenas entramos en el curso pasado, prácticamente somos nuevos. Y ya no hables sobre eso porque para empezar ni les hablamos a ellos.

En ese instante entra ese grupo de amigos y entre ellos van comentando:

Eunice: -En tono alegre- ¡Hoy llega! ¡Por fin! Hoy lo veremos, después de tanto tiempo.

Perla: Sí, lo mejor de todo es que estará en el mismo grupo que nosotros.

Janeth: Sí, eso es lo mejor de todo.

Transcurrieron tan solo dos clases, cuándo en ese momento llegó interrumpiendo él:

Francisco: Buenas tardes, ¿Aquí es el salón de cuarto grado?

Delia, que era quién esperaba tanto ese momento se encontraba distraída apuntado lo de la pizarra. Cuándo…. Marlon la interrumpe:

Marlon: Mira Delia, ahí está el nuevo.

(Delia en ese momento volteo pero jamás imaginó el caos que provocaría en ella ese chico, solo que tenía que fingir que no le había interesado)

Delia: -En tono de disgusto- Pues… no está muy interesante que digamos, se ve que es el típico creído que piensa que tiene todo al mundo a sus pies. (Pero en el fondo, ella había sentido algo especial, al ver esos ojos verdes)

Pasaban las horas de clase y ella no dejaba de pensar en esos ojos y en esa sonrisa, pero era obvio que no podía decirlo.

Felicia: Delia, ¿Estás bien? Desde hace un rato que noto que estás cómo distraída, ¿En que piensas?

Delia: -Reacciona- ¿Qué? No, no tengo nada solo estaba pensando en algo sobre la tarea de Biología.

Marlon: ¿Segura? Cómo que desde que viste al nuevo estás en otro mundo. ¿No nos digas que te gustó?

Delia: (Voltea a verlo de reojo) ¿Ese? ¿Gustarme? O sea no, ya te dije que se me hace un tipo con un ego extremadamente alto. Tal vez sus amigos son igual por eso se juntan y todo eso.

Felicia: -En tono burlón se dirige a Francisco- Con que otra vez aquí, ¿Cómo fue que te aceptaron? ¿No te habían cambiado de instituto?

(Él respondiéndole en el mismo tono): ¡Para que veas! Aquí estoy de nuevo y veo que no a todos les gusta, pero pues que se le puede hacer.

A la hora del descanso, Delia, Marlon y Felicia se dirigieron a comer a la parte de atrás de unas aulas.

Felicia: Ese Francisco es un pesado yo no sé cómo lo volvieron a aceptar, si ya estaba mejor en el otro instituto.

Marlon: ¿Enserio? Entonces es cómo dijo Delia, un egocéntrico de primera.

Delia: Yo solo lo dije porque así se ve, pero ni siquiera lo he tratado así que aún no puedo afirmar nada.

Marlon: Pues sí Felicia dice eso es porque ella ya estuvo en un curso con él & ya se dio cuenta de su actitud.

(Delia no estaba segura que en realidad era así, entonces tenía que pensar en la forma de acercarse a él, porque aunque no lo aparentaba, esa tarde, él desató algo especial en ella)

Al entrar al salón, a Delia se le ocurrió empezarle a hablar a una de las chicas de ese grupito.

Delia: Hola Janeth, ¿Hiciste la tarea de Inglés?

Janeth: No, ¿Había tarea? (Janeth, era de las chicas que se la pasaba la mayor parte del tiempo fuera del aula)

Delia: Sí, dejó unos dibujos y unas palabras a las que debíamos ponerle el significado en español.

Janeth: ¿Me la podrías pasar? Por favor.

En eso se acerca Jonathan y dice: Hola guapas, ¿Qué hacen?

Delia: -Riéndose- Disque haciendo la tarea de inglés.

Jonathan: (Dirigiéndose a Janeth) Cómo siempre al último, pero eso te pasa por andar dando vueltas por todo el instituto ya lo conoces pero no entiendes que debes cumplir con tus tareas.

(Delia, había encontrado en Jonathan a la persona correcta con la que lograría acercarse a Francisco)

Pasaron las últimas horas de clase y Delia ya se llevaba bien con Janeth y Jonathan. Felicia comenzó a sentir celos, ya que ella era la incondicional amiga de Delia.

Felicia: -En tono molesto- Ya te estas empezando a llevar bien con ese grupo ¿Verdad?

Delia: Pues, es que se me hicieron buena onda y no podía negarme a hablarles.

Felicia: Bueno ellos si me caen bien, pero quién no me cae es Eunice es patética y arrogante. De hecho en el curso antepasado ya nos íbamos a pelear, solo que al último ella tuvo miedo.

Marlon: ¿Y porque se iban a pelear?

Felicia: Pues es que ella en Facebook, comenzó a decirme cosas y yo le dije que mejor lo arregláramos en persona y pues me dijo que sí pero al último se escondió.

Delia: ¡Wow! Hubiese estado genial que llegaran a los golpes.

Felicia: ¡No! Yo no me iba a rebajar, si se lo dije fue solo porque ya me había hartado.

Terminó el día de clase, y ya camino a la puerta del instituto iban Delia, Felicia y Marlon. Cuándo Francisco, Eunice, Perla, Jonathan, Janeth y Omar pasaron a lado de ellos. Delia, cruzó por primera vez mirada con Francisco y ambos sonrieron.

Janeth: ¡Adiós Delia! Nos vemos mañana.

Jonathan: ¡Adiós niña! Hasta mañana.

Delia: Adiós niños, hasta mañana, vayan con cuidado.

(En ese momento, Delia sentía por dentro una gran emoción de haber cruzado mirada con Francisco y que él le haya sonreído)

Marlon: ¿Por qué sonríes tanto?

Felicia: ¿Qué pasa?

Delia: -Suspira- Nada, es que creo que me está empezando a gustar alguien.

Felicia y Marlon: ¡¿Quién?!

Delia: Después les cuento, ya llegaron por mí. Hasta mañana, cuídense.

Esa noche Delia, tenía que planear bien que haría para entablar aunque sea una pequeña conversación con Francisco. Mientras hacía la tarea y escuchaba música comenzó a idear un plan, ya que ella quería conocer a Francisco y era él quién le había empezado a gustar. Así que después de mucho pensar, decidió que fingiría que le gustaba Jonathan, cómo él era amigo de Francisco iba a ser el mejor pretexto para acercársele.

Al día siguiente, Delia, concluyó con la organización de su plan, preparó perfectamente lo que le diría a Felicia y a Marlon acerca de quién le gustaba, tenía que estar segura de que todo saliera a la perfección ningún detalle podía fallar. Y cómo ya comenzaba a tener problemas con Felicia porque se había enterado que mientras ella estaba enferma, Felicia habló muy mal de Delia, así que nada mejor que eso para también comenzar a acercarse con los demás amigos de Francisco. Ya en el colegio, Delia le dijo a Marlon que quería hablar con él, quería contarle algo muy importante, él aceptó y salieron a dar una vuelta por el instituto.

Marlon: ¿Qué pasó? ¿Qué es eso importante que me quieres decir?

Delia: Pues es que quiero contarte esto sin que Felicia se entere porque cómo que ya comienza a empeorar mi situación con ella.

Marlon: Pues, dime yo no contare nada. Lo prometo.

Delia: Bueno es acerca de la persona que me gusta, la verdad me gusta Jonathan, ya sé que tenemos gustos extremadamente diferentes, a él le gusta el anime y esas cosas japonesas y a mí no, aun así, me gusta. Y te pediré un favor Marlon solo tú sabes, así que al hablar de él todo lo diremos en clave. ¿Sí? Por favor.

Marlon: ¡¿Qué?! ¿Jonathan? Es una broma ¿Verdad?

Delia: No, no es una broma.

No se dieron cuenta que el profesor ya había llegado. Ya en el salón:

Felicia: -Enojada– ¿Dónde estaban? Los estuve buscando pero me aburrí y pues mejor me vine al salón.

Delia: Estábamos atrás de los salones, le estaba platicando a Marlon sobre la persona que me gusta.

Felicia: ¿Ah sí? ¿Quién es? Cuéntame.

Delia: Es un chico de por mí casa, se llama Israel. Está súper guapísimo.

(Delia saca su celular y le muestra una foto a Felicia, foto que había sacado de un perfil de Facebook solo cómo parte de su plan)

Felicia: ¿Enserio es él?, pues si está muy guapo.

Comenzó la clase y la profesora dejó el trabajo en equipos y salió del salón. Delia no había notado que Francisco estaba sentado al lado de ella, cuando de repente volteo y lo vio ahí distraído haciendo un dibujo, en ese momento sintió cómo un zoológico en el estómago pero tristemente no podía decir nada, no quería arruinar las cosas, mucho menos el plan tan excelente que había hecho. En eso voltea a la parte de atrás y le dice a Jonathan:

Delia: Oye ¿No quieres juntarte con nosotros?

Jonathan: Sí, ¿De cuántos es el equipo?

Marlon: Ni idea la maestra solo dejó el trabajo así.

(Jonathan acomodó su pupitre a lado del pupitre de Delia, y ella fingió emocionarse, Marlon era el único que entendía la expresión que había puesto)

Felicia: Bueno, comencemos a trabajar.

Delia: (Dirigiéndose a Jonathan, mientras él dibujaba) Que bonito dibujas, te gusta mucho ¿Verdad?

Jonathan: Sí, me gusta mucho esto del dibujo y también me gusta tocar la guitarra, entre otras cosas.

Delia: -Se mostró interesada– ¡Que genial! Pues un día de éstos a ver sí me regalas un dibujo. Necesito decoración para mi habitación.

Jonathan: Sí, claro solo me dices que dibujo quieres y ya.

Delia: Sí está bien, gracias.

Felicia: -Enojada, dice en voz alta- Ya podemos trabajar, la maestra ya casi llega y nosotros no hemos hecho nada.

(Marlon y Delia ignoraron a Felicia, pues sabían que la maestra no revisaría el trabajo. Felicia enojada se levantó de su lugar y fue hacía dónde estaban Marcela, María, Jessica, Liliana y comenzó a hablar mal de Delia)

Mientras tanto Delia fingiendo interés en Jonathan, comenzó a preguntarle más acerca de su vida.

Delia: Y, ¿Qué más te gusta hacer?

Jonathan: Pues me gusta cantar, tocar la guitarra, la batería, entre otras cosas. También te puedo contar que de niño sufrí bullying y así.

Delia: -Con tono triste- Que mal, nunca pasé por eso, pero he conocido casos de gente que ha sufrido y la verdad no se lo deseo a nadie.

Jonathan: La verdad es muy difícil. Pero poco a poco se supera y más si cuentas con el apoyo de alguien.

[Felicia ya comenzaba a comportarse de otra manera, al grado de hablar mal de quién consideraba una hermana]

Felicia: No puede ser, ahora resulta que le va a dar más preferencia a Jonathan que a mí. O sea cuando ella llegó a este instituto fui yo la primera que se acercó a ella y así me agradece hablando más con él.

[Nadie realmente se imaginaba lo que estaba por suceder, ni Marlon imaginaria lo que Delia había planeado]

Ese día Delia determinó que sería buena idea que Jonathan se juntara con ellos a la hora del descanso y no dudo ni un segundo en proponérselo. A la hora del receso se fueron los cuatro al lugar de siempre, solo que está vez Felicia se mostraba con un gran descontento. Delia, se dedicaba solo a contemplar a Jonathan, seguía maquinando ese plan que ya había hecho.

Marlon: Bueno, alguien diga algo, que me estoy estresando que todos estén callados.

Delia: Bueno…. Felicia ¿Qué te parece si después vamos al parque o algo así?

Felicia: Sí nada más nos ponemos bien de acuerdo.

Delia: Jonathan, ¿Irias con nosotros?

Jonathan: ¡Claro que sí!

En ese instante suena la campana, ya era hora de entrar de nuevo a clases. Entrando al salón, Delia se da cuenta que Francisco no había ya regresado a clase, entonces le pregunta a Janeth, solo por curiosidad

Delia; Oye Janeth, ¿Dónde está Francisco?

Janeth: Ya se fue, siempre hace eso se va con Eunice y así,

Delia: Wow, (En ese momento se dio cuenta que Francisco, era el tipo de chico que a ella le atraían con apariencia de rudo y que le valía todo)

Janeth: Siempre reprueba y ya en los extraordinarios pasa los exámenes, es una persona muy rara.

(Delia se quedó pensando, en que como alguien como francisco pudo haber causado tanto revuelo en su caótica vida, ya bastante tenía con todo lo que había pasado)

Llega Marlon interrumpiendo a Janeth:

Marlon: Delia, ¿Segura que quién te gusta es Jonathan, o sea, es que te has mostrado interesada por saber porque se fue Francisco con Eunice.

Delia: [Voltea y en tono molesto le responde] ¡No! ¡Francisco no me gusta! Sí pregunté por él es porque se me hizo raro que así nada más se saliera, cómo pueden permitir esa clase de cosas en el colegio.

Marlon: ¡Uy perdón! No pensé que te molestara eso, bueno iré con Araceli y Jimena para platicar un rato.

(Delia se quedó en su lugar, pensando en porque comenzaba a sentir esa atracción por Francisco, ella siempre había tenido gustos peculiares, pero jamás se había sentido atraída por alguien así)

Termina la clase y Delia le dice a Marlon que sí iban a dar la vuelta por el colegio ya que se sentía algo aburrida, era obvio que se sentía así porque ya no vería a su chico el resto de las clases.

Marlon: Delia, fíjate que Felicia ya me está cayendo mal, solamente quiere ser ella el centro de atención me estaba diciendo Araceli que ha escuchado comentarios de que ha estado hablando mal de nosotros con Marcela y las otras tipas.

Delia: Ya sabía que estaba haciendo eso desde que dejé de venir el curso pasado cuándo yo enfermé, estuvo diciendo que yo fingía todo y cosas así. La verdad ya me está cayendo mal y me está aburriendo.

[Ya cuándo iban de regreso al salón pasaron a lado de ellos Perla y Janeth. Ambas saludan y siguen caminando].

Delia se queda pensando y en su mente comienza a maquinar que sería buena idea hablarles a Perla y a sus demás amigos, que, tal vez, solo los estaba juzgando mal y no eran lo que Felicia decía.

Las demás horas de clase transcurrieron aburridas, entre que Jonathan estaba con Omar, Marlon con Araceli y Jimena, Felicia enojada tenía los audífonos y no ponía atención sí Delia quería decirle algo, Janeth fuera del salón. Delia era de las personas que casi siempre cumplía con todo, siempre traía materiales y cosas así. En ese momento, Perla decide hablarle a Delia.

(Se acerca Perla y le dice a Delia)

Perla: Disculpa, de casualidad ¿No tienes lápices de colores? Es que yo olvidé mí lapicera y nadie más trae.

Delia: Sí, claro que sí tengo. Permíteme deja saco mí lapicera.

[Felicia se dio cuenta, volteo y veo de manera molesta a Perla, pues era obvio que ella no soportaba la presencia de Perla, aunque ella no se veía tan mala persona]

Delia: Aquí tienes Perla, también tengo plumones por si necesitas.

Perla: ¡Muchas gracias! En un rato te los regreso.

[Cuándo Delia estaba aburrida le gustaba escribir poemas pero no lo hacía por temor a que se burlaran de ella o alguien la molestara con eso]

Ya en la última clase el profesor de informática les puso unos videos acerca del trabajo que harían en el laboratorio de cómputo. Delia aburrida, pensaba en Francisco en que pasaría sí ellos fueran aunque sea amigos; pues consciente de que tal vez más allá no pasaría nada, solo se conformaría con una amistad. Jonathan se encontraba sentado al lado de ella, por lo que de repente Delia decide recargar su cabeza en el hombro de Jonathan, él lo tomó normal pues aún no sabía nada. Marlon ya sabía, pero Felicia tampoco tenía idea así que a pesar de eso pensó que Delia cómo estaba aburrida por eso había hecho esa acción.

Al terminar la clase, Delia salió con Jonathan e iban platicando. Marlon y Felicia se quedaron atrás, los gestos de Felicia mostraban que estaba más que molesta por lo que había pasado.

Delia camino a su casa, pensó que sería buena idea enviarle la solicitud de Facebook a Francisco así tal vez conocería un poco de él. Esa noche llegó a su casa, ni siquiera cenó, solo se metió a su habitación prendió su computadora e inició sesión en su perfil y comenzó a revisar los perfiles de los amigos de él, después de mucho al fin encontró el perfil de Francisco y solo unos minutos lo dudo pero al final decidió enviarle solicitud, en ese instante él confirmó, Delia estaba más que emocionada, desbordaba felicidad pues al fin tendría oportunidad de conocerlo.

Ella en ese momento le envió un mensaje:

Delia: Hola

Francisco: Hola J

Delia: ¿Cómo estás?

Francisco: Bien, bien y ¿tú?

Delia: Aburrida

Francisco: Que mal, yo estoy haciendo unos accesorios para un disfraz.

Delia: ¡Wow!

Francisco: Y… Que no saldrás a algún lado, una fiesta o no sé

Delia: Jaja, yo casi ni salgo.

Francisco: A por eso digo. Y ¿Qué haces para desaburrirte?

Delia: Pues estoy haciendo la tarea de Biología y escucho música

Francisco: Por curiosidad, ¿Qué era de tarea de Biología?

Delia: Un folleto, un cuadro sinóptico y otra cosa más J

Francisco: Interesante, solo le faltó decirnos que fuéramos al desierto por un cactus.

Delia: Jajaja (En ese momento, se dio cuenta que no era tan malo cómo decían, había conocido al chico más tierno, aunque aparentara ser un malo y así)

Francisco: Es que solo eso faltaba.

Delia: Jajajaja, la verdad sí.

Francisco: Bueno, tal vez lo haga en clase.

Delia: Pues… se supone que es en equipos.

Francisco: Y… ¿No sabes quién es mí equipo?

Delia: Tal vez, estés en el equipo de Jonathan.

Francisco: Bueno, gracias.

Delia: De nada. Ya sí te dice que no, pues te integro a mí equipo.

Francisco: ¡¿Enserio?! Aww, que hermosa.

Delia: (En ese momento no sabía cómo reaccionar, acababa de hablar con el chico que creo todo un caos en su vida)

Francisco: ¿Qué tengo que hacer?

Delia: Nada, tú solo ese día te presentas al colegio y así, yo me encargaré de decirle al profesor que ayudaste.

Francisco: Por cierto, ¿Habrá clases?

Delia: No, no habrá clases.

Francisco: ¡Genial!, Y ¿A qué se debe?

Delia: No sé, se celebra el natalicio de un personaje de la historia, algo así.

Francisco: Benditos sean todos ellos.

La conversación quedó así, el fin de semana transcurrió normal, el Martes, de regreso a clases, Delia llegó al colegio estaba demasiado contenta, había logrado hablar un poco con él. Al mismo tiempo también entablaba conversación con Jonathan tenía que seguir con los planes, nada debía fallar. Al día siguiente, Delia llegó al colegio y enseguida le dijo a Marlon que sí iban a dar una vuelta y se fueron al lugar de siempre.

Delia: ¿Adivina qué? Platiqué con Jonathan, ¡No inventes! Casi muero de la emoción.

Marlon: -En tono sarcástico- ¿Enserio? Ni se nota que vienes muy feliz.

No habían notado que Felicia se dirigía hacia ellos. Entonces llegó:

Felicia: Los estaba buscando, porque no me esperaron, creí que estaban en el salón. ¿Qué se traen? Últimamente andan muy raros conmigo, me evaden mucho, casi no quieren contarme sus cosas, en especial tú, Delia ya no me tienes confianza.

Marlon: Pensamos que no vendrías por eso nos salimos a caminar, aparte es que Delia se siente un poco mal.

Felicia: ¿Qué tienes? ¿Qué ha pasado?

Delia: -Con voz entrecortada- Es que… es que tuve un problema en mí casa y por eso vengo así toda triste, no me siento con ánimos de entrar.

Felicia: Pero debemos de entrar a clase, revisaran tarea.

Marlon: Vente, seguramente, de ratito se te pasará si ves a tú crush hasta se te olvidará que existen los problemas.

Felicia no tenía idea del dichoso “Crush” y ella pensaba que Marlon se refería a que Delia vería una foto en su celular.

En clase, Delia contemplaba a Jonathan, en realidad, a quién veía era a Francisco no podía olvidar esa pequeña conversación en Facebook, de repente le daban ganas de decírselo pero podía ser que él no sintiera lo mismo, que él la rechazara y esa no era la idea. Así que en silencio, se alegraba de verlo. Una clase antes del descanso Felicia en tono molesto le preguntó a Delia que sí había hecho el folleto de Biología, a lo que respondió que sí.

Delia: Felicia, solo que quería decirte que hay un pequeño detalle.

Felicia: ¿Cuál? ¿Olvidaste lo demás?

Delia: No, es que quiero que incluyamos a Francisco, él no tiene equipo.

Felicia: -Enojada y sorprendida- ¡¿Qué?! ¿Hablas enserio? ¡Por favor! ¡Por favor! Dime que es una broma. Marlon, ¿Has escuchado eso?

Marlon: ¿Qué?, ¿De qué hablan?

Felicia: -Aún más enojada- ¡No estas oyendo! Que Delia quiere incluir en el equipo a Francisco, dice que Jonathan no lo incluyo, porque el profesor dijo que solo eran cuatro integrantes en cada equipo. ¿Tú que dices Marlon? ¿Marlon? ¡Hazme caso!.

Marlon: -Un poco molesto- Pues yo no sé nada, al final la que hizo todo el trabajo fue ella.

Felicia: Yo les dije que en que ayudaba y me dijeron que en nada, solo hice el dibujo y así.

Delia: Bueno lo puedo incluir o no.

Marlon: A mí me da igual, no me quita ni me da nada el que lo incluyas en el equipo.

[Felicia se levantó enojada y se fue con Marcela]

Marcela: ¿Qué pasó?, ¿Por qué peleabas con Delia?

Felicia: Porque quiere incluir en el equipo a Francisco, o sea él ni ayudó con material ni nada.

Marcela: ¿Y? ¿Tú en que le ayudaste?

Felicia: Ella me dijo que hacía todo, yo solo iba a hacer la maqueta pero se me olvidó. Pero ese no es el chiste, el problema aquí es que porque es obligatorio incluirlo.

[Marcela y su grupito la ignoran y continúan con su plática; Mientras Felicia se queda sentada ahí solo pensando, tal vez maldiciendo por lo que había pasado]

A la hora de la clase de biología, el profesor da indicaciones acerca del trabajo que se hará en la primera hora, así que cómo instrucción da que se hicieran equipos para trabajar con un resumen, porque en la segunda hora el profesor pondría un video acerca del tema del resumen. Como siempre se reunieron Marlon, Felicia y Delia. Jonathan se había reunido con Omar y Eunice, mientras que Janeth, Francisco y Perla se juntarían para hacer el trabajo. Felicia seguía molesta por lo que había sucedido en la clase anterior. Entonces….

Felicia: Oye Delia, ¿Incluirás a Francisco en el trabajo de Biología?

Delia: ¡Claro que sí! Me imagino que si yo necesitara que él me incluyera en algún trabajo porque por un motivo me quedé sin equipo estoy segura que sí lo haría.

Felicia: A pesar de que sabes que me cae mal.

Delia: Es que a mí no me cae mal, he estado hablando con él y no es tan mala persona cómo yo pensaba.

Terminó la segunda hora y el profesor indicó que todos se acomodaran a modo de que pudieran ver hacía donde estaba la pantalla para poder ver el vídeo.

Francisco: Delia, ¿Me incluirás en tú equipo?

[Felicia voltea a ver a Delia con cara de que tenía que decirle a Francisco que no]

Delia: ¡Claro que sí!, Solo me das tú nombre completo para anotarlo en los trabajos.

Francisco: Sí te lo anotaré en tú libreta para que no distraigamos a los demás a la hora de estar viendo el video.

[Delia le da la libreta a Francisco y él anota en la última hoja su nombre: José Francisco Loera Ramos; Ella sintió ese pequeño nerviosismo y sonrió] Mientras veían el video, el profesor pidió que fueran pasando los trabajos ya que se los llevaría para revisarlos. Delia anotó los nombres de los integrantes y Felicia molesta entregó aparte su dibujo.

Los días transcurrían y las cosas entre Delia y Felicia ya no eran igual, peleaban y no le gustaba que le hablara a Perla y a Eunice. Cada día se distanciaban más porque su amistad ya estaba más que derrumbada.

En esos días que peleó con Felicia, Delia tenía que actuar pues temía que todo su plan se viniera abajo así que tuvo que tomar una decisión muy drástica, obligatoriamente debía decirle a Jonathan lo que aparentemente sentía por él. No sabía cómo reaccionaría Jonathan así que ese día en el laboratorio de informática solo se limitó a decirle que necesitaba urgentemente con él; Delia le pidió a Marlon que le dijera a Marcela o a Jessica que distrajeran a Felicia mientras ella hablaba con Jonathan, y así fue Marcela le dijo a Felicia que si por favor le ayudaba con el trabajo porque no le entendían y tenía que entregarse en la próxima hora, ella aceptó y se quedó ayudándole en el laboratorio.

Delia se llevó a Jonathan al lugar de siempre, y cómo testigo de esa decisión estaría Marlon.

[Jonathan sin tener idea de lo pasaba, estaba sacado de onda con la intriga de saber qué era lo urgente que le tenía que decir Delia]

Jonathan: ¿Qué es eso urgente que me tienes que decir? Me estas asustando.

Delia: -Un poco nerviosa- La verdad no sé cómo decirlo, es algo difícil para mí pero va a ser mejor que lo sepas por mí que por Felicia.

[Jonathan se quedó completamente serio]

Delia: Te lo voy a decir de frente y con las suficientes agallas, tú… tú me gustas.

[Jonathan volteo a ver a Marlon y se quedó serio]

Jonathan: Este…. Mmmm… no sé qué decir, me sorprende, no esperaba algo así.

Delia: Es que Felicia ya sospechaba y pues para mí era mejor decírtelo que ella te lo dijera sabiendo cómo se ha estado portando.

[Después de eso, ya no se habló más del tema. Pero apenas y comenzaba lo bueno, apenas se venía la catástrofe]

En el laboratorio, Felicia se acercó a Marlon y a Delia y muy molesta les dijo:

¿Qué les pasa? ¿Por qué no se estuvieron conmigo a la hora del receso? ¿Dónde estaban?

Marlon: -Algo molesto- Estabamos allá afuera, sabes que no nos dejan comer dentro del laboratorio y nosotros ya habíamos comprado nuestra comida.

[Delia, estaba callada, pensativa, en shock por lo que acababa de hacer ella hubiera querido decirle eso a Francisco y no a Jonathan se lamentaba de esa decisión pero era lo mejor para todos]

Felicia: Bueno, creo que no quieren hablarme, mejor me voy.

[Felicia se dirigió a donde estaban María y Liliana y comenzó a hablar mal de Delia]

María y Liliana: ¿Qué pasó Felicia?

Felicia: Pues es que Delia y Marlon ya me están excluyendo mucho, solo entre ellos platican y a mí ya no me quieren contar nada ya no me tienen confianza, aparte de que Delia ya le da más preferencia a Jonathan nada más quiere estar con él y así.

María: [Voltea a ver a Delia] Pues si luego, luego se ve que es de esas personas mal agradecidas, yo no sé cómo es que te pudiste juntar con ella si se le nota el tipo de persona que es.

Liliana: Y el estúpido de Marlon ahí siguiéndole el juego, si te dicen algo me dices y yo les doy su merecido.

Felicia: Gracias niñas, creo que ahora estaré con ustedes más tiempo.

Transcurrieron los meses, Felicia y Delia ya casi no hablaban, Felicia solo se limitaba a hablar mal de Delia, Jonathan y Marlon. No había dia en que no estuviera enojándose porque Perla, Eunice, Omar y Francisco ya comenzaban a hablarle más a Delia. A tal grado que ya se sentaban juntos y casi andaban a todos lados y así. No soportaba la idea de que ese grupito le quitara a su amiga, aunque, ya ni parecían amigas, para Delia ya era más capricho por parte de Felicia.

Delia comenzó a cambiar su forma de vestir y de arreglarse, al fin podía mostrarse tal y como realmente era. Poco a poco fue involucrándose más con Francisco y sus amigos. Casi no entraba a clases, ya no hacía los trabajos, muy pocas veces ya cumplía con las tareas. Ella ya se había vuelto un desastre.

Un día, a la entrada del colegio se encontró con Perla, Viviana y Eunice. Les saludó y Eunice dijo: ¿Me acompañan a la tienda?, enseguida todas aceptaron. Llegaron a la tienda, compraron cigarros y así. Caminaron unos metros más adelante del colegio.

Eunice: Oye Delia, ¿Qué pasó? ¿Por qué ya no le hablas a Felicia?

Delia: -Suspira- Es que ya eran muchos problemas, aparte me entere que hablo de mí durante el tiempo que estuve enferma, que me deseo el mal y dijo cosas horribles.

Perla: Ella siempre ha sido así, por eso no tiene amigos porque al principio se muestra como una buena persona y con el tiempo cambia.

Delia: Si, entiendo. Así estaba haciendo conmigo se portaba bien y luego no se porque comenzó a portarse así, aparte de todo lo que yo le contaba iba y se lo decía a María y a Liliana.

En eso interrumpe Eunice:

Dejemos de hablar de esa basura que no merece que estemos gastando nuestra saliva en ella. ¿Qué les parece si le marcó a Francisco? Al cabo entramos hasta las 3:40 a clases, nos vamos por ahí a dar una vuelta.

Perla, Viviana y Delia: Sí marcarle.

Eunice: [Hablando por teléfono] Hola baby, ¿Dónde estás? Es que fíjate que entramos hasta las 3:40 y pues no tenemos que hacer, están conmigo Perla, Viviana y Delia.

Francisco: Ya voy llegando al colegio, las espero unas cuadras delante de la nevería que está cerca.

Eunice: Sí, está bien. Ya vamos para allá.

[En ese momento, Delia no sabía que pasaría, solo sentía ese nerviosismo y felicidad de que estaría un poco más cerca de Francisco]

Llegaron al lugar dónde se habían quedado de ver con Francisco.

Francisco: Hola guapas.

Eunice: [Corrió a abrazarlo] Hola cariño.

Perla: [También lo abrazó] Hola guapo.

Delia: [Solo se limitó a saludarlo con un beso en la mejilla, aún no había tanta confianza como para abrazarlo]

[Comenzaron a caminar]

Francisco: (dirigiéndose a Delia) ¿Qué tu no eras amiga de Felicia?

Delia: Tú lo has dicho, ¡Era su amiga! Ahora ya no, me hartó su actitud de creerse la que sabía todo y la que tenía el poder sobre todos.

Francisco: Ya se me hacía raro que alguien durara tanto de amistad con ella, pues casi siempre a la semana le dejan de hablar.

Delia: Pues aguantaba solo porque no tenía a quién más hablarle.

-Interrumpe Perla- Pero ahora ya nos tienes a nosotros, ¿Verdad niños?

Eunice y Francisco: Pues sí, de ahora en adelante te juntaras con nosotros.

Viviana: Te dije que ellos eran muy agradables.

[Eunice, pide que se detengan un poco]

Eunice: Francisco, ¿Traes tu identificación?

Francisco: Sí, ¿Por qué?

Eunice: ¿Qué les parece si nos cooperamos para comprar algo para beber? Saben a lo que me refiero ¿Verdad?

Perla: ¿Quieres alcohol? Pero recuerda que entramos 3:40

Eunice: [Saca su celular] Sí alcanzamos a llegar a tiempo al colegio.

Delia: Por mí no hay problema, la verdad que ni ganas tengo de entrar.

Viviana: Pero hoy se entrega el proyecto, recuerden que es el último día de clase, ya vienen las vacaciones.

Perla: ¡Mierda! Es cierto, ya lo había olvidado. Bueno vamos pero solo nos tomamos una y nos regresamos, ¿De acuerdo?

Eunice: Sí está bien.

[Llegan a una tienda y todos comienzan a sacar su dinero para ver que compraban, después de hacer sus compras, Francisco pregunta que a dónde podrían irse y Perla le dice: Que vayan a dónde había unos juegos. Llegaron y sacaron las bebidas, Perla se sorprendería al ver a Delia dándole un trago a la lata]

Perla: -Sorprendida- No sabía que tomaras alcohol Delia.

Delia: -En tono burlesco- Sí, Jajaja es que no todos logran conocer esta faceta mía.

Eunice: (Dirigiéndose a Francisco) ¿Traes?

Francisco: ¿Qué?

Eunice: Ya sabes a lo que me refiero.

[Francisco saca un pipa y a Delia se le ilumina el rostro]

Eunice: ¿Quieres?

Delia: (No lo pensó ni un segundo) ¡Claro!

Perla: ¿Qué demonios? ¿También fumas?

Delia: Sí.

Perla: ¡No inventes! Tan seria que te veías en el salón.

Delia: Cómo te dije, no todos conocen esta faceta mía.

[Llegó el momento de regresarse al colegio, Delia y Viviana iban un poco mal, por lo que Perla estaba cuidando de ellas]

Al entrar al colegio, nadie noto como iba Delia. Pero en el laboratorio, el primero en darse cuenta fue Marlon.

Marlon: -Sorprendido y enojado- ¿Por qué vienes así?, te fuiste con Francisco y ellos ¿Verdad?

Delia: –En tono burlesco- Jajaja si, sui me fui con ellos pero ni siquiera bebí tanto.

Marlon: ¡No! O sea hasta acá llega tu horrible olor a alcohol.

Delia: No exageres, ya te dije no bebí tanto porque sabía que debía entrar a clase.

Marlon: Cómprate algo para que la profesora no se dé cuenta, porque tenlo por seguro que te suspenden o te corren.

[Fueron a comprar algo. Delia no olvidaba que por primera vez, había hecho algo así]

Después de un rato, quien también se dio cuenta fue Jonathan.

Jonathan: ¡Por dios! Delia ve nada más como vienes, o sea apestas a alcohol.

Delia: Tampoco empieces, que exagerados son, ni que me viniera cayendo.

[Delia puso en una tensión a Jonathan, ya que empezó a insistirle que después de clases se regresaran a dónde estaban Francisco y Eunice]

Jonathan: (Ya enojado, por el estado en el que estaba Delia) ¡No! No iremos a ningún lado, terminando clase te iras a tu casa. ¡No estás viendo tu estado!

Delia: -Suplicando- Vamos ¿Sí? Solo un ratito. ¡Por favor!

Jonathan: -Enojado- ¡Ya te dije que no!

Mientras la profesora revisaba los proyectos, Delia le seguía insistiendo a Jonathan pero él se negaba rotundamente a ir con ellos. Comenzaban a tener una pequeña discusión cuándo se acercó la maestra:

Maestra Yadira: ¿Todo bien?

Jonathan: Sí maestra, lo que pasa que tuvimos un problema con la computadora no quiere cargar los proyectos y ya tiene buen rato así.

Delia: (Tapándose la boca) Sí maestra por eso estamos discutiendo porque ya no hay computadoras y ya queremos cargar nuestros proyectos.

Maestra: Reinicien el equipo y ya dejen de discutir.

[En ese momento Delia intenta abrazar a Jonathan pero él la avienta]

Delia: -En tono triste- Perdón, no era mi intención que la maestra se acercara a llamarnos la atención.

Jonathan: -Enojado- Es que sí no te hubieras puesto así, para empezar ni siquiera hubiésemos discutido. La verdad no imaginé que fueras así.

Delia: (Agachó la cabeza) De verdad, lo siento.

Ya casi para terminar la clase, la maestra se acercó a calificar los proyectos de Delia y Jonathan. Salieron del instituto y pues prácticamente ya eran las vacaciones.

Jonathan: Delia, ¿Por qué mejor no vamos al parque?

Delia: Sí está bien.

[Viviana, Delia y Jonathan se dirigieron a un pequeño parque que se encuentra cerca del colegio]

Cómo diez minutos de haber llegado al parque, Viviana recibe una llamada.

Perla: Vivian, vénganse para acá Delia y tú estamos por la funeraria, por dónde tomamos el autobús.

Delia se iba a levantar. Cuando…

Jonathan: No vas a irte allá con ellos, mejor te acompaño al colegio para que te vayas a tú casa.

Delia: Diles que yo ya me fui a mí casa, que me llamaron diciéndome que habían llegado visitas.

[Viviana si se fue, pues tenía que irse en el autobús con Perla]

Delia y Jonathan se quedaron un rato más en el parque. Hasta que él recibió una llamada, entonces tuvieron que regresar al colegio y él se quedó esperando afuera del instituto y Delia se fue a su casa.

Al llegar a su casa, Delia se encerró en su habitación, se quitó el uniforme y mientras se ponía su pijama no dejaba de sonreír, pues esa tarde para ella había sido inolvidable. Esa noche, recibió un mensaje de Francisco, diciéndole que porque ya no había regresado allá con ellos, no podía decirle que Jonathan se había enojado, así que continuó con la mentira acerca de que tenía visitas en su casa.

Durante el tiempo de vacaciones Delia, solo hablaba por Facebook con Francisco. Aún no había la confianza cómo para salir solos o que Delia le diera alguna señal sobre que le gustaba, de verdad es que ella tenía mucho miedo, miedo a que la rechazara o de arruinar una amistad que apenas comenzaba.

Pasaron las dos semanas de vacaciones y Delia tomó la decisión de que sacaría de su vida a Felicia y ahora haría amistad con Perla y los demás chicos del grupo, ya no podía soportar la actitud de quién habría considerado su mejor amiga, pero a cambio solo recibió malos tratos y que contará todos sus secretos. En cambio Felicia trataba de hacer lo que fuera para separar a Delia de Jonathan pues no era justo que llegara alguien a quitarle a su amiga, no soportaba la idea de que quedaría sola, así tal y como siempre había estado.

