¿Qué pasaría si el mundo se acabara en unos meses?

Nos encontramos de repente en una situación apocalíptica, a merced de una tremenda roca espacial que va a chocar contra nuestro querido planeta Tierra ¿Qué harías si…?

¿Qué harías en esa situación? ¿Qué harías si ese fuera el caso?

En un mundo en el que puede que ya nada tenga sentido porque todo lo que tienes, todo lo que has construido durante toda tu vida será destruido en cuestión de meses quedando una gran «NADA», un gran vacío en el espacio y no habrá nadie que te pueda recordar.

¿QUÉ HARÍAS?

Todo lo que has hecho bien o mal no importará, nadie nunca más te juzgará.

El pánico se apoderaría de todas las personas de este planeta, pero ¿Ese miedo sería constante en el tiempo? ¿Cuánto tiempo duraría? ¿Aprenderías a vivir con ello?

Pensemos un poco, todo seguirá igual hasta dentro de unos cuantos meses… te daría tiempo de vivir quizá algo que no has podido vivir.

¿Beberías?

¿Fumarías?

¿Rezarías?

¿Estarías con los tuyos?

¿Viajarías?

¿Llorarías todos los días?

¿Tendrías comportamientos poco legales derivados de la ira y liberados por momentos acumulados durante toda tu vida?

¿Cómo usarías ese tiempo que se te concede de prórroga? viviendo un partido que ya ha terminado y que todos esperan al pitido de ese silbato que marca un término y un final de un juego que no se jugará más.

Tras sopesar esta situación, me he dado cuenta de lo importante que es el «elemento social» ¿Vivimos coartados por el eterno qué dirán? piénsalo.

Trabajar ya no tendría sentido, hagas lo que hagas ya sabes el final, no importa si vives borracho o madrugando para correr veinte kilómetros diarios.

Al ponerme en esta situación, en este supuesto totalmente descabellado, me he dado cuenta de que vivo o vivimos en una jaula a merced de una sociedad que de ti espera, espera y espera más, más y más…

Me he dado cuenta de que en situaciones de supervivencia extrema nada importa y de que, en menor o mayor medida, estamos supeditados a algo más grande, al gran gigante de metal que es la sociedad y el estándar social.

Muchos pensaréis que vivís sin importar el que dirán, pero ¿de verdad? ¿estás seguro de que vives esa realidad que quieres al completo? o ¿hay algo que no estás haciendo?

Qué curioso es cuando pensamos en el final, vivimos a contrarreloj y no me refiero a la estresante rutina, sino a la propia vida; se nos concede un tiempo determinado en un mundo lleno de hostilidad en el que no sabemos cuanto vamos a durar, pero ¿y si supieras fecha y hora de ese final?

Viviríamos sin ser conscientes del bien o del mal, viviríamos en un constante caos sin importar nada ni nadie porque… ¿solo se vive una vez…?

Personalmente y sin que sirva de ejemplo o precedente, me haría tantos tatuajes como quisiese, viviría bebiendo vino y fumando mis cigarros, escribiendo un segundo libro o un diario que nunca nadie leerá porque no tendrá la oportunidad. Quizá diera rienda suelta a mis sentimientos más ocultos y por supuesto diría la verdad, todo lo que no nos atrevemos a decir por decencia humana y social.

Pero sobre todo… diría «Te quiero» a todas esas personas que en unos meses ya no volvería a ver.

¿Te arrepentirías de algo?

y dicho esto ¿sigues pensando que haces todo lo que has querido? ¿estás satisfecho con lo que vives o has vivido? ¿has dado suficientes gracias? ¿has dicho los te quiero suficientes a las personas que realmente quieres?

Estaríamos tan libres como desesperados, tan felices como desgraciados.

Libres y al mismo tiempo condenados.

Menos mal que el mundo no se acaba, al menos no hoy ni mañana, aunque eso nos parezca algunas mañanas cuando despertamos y recordamos nuestros problemas.

Si de este escenario tan pesimista hay alguna reflexión o moraleja es que quizá vivimos atados a lo que el resto espera.

Quizá y solo quizá estamos sometidos a un abecedario «numerus clausus» del que nos cuesta salir por miedo esa incertidumbre de ¿Qué pasaría si…?

AMB

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS