Poema: Entre almendros

Ya era dulce el invierno y asomaban los primeros brotes de luz en cada vida, anunciando la primavera anhelada.

Sereno se tornó el viento mientras tocaba despacio las hojas, y los árboles se estremecían de gozo aquella tierna mañana.

Llegué paseando al bosque y entre los almendros me esperabas… Sentí entonces paz infinita en el reflejo de tu mirada.

Espacios sagrados con encuentros que nutren las almas… Soledades que sanan al verse acompañadas…

Y la infinidad se hizo presente… Y sentados apaciblemente nuestras manos se entrelazaban…

Francisco Gallardo Perogil. Poeta 

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