El día de regreso a clases, Delia, se levantó muy temprano, se bañó y ese día decidió que se arreglaría un poco más de lo normal, estaba emocionada ya que después de tantos días, al fin, volvería a ver a Francisco y de verdad sí lo extrañaba demasiado. Esa tarde al llegar al colegio, ignoro a Felicia y de inmediato se dirigió hacia donde estaban Perla y Viviana, las saludó y eso sin duda hizo enojar a Felicia, pero era obvio a Delia ni siquiera le importaba eso. Las tres se dirigieron hacía el laboratorio de informática y unos minutos más tarde llegó Marlon, Delia ya había decidido que su nueva pareja sería Jonathan pues quería fastidiar a Felicia, así que habló con Marlon, Viviana, Saida y Janeth, les propuso que Viviana y Saida serían pareja y Marlon sería con Janeth los cuatro aceptaron. Ya en clase, el profesor de informática les pidió que comenzaran con el avance del proyecto, ese día Felicia entró tarde a clase porque se había quedado platicando con Citlalli una amiga de otro salón, al llegar al laboratorio notó enseguida que Delia y Jonathan habían hecho pareja para lo del proyecto, molesta se acercó y les dijo:

Felicia: Hola, ¿Que estamos haciendo?

Jonathan: [Quién ese día había llegado de malas, le respondió] Pues lo que estás viendo en la computadora, el profesor pidió el avance del proyecto.

[Delia estaba distraída pues tenía los audífonos puestos y la música a todo volumen]

Felicia: [Golpeando la espalda de Delia] Y yo ¿Con quién soy? Porque se supone que yo era de pareja contigo.

Delia: -En tono molesto- Pues no sé, llegaste tarde y el profesor ya nos registró tal y como estamos acomodados y dijo que no habrá cambios ni nada de eso.

En ese momento, Delia vio que Felicia estaba más que furiosa, y se alegró porque sabía que todo estaba saliendo a la perfección. A mitad de la clase, a Delia comenzó a darle una crisis nerviosa pues estaba sometida a muchísimo estrés porque ya iban varias veces que se les apagaba el equipo, Francisco lo noto y se acercó a preguntarle:

Francisco: -En tono preocupado- Delia, ¿Estás bien? Noto que te están temblando las manos y estás demasiado nerviosa.

Delia: -En tono nervioso- No… No tengo nada.

(Delia, tenía un pequeño detalle, ella solía cortarse las muñecas y nadie más sabía, hasta ese momento solo se había dado cuenta Jonathan, y Francisco, él también lo notó)

Francisco: ¿Tienes cicatrices en las muñecas?

Delia: [Cubriéndose las cicatrices] No, no tengo nada.

Francisco: Dale, puedes confiar en mí, ¿Quieres que platiquemos? Sabes… me interesaría conocerte un poco más. Espera ahorita regreso, iré a apagar mí computadora.

(Delia no sabía cómo sentirse, pues estaba en crisis por lo que estaba pasando con la computadora y que el profesor revisaría el avance y no tenían nada y no tenían otra opción)

Francisco regresó y acerco una silla hacía donde estaba Delia, Jonathan decidió irse a platicar con Esteban.

Francisco: [Tomándole la mano a Delia] Ahora sí me dirás lo que tienes, no creo que ese nerviosismo sea por lo del trabajo.

Delia: -Tartamudeando- Es… Es… Este no tengo nada, solo es estrés por lo del trabajo.

Francisco: La verdad no te creo, [Continua tomándole la mano] puedes confiar en mí, aquí tienes un amigo que tal vez no pueda entenderte o darte un buen consejo pero al menos sabré escucharte.

Delia: [En ese momento, lo confirmó, Francisco no era más que un chico que solo aparentaba ser malo, tal vez, para no salir dañado y así] Bueno, es que tengo problemas con mi mamá.

Francisco: ¿Y esas cicatrices?

Delia: ¿Cuáles?

Francisco: [Levantándole la manga del lado izquierdo] ¡Estas!

Delia: [Sonrojada] –Tartamudeando- Fue… fue mí gato.

Francisco: Ajá, y ¿Qué dijiste? Este ya se la creyó.

Delia: [Agacha la cabeza] –En tono triste- Es que me da pena contarlo.

Francisco: [Abraza a Delia] Sin pena a mí puedes contarme lo que quieras.

Delia: -En tono triste- Pues es que he tenido problemas con mis papás. Aunque no vivo con ellos, pero cada que los veo siempre estoy peleando y así.

Francisco: Que difícil verdad, y, ¿Con quién vives? Digo si puedo saber.

Delia: Vivo con mi abuelita, mis tíos y hermanitos.

Francisco: ¡Wow!

Delia: Sí, pero no creas a veces se ponen también se ponen las cosas difíciles con ellos y es por eso que me cortó. Digamos que es cómo para liberar la tensión.

Francisco: Hubo un tiempo en que yo también lo hacía, -Suspira- sí te contara lo que he pasado.

Delia no podría imaginar que Francisco, tuviera una vida dura pues no lo aparentaba.

Delia:-Sorprendida- ¿Enserio?, ¿Tú también te cortabas?

Francisco: [Levantándose la manga del lado derecho] Sí, aunque ya casi no se notan.

Delia sintió aún más esa conexión especial, quería gritarle que le gustaba pero a pesar de conocer esa pequeña parte de él, aun le daba miedo el rechazo que pudiera recibir por parte de Francisco. Termino la hora de clase y tenían que irse al salón, Delia por dentro sentía esa felicidad pero debía aguantar, debía ocultarlo lo más que se pudiera. Ya en la clase de inglés, Delia y Marlon se juntaron para hacer el trabajo.

Marlon: ¿Qué te estaba preguntando Francisco?

Delia: Nada, bueno estábamos hablando sobre el proyecto.

Marlon: [Se queda pensativo] Bueno si tú lo dices.

Felicia se cambió de lugar, ahora tenía cómo nuevas amigas a Marcela y su grupito, pero de repente le hablaba a Delia, debía ser hipócrita porque ella planearía como hacer que se separara de Jonathan. En una hora que tuvieron libre, ya que el profesor no iría, Delia, Felicia y Marlon se fueron a sentar a unas bancas que estaban cerca de las canchas de futbol. Estaban platicando cuándo llegó Jonathan.

Jonathan: Hola, ¿Qué hacen?

Delia: -Nerviosa- Nada, aquí nada más perdiendo el tiempo.

[Jonathan, toma una banca y la acomoda a lado de Delia, en ese momento ella se le ocurre abrazarlo y…]

Delia: ¡Que rico hueles!, Me gusta ese perfume.

Jonathan: Ammm… Ok, ¿Por qué me abrazas?

Delia: Porque quiero que el olor de tú perfume se quede impregnado en mí suéter.

[Jonathan sacado de onda, se aleja y le dice a Marlon que sí van a dar una vuelta por el colegio, ambos se van y solo quedaron a solas Delia y Felicia]

Delia: Felicia debo decirte algo, quizá ya lo habrás notado.

Felicia: ¿Qué?

Delia: ¿No te has dado cuenta? –Alzando un poco la voz- ¡Me gusta Jonathan! Por eso me la paso más tiempo con él, por eso lo abrazo y así.

Felicia: Lo sospechaba pero no quise decir nada.

Delia: Pues sí, me gusta Jonathan, no sé qué fue lo que me atrajo de él, tal vez, que dibuja súper hermoso o que se porta cómo un caballero.

Felicia: -Molesta- Pues mira te voy a decir algo, él es así con todas, a mí en segundo grado me abrazaba, me besaba, etc. A todas les regala dibujos, yo tengo muchos que él me ha dado. Pienso que no deberías sentirte tan especial.

Delia: -Fingiendo tono triste- Yo pensé que conmigo solo era así.

Felicia: Obvio no, así trata a todas. A mí me gustaba, pero luego me di cuenta que no era mi tipo.

Delia se quedó callada, su plan marchaba a la perfección. En eso llegan Perla, Janeth, Viviana y Omar.

Perla: Hola muchachas, ¿Qué hacen?

[Felicia, se levantó enojada y se fue]

Perla: ¡Uy! Pues ni que me interesara que no me saludes, ¡Estúpida!

Delia: -Riéndose- Es que se enojó. No le gusta que les hable a ustedes.

Omar: Pobrecita niña, nadie la quiere porque se siente la más bonita del colegio.

Delia: -Riéndose- ¿Enserio?

Perla y Janeth: ¿No te han contado?

Delia: No.

Perla: Es que en primer semestre o segundo, no recuerdo bien, publicó una foto en su perfil de Facebook, diciendo que era la más guapa del colegio, a partir de ahí se le quedó el apodo de la hermosa.

Delia: -Riéndose- ¿Enserio?, Jajaja sí ella se cree la bonita, yo soy la hija del Chapo.

Janeth: La neta, y siempre se ha creído la consentida de los profesores.

Perla: Ay aja, si nadie la pela, ni en su casa la quieren, no ves que ella está en escuela pública y su hermana en una privada.

Delia: ¿Tienen esa foto que publicó?

Perla: No, es que cómo comenzaron a lloverle burlas y así la eliminó.

Omar: Creo que yo la tengo, la voy a buscar y sí la encuentro debo mostrártela.

Delia: Sí, me parece bien.

[Decidieron ir a dar una vuelta por el colegio, termino la hora libre y se fueron al laboratorio]

La profesora de diseño de páginas les pidió que comenzaran con su trabajo. En esa clase, estaban juntos Felicia, Marlon y Delia.

Felicia: -Molesta- Yo me vine para el salón, pues te fuiste con ellos y ni les hablo.

Delia: Jejeje, son increíbles.

Felicia: Sí pues así serán porque a penas te están comenzando a hablar, después veras como son en realidad.

Delia: Sí bueno… Comienza con tú trabajo, yo en mi casa hago el mío.

Felicia enojada se levanta y se va a dónde estaban María y Liliana. Y comenzó a hablar de lo peor acerca de Delia y Marlon.

María: ¿Qué pasó? ¿Por qué están separadas tú y Delia?

Felicia: Pues que no ves que ya me cambió, ya anda más con Marlon, a él le cuenta todo, a él lo incluye más y yo siento feo que me hagan a un lado.

Liliana: Que sangrona es Delia, se siente muy superior a las demás.

María: [Gritándole a Marlon] ¡Nada más cuando te conviene si andas con Felicia!

[Marlon y Delia se voltean a ver y no dicen nada]

Liliana: Si, no dices nada porque sabes que es verdad, ay no ya ni me hables.

Delia: -Enojada- Ni siquiera saben pero ahí andan, hablando a lo pendejo.

Liliana: Pues sí Delia ya nos contó todo, y tú la has tratado mal.

Delia: -Riéndose- Sí, lo que ustedes digan. Solo les contó lo que le conviene.

María: Ya nos dijo que la cambiaste por Jonathan.

Delia y Marlon: -Riéndose- Sí eso las hace feliz, pues sí.

Termino la clase y camino al salón, iba platicando con Janeth e iban jugueteando, era increíble que Delia ya se llevara tan bien con ellos. Las ultimas horas les tocaba Cálculo, entonces el profesor les puso el trabajo, pero era una clase más relax, ya que el profe revisaba el trabajo hasta final de parcial. Delia, Jonathan y Marlon se juntaron para hacer el trabajo. Estuvieron platicando y así. Delia seguía en crisis, y casi no tenía ganas de nada, Francisco se había ido con Eunice. Al terminar las dos hora de clase, Delia esperó a que casi todos salieran, Felicia y Marlon se quedaron esperando, cuándo Delia hizo algo que los sorprendió.

Al ir saliendo del salón, Delia le tomó la mano a Jonathan, él correspondió. En el fondo, Delia sabía que él no sentía nada por ella, pero eso no importaba porque a quién quería era a Francisco.

Felicia se adelantó ya que tenía ensayo de teatro. Marlon salió sorprendido del salón e iba atrás de ellos. Se fueron a la parte de atrás de los salones, pues habían salido temprano pero Delia quería esperar a que Janeth y Jonathan terminaran sus ensayos de Banda de guerra. Unos minutos después Marlon y Delia se quedaron solos.

Marlon: -Sorprendido- No creí que fueras a hacer eso.

Delia: ¿Hacer qué?

Marlon: Tomarle la mano a Jonathan, o sea te correspondió.

Delia: -Fingiendo emoción- ¡Ya sé! Lo mejor de todo fue ver la cara de Felicia.

[Unos minutos después, llegó Felicia]

Delia: Termino muy pronto el ensayo.

Felicia: Es que el profesor solo quería darnos unos avisos. Solo vine por mí mochila y ya me tengo que ir.

[Se acercan, Jonathan y Janeth]

Janeth: Venimos por nuestras mochilas, ya que nos quedaremos más tiempo ensayando.

Marlon: Bueno… sirve que así nos vamos a nuestra casa.

Delia: A mí me hubiera gustado esperarlos pero bueno, los acompañamos y ya de ahí nosotros nos pasamos a retirar.

[Delia tomo nuevamente de la mano a Jonathan e iban jugueteando. Felicia iba molesta, pues su plan de haber hablado mal de él no había funcionado nada.]

Felicia: -Con tono sarcástico- ¡Que bonitos se ven!, hacen tan bonita pareja.

Delia: Jajaja sí verdad, nos vemos bien lindos.

Felicia: [Saca su celular] ¿Me dejan tomarles unas fotos?

Jonathan: Has lo que quieras.

[Felicia les tomó varias fotos y después se las mostró a Janeth]

En la puerta del colegio, varios compañeros les preguntaron acerca de que sí andaban, pero ellos lo negaron. Ese día terminó así, Delia aparentaba estar feliz pero insistía en que era mejor que fuera con Francisco. Siempre contemplaba sus fotos, pues a los ojos de ella era perfecto, era la persona que siempre había soñado, pero por alguna razón no era el momento de que estuvieran juntos.

Dos días después, en el colegio habían tenido dos horas libres ya que los profesores habían sido convocados a reunión por motivos de un evento que se acercaba en el instituto. Delia, Perla, Janeth y Viviana estaban dando una vuelta por las instalaciones del colegio. Cuándo el prefecto les indicó que tenía que regresarse.

[El prefecto se dirige al salón y entra]

Prefecto: Chicos, ¡Guarden silencio! Tengo un aviso que darles. ¡Por favor! Pongan atención.

[Todos se sientan y guardan silencio]

Prefecto: Bueno jóvenes, se les avisa que por motivo de los festejos del día del estudiante, el plantel hará un evento en el parque el Roble. En los próximos días se les dará el permiso, ya que es obligatorio que lo firmen sus papás porque a la entrada algún profesor los estará recogiendo.

Alumna: ¿A qué hora será el evento?

Prefecto: Según las indicaciones será en la mañana y se llevara uniforme deportivo, los horarios y demás vendrán en el permiso.

[El prefecto, se retira]

Felicia: Delia, ¿Iras?

Delia: Sí, ¿Te parece si nos vamos juntas?

Felicia: ¿Enserio? Si es así me parece bien.

Delia: En éstos días nos ponemos de acuerdo.

El evento sería un Martes, así que debían ponerse bien de acuerdo. Delia, Felicia y Marlon quedaron en que llevarían algo de comida. “A escondidas” Delia ya había quedado con Perla y los demás que iría. Un día antes del evento llegaron a entregarles los permisos, Delia y Felicia ya habían quedado que se verían en la esquina del instituto y de ahí caminarían hacía el parque.

Delia sabía que no era buena idea irse con Felicia pero no tenía otra opción ya que Felicia con tal de “Recuperar” a Delia accedería sin problema alguno. Por fin, se llegó el día del evento. Delia quedó de verse con Felicia a las 7:30 am pues el evento comenzaría cerca de las 8:00 u 8:30.

[Después de estar esperando a Felicia cerca de media hora, ella llegó]

Felicia: Perdón por la tardanza, es que el autobús no pasaba.

Delia: No te preocupes. Pues bueno vámonos tenemos que pasar a comprar las cosas.

Felicia: ¿Nos iremos caminando?

Delia: Sí, porque ahorita el autobús tardará y no llegaremos puntuales.

Felicia: -Molesta-Pensé que nos iríamos en taxi o algo así.

Delia: Tenemos que pasar a comprar las cosas.

[Ambas caminaron hasta una tienda, compraron las cosas y se dirigieron hasta el parque]

Felicia: Yo no quería caminar me siento cansada no dormí porque quisieron meterse a robar a mí casa.

Delia: -Suspirando- Yo también estoy cansada, pero de aquí a que esperamos tardaremos más y pues aparte no está tan lejos.

Cuando llegaron al parque, Delia lo primero que hizo fue saludar a Jonathan y a Marlon. En el evento el profesor de Calculo tomó asistencia y ya cada quién podía irse a realizar alguna de las diferentes actividades que había en el parque. Jonathan se fue con sus amigos y Delia, Marlon y Felicia se fueron a dar un recorrido por el parque, de repente se encontraron con Eunice, Francisco y todos los demás.

Francisco: [Abrazando a Delia] Hola corazón.

Delia: Hola.

Perla: Vámonos a sentar, ya me cansé.

Todos se dirigieron hacía una área donde había columpios. Comenzaron a fumar y otros aprovecharon a tomarse fotos.

Eunice: ¿Qué haremos después del evento?

Francisco: No sé, los demás que opinan.

Delia: Pues yo la verdad no tengo ni idea, yo ni siquiera avise en mi casa a qué hora terminaría el evento.

Francisco: Ahorita vemos a dónde nos vamos.

Transcurrió todo el rato en el parque, aburridos se fueron a otra área a fumar y a platicar. De repente, llegó Felicia diciendo que el profesor quería que se fuera

al área cerca de la cafetería porque tenían una sorpresa. Llegaron a dónde estaba la multitud, la sorpresa era un grupo musical, solo esperaron un rato más y de ahí decidieron salir del parque.

Eunice: Vamos a comer, tengo muchísima hambre.

Francisco: Sí, vénganse todos vamos a comer.

[Entraron a un restaurante que estaba cerca, comieron y después de un rato salieron. Janeth, Viviana y Marlon se fueron a tomar el autobús]

Perla: Oye Francisco.

Francisco: Sí, dime.

Perla: Vamos al otro colegio, dónde estuviste

Eunice: Compremos algo de alcohol y en lo que ustedes van nosotros los esperamos en algún lado.

Francisco: Pues cerca de ahí está un pequeño parque.

Todos: Sí, si vamos.

En ese momento iban Francisco, Eunice, Jonathan, Perla, Delia, Alexia y el novio de Eunice. Entraron a un pequeño súper mercado, compraron alcohol, refrescos, etc. Caminaron hacía el parque. Francisco y Perla se adelantaron al colegio y los demás se quedaron en el parque. Delia destapó la primer botella y sirvió algunos vasos, Eunice solo se bebió una sola, a Alexia no le había gustado y Jonathan y Delia comenzaron a beber la mitad y mitad de la botella. Cómo dos horas después llegaron Francisco y Perla.

Perla: -Sorprendida- ¿Ya están tomando?

Francisco: Ya se tomaron una, dejen algo para los demás.

