Oficialmente es la primera vez que te escribo desde que te fuiste, tan lento como una flor marchita se te apagó el brillo y cayó el invierno en esta pradera que rebosaba vida, quiero descansar un rato debajo de tu brazo para saber que nada malo va a ser, enséñame tú paciencia para entender a aquellos que no me entienden y me han dejado, méceme en tu regazo para encontrar esa paz que le falta a mis pensamientos, quiero que me expliques tu lugar felíz para recordarte caminando por ahí tan decidida y testaruda como siempre, quiero que me abraces lentamente y no me sueltes, tanto que me duele no haberlo hecho más en esos tiempos en donde me sobraba la fé.
Tan malo he salido, ingrato e insensible, haciendo mal a quienes me rodean y tú cuidándome allá en dónde estás, defendiéndome de toda maldad que quiera apoderarse de mis acciones, ¿Me disculpas por no hablarte antes? ¿Por olvidarme de tus enseñanzas? Recuérdame como ser fuerte otra vez.
OPINIONES Y COMENTARIOS