Texto Narrativo
Tenía veinte años cuando sentí que el mundo se me desmoronaba, ella, que había sido mi refugio y mi alegría, me contó con frialdad que me había traicionado. Las palabras se colaron entre nosotros como estar en un cuarto silencioso, y cada palabra se clavaba en mi pecho cuando dijo: #Conocí a un chico que me presento mi amiga y no se que paso que no pude reaccionar . Todo lo que había dado, cada gesto, cada sonrisa, cada promesa, parecía desaparecer en el aire como si nunca hubiera existido.
Recuerdo mirar sus ojos buscando alguna chispa de arrepentimiento, alguna señal de que todavía quedara algo para nosotros. Pero no había nada, solo el vacío de un amor que se había convertido en historia. Caminé por las calles intentando entender cómo el amor más puro que había sentido podía ser entregado a otro, y cómo alguien podía decidir dejar atrás todo lo que habíamos construido juntos.
Creo que la manera de actuar hacia ella no fue la correcta, sabiendo que no soy su dueño, ni es de mi propiedad, pero con cada lagrima regada, con cada suspiro al aire y cada mirada perdida, me estanque el sufrimiento como los autores que hacen poemas para recordar a seres que no pueden ni escucharlos. Al final me llevo bastante tiempo tratar de olvidar aquellos ojos pero la herida se volvía a abrir una y otra vez, mientras el alcohol era el encargado de recordar todo por lo que yo estaba tratando de superar. Al final entendí que no saldría de que aquel pozo donde estaba estancado, de no ser por un gran cambio, así que me fui a la ciudad a cambiar de mentalidad, de hábitos y que tal de amores quien sabe, al final de amor nadie se muere como dicen los mayores.
Aquel día aprendí que ese sentimiento llamado amor duele más cuando confías ciegamente, cuando crees que lo que das es eterno y aunque la tristeza me acompañó como una sombra, dejando ver que solo fue parte de un momento o experiencia de la vida donde ese alguien dio a entender que el amor también es aprender a soltar, incluso cuando duele.
Esto me lleva a pensar en lo mucho que ha pasado desde aquel día, a la final espero que la persona que un día compartió conmigo, le vaya muy bien en la vida que este llevando, al final eso es parte de crecer, dejar de jugar a los rencores y darse cuenta que Dios te tiene mas planes preparados para tu futuro y quizás es mejor de lo que uno esta esperando sin mirar lo que fue.
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