[Eunice se había quedado dormida, pues había sido cansado el camino y aparte los habían citado muy temprano en el parque]

Delia: -Riéndose- Es que ya teníamos sed.

[Francisco se tomó la mitad de la segunda botella y Delia siguió bebiendo]

Un rato después, Delia, Jonathan y Francisco estaban demasiado ebrios, Francisco y Jonathan apenas y podían sostenerse.

Eunice: Se me acaba de ocurrir una idea.

Alexia: ¿Qué?

Eunice: Sería buena idea que Francisco y Delia se besaran.

[Delia se quedó callada, no sabía cómo reaccionar]

Perla: Sí, sí que se den un beso.

Delia: -Balbuceando- ¡No! Ni lo piensen, ¡Me niego!

Eunice: Ándale, al fin nadie más se enterara, solo nosotros.

Delia: ¡No! ¡Jamás! No aceptaré.

[Francisco se acerca a Delia intentando besarla]

Perla: Ándale, por favor Delia, solo será un beso, no habrá fotos ni videos, acerca de esto nada se comentara.

Todos: Sí, por favor. No nos iremos hasta que aceptes.

[Delia, aceptó no tenía otra opción debía hacerlo. En el fondo ella sí quería pero tenía que negarse]

Delia: -Suspirando- Está bien, pero enserio nada de fotos ni videos. Nadie más sabrá más que ustedes.

Todos: -Emocionados- Sí, lo prometemos

[Delia y Francisco quedaron frente a frente, y no decían nada]

Eunice: -Gritando– ¡Ya bésense!

Alexia: Sí, ya me quiero ir

Francisco se acercó, sin embargo Delia no sabía cómo reaccionar estaba ebria y a la vez nerviosa pues jamás imaginó que pasaría algo de esa magnitud.

Delia: -Nerviosa- No mejor no, es que no me atrevo. Me da pena.

[Francisco se acercó y la besó, Delia sintió un caos por dentro no sabía cómo reaccionar ni siquiera correspondió al beso pues estaba en shock]

Saliendo del parque, ya nadie comentó nada acerca de lo sucedido. Delia, Jonathan y Perla se dirigieron hacía el colegio, pues Perla tenía que acompañar a Delia y Jonathan ya que estaban demasiado ebrios y no podía dejarlos solos ya que tenían que atravesar la avenida. Dirigiéndose al colegio, Delia iba tomada de la mano de Jonathan, iba pensando en ese beso, que aunque no lo había correspondido era lo mejor que le podía haber pasado hasta ese momento. Al llegar a la parada de autobús esperaron a que se fuera Perla. Delia y Jonathan caminaron hasta una tienda y de ahí se fueron a sentar afuera de una casa abandonada. Estuvieron mucho rato platicando sobre otros temas, ya no mencionaron nada del parque.

Delia: Gracias Jonathan por haberme acompañado hasta acá, esperaré un rato más a que se me pase el efecto y ya me iré a mí casa.

Jonathan: No agradezcas, para eso estamos los amigos. Qué día tan loco ¿verdad?

Delia: -Riéndose- Demasiado loco. La verdad, que jamás imagine que pasaría algo así.

Jonathan: Pues ni yo, de verdad estoy demasiado sorprendido.

Delia: Ya me tengo que ir Jonathan, ya es muy tarde,

Jonathan: Yo también, bueno nos vemos mañana.

Camino a su casa Delia no dejaba de pensar en ese beso, realmente se había enamorado, ella sintió que ese beso fue cómo un pacto de que algo podría pasar una pequeña esperanza surgió. Llegó a su casa y su abuela estaba molesta pues todo el día lo había pasado fuera de casa.

Abuela: -Molesta- ¿Qué son estas horas de llegar? [Realmente no era tan tarde serían más o menos las 9:00 pm]

Delia: Es que después de lo del parque nos hicieron una comida en el colegio, una pequeña fiesta.

Abuela: ¿Bebiste?, ¿Hueles a alcohol?

Delia: -Tartamudeando- No… no cómo iba a beber si en el parque no permitían el alcohol, mucho menos en el colegio.

Abuela: Ya no volverás a ir a ningún evento de esos, vienes muy rara.

Delia: -En tono triste- Está bien, no hay problema.

[Delia se encerró en su habitación, se quedó durante un rato pensando de verdad se había enamorado y era de alguien muchísimo muy diferente a ella, alguien completamente distinto a sus gustos.]

Abuela: Delia, sal a cenar. Ya llevas buen rato encerrada.

Delia: -Gritando– ¡Ahí voy! Aún no termino de vestirme.

Abuela: Sigo creyendo que tienes algo.

[Delia sale del cuarto]

Delia: No, estoy bien. Solo estoy cansada de tanto bailar y así.

Al día siguiente, en el colegio se comentaba acerca de lo sucedido en el parque. Delia seguía sin creer que eso fuera real. Los días así transcurrieron normal, ya se llevaba un poco mejor con Francisco. Ya tenía demasiada confianza en él.

Casi para concluir el semestre, Delia y Felicia en definitiva habían terminado con su amistad. Felicia se juntaba con su amiga del otro salón y Delia pues con Perla y los demás. Un día, estaban todos en las bancas que estaban cerca de la cancha de futbol, estaban haciendo un trabajo de cálculo. En eso se acerca Omar y se sienta a un lado de Delia cuándo de repente trata de morderle el cuello. Ella rápido se quitó y todos se quedaron sacados de onda.

Francisco: Yo opino que el viernes saliendo vayamos a algún lado.

Eunice: Sí, vamos a beber.

Delia: Sí, está bien, ese día salimos temprano y nos podemos ir a algún lado.

[Todos aceptaron ese día, que saliendo de clase se irían a otro lado]

Ese Viernes saliendo de las clases se fueron al lugar, dónde Delia había ido por primera vez con Francisco y Eunice. Comenzaron a beber y así. Ese día Delia bebió sin control. Ella y Jonathan estaban tristes. Cerca de las 10:00 pm todos se retiraron a su casa, Delia cómo pudo caminó hasta su casa, al llegar se llevó la regañada de su vida pues su salida de clase era a las 8:20 pm y había llegado en un estado bastante mal y ya casi era media noche. Al día siguiente, ya con las cosas más tranquilas Delia trataba de acordarse de lo que había sucedido, pues únicamente se acordaba que había besado en el cuello a Jonathan y que habían estado jugando. Todo era caos en su mente, pues pensaba que tal vez había hecho algo estúpido frente a Francisco y que eso podía arruinar las cosas. El lunes en el salón comentaban sobre lo que había pasado, nadie se acordaba de nada y para Delia era importante saber porque no quería arruinar nada. Pero eso era imposible pues nadie lograba recordar ni un poco de lo sucedido.

Los últimos días de clase se acercaban y se llegó el día de comenzar con los proyectos finales. La profesora de Diseño de Páginas asignó el tema del proyecto y también asignó las parejas. A Delia le tocó con Angélica; Angie le dijo a Delia que ella haría todo el proyecto pues tenía un primo que más o menos le entendía y no tendría problemas con ello, Delia aceptó y solo se dedicó a hacer el proyecto individual. En esa semana Francisco ya no entraba a clases, pues estaba consciente de que aun entregando los proyectos pues reprobaría. Así que una vez más Delia tenía que hacer algo, para que tal vez en los extraordinarios viera a Francisco. Pensó que sería buena idea no entregar al menos un proyecto. Toda la semana fue de puro estrés, a algunos no le entendían, otros el proyecto se les borraba, en fin. Delia estaba tranquila pues sabía que de todos modos no presentaría nada. La maestra para no estresarse tanto decidió proporcionarles un link donde subirían los proyectos, para Delia era el pretexto perfecto simplemente daríacómo excusa que la página no le había permitido subir los archivos. Así trascurrió toda la semana de realización de los proyectos. Por fin se llegó el día en que revisaría la profesora todos los archivos subidos a la página. Ese día para buena suerte de Delia, Angelica había faltado a clase entonces ella tenía el otro proyecto.

La profesora cuestiono a Delia acerca de que sí había subido el proyecto.

Delia: Maestra, enserio sí subí el archivo a la página. ¿Por qué no me cree?

Profesora: Pues porque aquí no aparece, aparece el de Jonathan, Felicia, entre otros compañeros pero el suyo no está.

Delia: Pues entonces no se cargó a la página.

Profesora: ¿Trae su memoria usb? Para que de ahí me pueda mostrar sus proyectos.

Delia: No, no la traigo.

Profesora: ¿Y no hay alguien que se la pueda traer?

Delia: No profesora.

Profesora: Lamento mucho que va a reprobar usted siendo de las mejores alumnas.

Delia aparentaba estar triste, pero en el fondo era lo mejor que le podía haber pasado. Al llegar a su casa:

Abuela: ¿Cómo te fue?

Delia: -Triste- Más o menos, la compañera que tenía que entregar el proyecto no fue y reprobé.

Abuela: Que mal, no te preocupes en el extraordinario pasarás.

Delia se metió a su habitación y estaba algo preocupada de que había reprobado pero tal vez Francisco ya no regresaba ni a los cursos. A la semana siguiente, comenzó, llegó y no vio a nadie, pensó que tal vez no iría nadie solo ella, de repente a lo lejos vio a Francisco rápidamente sus ojos brillaron, rápido fue a alcanzarlo pero como él tenía los audífonos no le hizo caso, Delia si se molestó y decidió meterse al laboratorio.

Estaba escuchando música, cuándo llegó Francisco y Omar, este ultimo se salió inmediatamente y solo se quedaron Delia y Francisco.

Francisco: [Acercándose demasiado a Delia] ¡Hola hermosa!

Delia: [Lo ignoraba, pues tenía los auriculares]

Francisco: ¿Hola? ¿Estás enojada?

Delia: -Reacciona- ¡Hola! Perdón no escuchaba es que traía los audífonos.

Francisco: ¿Qué haces aquí?

Delia: Pues nada me vine para acá porque te vi y te estuve gritando y me ignoraste.

Francisco: Perdón, tal vez, porque tenía los audífonos y así.

Delia: Pues hasta te golpee, pero bueno.

Francisco: Falta mucho para entrar a clase, vamos a dar una vuelta.

Para Delia era algo bonito ir solamente con Francisco, pero, aunque se moría de ganas de decirle toda la verdad sentía que no era momento de hacerlo pues no quería echar a perder el plan, caminaron hacía el parquey ahí estuvieron un rato platicando hasta que se llegó la hora de regresar al colegio.

Habían transcurrido algunos días, un día se les ocurrió no entrar a una clase. Se fueron al parque y estuvieron con Omar, un rato después llegó Eunice molesta por una situación algo incomoda que había pasado. Discutió con Omar y él se fue y también ella. Por alguna razón Delia y Francisco sabían que deberían regresar al colegio y así fue a pesar de la lluvia caminaron hacia allá y solo se sentaron enfrente de la escuela, en ese momento salió una de las personas de intendenciales dijo que la tutora los estaba buscando. Entraron a la oficina de la tutora.

Tutora: ¡Chicos! Qué bueno que estaban aquí afuera del plantel, bueno la profesora reportó que varios de sus compañeros no entraron ya le marque a los padres de sus compañerosnos dijeron que sí habían venido a la asesoría ya solo faltaba llamarles a sus padres. ¿Estaban con ellos?

Francisco: No, nosotros nos quedamos aquí, solo fuimos a buscar a alguien que nos entregaría una memoria pero cómo estuvimos esperando se nos hizo tarde.

Tutora: Miren chicos la profesora ha decidido cancelarles la asesoría, así que automáticamente estarían reprobados.

Delia: -Preocupada- ¿Enserio?

Tutora: Sí, lamento decirles que así es, tendré que hablar con sus papás para explicarles que a las asesorías no deben faltar, a menos, que sea algo extremadamente urgente.

Francisco sabía que acababa de perjudicar a Delia, pues él sabía que ella aunque fuera así, le interesaba estudiar.

Francisco: -Preocupado– Tutora y sí nada más me sacan a mí de las asesorías y deja a Delia.

Tutora: No, lo siento pero es que ambos tomaron la decisión de no entrar. Dejen ver que puedo arreglar porque la maestra mantiene la postura que ya no deben asistir.

Delia y Francisco salieron de la oficina.

Delia: -Asustada- Es que sí llaman a mí abuela me van a regañar horrible. [Abraza a Francisco]

Francisco: No te preocupes, todo estará bien.

[En ese momento salió la maestra y los cuestionó acerca de que no habían entrado]

Al final la profesora los dejó continuar sus asesorías, tomando en cuenta y haciéndolos que se comprometieran a que no volverían a faltar. Al día siguiente llegaron temprano a las clases y comenzaron a avanzar con su trabajo. Pasó la semana de asesoría y la maestra realizó el examen y califico los trabajos. Ese día durante el examen, Delia observaba a Francisco. –Se quedó pensando- En realidad se había enamorado de él, no era atracción física no sabía cómo explicar lo que sentía. En ese momento Francisco la interrumpió.

Francisco: Delia, ¿Por qué me ves tanto?, ¿Qué tengo?

Delia: -Asustada- Nada, es que me llaman la atención tus ojos, me gustan.

Francisco: -Sarcástico- Sí, ¡Claro! Mis ojos.

Delia: Sí y si no me quieres creer no es mí problema.

Francisco comenzó a ponerse nervioso pues no había avanzado mucho y Delia ya había terminado, ella al notarlo así decidió pasarle todo el proyecto y las respuestas del examen. Terminaron y cada quién se fue a su casa, al llegar Delia fue a cambiarse y se quedó un rato pensando sí valía la pena esperar un poco más o ya era mejor decirle toda la verdad. –Se miró al espejo y dijo- No puedes echar a perder las cosas es mejor que te mantengas así.

Al día siguiente, fueron a firmar su calificación, Jonathan llegó con su quedante, Delia & Francisco llegaron vieron su calificación y se retiraron, cómo Delia no había avisado a qué hora llegaría, decidió acompañar a Francisco al centro comercial. Se fueron los cuatro Delia, Francisco, Jonathan y Sally.

Jonathan y Sally se fueron a una tienda a comprar dulces y cosas orientales, Delia y Francisco fueron a caminar, para ese entonces Francisco tenía novia y aunque no lo parecía a Delia si le afectaba un poco. Fueron a ver algunas cosas en lo que dejaban a Jonathan y Sally pensar en dónde querían comer. Ya de regreso ambos se encontraron con la novia de Francisco.

Delia: -En tono molesto- Creo que hago mal tercio mejor me voy.

Francisco: No, no haces mal tercio, me gusta tú compañía.

Novia: Yo me tengo que ir solo acompáñenme a la parada de autobús.

Delia solo los veía platicar y aparentaba que no sentía celos de ella.

Llegaron al restaurante, comieron platicaron un rato y más tarde decidieron retirarse. Jamás se había sentido así, ella quería repetir la ocasión del beso, se moría de ganas de volver a probar sus labios pero pues no podía hacer algo. Durante el periodo de vacaciones ella rompió definitivamente su amistad con Felicia y todo quedó así.

Para después de las vacaciones se enteró que Francisco ya no regresaría al colegio, se deprimió pero él de vez en cuándo iba a visitarlos. Ella seguía con su plan.

Sabiendo que Jonathan tenía novia, ella no podía echarse para atrás pues ya casi concluía con todo. Ella no se había dado cuenta que Jonathan poco a poco ya estaba accediendo a lo que le pedía. Transcurrió el semestre.

Un día menos pensado, Francisco se le declaró a Delia, ese día llegó a su casa con rosas, chocolates y serenata, ella ya estaba dormida cuando…

[Entra su abuela a la habitación]

Abuela: -Gritando- ¡Delia! ¡Despierta! Te buscan.

Delia: -En tono entredormido- ¿Quién?, ¡Ay no estoy para nadie! Dejenme dormir.

Abuela: [Le quita las cobijas] ¡Apurate! Te trajeron serenata.

Delia: [Tallandose los ojos] Eso no es cierto, seguramente a quién le trajeron serenata es a alguna de nuestras vecinas. Me voy a acostar de nuevo.

Abuela: ¡No te vas a dormir! La serenata es para ti, sí te vuelves a dormir te echo una cubeta de agua fría.

Delia: [Se levantó] Voy a ir a ver pero no creo que eso sea para mí.

Ella primero se asomó por la ventana de la sala y cuándo vio a Francisco quedó sorprendida. Salió a recibirlo y…

Delia: -Sorprendida- ¿Qué haces aquí?

Francisco: -Nervioso- Este… Es que… ¿Quieres ser mí novia?

Delia: -Sorprendida- ¿Enserio? Es broma, ¿Verdad?

Francisco: No, no se trata de ninguna broma, la verdad es que siempre me has gustado y hasta ahora tomé la decisión de decírtelo.

[Delia se quedó callada por un momento, no sabía cómo reaccionar pues se acababa de enterar que siempre fue Crush de su Crush]

Delia: -Emocionada- ¡Claro! ¡Acepto!.

Ambos acordaron que no dirían nada a sus amigos, hasta que fuera el momento correcto, ya que Delia también había dejado de estudiar por problemas que tuvo. Pasó casi un mes y ella le contó a su amiga Perla.

Delia: Perla, Tengo una buena noticia.

Perla: ¿Qué pasó?

Delia: ¡Ya tengo novio!

Perla: ¿Enserio?, ¡Que emoción!

Delia: ¡Ya sé!

Perla: Y… ¿Cómo se llama?, ¿Cuántos años tiene?

Delia: -En tono serio- Eso no te lo puedo decir.

Perla: ¿Por qué?

Delia: Porque deben esperar hasta el día que vayamos a visitarlos.

Perla: ¡Dime!, ¡Por favor!

Delia: Ya te dije que esperes y ya no insistas.

La conversación entre ellas quedó así, Perla con la intriga de quién era el nuevo novio de Delia y el nerviosismo de que pronto lo conocería.

Delia quedó de verse con Francisco. Planearon cómo les darían la noticia a sus amigos. Llegó el día Delia y Francisco quedaron de verse en el lugar dónde acostumbraban a reunirse. Ella estaba nerviosa pues no sabía cómo reaccionar al ver a Francisco, siempre salían juntos y todo pero ahora ya era diferente ya saldrían cómo novios.

Se dirigieron al supermercado compraron algunas cosas y se fueron al lugar dónde habían ido por primera vez a beber. Estuvieron un buen rato platicando, tomándose fotos y escuchando música, en ese momento Delia le confesaría a Francisco toda la verdad.

Delia: -En tono nervioso- Tengo que decirte algo, que hace tiempo debí decirlo pero siempre creí que no era lo correcto.

Francisco: Sí, dime.

Delia: Este… Es que no sé cómo decirlo.

Francisco: Dale, sin miedo dimelo.

Delia: Está bien. Lo que pasa que tú siempre me gustaste, desde aquel día que llegaste al salón sentí algo muy especial por ti.

Francisco: ¿Enserio?

Delia: Sí, pero tenía miedo a que me rechazaras por eso decidí callar por tanto tiempo.

Francisco: Pues tú también siempre me gustaste.

Delia: Y… ¿Por qué nunca me lo dijiste?

Francisco: Por la misma razón que tú, miedo al rechazo. Pensaba cómo una chica tan linda cómo tú se fijaría e alguien cómo yo.

Se pasó el tiempo y llegó la hora de retirarse, se dirigieron hacía al instituto dónde ambos habían estudiado. Esperaron a la hora que salieran sus amigos, al salir vieron a Perla, Eunice y Jonathan.

Delia: ¡Hola Chicos!

Perla: ¿Y tú novio?

Delia: [Señalando a Francisco] Él es mi novio.

Los tres y otra chica amiga de ellos se quedaron sorprendidos pues ellos creían que se trataba de otra persona. No a todos les había parecido la idea de verlos juntos pero a pesar de eso ellos mostraban ser felices. Francisco acompañó a Delia hasta su casa, estuvieron platicando un rato más y luego él se retiró. Ella estaba emocionada, de verdad no lo podía creer. Así transcurrieron dos salidas más en dónde se la pasaban de lo mejor, bebían, platicaban, Delia le cantaba canciones románticas a él y así. Pero… tal vez en algún momento las cosas debían cambiar, de repente él se mostró distante, eran menos frecuentes sus mensajes, sus salidas, ignoraba a Delia… Ella hacía todo lo posible por que las cosas siguieran bien pero en 4 meses todo había cambiado, nadie entendía que era lo que pasaba.

El día menos pensado, ella tomó una cruel decisión, ese día se vería en un parque con él estuvo muchas horas esperándolo y él nunca llegó, de camino a casa ella iba llorando pues él nunca le había hecho algo así siempre salían aunque el llegara tarde o alguna cosa y le sorprendía que ya habían sido varias ocasiones en que la dejaba plantada. Delia llegó a su casa notó que no había nadie, sabía que su familia llegaría tarde, se encerró en su habitación, sacó una navaja de una cajita dónde guardaba sus pulseras y puso la música a todo volumen e hizo lo que por mucho tiempo había dejado, cortó sus muñecas pero con una profundidad que comenzó a desangrarse, la primera en llegar a casa fue su abuela, tal vez ella presentía lo que pasaba, al entrar a la habitación de Delia la vio dormida no habían transcurrido ni 10 minutos de lo que había sucedido, la señora, notó algo raro por lo que rápidamente le llamó a una ambulancia y le llamó a sus hijos diciéndoles que inmediatamente los quería en casa pues una desgracia acababa de ocurrir.

Al llegar los paramédicos:

Abuela: -Asustada- Pasen por aquí, llegué hace cómo cinco minutos más o menos y la encontré así. ¿Está viva?

Paramédico 1: Permitame señora vamos a checar sus signos vitales.

[El paramédico verificó que aún tenía signos de vida]

Paramedico 1: Traigan la camilla debemos trasladarla al hospital para que le suturen las heridas.

La abuela de Delia no entendía porque ella había hecho, nunca había dado indicios ni había hablado con nadie acerca de ese tema. En ese momento llegaron los tíos de Delia y ambos estaban sorprendidos pues jamás imaginaban que ella haría algo así.

En la ambulancia iban tratando de estabilizar a Delia, pues había perdido bastante sangre, al llegar al hospital inmediatamente la atendieron y le hicieron una transfucion de sangre y comenzaron con las curaciones.

Enfermera: (Dirigiendose a la abuela de Delia) Señora, me podría decir ¿Qué fue lo que sucedió con la paciente?

Abuela: -Con voz entrecortada- La verdad no sé señorita, yo estaba fuera de casa haciendo unos pendientes y cuándo regresé solo noté que en la sala estaba la mochila que siempre usa mí nieta y al entrar a la habitación la encontré acostada, pensé que estaba dormida hasta que noté la sangre de su muñeca izquierda e inmediatamente decidí llamar a la ambulancia. [La abuela de Delia comenzó a llorar]

Enfermera: Tranquila señora, su nieta estará bien por lo pronto ya le realizaron transfusión de sangre y la estabilizaron. Ahorita le harán las curaciones correspondientes.

[En ese momento sale el doctor]

Doctor: Familiares de la señorita Delia Fuentes.

Familiares: ¡Aquí estamos!

Doctor: La paciente se encuentra estable, afortunadamente actuaron a tiempo, por ahorita está descansando más tarde podrán pasar a verla.

Los familiares de Delia solo le avisaron a Marlon, Jonathan, Perla y Janeth acerca de lo sucedido, los cuatro trataban de localizar a Francisco pero nada que respondía las llamadas. Al llegar al hospital:

Marlon: -En tono asustado- ¿Qué pasó?, ¿Dónde está Delia?

Janeth: -Algo molesta- ¡Cállate! Primeramente saluda imbécil y luego ya haces drama.

Perla: Buenas… -Se le entrecorta la voz- Buenas noches.

Abuela: [Abraza a Perla y comienza a llorar] Ay mijita no entiendo porque haría eso me dijo que saldría con su novio y pues todos estuvimos fuera de casa. Tú… ¿Sabes algo?

Perla: No, de verdad no sé nada señora, bueno no creo que hayan peleado o algo así. Nosotros hemos tratado de localizarlo pero no responde las llamadas.

Marlon: En la mañana yo platiqué con ella por Facebook y estaba emocionada porque vería a Francisco me dijo que habían quedado de verse en el parque y ya de ahí no supe nada más.

Janeth: [Abrazando a Perla] Debemos tener fe en que estará bien, no podemos dejarla ahora más que nunca nos necesita y somos los únicos amigos con los que cuenta. [En ese momento Janeth comenzó a llorar].

Jonathan les dijo a los demás que sí podían acercarse un momento con él…

Perla: ¿Qué pasaría? De verdad no esperaba eso, jamás creí que llegara a ese extremo.

Jonathan: -Tragando saliva- ¡Maldito Francisco! Algo debió de haberle hecho, ¡Lo sabía! Es un ¡Patán!

Marlon: Tranquilo lo que menos queremos es alterar más las cosas esperemos a que podamos entrar a verla para saber lo que pasó.

Delia despertó y le pidió a la enfermera que le informara quién estaba afuera de la habitación.

Enfermera: Señorita, allá afuera se encuentran sus familiares y creo que sus amigos son dos chicas y dos chicos. Deje le informo al doctor que ya despertó.

[El doctor entró a la habitación y comenzó a cuestionar a Delia]

Doctor: Dígame señorita, ¿Qué fue lo que pasó?

Delia: -Bajó la mirada- Fue un accidente doctor.

Doctor: Que raro accidente, esto más bien se trata de un intento de suicidio. ¿Algún problema con su familia?

Delia: -Con voz entrecortada- No doctor, prefiero no hablar del tema.

Doctor: Haré pasar a su familia, a ver sí a ellos les da la información acerca de su “accidente”.

El doctor salió de habitación e informó a los familiares que Delia ya había despertado, ellos por su parte decidieron concederles la visita a los amigos de ella pues querían aprovechar para ir a comer algo, por lo que el doctor aceptó y pasó a los chicos a la habitación.

Perla al entrar no pudo evitar soltar las lágrimas y abrazó a Delia.

Perla: -Llorando- ¿Por qué lo hiciste?, Cuándo me avisaron pensé lo peor, creí que te había perdido para siempre.

Delia: Tranquila pequeña, “afortunadamente” estoy bien.

Jonathan: Pero… ¿Qué pasó?

Delia: [Aún la abrazaba Perla] Es que las cosas entre Francisco y yo han estado mal últimamente me evade mucho y muchas veces me ha dejado esperando y nunca me da una explicación simplemente apaga el celular y desaparece. Y hoy no fue la excepción estuve esperando durante varias horas y lo peor bajo la lluvia y nunca llegó.

Perla: Pero… No debiste hacer eso hermosa, imagina que sí hubiera sido algo más grave, habemos muchos que te queremos.

Janeth: Sí, nosotros te queremos y sí él no sabe valorar lo mucho que lo quieres pues que idiota es. Porque tú eres una gran amiga de un excelente corazón.

Marlon y Jonathan: Sí, si te sentías mal debiste mejor habernos llamado y así.

Delia: Perdón chicos por haberles hecho pasar éste trago amargo, pero de verdad ya no aguanté más. Es que de verdad he tratado hacer las cosas bien pero él solo está evadiendo todo.

Los chicos decidieron retirarse debían descansar ya que habían tenido un día muy pesado. Se despidieron de los familiares de Delia y cada quién se retiró a casa. La abuela de Delia decidió entrar a verla pues ya estaba más tranquila.

Al entrar:

Abuela: ¡Que gusto! Despertaste. Estábamos muy preocupados por ti.

Delia: Perdón abuela, de verdad no quise hacerles pasar por esto.

Abuela: Tranquila hijita, todo estará bien, nosotros te ayudaremos a salir adelante, te apoyaremos en este proceso.

En ese momento entró la enfermera y le dijo a la abuela de Delia que la psicóloga quería hablar con ella y pues también debía retirarse ya que Delia debía tomar su medicamento y descansar, ya que al día siguiente la darían de alta del hospital.

Psicóloga: Señora, temo que Delia deberá tomar terapia ya que lo sucedido fue un intento de suicidio y sí lo dejamos pasar, lo intentará hasta que lo logre.

Abuela: Con gusto doctora, sí en esa forma puedo ayudar a mí nieta yo más que encantada.

Psicóloga: Lo más prudente será que solo ella asista a las terapias, solo les pido a ustedes que la apoyen y lo menos que puedan tenerla cerca de cuchillos, tijeras, etc.

Abuela: Sí está bien doctora, nosotros nos encargaremos de eso.

La abuela y los tíos se retiraron a casa, había sido un día bastante pesado y triste. Perla insistía en llamar a Francisco pero él ni sus luces, no había forma de localizarlo. En el hospital, Delia pensaba en lo que había pasado, comenzó a llorar al recordar el momento en que llamó a Francisco avisándole que ya se dirigía al parque y él le decía que ya iba en el taxi y que al llegar estuvo varias horas y ella le llamaba y ya había apagado el celular. Entro la enfermera:

Enfermera: Señorita, ¿Se encuentra bien?

Delia: -Llorando- Estoy… Estoy triste, ¿Usted cambiaría a alguien que la trata bien por alguien que solo se dedica a andar de fiesta y es interesado?

Enfermera: -Confundida- ¿Por qué la pregunta?

Delia: -Suspirando- Sí le contara.

Enfermera: [Toma una silla y la acerca a la cama] Bueno… me quedaré a cuidarte, así que sí tú quieres puedes platicarme. Y respondiendo a tu pregunta yo no haría eso, porque sinceramente cómo cambiaría a alguien que me hace feliz solo por un rato de diversión.

Delia: Eso mismo pienso yo pero bueno no todos lo ven así. Pues estoy aquí, porque… -suspira- la verdad sí intenté suicidarme.

Enfermera: -Sorprendida- Pero… ¿Por qué?

Delia: Es que… hace tiempo mí novio y yo hemos estado mal, me evade y ni siquiera sé porque.

Enfermera: Y… ¿Luego?

Delia: Hoy, nos veriamos en el parque, antes de salir de mí casa le llamé y le dije que ya iba camino allá, él me dijo que ya iba en el taxi. Al llegar al parque le marque para decirle en que parte lo estaría esperando y ya había apagado el celular, pensé tal vez no tarda en llegar. Esperé tres horas y no llegó, lo peor fue que comenzó a llover y pues ya te imaginarás cómo me sentí.

Enfermera: Que mal, sabes no sería mejor decirte que no quiere salir o no sé que tuvo un imprevisto.

Delia: Lo mismo digo yo pero pues ya no sé que pensar, tomé ésta decisión porque ya me siento cansada de la situación y de verdad no quise contarle a mí abuela, pues ella lo quiere mucho.

Enfermera: ¿Prefieres seguir así?

Delia: -Suspirando- Por el bien de todos.

La enfermera un poco confundida, pues había notado que Delia no era tan mala y seguía sin comprender porque alguien con tan buen corazón pasaba por cosas así. Delia se durmió y la enfermera le escribió una nota a ella para que al día siguiente dársela antes de salir del hospital. Al fin amaneció, la enfermera le dio a Delia el desayuno, en ese momento entró el doctor y le dijo a Delia que saldría del hospital cómo a eso de los 11:00 am.

Enfermera: -En tono triste- Hoy te vas de verdad me da un poco de tristeza pues aunque platicamos muy poco me caíste bien.

Delia: Jeje, ¿Enserio te cai bien?

Enfermera: Sí, eres una chica muy agradable y de muy buen corazón.

Delia: Gracias, pero no te preocupes no será la última vez que nos veamos recuerda que debo venir a las terapias con la psicóloga, prometo venir a visitarte.

Enfermera: Cierto lo había olvidado, pediré mí cambio de turno para verte y así. Investigaré a que hora debes venir para estar al pendiente.

Delia: Está bien.

Cómo 10:30 am llegaron los familiares de Delia y el doctor les dio algunas indicaciones acerca de los cuidados de las heridas de ella, el medicamento que debería tomar para que no se le fueran a infectar y acerca de las citas para la terapia con la psicóloga. Delia estaba sola en la habitación cuándo entró la enfermera:

Enfermera: Ya lista señorita, su familia ya está aquí.

Delia: Lista, muchas gracias por los cuidados, pronto te veré.

Enfermera: No hay nada que agradecer, y sí pronto nos veremos. Cuidate, ¡Oh por cierto! había olvidado lee esta pequeña nota cuando estés en tú casa.

Delia salió de la habitación y enseguida abrazó a su abuela, le salieron un par de lagrimas pues aún se sentía mal. Al llegar a casa, Delia se acostó y prendió su celular, mientras su abuela y su tío se fueron a comprarle algunas cosas para que comiera y también irían por los hermanitos de ella que se habían quedado en casa de una vecina. Mientras Delia revisaba sus mensajes, recibió un mensaje de Francisco que decía:

Hola corazón

Perdón por no haber llegado a nuestra cita es que de último momento surgió un imprevisto y tuve que regresarme a mí casa, en verdad lo siento L

Delia, al leer el mensaje lloró pues volvía a recordar ese día y por supuesto no le creía porque ya eran varias veces que le había mentido decidió no responderle el mensaje. En ese momento recibió un mensaje de Perla:

Perla: [Escribiendo…] Hola hermosa, ¿Ya saliste del hospital?

Delia: [Escribiendo…] ¡Hola!, Sí ya estoy en casa.

Perla: [Escribiendo…] ¡Que genial! Espero visitarte en estos días, ¿Te parece? Por cierto quería decirte… Hablé con Francisco.

Delia: [Escribiendo…] Me parece bien, me avisas que día y a que hora… ¿Le dijiste acerca de lo sucedido?

Perla: [Escribiendo…] Sí yo te aviso… No, no le he dicho a menos que tú me lo pidas, solo le dije que lo estuvimos buscando y me dijo que supuestamente se había quedado sin datos y un montón de mentiras, ya sabes cómo es.

Delia: [Escribiendo…] Pues sí a mí me envió mensaje, pero ya no lo respondí. Aún me siento mal.

Así quedó la conversación, Delia aún no estaba con muchos animos de platicar.

[Sonó el celular de Delia, estaba recibiendo una llamada era de Francisco]

Delia: -En tono triste- Hola

Francisco: Hola corazón, decidí llamarte ya que no respondiste mí mensaje ¿Todo bien?

Delia: -Suspirando- Sí, estoy bien.

Francisco: ¿Segura?, se que estás enojada porque no fui pero de verdad tuve que regresarme a mí casa por lo que pasó sí fue algo fuerte.

Delia: No te preocupes entiendo, sabes me siento un poco mal, más tarde te llamo.

Francisco: Me estás ocultando algo, ¿Verdad?

Delia: No, no Francisco no te estoy ocultando nada. Más tarde hablamos.

Delia colgó el teléfono y no pudo evitar llorar, se sentía destrozada de saber que él le mentía vilmente y ya no podía cambiarlo, pues aun si le dijera lo que le pasó él no se preocuparía. En ese instante recordó la nota que le había dado la enfermera, la nota decía:

Delia: esta pequeña nota te la escribo, solo para decirte que aunque te conocí muy poco supe que eres una chica de gran corazón de verdad mereces ser feliz, mereces alguien que se sienta orgulloso de ti. Recupérate pronto y siempre que te sientas triste lee esta nota.

En ese momento Delia, soltó el llanto hasta quedarse dormida. Al llegar su abuela con su tío y hermanos ellos notaron el silencio e inmediatamente corrieron a revisar sí todo estaba bien, al entrar a la habitación vieron que Delia dormía y todo estaba normal. Transcurrió la mañana normal, por la tarde, Francisco llegó de sorpresa a casa de Delia.

Francisco: ¡Buenas tardes señora!, ¿Se encuentra Delia?

La abuela de Delia no sabía cómo reaccionar pues él no sabía de lo sucedido y Delia les había pedido a todos que por el momento no le dijeran nada.

Abuela: Permítame joven, Perdón ¿Quién la busca?

Francisco: Soy Francisco, su novio.

La abuela entró a la habitación de Delia, ella estaba acostada leyendo.

Abuela: ¡Delia!, te buscan.

Delia: ¿Quién es?

Abuela: -Tartamudeando- Este… Es… un chico.

Delia: ¿Jonathan?, ¿Marlon?

Abuela: -Tartamudeando- Es… es Francisco.

Delia se quedó muda, era raro que él hiciera eso pues la había estado evadiendo. Se levantó rápido y se puso una sudadera para cubrir los vendajes, se lavó la cara y salió.

Delia: ¿Qué haces aquí?

Francisco: Pues es que cuando hablamos por teléfono noté que estabas demasiado rara y supuse que te sucedía algo.

Delia: -En tono sarcástico- ¿Enserio? , ¿Te importa? ¡Por favor! No me hagas reír de verdad sí hubieses tenido interés, ese día pudiste haber respondido mis llamadas o avisarme que no llegarías y no estar cómo una maldita idiota esperando y lo peor que tuve que esperar bajo la lluvia.

Francisco: -En tono triste- Lo siento, en verdad lo siento. No pude avisarte porque me quedé sin saldo y aparte el celular se quedó sin batería.

Delia: Que raro, siempre que vas a salir conmigo te pasan muchas desgracias. Es tan difícil decir que te da vergüenza o simplemente que no te gusta salir conmigo, para que tanta maldita excusa.

Francisco: Lo siento, no es que no quiera o algo así pero es que en mis manos no están las cosas.

En ese momento a Delia se le olvidó que tenía los vendajes y se subió una de las mangas de la sudadera.

Francisco: -Sorprendido- ¡¿Qué te pasó?!

Delia: -Confundida- ¿Qué me pasó?, ¿De que?

[Francisco toma su mano izquierda]

Francisco: ¿Por qué traes el vendaje?, ¿Qué te pasó?, ¡¿Qué hiciste?!

Delia: -Enojada- Nada, no me pasó nada solo fue un accidente.

Francisco: ¿Accidente?, ¿Qué clase de accidente?

Delia: ¿Ahora sí te importa?, y durante todo este tiempo evitándome, sacando tus excusas estúpidas.

Francisco: No es momento de discutir. No piensas decirme que fue lo que te pasó.

Delia: –Enojada- ¡No! ¡No te voy a decir! Y por favor no insistas.

Francisco: Sí no me lo dices tú, alguno de nuestros amigos lo ha de saber y le voy a preguntar.

Delia: ¡No!, -Suspirando- Está bien te voy a contar, pero vamos a otro lado.

Francisco: ¿Vamos al parque?

Delia entró a su casa y le avisó a su abuela que iría a caminar con Francisco, ella aceptó y ambos se fueron. Ya en el parque:

Francisco: ¿Ya me vas a contar?

Delia: El día que tú me dejaste plantada, tuve un intento de suicidio.

Francisco: -Sorprendido- ¡¿Qué?!

Delia: Me sentí demasiado mal porque estuve llamándote y nunca respondiste. Ese día llegué a mí casa y cómo no había nadie, tome mí navaja y me corté estuve en el hospital, por cierto hoy en la mañana salí.

Francisco: ¿Por qué no me avisaron?

Delia: Será porque nunca respondes el maldito teléfono. Sabes que, ya vámonos no me siento de ánimos y no quiero discutir contigo.

Francisco sabía que había cometido el peor error de su vida y que si no hacía nada por remediar las cosas todo podía empeorar, porque realmente amaba a Delia y sí de verdad quería que ella lo perdonara debía actuar, ya que sí Delia lo intentó una vez podía hacerlo hasta conseguir su objetivo.

Durante todo el camino del parque a la casa de Delia, no se dirigieron la palabra, de repente Delia comenzó a llorar…

Francisco: ¿Por qué lloras?

Delia: ¿Quieres que te diga la verdad? No quiero perderte, me costó tanto tiempo esperar para que llegara el momento de estar juntos y tú solo estás echando a perder todo. Para mí es doloroso todo esto, enserio no valoras nada absolutamente ¡NADA!

Francisco: Perdón, no estoy acostumbrado a que me traten así.

Delia: -Aún más molesta- ¿Lo ves? Siempre dices esas cosas, enserio nunca te he entendido.

Francisco: Prometo que todo cambiara. Dame una oportunidad.

Llegaron a la casa de Delia, se despidieron pero sin darse beso, ella entró y se encerró en su habitación, se puso su pijama y se acostó. Tenía esperanza de que Francisco cambiara su actitud pues ahora más que nada lo necesitaba. La abuela de Delia entró era hora de curarle las heridas. En ese momento Delia recibió una llamada:

Delia: Bueno… ¿Quién habla?

Anónimo: ¿Tú eres novia de Francisco?

Delia: Sí, ¿Y tú?, ¿Quién eres?

Anónimo: No te puedo decir quién soy pero algo sí te aseguro, no descansaré hasta separarte de Francisco.

La abuela se quedó sorprendida al escuchar eso.

Delia: Deja de estar haciendo bromas tan estúpidas.

Colgó y su abuela continuó cambiándole el vendaje sin decir una sola palabra, cuando terminó salió de la habitación ya para dejar descansar a Delia. Ella antes de dormir decidió enviarle mensaje a Francisco:

Delia: [Escribiendo…] Hola corazón, ¿Qué haces?

Francisco: [Escribiendo…] Hola hermosa, voy rumbo al trabajo. ¿Y tú?

Delia: [Escribiendo…] ¡Qué bien!, Yo estoy acostada, a punto de dormir solo quería platicar un ratito contigo.

Francisco: [Escribiendo…] ¿Ya estás más tranquila?

Delia: [Escribiendo…] Sí, ya estoy más tranquila. Después de todo no puedo enojarme contigo, a pesar de todo, quiero seguir a tú lado.

Francisco: [Escribiendo…] Yo también quiero estar contigo a pesar de todo.

Las semanas transcurrieron entre las terapias de Delia y las conversaciones con Francisco las cosas aparentemente marchaban bien. En uno de esos días de terapia se encontró con la enfermera que la cuidó aquel día…

Enfermera: -Emocionada- ¡Hola!, ¿Cómo estás?, ¡Que gusto verte!

Delia: ¡Hola!, Ya estoy un poco bien, hasta ahora las cosas “Marchan bien” con mi novio.

Enfermera: -Confundida- ¿Cómo que marchan bien?

Delia: -En tono triste- Pues… es que ya no creo en las excusas que pone, hace unas semanas fue a mí casa, ya no lo he visto desde ese día, solo nos comunicamos por mensajes y llamadas.

Enfermera: [Abraza a Delia] Tranquila, ojalá algún día se dé cuenta que tú eres una niña increíble y que se está perdiendo de alguien maravilloso.

Delia: Pues ojalá y no sea tarde cuándo se dé cuenta de lo que está perdiendo.

[La psicóloga sale de la oficina]

Psicóloga: Delia, ya puedes pasar.

[Delia entró a la oficina y al sentarse comenzó a llorar]

Psicóloga: ¿Qué pasa?

Delia: Ya no aguanto más doctora, ¡Me quiero morir!

Psicóloga: Pero… ¿Por qué?

Delia: No aguanto más ésta situación, la verdad siento que estorbo.

Psicóloga: Tranquila, mira debes tener en cuenta todo lo bueno que ha pasado en tú vida.

Delia: -Enojada- Nada bueno ha pasado. Mejor me voy de verdad esto no está ayudando nada y usted tampoco.

Delia salió enojada de la oficina de la psicóloga, camino a la salida del hospital recibió una llamada de Francisco.

Delia: -Enojada- Bueno… ¿Qué quieres?

Francisco: Hola amor, ¿Estás molesta?

Delia: Perdón amor, es que salí molesta de la oficina de la psicóloga, yo no sé ni porque se me ocurrió venir, mejor me hubiera quedado en casa.

Francisco: ¿Paso por ti?, Vamos a beber. Llego en media hora.

Delia: Está bien, te espero aquí en la clínica.

Francisco llegó a la hora acordada, a Delia le parecía extraño.

Francisco: [Le da un beso a Delia] ¿Por qué peleaste con la psicóloga?

Delia: -Enojada- ¡Es una estúpida!, Me dice que debo tener en cuenta todo lo bueno que me ha pasado en la vida, cómo sí eso fuera posible.

Francisco: ¡Déjala! Ya mejor ni deberías venir. Bueno… ¿A dónde quieres ir?

Delia: Pues… vamos a algún restaurante a desayunar algo.

Francisco: ¡Claro! Y de ahí compramos algunas cervezas y nos vamos al lugar de siempre.

Delia se sentía confundida pues francisco estaba muy accesible y sin que ella se lo pidiera, le gustaba eso pero a la vez cómo que sentía que él lo hacía por culpa. Llegaron al restaurante y Francisco con mucha amabilidad trataba a Delia.

Delia: -Sorprendida- ¿Por qué estás muy amable?

Francisco: Porque eres mi novia y me siento un poco culpable de lo que te ha pasado.

Delia: La verdad no sé qué decir… Es que de verdad me sorprende.

Francisco: Es que de verdad he sido un idiota contigo y tú no lo mereces.

La comida transcurrió tranquila, Delia sorprendida y feliz de lo que estaba haciendo Francisco.

Francisco: Delia, ¿Por qué estás muy seria?, ¿Todo bien?

Delia: Sí, todo bien. Solo estaba pensando.

Francisco: ¿En qué pensabas?, Sí puedo saberlo.

Delia: Estaba pensando en que… Ya no deberíamos distanciarnos tanto es que no sé últimamente me deprimo por cualquier cosa.

Francisco: [La toma de las manos] Te prometo, no, no ¡Te juro! Que lo nuestro va a mejorar.

Terminaron de comer, salieron del restaurante y se dirigieron al supermercado a comprar las cervezas, caminando hacía al lugar dónde siempre iban…

Delia: [De repente abraza a Francisco] No te quiero perder nunca amor.

Francisco: [La abraza] Yo tampoco te quiero perder, te amo.

Esa tarde todo transcurría bien, Delia se sentía más tranquila, ya estaba segura que todo iba a estar bien, por lo que decidió cancelar sus terapias con la psicóloga a lo que le llamó para decirle.

Delia: Buenas tardes doctora.

Psicóloga: ¡Delia!, ¿En qué te puedo ayudar?

Delia: Solo le llamé para decirle que he decidido cancelar mis terapias.

Psicóloga: –Sorprendida- ¡¿Qué? ¡¿Por qué?!

Delia: Ya me siento bien, ya lo necesito.

Psicóloga: Pero… pero, ¿Delia? ¿Sigues ahí?

Delia le colgó a la psicóloga y apagó el celular, siguió bebiendo con Francisco hasta altas horas de la noche, hasta que Francisco le dijo:

Francisco: Oye Delia, ¿A qué hora tienes que llegar a tú casa?

Delia: -Balbuceando- ¿Por qué?, ¿A qué hora son?

Francisco: Son casi las de 12:30 de la noche.

Delia: ¿Qué?, ¡Me van a matar!

Cómo pudieron Delia y Francisco caminaron hacía la casa de ella, ya era muy tarde y ni siquiera había avisado que andaría con él. A cada parada que hacían se daban un beso, al llegar a casa de Delia, su abuela ya la esperaba por supuesto muy molesta.

Abuela: -Enojada- ¿Dónde estabas?

Delia: Por ahí, estaba con Francisco.

Abuela: ¡Mira nada más!, ¿Acaso te mandas sola?

Delia: Abuela, ya tengo edad para hacer lo que yo quiera.

Abuela: [Toma del brazo a Delia] ¡A mí no me estés hablando así!, Te metes ya por favor y usted joven no le haga caso a ella, de verdad cómo le gusta arriesgarlo.

Delia: Sí, sí ahorita me meto.

Francisco: -Sorprendido- Nunca había visto así a tú abuela. Ya mejor metete sino se enojará más.

Delia: Esta bien, te haré caso… Te vas con cuidado y me avisas cuándo llegues a tú casa.

Francisco: Sí, está bien. Me voy, te amo.

Al entrar Delia a su casa:

Abuela: ¿Qué te crees?

Delia: ¿Por qué?

Abuela: La psicóloga me llamó para decirme que cancelaste las terapias.

Delia: -Gritando- ¡Esa tipa está loca!, Y sí ya cancelé las terapias no pienso regresar con esa tipa.

Abuela: ¿Bebiste?, Hueles a alcohol, ¡Tú eres la loca! ¡Cómo se te ocurre! Estás tomando medicina.

Delia: No bebí nada, es su imaginación. [Entró a su habitación y azotó la puerta]

Abuela: ¡Delia!, ¡Ábreme! ¡Tenemos que hablar!

Delia: No tengo nada de qué hablar. ¡Ya déjeme en paz!

Abuela: [Dirigiéndose al tío de Delia] No entiendo que le esté pasando, nunca se había puesto así.

Tío: Déjela mamá, mañana verá que ya se le pasa lo borracha y estará más tranquila. Ya mejor váyase a descansar.

Las cosas esa noche entre Delia y su abuela así quedaron, Delia en su habitación demasiado ebria pensaba en lo que había pasado. En ese momento recibió un mensaje de Francisco:

Francisco: [Escribiendo…] Hola amor, Ya estoy en casa.

Delia: [Escribiendo…] ¡Muy bien amor!

Francisco: [Escribiendo…] Oye… Y… ¿Qué te dijo tú abuela?

Delia: [Escribiendo…] Se puso súper pesada porque la psicóloga le llamó diciéndole que yo ya había cancelado las terapias.

Francisco: [Escribiendo…] Amor, no es que se ponga pesada, lo que pasa que se preocupa por ti, después de lo que pasó.

Delia: [Escribiendo…] Pues sí, pero es que ya fui mucho tiempo al consultorio de la loquera y ya me aburrí.

Francisco: [Escribiendo…] Ya me tengo que ir a dormir, debo levantarme temprano para ir a trabajar. Descansa, te amo.

Delia: [Escribiendo…] Está bien amor, descansa, te amo.

Al día siguiente:

[Abuela tocando la puerta de Delia]

Abuela: -Gritando- ¡Delia!, ¡Ya levántate!, ¡Ya es tarde!

Delia: -Entre dormida- ¡Ahí voy!, ¿A qué hora son?

Abuela: Son 3 de la tarde, ¿No piensas desayunar?

Delia: Ahorita me levanto. [Delia tomó su celular y vio que tenía varias llamadas perdidas de Francisco]

Delia: [Al teléfono] Hola amor, buenas tardes.

Francisco: ¡Milagro amor! Estaba preocupado, ¿Cómo estás?

Delia: Estoy bien, gracias.

Abuela: -Gritando- ¡Ya vente a desayunar!, ¡Tenemos que hablar!

Delia: [Al teléfono] Bueno amor, debo colgar más tarde hablamos.

Delia salió a desayunar y ahí fue donde su abuela comenzó a hablar con ella.

Abuela: Ya me vas a explicar.

Delia: ¿Qué?

Abuela, ¿Por qué decidiste dejar las terapias?

Delia: Porque ya fui por muchos días y ya me aburrí.

Abuela: Pero la psicóloga… [Delia interrumpe]

Delia: Pero nada, ella no sabe y punto, no quiero discutir.

Todos estaban sorprendidos con la actitud de Delia, nunca la habían visto comportarse así. Pasaron los días y ella seguía con su rebeldía, se salía y llegaba a la hora que quería. En uno de esos días salió con Francisco y Perla y fueron a una casa abandonada. Al llegar Delia fue la primera en servirse el trago.

Perla: Delia, te noto diferente.

Delia: ¿Diferente?, ¿En que forma?

Francisco: Cómo que ya te vale la vida un poco, ¿No crees?

Delia: -En tono molesto- Ya van a estar igual que mi abuela, yo no he cambiado, sigo igual.

Perla: Bueno, no discutiremos, mejor disfrutemos este día.

Transcurrió la tarde y Delia no dejaba de beber, Francisco y Perla trataban de evitarlo pero ella no cedía, en ese momento Delia se levantó y se encerró en el baño de la casa abandonada.

Francisco: -Sorprendido- Oye Perla, ¿Qué estará pasando con Delia?

Perla: No sé, ha estado súper rara últimamente, de verdad no entiendo.

[Delia en el baño estaba consumiendo cocaína, desde lo sucedido estaba cambiando mucho, Francisco en parte le gustaba que ella fuera así pero a la vez le sorprendía ese cambio tan drástico que había tenido]

Salió Delia del baño, estaba toda mal…

Francisco: Te tardaste tanto, ¿Qué hiciste?

Delia: -Desorientada- Nada, ¿Por qué crees que hice algo?

Perla: Nena, te ves fatal.

Francisco: ¡Muy fatal!

Delia: No tengo nada.

Francisco: ¿Estás drogada?

Delia: -Enojada- ¡No!

Se dieron las 7:00 pm y los tres decidieron retirarse de aquella casa, irían a acompañar a Perla a la parada del autobús y Francisco acompañaría a Delia, que por cierto estaba demasiado mal.

Francisco: Amor, mes estás preocupando o sea me gusta que seas así pero ya te estás yendo a los extremos.

Delia: -Molesta- ¡Ya vas a empezar!, No quiero tus sermones, yo sé lo que hago.

Francisco: Pero… Amor, no está bien lo que haces.

Delia: Cambiemos de tema, bastante tengo con los regaños en mí casa para que vengas tú a regañarme.

Francisco: -En tono triste- Está bien, cambiemos el tema.

Delia y Francisco llegaron a casa de ella y no había nadie, a él le había sobrado una pequeña botella de alcohol y no podía llevársela porque iba a trabajar y ahí le revisaban la mochila, así que decidió dársela a Delia para que la guardará.

Se despidieron y ella entró a su casa y se encerró en su habitación, abrió la botella y se la estuvo bebiendo, pasaron un par de horas y decidió tirar la botella para que no se dieran cuenta que estaba borracha. Con todo lo que se había metido, estaba súper mal y se quedó dormida. Su abuela y sus hermanos llegaron y notaron que ella ya estaba en casa.

Abuela: [Tocando en la puerta] ¡Delia!, ¿Estás bien?

Delia estaba dormida y ni siquiera escuchaba que le estaban hablando.

Abuela: Tal vez se durmió, bueno vamos a cenar y ya nos retiramos a dormir.

Cómo a las 4:00 am Delia se levantó al baño, y estuvo vomitando.

Su abuela escuchó ruidos y se levantó.

Abuela: ¡Delia!, ¿Qué tienes?

Delia: Nada, tal vez algo que me cayó mal.

Abuela: ¿Quieres que te llevemos al doctor?

Delia: No, abuela así estoy bien.

Abuela: Bueno cualquier cosa, me avisas.

Delia se volvió a su habitación y tomó su celular y le marcó a Francisco.

Francisco: [Al teléfono] ¡Alo!

Delia: [Al teléfono] Amor, me siento muy mal.

Francisco: [Al teléfono] –Preocupado- ¿Qué tienes amor?

Delia: [Al teléfono] No sé amor que me cayó mal.

Francisco: [Al teléfono] Pediré permiso en el trabajo para que vayamos al hospital.

Delia: [Al teléfono] No amor, no te preocupes.

Francisco: [Al teléfono] Nada de eso amor, en una hora estoy allá y te llevaré al hospital.

Delia: [Al teléfono] Amor… no, así estoy bien.

Francisco: [Al teléfono] Nada, en un rato más estaré allá.

Francisco llegó a casa de Delia, su abuela lo recibió, y ella al momento se asustó.

Abuela: -Asustada- ¡Francisco!, ¿Qué pasó?, ¿Todo bien?

Francisco: -Preocupado- Señora es que Delia me llamó diciéndome que se siente mal y vine para llevarla al hospital.

Abuela: No te hubieras molestado.

Francisco: No señora para mí no es molestia.

Abuela: [Tocando la puerta] ¡Delia! Francisco está aquí, te llevará al hospital, cámbiate y prepara los documentos.

Delia: -Gritando- ¡Ahí voy!

Salió Delia de su habitación y se fueron al hospital. Ya en el taxi:

Francisco: Amor, ¿Por qué estás así?

Delia: ¿Así?, ¿Cómo?

Francisco: Estás toda pálida, parece que no has dormido en meses.

Delia: No me pasa nada, te digo tal vez algo que comí me cayó mal.

Al llegar al hospital se encontraron con la enfermera que atendió a Delia:

Enfermera: Buenas noches, ¡Delia!, ¡Por dios! ¿Qué te pasó?

Delia: Buenas noches, Me siento mal he estado vomitando y así.

Francisco: Asegura que algo que comió le hizo daño.

Enfermera: En un momento la atenderemos.

Delia en ese momento iba a que la pesaran y se desmayó. La enfermera rápido le habló al doctor e inmediatamente sacaron una camilla.

Doctor: ¿Qué le pasó?

Enfermera: Iba a pasar a que la pesaran y se desmayó.

Doctor: Inmediatamente háganle análisis de sangre, descartemos cualquier cosa.

Francisco estaba preocupado e impaciente, pasaban las horas y no sabía nada aún no había tenido permitido entrar a ver a Delia. De repente apareció la enfermera y Francisco le preguntó acerca del estado de salud de Delia.

Enfermera: Ya tengo los resultados de los análisis que le realizaron a la paciente.

Francisco: -En tono preocupado- Y… ¿Qué tiene?

Enfermera: Mire joven, no sé cómo decirlo, la verdad no quiero perjudicarla.

Francisco: ¿Es grave?

Enfermera: Un poco. Para que no le fuera a decir a su familia tuve que cambiarles algo. Los verdaderos resultados arrojan que consumió cocaína y otras sustancias.

Francisco: -Sorprendido- ¡¿Qué?! ¡No lo puedo creer!

Enfermera: Usted esconda esto [Le entrega los resultados verdaderos] y yo le daré al doctor los que modifiqué.

Francisco se quedó pensando en porque Delia había hecho eso, no comprendía ese cambio.

La enfermera entró a la habitación y le entregó los resultados al doctor.

Doctor: ¡Vaya! Al parecer solo se trata de una anemia, le haré la receta y le daré cita para que siga el tratamiento.

Delia: Sí, está bien.

Doctor: En un ratito más la daremos de alta. Haré pasar al joven que le acompaña. Mientras voy haciendo su expediente.

Pasó Francisco y abrazó a Delia… Pero ella lo notó serio.

Delia: Amor, ¿Qué pasa?, ¿Por qué estás serio?

Francisco: -En tono serio- [Aventándole los resultados] ¿Qué significa esto?

Delia: ¿Qué?, ¿Esto qué es?

Francisco: -Molesto- Los verdaderos resultados de los análisis que te hicieron. ¿En que estabas pensando?

Delia: -Confundida- No te entiendo.

Francisco: Delia, ¡Por favor! Los resultados arrojan que consumiste no sé que tantas cosas. La enfermera me dijo que los tuvo que modificar para que no te fueran a perjudicar.

Delia: -Triste- Lo siento amor, yo solo quería sentirme bien.

Francisco: [Abrazó a Delia] Amor…

Delia: Pero sí tú lo haces no entiendo porque te molestas.

Francisco: Porque no quiero que te pase algo. ¡Entiéndelo!, ¡Por favor!

El doctor entró y dio de alta a Delia, ella y Francisco se fueron a su casa. La abuela estaba preocupada pues ya eran cerca de las 5:00 am y no llegaban a los pocos minutos ellos aparecieron.

Abuela: -Preocupada- ¿Qué pasó?, ¿Qué les dijeron?

Francisco: Le hicieron unos análisis a Delia y tiene anemia.

Abuela: ¿Y porque vomitó?

Francisco: Eso fue a causa de algún alimento que tal vez estaba en mal estado.

Delia: Sí abuela, me darán un tratamiento para la anemia.

Abuela: Se lo agradezco mucho Francisco.

Francisco: No agradezca señora, sabe que ella me preocupa y así.

Delia. Gracias amor, te vas con cuidado me avisas en cuánto llegues a tú casa.

Francisco se retiró. Y la abuela de Delia quiso cuestionarla pues ella sospechaba algo más. Delia enojada dijo que no quería discutir ni respondería nada y se encerró en su habitación. Al día siguiente Delia se salió de casa desde las 10:00 am no avisó ni dejó ningún recado, se había quedado de ver con una nueva amiga “Cristina”. Se encontrarían en un parque.

Cristina: Delia pensé que no vendrías.

Delia: ¿Por qué pensabas eso?

Cristina: Pues por lo que me dijiste que estuviste en el hospital.

Delia: ¡Que tonta! Cómo iba a fallarte.

Cristina: ¿Y qué te dijo tú novio?

Delia: Se puso pesado el muy imbécil, según no quiere que me pase nada. Él puede hacer lo que quiere y yo no.

Cristina: ¡Que estúpido!

Cristina sacó de su bolso una botella, en ese instante sonó el celular de Delia era una llamada de Francisco.

Delia: [Al teléfono] Hola amor.

Francisco: [Al teléfono] Amor, perdón ya ni te avise cuándo llegué a mí casa porque me quedé súper dormido. Oye amor, ¿Vamos a comer?

Delia: [Al teléfono] –Se quedó por un momento callada-

Francisco: [Al teléfono] ¿Amor?, ¿Sigues ahí?

Delia: [Al teléfono] ¿A qué hora?

Francisco: [Al teléfono] Paso por ti a las 2:00 pm, ¿Te parece?

Delia no sabía que responderle pues le había prometido a Cristina que pasaría todo el día con ella y pues no podría dejarla así.

Delia: [Al teléfono] Sí, amor está bien. Te espero, en dónde siempre. Me tengo que ir adiós.

Cristina se molestó pues Delia había roto su promesa.

Cristina: -Molesta- ¿Olvidaste la promesa?

Delia: ¡Claro que no!, Pero no le podría decir que no, últimamente se porta muy lindo conmigo.

Cristina: -Gritando- ¡Escúchate!, ¡¿Qué estupidez acabas de decir?! Me dijiste que anoche se puso pesado y no sé qué tanto. Y ahora aceptas salir con él. ¡¿Y yo?! ¡¿Te olvidas de mí?! Yo estuve cuándo él te había dejado de hablar.

Delia: Perdóname… pero es que las cosas entre él y yo están mejor que nunca y no puedo dejarlo así.

Cristina: ¡Has lo que quieras!, Yo me voy.

Delia regresó a su casa y su abuela le dijo que dónde estaba ella le dijo que se había ido a caminar porque sentía muchas ganas de salir. Se bañó y se arregló. A las 2:00 pm se dirigió a dónde había citado a Francisco. Cuándo llegó, él ya estaba ahí.

Delia: Hola amor. [Se acercó para darle un beso]

Francisco: [Aventó a Delia] Necesito una explicación.

Delia: -En tono triste- ¿Explicación?, ¿De qué?

Cristina en venganza de que no se había quedado con ella, había conseguido el número de Francisco y le había enviado las fotos de una fiesta a la que habían asistido las dos y en la cual Delia se puso súper mal.

Francisco: [Mostrándole las fotos] Una explicación de esto.

Delia: ¿Quién te las envió?

Francisco: -Molesto- ¡No sé! Pero me vas a decir que te está pasando, ¡Tú! Haciendo esas cosas. ¡De verdad no te entiendo! Te molestaba que yo fuera así.

Delia: Déjame explicarte.

Francisco: ¡Claro que me vas a explicar!, Yo confiando en ti y me sales con esto. Si yo fuera te hubieras enojado.

Delia: Es que amor, esas fotos no tienen nada de malo.

Francisco: No esas fotos no, pero ésta sí. [Le muestra una foto dónde estaba inhalando cocaína]

Delia: Amor… Pero… Es que yo no hice eso, solo fue pose para la foto.

Francisco: -Gritando- ¡No me digas amor!, ¿Qué dijiste? Este estúpido ya se la creyó. La verdad no entiendo tú cambio, o sea te llevé al hospital estoy cubriéndote en los resultados de los análisis y haces esto.

Delia: [Comienza a llorar] Perdón amor, solo fue en esa ocasión. No vuelve a pasar.

Francisco: Y ese día de la casa abandonada, no te quise decir nada solo porque tú me lo pediste.

Delia: Amor te prometo que no volverá a pasar.

Francisco decidió irse a su casa, se sentía mal por lo que había hecho ella. Delia regresó a su casa y se encerró en su habitación y ya no salió en el resto del día. Comenzó a enviarle mensajes a Francisco y ni siquiera leía los mensajes, le llamaba y no contestaba. Se había dado cuenta que acababa de cometer un grandísimo error. Pasaron los días y Francisco y Delia no hablaban ella se sentía muy mal.

Delia: [Escribiendo…] Francisco, te extraño quiero verte. ¿Cuándo podremos vernos?

Francisco: [Escribiendo…] No sé qué día puedes, sino es que tienes que irte con tú amiga esa.

Delia: [Escribiendo…] ¿Mañana?, ¿Puedes?

Francisco: [Escribiendo…] Sí, está bien, a las 3:00 pm en el lugar de siempre.

La conversación así quedó y Delia pidió permiso para que pudiera salir al día siguiente. Ese día ella se levantó temprano se bañó, se arregló y esperó a que se llegara la hora de irse a la cita. A la hora acordada, ya iba de salida de su casa cuándo vio a Francisco ahí afuera.

Delia: ¿Amor?, Que sorpresa ya me iba para allá.

Francisco se acercó y le dio un beso súper profundo a Delia. Ella estaba sorprendida, y después le dijo: Quise darte la sorpresa amor, y por cierto te traje esto. [Saca un anillo de la bolsa de su pantalón]

Delia: ¡Amor! No te hubieras molestado.

Francisco: Amor, este anillo representa que nada ni nadie nos separará, sobre nuestra discusión de ayer, de verdad lo pensé bien y sé que tú no siempre eres así que solo querías disfrutar un poco más.

Delia abrazó a Francisco y le dio un beso.

Delia: Créeme amor, jamás sería infiel a pesar de lo que pasara.

Ambos se fueron a un centro comercial, hablaron por un buen rato y Delia estaba muy feliz, pues no creía lo que pasaba.

Francisco: Amor, he estado pensando que estaría bien que nos fuéramos a vivir juntos. ¿Tú qué opinas?

Delia: ¿Enserio?

Francisco: Sí corazón estoy hablando enserio, de verdad me gustaría que nos graduáramos juntos, trabajáramos y viviéramos juntos y poco a poco irnos haciendo de nuestras cosas.

Delia: Amor, a mí también me gustaría que viviéramos juntos y así,

Francisco: ¿Te parece que hable con tú abuela?

Delia: ¿Cuándo?

Francisco: Hoy

Delia: ¡No!, Digo debemos esperar un poco más, ¿No crees?

Francisco: Está bien corazón.

Esa tarde los dos felices por todos los planes que había hecho, decidieron regresar temprano a casa de Delia. Ella estaba muy feliz. Al llegar a su casa, estaba Cristina hablando con su abuela.

Delia: Abuela, ya llegué, estaré afuera un ratito más con Francisco.

Abuela: [Le da una cachetada] Tú no vas a volver a salir con ese.

Delia: [Dirigiéndose a Cristina] ¿Qué le dijiste?

Cristina: La verdad, ese tipo no te conviene es un patán y vicioso

Delia: -Gritando- ¡Eso no es cierto!

La abuela salió y corrió a Francisco él sorprendido se retiró y Delia no podía creer lo que estaba sucediendo.

Delia: –Gritando- ¡¿Cómo pudiste creerle?!

Abuela: [Le da una cachetada] No me grites, ella ya me contó que nunca sales a comer con ese imbécil, que solo vas a emborracharte y a drogarte.

Delia: -Gritando- ¡Eso no es cierto!, Cristina es una mentirosa.

Cristina se retiró, al salir había sentido culpa pero ya no podía hacer nada porque no podía cambiar tan rápido de opinión. Mientras tanto en casa de Delia:

Abuela: -Gritando- ¡Te prohíbo rotundamente que vuelvas a salir con ese!, ¡¿Entendiste?!

Delia: ¡No, no entiendo! Y no entenderé.

Abuela: No me estés desafiando porque te puede ir mal.

Delia se encerró en su cuarto y dejó hablando sola a su abuela, se puso los audífonos y subió todo el volumen para así no poderla escuchar. En ese momento recibió un mensaje de Francisco.

Francisco: [Escribiendo…] Princesa, ¿Qué pasó?

Delia: [Escribiendo…] Mí abuela me ha prohibido verte, Cristina la que yo creí que era mi amiga vino a decirle muchas cosas feas de ti y le creyó.

Francisco: [Escribiendo…] ¡No puede ser!, Entonces… ¿Nuestro plan?

Delia: [Escribiendo…] Ya no será posible.

Francisco: [Escribiendo…] Quiere decir que… ¿Lo nuestro ha terminado?

Delia: [Escribiendo…] Amor, yo no quiero perderte. Me has hecho la persona más feliz del mundo y me duele tener que alejarme de ti porque una maldita estúpida dijo cosas que no.

Francisco: [Escribiendo…] Te amo y yo tampoco quiero perderte pero la decisión está tomada y no es por ti ni por mí es por alguien más.

Delia: [Escribiendo…] Amor, gracias por todo. De verdad me hiciste muy feliz durante estos meses. Por ti, aprendí muchas cosas.

La abuela entró y le dijo a Delia que le daba 10 minutos para deshacerse de ese celular. Ella llorando y enojada aún bloqueo a Francisco antes de eso le dejó un gran mensaje, él le envió un audio llorando pues ninguno se quería despedir. Pasaron varios días y un viernes que su abuela no estaba, decidió pedirle a su tío que sí le permitía hacer una llamada, su tío aceptó.

Delia: [Al teléfono] ¿Amor?, ¡Hola! Soy Delia, pedí un celular para poder llamarte.

Francisco: [Al teléfono] –Emocionado- ¡Amor!, ¿Cómo estás? Te he extrañado, ahora solo veo tus fotos de Facebook, y las fotos que nos tomamos juntos.

Delia: [Al teléfono] –Triste-Yo también te he extrañado, me haces tantísima falta. Tanto que debo contarte.

En ese momento su tío le dice que la abuela va llegando. Y rápidamente Delia se despide.

Al entrar la abuela a la casa:

Delia: Abuela, ¿Ya no me dejará ni siquiera llamarle a Francisco? De verdad lo extraño.

Abuela: No, la decisión está tomada no volverás a hablar con él.

Delia: Pero… Abuela él no es malo, no merece esto.

Abuela: No me harás cambiar de opinión.

Las cosas quedaron así, los días pasaban y Delia se ponía mal; todas las noches lloraba, a veces dormía todo el día, a veces no dormía en días, casi no comía.. Cada vez se veía mal. Su abuela no comprendía, que había cometido un grave error, solo se enojaba de saber que Delia ya no salía de su habitación. Ya había tomado cómo costumbre cortarse brazos y piernas. Le escribía muchísimas cartas a Francisco pero sabía que jamás iba a leerlas. Francisco también estaba mal, renunció al trabajo, solo se la pasaba bebiendo y drogándose, ya no comía y ya no dormía en el chat de Delia escribía muchos mensajes, lloraba porque él jamás se había enamorado de alguien cómo ella, que lo ayudaba a ser mejor persona, lo motivaba a que cumpliera sus metas, etc. Un día Perla y Jonathan fueron a visitar a Delia pues ya estaban preocupados porque no sabían de ella.

Perla: Buenas tardes señora, ¿Se encuentra Delia?

Abuela: Sí, sí está, Pasen.

Perla y Jonathan entraron a la casa, la abuela les indicó dónde se encontraba la habitación Delia. Tocaron la puerta:

Delia: ¡Ya le dije abuela no saldré!, Dejen de molestar.

Perla: No sé cómo le hagas pero a nosotros si nos vas a abrir o tiro la puerta.

Delia rápidamente se cambió de pijama, se puso un poco de perfume y escondió los algodones con sangre, la botella de alcohol y las navajas, se peinó y les abrió la puerta.

Perla: [Abraza a Delia] ¡Tanto tiempo! Hace meses que no sabíamos de ti y estábamos muy preocupados. ¡Mírate nada más! Estas súper mal.

Jonathan: Sí, ¿Qué pasó?

Delia: Me permiten un momento, me cambiaré y le diré a mí abuela que sí me deja ir con ustedes al parque, así para poderles contar.

Ambos; Ok, esperamos afuera.

Delia se cambió, se puso un poco de maquillaje y salió de su habitación y le dijo a su abuela que estaría en el parque con Perla y Jonathan. Camino al parque.

Jonathan: Cuéntanos de una vez, porque te desapareciste así de repente.

Delia: -En tono triste- Es que una “Amiga” le contó a mí abuela cosas malas de Francisco y me prohibió hablar con él, de hecho por eso ni celular tengo.

Perla: -Enojada- ¡Maldita vieja! Y entonces, no sabes nada de él.

Delia: Solo pude hablar con él una vez desde ese día no he vuelto a comunicarme pues me restringieron llamadas y todo.

Jonathan: Yo hablé con él hace unos días.

Delia: ¿Enserio?, ¿Qué te dijo?

Jonathan: Pues me dijo que te extraña mucho y también que había renunciado al trabajo.

Perla: ¿Renunció al trabajo?

Jonathan: Sí, dijo que ya nada tenía sentido, que extrañaba a Delia y tenía ganas de verla.

Delia: –Casi llorando- Yo también lo extraño tanto, que daría por verlo una vez más, me hace tanta falta. –Perla interrumpe-

Perla: Delia, ¿Por qué traes suéter? Está haciendo muchísimo calor.

Delia: Yo tengo mucho frío.

Jonathan: ¡Pues claro! Casi ni has salido.

Perla: ¡No estés diciendo tonterías!

De regreso, Delia se sintió mal y casi se desmayaba.

Perla: Hermosa, debes comer más eso te está haciendo daño.

Delia: Es que casi no me da hambre.

Jonathan: Debes ir al doctor.

Delia: Sí, está bien iré.

Llegaron a casa de ella, se despidieron e inmediatamente Delia se metió y se encerró en su cuarto, se puso su pijama y apagó las luces de su cuarto. Ni siquiera dejó que su abuela le preguntara cómo le había ido, ella puso la música a todo volumen, y comenzó a llorar al saber que su novio estaba mal. Que daría por irlo a buscar pero no podía porque estaba prohibido. Su abuela tocaba la puerta, pero ella no escuchaba porque tenía los audífonos puestos. Todo iba empeorando, las cortadas se hacían más frecuentes, ya no se sentía feliz. Sí alguna vez salía de su habitación solo era para ir a comprar algodón y alcohol para curar sus cortadas. Se sentía aburrida, cansada. Decidió escribirle una carta a Francisco, dicha carta quería que fuera entregada en algún momento a él. Ya se acercaba su cumpleaños y su abuela quería organizarle algo, pero ella se negaba rotundamente no quería ver a nadie. Todos en su casa insistían que lo que le hacía falta era convivir con sus amigos y estar rodeada de la gente que más la quería, pero no ella se negaba. De las veces que Delia salía de su cuarto, su abuela le dijo:

Abuela: Mijita, ¿De qué sabor querrás el pastel para tú cumpleaños?

Delia: Abuela, ya le dije que no quiero nada para mí cumple. Ese día tal vez ni esté.

Abuela: ¿Saldrás con alguien?

Delia: Sí, tal vez.

Abuela: Pero… yo ya invité a tus amigos. ¿Con quién saldrás?

Delia: No sé, pero para ese día ya no estaré.

Su abuela se quedó pensando acerca de lo que le dijo Delia, cómo era que no iba a estar pero no saldría con alguien, eso sí que estaba raro. Delia había planeado algo pero para que no sospecharan en su casa comenzó a actuar, fingía que de verdad le interesaba lo de su cumpleaños. Fue a comprarse un vestido para ese día y ayudó con los preparativos, su familia estaba contenta pues veían que a ella le emocionaba cumplir años. Al fin se llegó el día, Delia se levantó temprano pues iría a que alguien la maquillara y peinara pues quería lucir radiante. Su tío fue por las últimas cosas que faltaban, y su abuela comenzó a preparar la comida. Ese día nadie imaginaba lo que Delia había planeado, nadie imaginaba la tragedia.

