Fantasmas de amor.

En las penumbras de la noche, donde los recuerdos aguardan ser removidos para salir a atormentar al desdichado melancólico.
Fui un hombre enamorado, entregando cada latido de mi sensible corazón, un hombre que vivía siempre con esperanzas de bonanza y amor pasional.
Pero el invierno gris, lúgubre y frio, llego para marchitar todo lo verde que aun 
había en el campo y consigo lo rojo de mi corazon.
Un día fui un hombre amoroso, un hombre noble y con pasiones.
Un día fui todo y a la vez nada.
Mis ojos se iluminaban al ver su rostro blanco y frio, tierno y sombrío.
Mi boca saboreaba sus labios, mientras mis manos jugaban su cabello.
El viento tocaba su mejilla y el frio mi alma.
De su boca salieron palabras que calaron en  mis huesos, calaron mas que el frio.
Su mirada se ahogo en lagrimas y el viento soplo su sollozo.
Mi alma me dejo, se alejo y quede muerto en pie.
Vi mi alegría alejarse en el camino, solo dije adiós.
Mi mente  activo el instinto de supervivencia, aun que mi vida costo.
Abro mis ojos, nada es lo mismo, aunque todo se ve igual.
El frio ya no cala, ni el ruido ensordece.
Veo a quien un día vivió en mi corazon, hoy solo puedo verla.
Hoy solo puedo seguirla, aunque ella no me note.
Hoy soy gris, soy frio, soy invierno.
Mi alma se fue pero mi esencia aun la recuerda.
El sentimiento que un día le dije amor, hoy es una cadena.
Cadena que me ancla a ella, cadena que me hace deambular en este plano.
Hoy solo soy un recuerdo pasajero, un incomodo recuerdo.
Soy lo que nunca fui, soy libre, pero esclavo de su amor.
Soy un fantasma encadenado al amor, un fantasma que solo vive en el frio del invierno.