Magnífico, verdad, ¿verdad?
Guardó silencio por un segundo, camino hasta la mansarda, toco con las yemas de los dedos los pétalos de los geranios, dio vuelta, volvió a observar y mencionó: “no, no lo creo, en verdad no lo creo y no veo la necesidad de hacerlo, quiero evitar todo esto”
- Magnifico, verdad, aunque no quieras reconocerlo es magnífico. La forma que tomó es maravillosa, después de todo ya no hay nada más que hacer, solamente nos queda ver. No hay nada más gratificante que sentarse a observar los resultados de todo lo que se ha planificado y que después de todo, las cosas sigan su curso normal.
La lluvia cae a torrentes, desde la ventana se ve como si un grifo roto derramara agua, pero sigue siendo lluvia y la gente que teme a vivir, pero que sin embargo vive, se esconde adentro de las casas, bajo techo, seguros o aparentemente seguros, sin embargo, ¿Qué es la seguridad? Yo diría que la seguridad es solo un sentimiento, un pequeño sentimiento que hace posible la vida. Más allá del sentimiento quizá una emoción o instinto. Después de todo, lo que buscamos siempre por la vida es la seguridad.
En la obscuridad nos sentimos inseguros, la razón es simple, no vemos y cuando no vemos y estamos en medio somos una presa fácil de devorar. Pero eso no ocurre con aquellos que han perdido el sentido de la vista, ellos han dominado ese miedo, ese monstruo y su seguridad radica ahora en la obscuridad. Por tal razón es mi emoción, este experimento lo es todo, quizá pueda redefinir el sentimiento de seguridad para la raza humana.
Si, así fue y aunque parezca una monstruosidad o una distorsión total lo hice y no me arrepiento, puedes observar en mi extensa sonrisa que no hay un solo remordimiento, no hay uno solo y si me dieran la oportunidad lo volvería a hacer.
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Entonces lo aceptó, siendo así, no hay nada que hacer, la pena capital será aplicada y lamento que no se haya arrepentido.
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Nunca, los usaba como guirnaldas, se fabricó un collar con ellos y los coleccionaba por colores. Encerraba en ese agujero a todos aquellos que le sobrevivían y los dejaba allí para observarlos morir en desesperación en medio del dolor, la insalubridad y el hambre. Es un monstruo, la pena capital es poco, merece más.
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