Sentada frente a mi abuela, Doña Mariquita como es bien conocida, escucho atenta su relato de como inicio su vida matrimonial con mi abuelo.
-¿Eran otros tiempo mija? Cuando, me robo tu abuelo. (Noto una mirada perdida y soñadora como dando vida momentánea al recuerdo)
-Teníamos que vernos a escondidas o ante la mirada de nuestra madre o hermana mayor. No solían dejarnos solas con los novios como lo hacen ahora, no, no, no, antes teníamos respeto por los padres, no como ahora que se salen y llegan a deshoras de la noche, eran otros tiempos mija.
-Solo podían tocarnos las manos, pero claro tambien teníamos nuestras mañas o si. Nos veíamos a escondidas (risita traviesa) pero lo bueno vino cuando tu abuelo me robo, al otro día llegaron mis padres e hicieron que nos casáramos y bueno, desde entonces estamos juntos, yo tenia 15 años y el 17.
Mi abuela y abuelo procrearon 10 hijos e hijas, Don Niceforo como lo conocían se dedicaba al campo, se levantaba al despuntar el alba y llega poco antes de que cayera la noche. Adoraba llegar de visita porque el café de olla con canela, la salsa molcajeteada y las tortillas hecha a mano cocidas con leña eran deliciosas.
Mi madre por otro lado fue una mujer de pueblo que erradico a la ciudad, Sarita, de 25 años trabajadora, hogareña y esposa abnegada. Ella laboraba en la casa de una señora de dinero. Fue así como conoció a mi padre Fernando de 27 años hombre de regio carácter, estricto, de pocas pero claras palabras, empleado de una fabrica de textiles. Recuerdo que ella ayudaba a la economía del hogar cociendo ajeno, mientras mi padre trabajaba, tambien solía ayudar con mucha frecuencia a la misma señora en los quehaceres domésticos, así que llegaba con dulces o comida que deborabamos en un instante, atendía de buena gana a mi padre siempre atenta a sus necesidades, para después terminar cociendo hasta no se que hora, ya que varias veces pretendí acompañarla despierta, pero el sueño terminaba venciéndome, cuando crecimos mis dos hermanos, mi hermana y yo, ayudamos en los deberes lo mas que podíamos, pero mis hermanos no realizaban las mismas actividades, solo nosotras escuchando siempre la misma frase trillada.
-Para que perder dinero dándoles escuela, si van a terminar casadas.
Vaya si fuera a si de fácil en la actualidad no habría hogares rotos ni hijos regados como semillas.
Pero era la idea que tenia mi padre en la cabeza, eran otros tiempos, otra ideología.
Mis hermanos terminaron siendo maestros, nosotras con trabajos se nos permitió estudiar la secundaria a ruegos de mi madre y solo con su apoyo
Ahora 15 años después, creo en el matrimonio, me gustaría casarme y formar un hogar como lo hicieron mi madre y mi abuela, tener dos hijos, no mas, hay que brindarles un hogar digno y un por venir, darles un estudio que les ayude a salir adelante y los prepare para el futuro, pero no solo a los hijos tambien a las hijas.
Pero al mismo tiempo, me a costado seguir estudiando y prepararme, mas aun cuando ya no conté con la ayuda de mis padres, quiero disfrutar mi soltería, mi vida, pretendo obtener un buen puesto y para ello tal vez sea mejor estar sola, al menos por el momento, estudie enfermería, ahora quiero mi especialidad, después, después Dios dirá, tengo muchas ideas dando vueltas en mi cabeza.
En algunas ocasiones me pregunto si valdrá la pena dejar mis sueños a un lado y formalizar con mi novio, pero veo tantas parejas separadas, que me pregunto si no terminare siendo madre soltera, luchando por sacar a delante a mis hijos y dar lo mejor de mi en ausencia de un padre y una pareja, eso no me restaria valor, pero si tiempo de calidad a mis hijos.
Por el momento solo vivo mi día a día, me siento a escuchar historias que cuenta, mi madre y abuela, mientras las acompaño tomando una taza de café, imaginando muchas posibles jugadas que me podría deparar el destino.
Cuando volteo al pasado, veo grandes cambios de todo tipo, algunos buenos otros no tanto, pero algo que no pasa de moda, ni cambia el tiempo es el gran amor por la familia, la unió de ella, el apoyo incondicional y sobre todo las ganas de seguir formando parte de una FAMILIA.
OPINIONES Y COMENTARIOS