Las brisas de Noviembre

Las nuevas y deseadas situaciones han llegado a mi vida. Ni siquiera sé si es para bien o para mal; qué traerá la brisa consigo: quizás una hoja que cayó de un árbol, el globo de un niño o un papalote que se ha extraviado.
No puedo saber ni distinguir los nuevos sentimientos que fluyen en mi vida. Sin embargo, cuando puedo revisar en la maleza de mi corazón, me doy cuenta de que todo es una fantasía. A lo más, quizás es solo una burbuja que, cuando toque el firmamento delicadamente, se explotará. Espero, para ese momento, ponerle peso a mis sentimientos y controlar mis emociones.

Pues, ¿qué más deseo yo que no sentir más aflicción? Deseo sentir el peso desobligado en piel de la brisa y el eco de mi vida en un solo pulso.
Por eso, cuando pienso mucho, respiro y repito: uno, dos, tres… y lo cuento otra vez.

Quiero salir de la maleza y sentir, bajo el frío, una guirnalda en mi corazón. Quiero salir y, aunque esté la nevada más fuerte que nunca, sentir un calor en mi pecho; y tomando una mano, entender lo pacífico que es ponerle un nombre a lo que siento y dejar por fuera mis sesgos.

Sin embargo, por ahora es un sueño fugaz, el cual todavía tiene vuelta atrás. Pero, como ya he contado hasta tres, seguiré adelante y, bajo el umbral de mi vida, seguiré mi destino forjado.

Y es ahi donde caigo en cuenta, las brisas de noviembre quieren llegar a mi corazon.