Hoy el cielo no caerá sobre el folio,
ni encontraré aquel poema perdido,
el de los versos puntuales,
con el exacto eco de sus palabras cortas,
y el preciso desorden que le daba vida.
Hoy mejor no saber por que no lo escribí.
Hoy probablemente,
su mejor versión, fue,
ese resignado silencio que se quedó.
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