El destino de querer perderte

El destino de querer perderte

Kirsten v.

10/11/2025

Hoy te vi,

mi mirada no buscaba la tuya 

pero mi corazón latió tan fuerte

que de un salto en el bus,

casi se me pierde.

En mi interior

sentí un revolcón 

como un sarpullido feroz

que me repetía constantemente:

es lo que has hecho,

es lo que has causado.

Pero incluso en aquel momento

no pude sentir nada.

No sentí alegría de verte, 

tampoco sentí amor, 

no sentí compasión. 

Solo mis ojos vieron tu figura, 

solo mis ojos siguieron tus pasos

tan fuertes como siempre, 

sigues habladora 

y lo serás siempre.

No has cambiado nada y 

aunque mi mente poco a poco me destruye, 

no puedo evitar encontrar en lo profundo de mí 

un sentimiento de alivio 

y un deseo de sentirte en mí una vez más. 

Es un deseo peligroso,

es un anhelo desgarrador 

pues es lo que me hace quererte.

Mi paradoja de vida es que eres aquello que me hace quererte

pero para perderte pude quererte 

y para quererte me fue necesario perderte.

En lo externo de mi corazón no te deseo ver más 

pero en mi interior siempre desearé que sigas caminando, 

así tan bella, tan fuerte y tan tú.

Mi corazón no soporta tantos brincos instantáneos, 

no soportaré verte tanto, 

así que como un cobarde que miente 

tendré que respirar profundamente, 

voltearé mi cabeza y mi mirada. 

Ya que en mi interior sé que no me es posible 

atreverme a volver a verte, a creerte.

Como una persona nostálgica, 

es difícil no volver a pensar en lo dulce de la codicia humana,

en la codicia de los recuerdos 

y justamente son ellos los que no debo abrazar.

Como un niño con su juguete viejo, 

que aunque le compren uno nuevo 

siempre querrá el viejo

que ya conocía, que ya quería 

y que instintivamente no quiere soltar. 

Y aunque crezca lo quiere cerca nuevamente

aunque no lo use, 

aunque ya no es tan nuevo, 

siempre quiere ese juguete.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS