Cuenta mi familia, que en un pueblito llamado Atzala, que se encuentra muy cercano de Izúcar de Matamoros, se daba mucho la producción artesanal del licor de Damiana y de agua santa por lo que era muy común que los jóvenes campesinos lo consumieran. Aproximadamente en el año 1975 mi tío llamado Celso que era un joven campesino, dice que cuando estaba bajo los efectos del alcohol, iba de camino hacia su casa, y al doblar la esquina se encontró con una mujer muy bella, a la cual no se le veía el rostro. Él siguió caminando, pero cuando llegó a la puerta de su casa, la volvió a ver, y esta vez la mujer lo estaba llamando. Él decidió seguirla pero a medio camino, justo antes de llegar al cerro, la mujer lo empezó a provocar y a llamar por su nombre cuando estaban justo en la cima del cerro, la mujer lo llamó para que la abrazara y la besara pero en ese momento mi tío reaccionó y no pasó nada porque mi tío aún iba un poco sobrio. Al final resultó que la mujer era un nopal. En realidad la mujer llamaba a los hombres para espinarlos en la punta del cerro y que quedarán sin vida.
Después de este suceso, a mi tío le contaron que a varios hombres les habían hecho lo mismo y que si los habían encontrado muertos y espinados, por lo que al parecer si era real.
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