QUÉ HACER CON LO QUE TE SUCEDE

Sabéis que me gusta escribir desde el corazón, han pasado muchas cosas, a nadie le gusta tener contrariedades o que las cosas se tuerzan pero las circunstancias mandan. 

Como decía en mi anterior artículo, ninguno está exento de que le toque de refilón y le afecte mucho o poco en su vida.

Muchas veces no paran de sucedernos cosas, unas buenas y otras que parecen malas pero que no lo son tanto, solo que te afectan más, pero hay que estar preparado para todo, aunque en lo referente a los asuntos del corazón y de los sentimientos nos puede costar más superarlo.

Nos podemos encontrar con  gente muy buena, que también tiene dificultades pero que saben contar sus problemas, compartirlos y sobre todo y lo más importante, escuchan a los demás e intentan comprenderlos y tenerlos en cuenta. 

Son personas con una capacidad de resilencia importante, que además, por esta razón, empatizan con mayor facilidad porque parten de su experiencia personal, saben de lo que le están hablando y te pueden dar buenos consejos aunque al final la decisión es nuestra.

Es fácil hablar de uno mismo, dejarse llevar por el optimismo que nos pueda dar una actividad de un día concreto o por el pesimismo en el mismo sentido, creo que el día a día es lo importante, tener paz, serenidad, alegría interior fruto de esa paz y esa serenidad y sobre todo ganas de seguir adelante a pesar de las dificultades, manteniendo el sentido común y la cabeza en su sitio, al igual que el corazón, ideas claras y constancia, sintiéndote ayudado, apoyado, querido. 

Alguien me dio un consejo hace mucho tiempo y que trato de llevar a la práctica, » hay que pasar por encima de las dificultades» y otro me dijo » no hay que tener preocupaciones sino ocupaciones»,

He descubierto estos días, muchas cosas, gente importante, que no llama la atención, que no pide nada, que solo da, que está ahí ayudando a los demás, sin que nadie se de cuenta.  El egoísmo personal es uno de los causantes de la ceguera de muchas personas. 

Nuestro ego nos impide ver más allá de nosotros mismos.

Lo tengo que confesar, soy feliz cuando me encuentro con gente generosa, y me la he encontrado estos días, que piensan más en los demás que en ellos mismos, lo he constatado, me encanta la gente sencilla, humilde, porque desprenden una alegría verdadera fruto de esa generosidad, capaces de ganarte con una sonrisa de las que salen de dentro, de las de verdad.

Qué hacer con lo que nos sucede, positivo o negativo: saber gestionarlo bien, parándonos a pensar de forma objetiva qué puedo hacer, cómo puedo cambiar esto o aquello que me está afectando y buscar soluciones si las hay. Está en nuestras manos encarar la vida con optimismo y lucha por cambiar o con pesimismo y hundirnos. La vida es bella como decía aquel y merece la pena vivirla bien.  

Quiero terminar con unas palabras de un comunicador cuyo nombre no recuerdo en estos momentos y que nos pueden venir bien:

Cada vez son más las personas que, lejos de centrarse en los logros materiales, buscan algo mucho más valioso: la paz mental. En un momento en el que el estrés, la auto exigencia y el ritmo acelerado parecen haberse convertido en norma, recuperar la calma interior se ha transformado en el verdadero objetivo vital para muchos. Encontrar serenidad, dormir bien y disfrutar de las pequeñas cosas empieza a verse como el auténtico signo de éxito.

Un abrazo y que tengáis un buen fin de semana, seguro que merecido.

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