Nos enviaban de una patada a las duras calles. Nos obligaban.

Nos curtían la piel a tiras sin piedad. Nos colocaban.

Nos echaban a los perros hambrientos. Nos miraban.

Nos pegaban hasta doler la espalda. Nos trataban.

Nos insistían en progresar a su manera. Nos calificaban.

Nos colocaban al límite sin piedad.

Nos querían.

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