Arreglaron la casa, y por la tarde, comenzaron a llegar los invitados, Delia se mostraba contenta… Llegaron Perla, Janeth, Jonathan y Marlon. Ella le dijo a Perla que si la acompañaba a la tienda, pues faltaban algunas cosas y así.

Delia: [Saca de una pequeña bolsa un sobre] Hermosa, quiero que por favor, cuándo veas a Francisco le entregues éste sobre.

Perla: -Confundida- ¿Qué es?

Delia: Es una carta que quiero que lea, al fin se llegó el día.

Perla: ¿El día?, ¿De qué?

Delia: Hoy se acabaran mis problemas.

Perla no comprendía lo que Delia le estaba diciendo, llegaron. Y la abuela ya había servido la comida, ambas se sentaron y mientras comían Perla comenzó la conversación.

Perla: Me siento feliz, de estar aquí en este día tan especial.

Jonathan: Yo también estoy feliz de estar aquí con Delia en este día.

La tarde transcurrió normal, todos estaban felices de que veían que Delia poco a poco estaba recuperándose, ya la veían más sonriente y con ganas de convivir. Cerca de las 9:00 pm los invitados se comenzaron a retirar, al quedar solo la familia y Delia ella se encerró en su habitación, no se desmaquilló ni se quitó el vestido. En el taxi, Perla iba preocupada Marlon la notó y le preguntó:

Marlon: ¿Qué pasa Perla? Te noto preocupada.

Perla: Es que hace rato Delia me dio un sobre para que se lo entregara a Francisco cuándo lo viera. También me dijo que hoy se acabarían sus problemas. – Jonathan interrumpe-

Jonathan: ¿Sus problemas?, ¿Cómo no entiendo?

Perla: Ni yo entendí que me quiso decir con eso.

En casa de Delia, ya cómo a las 11:00 pm todos se retiraron a dormir. Ella por fin terminaría con todo. Sacó de su buró una navaja y un frasco de pastillas, sin que nadie se diera cuenta salió por un vaso de agua y volvió a encerrarse. Escuchando ese último audio que le envió Francisco aquella vez que se despidieron, comenzó a llorar y se hizo el primer corte, no tan profundo pero sí salía un poco de sangre, al escuchar la parte dónde él le decía que nunca había amado a alguien cómo la amó a ella se hizo el segundo corte éste más profundo, lo mismo hizo en el brazo izquierdo, por último se tomó todo el frasco de pastillas y poco a poco fue sintiéndose mal, se recostó y se durmió. Por fin ella había hecho lo que tanto añoraba. Ya le había dado fin a sus problemas. A eso de la 3:00 am su abuela se levantó, pues comenzó a sentir algo extraño. Comenzó a tocar la puerta de Delia y está no respondía, pensó que ya estaría dormida, pero algo no la terminaba de convencer, le habló a uno de los tíos para decirle que buscara las llaves de la habitación de Delia.

Abuela: Tengo un mal presentimiento.

Tío: Todo estará bien. Aquí está la llave.

Entraron al cuarto, y vieron que Delia estaba acostada boca arriba y estaba aun con el vestido y ni se había desmaquillado. Lo único que tenía era el rímel y delineador regado por tanto llorar.

Abuela: Delia, Delia… Quiero hablar contigo, no podía dormir y me puse a pensar en lo que me habías dicho sobre Francisco y he decidido que lo volverás a ver. Más tarde le llamas y le dices que lo invito a desayunar para pedirle perdón.

Notaron que no se movía su abuela se puso nerviosa y le habló a su hijo.

Abuela: -Nerviosa- Hijo, llámale a una ambulancia de verdad algo no me termina de convencer.

Tío: Mamá, está dormida.

Abuela: ¡No!, Porque ni siquiera se movió.

Tío: Para que te convenzas le tomaré el pulso.

Al alzar su brazo derecho, notó las dos cortadas, inmediatamente la soltó y le llamó a una ambulancia. Al llegar la ambulancia, el tío les señaló dónde se encontraba la habitación yuno de los paramédicos dijo que Delia ya no contaba con signos vitales, en ese momento su abuela gritó horriblemente y comenzó a llorar, su tío no lo podía creer, no sabía cómo les iban a explicar a sus hermanos ni a la familia.

El paramédico, le llamó al servicio médico forense, era más que claro que se trataba de un suicidio pero tenían que seguir con el protocolo. Su tío comenzó a avisarle a la familia. Cuándo le tocó avisarle a los amigos de Delia soltó el llanto, a la primera en avisarle fue a Perla.

Sonó el celular de Perla y ella sacada de onda y a la vez asustada respondió:

Perla: [Al teléfono] ¿Sí? Buenas noches, en que puedo ayudarle.

Tío: [Al teléfono] ¿Este es el número de la señorita Perla?

Perla: [Al teléfono] Sí, ¿Con quién hablo?

Tío: [Al teléfono] Soy tío de Delia, solo le llamé para avisarle que ella… -Soltó el llanto- acaba de fallecer.

Perla: [Al teléfono] Comenzó a llorar, no es cierto, es una broma.

Tío: [Al teléfono] Ojalá fuera una broma, servicios periciales acaba de llevarse el cuerpo al servicio forense, solo para seguir el protocolo pero todo indica que se trató de un suicidio. Ya les estaremos avisando dónde será el velorio. Y quisiera saber si podía avisarle a los demás.

Perla: [Al teléfono] Sí señor, yo les aviso a los demás.

Perla colgó el teléfono y siguió llorando. Por fin cayó en cuenta que cuándo Delia le había dicho que acabarían sus problemas se refería a eso. Le aviso a Jonathan, Marlon y Janeth. Solo faltaba Francisco pero no sabía cómo decírselo. A las 7:00 am le llamó a Francisco.

Francisco: [Al teléfono] Hola Perla, ¿Cómo estás? Qué bueno que me llamas quería decirte que sí hoy vamos al parque avísale a Delia quiero darle su regalo de cumpleaños.

Perla: [Al teléfono] –Se quedó callada-

Francisco: [Al teléfono] ¿Qué pasa?, ¿Por qué te quedaste callada?

Perla: [Al teléfono] –Comienza a llorar- Te llamé, para avisarte que Delia falleció.

Francisco: [Al teléfono] –Comenzó a llorar- ¡No!, ¡Por favor!, Dime que es una maldita broma.

Perla: [Al teléfono] No, no es una broma. Su tío me llamó y me dio la mala noticia. El señor quedó que nos avisaría dónde será el velorio. Ya le avisé a los demás y quedamos de vernos en el parque y ahí esperaremos hasta que nos avisen ya pedimos permiso para no llegar a nuestras casas hasta que sepulten a Delia.

Francisco: [Al teléfono] ¿A qué hora?

Perla: [Al teléfono] Nos veremos a las 2:30 pm.

La familia de Delia, estaba en los preparativos del velorio, nadie creía lo que había hecho, sus hermanos estaban demasiado tristes. A las 4:00 les entregarían el cuerpo para llevarlo a la funeraria, el forense confirmó que fue un suicidio que había tomado un frasco de pastillas y la pérdida de sangre a causa de las cortadas. Llegaron su abuela, su tío y los de la funeraria para recoger el cuerpo. Ya en la funeraria, estaban sus tíos, primos y demás familia. También estaban sus amigos, esos que estuvieron en las buenas y en las malas, hasta el último día contó con ellos. Francisco estaba en shock en sus manos el anillo y la pulsera que le regalaría a Delia por su cumpleaños, una de sus tías llevaba la bolsa de ropa, francisco se acercó y le dijo:

Francisco: Disculpe, yo… Yo soy el novio de Delia.

Tía: Mucho gusto, dígame, ¿En que puedo ayudarle?

Francisco: Quisiera que por favor le pusieran a Delia este anillo y esta pulsera, se lo iba a entregar hoy cómo regalo de cumpleaños.

Tía: ¿La quisiste mucho verdad?

Francisco: -Comienza a llorar- La amé y la seguiré amando, fue la niña más increíble que pude haber conocido, aprendí tantas cosas de ella, no entiendo porque hizo esto.

Él se retiró de ahí y se fue hacia dónde estaban Perla y los demás. Casi una hora después salió el féretro, de inmediato su abuela y sus hermanos se acercaron al verla ahí comenzaron a llorar, y entre ellos se abrazaron. Al pasar Francisco a verla, abrazó el ataúd y lloraba y gritaba que la quería de regreso, se acercaron Perla y Janeth y lo abrazaron. La abuela de Delia le pidió perdón y le decía que si no la hubiese alejado de Francisco ella no habría tomado esa decisión, también le pidió perdón a él. La noche transcurrió entre el llanto, recordar cómo era ella con la gente que la rodeaba. Parecía raro pero el rostro de Delia se veía tranquilo y con una sonrisa cómo diciendo que todo estaba bien que no se preocuparan. Nadie creía que unas horas antes, la habían visto feliz, sonriente celebrando su cumpleaños y ahora ya estaba ahí en un ataúd. Entró una de sus primas y dijo que la misa sería a las 12:00 pm en la misma capilla de la funeraria y terminando la sepultarían en el mismo panteón donde estaba sepultado su abuelo, otra prima salió a comprar rosas blancas para todos los presentes pues cada uno le dejaría esa rosa, a los niños les compró globos blancos. Algunos fueron a desayunar, otros a descansar un poco. En la funeraria, preparaban todo para la misa de cuerpo presente. Francisco pidió que le abrieran el ataúd, pues quería darle un último beso.

Francisco: -Llorando- Amor, te voy a extrañar mucho, ¿Por qué hiciste esto? Eres y serás lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, me hiciste tan feliz. [Le dio un beso en la frente].

El encargado de la funeraria cerró el ataúd pues ya era hora de llevarla a la capilla pues faltaba menos para la misa. Fueron todos tomando su lugar, llegó el sacerdote y comenzó la misa. Cuándo el sacerdote estaba diciendo algunas palabras acerca de Delia, Francisco se levantó y se acercó a abrazar el féretro y gritaba y lloraba. Perla se levantó y le dijo:

Perla: -Llorando- Tranquilo, yo sé que la querías pero ella ya está en un lugar mejor.

Francisco: -Llorando- Me quiero ir con ella. La necesito.

Perla: ¡No digas eso! A ella no le gustaría escucharte decir algo así.

Le pidieron a Perla que se retirara a su lugar y dejaron ahí a Francisco abrazando el ataúd y llorando. Su abuela no aguantó más y se desmayó tuvieron que llevarla al hospital. La misa terminó, Francisco no quería que la sepultaran aun así que una de las tías de Delia pidió que la dejaran un rato más.

Tía: Francisco, el féretro está en la sala de velación lo dejaran un rato más por sí gusta pasar.

Francisco: Gracias señora, voy para allá.

La tía de Delia le pidió a toda la familia y amigos que dejaran a Francisco un rato a solas con el cuerpo de Delia, que era lo más justo para que así pudiera despedirse. Entró Francisco a la sala:

Francisco: Amor, amor ya pronto te sepultaremos y ya no te volveré a ver, no tienes idea de la falta que me estás haciendo y de la falta que me harás. Quisiera que esto fuera un pesadilla, justo hoy estaba por entregarte ese anillo que tienes puesto, me arriesgaría a ir a verte sin importar si tú abuela me corría. –Llorando- Por favor despierta, tú no te puedes ir, regresa, te necesito, con quién pelearé, nuestros planes de vivir juntos, tener nuestra casa. Princesa despierta, tú me enseñaste que ante los problemas hay que sonreír y no rendirse nunca

Llego la tía de Delia y le dijo a Francisco que era momento de irse al panteón, cerraron el féretro y retiraron a Francisco de la sala, toda la familia y amigos estaban en el pasillo en la espera de que pasara el ataúd para subirlo a la carroza y dirigirse al panteón. Al momento de pasar el féretro, pusieron la canción favorita de Delia y todos comenzaron a llorar, subieron el ataúd a la carroza y comenzó el recorrido hacía el cementerio. Los adultos llevaban las rosas blancas y los niños globos blancos, iban rezando, entraron al cementerio. Francisco al ver el lugar donde sepultarían a Delia se desplomó y lloró y grito. Uno de los encargados de la funeraria bajó el féretro y le indicó a la familia que pasarán a despedirse, que solo estaría 5 minutos. Uno a uno fue pasando, le decían cosas bonitas, le rezaban. El sepulturero se acercó y dijo que ya era hora que la sepultaran. Poco a poco iba bajando el ataúd, al estar ya en su lugar los que traían la rosa blanca la aventaron, el señor del panteón le pidió a alguien que echará el puño de tierra, la familia eligió a Francisco… Después de esto, fue un minuto de aplausos y los niños soltaron los globos. Poco a poco se fue retirando la gente. Francisco ya se iba cuándo se acercó Perla:

Perla: Francisco, antes de que se me olvide, Delia me pidió que te entregara esto.

Francisco: ¿Qué es?, ¿Tú sabías lo que iba a hacer?

Perla: Es una carta me dijo que te indicara que la leyeras cuándo estuvieras solo. Y créeme sí yo hubiese sabido lo que iba a hacer, rápidamente acudo a ayudarla.

Perla, Marlon, Janeth y Jonathan se fueron cada quién a su casa, los tíos y demás familiares de Delia fueron a casa de la abuela a esperar noticias del hospital. Francisco tomó un taxi y pasó al supermercado aquel que solían frecuentar él y ella, compró dos botellas, salió y caminó hasta dónde por primera vez convivieron. No dejaba de pensar en ese sobre, abrió la primera botella y le dio varios tragos para armarse de valor a leer la carta. Al abrir el sobre cayó un anillo y una pulsera sacó una pequeña tarjetita que decía:

Amor:

Este anillo y esta pulsera son muestra del gran amor que te tuve y te tendré siempre. Promete que serás feliz, aunque yo ya no esté aquí.

Francisco tratando de no llorar, sacó lo demás del sobre, una hoja la desdobló y comenzó a leerla:

Para mí novio:

Sí estás leyendo esta carta es porque yo ya no estoy aquí. Primeramente quiero pedirte perdón por haber tomado esta decisión pero ya no aguantaba más me sentía culpable por muchas cosas, todo era un infierno porque a mí vida se le acabo el sentido. Sabes nunca había amado a alguien cómo me pasó contigo fuiste y serás por siempre lo mejor que me pudo haber pasado. Nunca olvides desde el primer día que comenzamos a hablar y cómo con el tiempo nuestra amistad fue creciendo más y más. Todas esas aventuras, pláticas, regaños, consejos, etc. Nunca olvidaré aquel primer beso, ese que desató todo lo que siento y seguiré sintiendo por ti. Tampoco olvides aquel día que me pediste que fuera tú novia y cómo por muchos meses me hiciste tan feliz, yo me llevo tantos bonitos recuerdos, a pesar de las peleas y chismes siempre estuvimos juntos y siempre hicimos lo posible para arreglar las cosas por favor perdóname sé que teníamos muchos planes pero no te preocupes yo estaré en un lugar mejor, quiero que seas feliz amor yo sé que estarás muy bien sin mí… Te amo y me iré amándote cómo nunca amé a alguien.

Con amor:

Delia

Francisco aventó la botella y empezó a llorar, unos minutos después más tranquilo caminó hacia la avenida, tomó un taxi y se fue a su casa, al llegar, se encerró en su habitación y lloró hasta quedarse dormido abrazando un pequeño peluche que Delia le había regalado.

Mientras tanto en la casa de la abuela de Delia todos organizaban la semana de los rosarios, dijeron que serían en la casa donde vivía pidieron que se avisara a todos los conocidos y amigos de ella, ese día cada quién se retiró a casa, los tíos se fueron al hospital a visitar a la abuela pero les dijeron que no podrían verla por el momento porque estaba sedada, sus hermanitos se quedarían en casa de una prima quién se los llevaría unos días fuera de la ciudad para que poco a poco fueran asimilando, que, su hermana mayor ya no iba a estar cuidándolos y ya no la volverían a ver. Los padres de Delia, también se sentían culpables pues decían que ella traía arrastrando todos los problemas desde niña y nunca hicieron algo por ayudarla simplemente dejaron que todo pasara porque no imaginaban que ella llegaría a tomar una decisión tan fatal. Ellos comenzaron a tomar terapia pues no dejaban de sentir culpa, no dormían y tenía problemas con sus respectivas familias, sin Delia ya nada era igual, aunque trataban de seguir con normalidad era difícil, pues todos tenían un sentimiento de culpa por nunca haberla ayudado. Sus amigos habían cambiado, por lo menos sus calificaciones bajaron, iban a terapia y no había día que no se acordaran de ella y lloraran. Francisco, él ya no salía de su habitación sus hermanas intervinieron para llevarlo a terapia pero él se negó a ir, ya no quería saber nada solo se la pasaba bebiendo y drogándose, diario iba a visitar la tumba de Delia y le llevaba flores, en cada visita no podía evitar llorar y siempre traía la pulsera y el anillo. Su abuela se había vuelto nerviosa, seguido sufría de crisis y tenían que internarla. Era difícil superar la repentina perdida.

Pasaron unos días y en una visita que hizo Francisco al panteón se encontró con Perla.

Perla: [Abrazó a Francisco] Me da gusto verte, desde el funeral no sabía de ti.

Francisco: Decidí alejarme, solo vengo a visitar la tumba de Delia, me ha hecho tanta falta, la necesito.

Perla: Y… ¿No has pensado en ir a terapia?

Francisco: ¿Para qué?, Yo no lo necesito.

Perla: A Delia no le gustaría verte así.

Francisco: Al ir a terapia es para que yo me olvide de ella, pero yo no quiero olvidarla.

Perla se retiró pues la estaban esperando afuera del cementerio. Francisco platicaba con la tumba de Delia.

Francisco: Amor, desde que no estás aquí no he dejado de pensarte, te sueño y te extraño bastante. Todos los días escucho tus audios y veo tus fotografías. Hoy compré tú comida favorita, ya llevaba días sin comer amor pero sé que a ti no te gustaría que me pasara algo, sé lo mucho que te preocupaste por mí y aunque, a veces no lo valoré ahora es lo que más valoro, sabes hoy será mí primer día de trabajo, mi hermana me convenció y todo por ti, para lograr aquello que tanto planeamos. Bueno debo irme, mañana vendré y te traeré tus flores favoritas. Adiós mi princesa, te amo.

Francisco se retiró a su casa y ya no regresó al cementerio por varios días, pues había caído en una fuerte depresión, ni siquiera había ido a trabajar pues le llegó otra carta escrita por Delia en la cual en el sobre le dejaban cómo instrucción que debía leerla enfrente de su familia y amigos y que le revelaba una triste noticia. La noticia impactara a todos pues nadie se lo esperaba, por otro lado Francisco no sabe que hará pues él estaba enterado de esa situación, tiene un intento de suicidio y al salir del hospital tratará de buscar vengarse del sujeto que le hizo daño a Delia. Los padres de Delia poco a poco comienzan a empeorar y se culpan de todo lo que hicieron, su madre tienen varios intentos de suicidio y su padre se hunde cada vez más en el alcoholismo…

Esta Historia Continuará…

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