Mujeres en la biblia.

Mujeres en la biblia.

JOSE E DIAZ

Desde el polvo del Edén se alzó Eva,
primera llama de la vida,
cargó el peso del comienzo
y con su aliento nació la humanidad.

Sara, entre arrugas y promesas,
rió ante lo imposible,
y Dios vistió su risa de milagro.

Agar, extranjera en el desierto,
oyó la voz del Altísimo
que vio su llanto
y llamó a Dios El Roi,
el que me ve.

Rebeca, entre cántaros y destino,
tejió el hilo de la promesa,
guiando el futuro de un pueblo.

Raquel y Lea, entre amor y rivalidad,
sembraron en sus vientres
las raíces de Israel.

Miriam, tambor en mano,
cantó sobre las aguas rotas,
profetisa del éxodo y la libertad.

Débora, palmera de justicia,
voz y espada en tiempos oscuros,
demostró que Dios también habla en femenino.

Rut, extranjera de corazón fiel,
halló en la fe su hogar,
y de su vientre floreció la esperanza de un rey.

Ana, entre lágrimas y plegarias,
ofreció su hijo al cielo
y Dios la vistió de respuesta.

Ester, corona de valentía,
ocultó su origen para salvar su pueblo,
y su silencio se volvió decreto de vida.

En Belén una virgen dijo “sí”:
María, madre de Dios,
eco eterno de obediencia y luz.

Isabel, entre canas y gozo,
proclamó bendición al Mesías aún no nacido.

María Magdalena,
que lloró entre sombras y resucitó con el alba,
fue la primera en ver la tumba vacía,
la apóstol de la esperanza.

Marta y María de Betania,
una sirviendo, otra adorando,
ambas amadas por Aquel que vence la muerte.

La Samaritana,
sedienta de verdad,
halló en un pozo la fuente eterna,
y corrió a contar al mundo lo que había visto.

Lidia, mujer de púrpura y fe,
abrió su casa al Evangelio
y el cristianismo cruzó a Europa en su mesa.

Priscila, sabia y valiente,
enseñó con amor y doctrina,
demostrando que el llamado de Dios
no tiene género ni frontera.

Todas ellas,
hilos divinos en el telar de la historia,
tejieron con su fe
el manto de la redención.
Sus nombres resuenan aún,
como susurros de eternidad,
recordando que Dios también escribe
su gloria en manos de mujer.