El instante cuando llega la noche,
es siempre un misterio.
Las agujas del reloj,
atadas con la elegancia de unas flores secas,
tienen guardado ese momento cuando llega la noche,
vestida de negro,
y la tarde se asusta.
La noche la mira, con indiferencia,
la tarde medrosa, la esquiva solemne,
y huye a esconderse,
al borde del día.
OPINIONES Y COMENTARIOS