Día de Verano.
Como todos los días nos sentábamos en el comedor para el almuerzo. Siempre es cerca de las 1:00 pm a esa hora ya humeaba la comida en un plato sobre la mesa, un armazón de cuatro patas largas con el barniz a medio descascarar y las marcas propias que dejan los niños de cualquier casa, adornada con un mantel de hilo rojo con algunas manchas incurables, que ya no se podían remover por mas que se estrujara y refregara en cada lavado, incluso cuando se utilizaba el popular “javon popeye” que era muy famoso por aquellos años no se conseguia librar el mantel de aquellas manchas, este cada semana tomaba su baño regular de día domingo que era el día que se solía comer algo rápido y simple sin mucha decora y menos para tener un mantel sobre la mesa.
Los platos de caldo perdian lentamente su calor servidos, era “cazuela”, como la mayoría de los días. La cazuela un caldo que consistía de papas, cebolla, choclo, zanahoria, un poco de arroz o chuchoca, con una pieza de hueso con carne, un alimento abundante y saludable. Siempre que lo preparaba la Abuela los trozos de verduras eran generosos detestaba los enormes cortes de cebolla cocida, no las podía comer. En cambio en ensalada cruda me encantaba la cebolla, aparte de esto siempre fue ella la mejor preparando cazuela, la de mi Madre por otra parte era preparada con mas cuidado en unos sentidos y menos en otros, el choclo siempre estaba en trozos irregulares y a mi siempre me tocaba la parte de la punta con granos mas pequeños pero de mejor sabor, las verduras ademas siempre estaban ralladas en trozos pequeños. La cazuela, era un plato comun la mayoria de los dias en la casa. que constaba con versiones distintas dentro de las mujeres de la familia más siempre era una obligación dejar el plato vacío con cualquier comida que se servia.
En la parte de la cabezera de la mesa se sentaba mi Padre, a la izquierda mi hermano y yo, a su derecha era el puesto de mi Madre que siempre quedaba en un espacio reducido dado que la mesa se arrinconaba contra la pared de mi pieza pues esta era la continua al living-comedor al estar los tres hombres sentados ya comiendo era como que mi Mamá no quería molestar a los demás para correr la mesa un poco y poder sentarse a comer libremente en cambio era habitual que cuando ella se sentaba yo ya habida terminado mi plato de comida y ya quería salir afuera a jugar con los demas niños de la cuadra.
– Que ya te quieres ir afuera – Dice mi madre, con un tono de enojo al acomodarse en el estrecho lugar.
Yo me levanto y muevo la mesa con mi hermano para darle mas espacio, mi papa corre la silla arrastrándola con la fuerza de sus piernas.
– Si mama quiero salir le digo.
Mi hermano permanece como siempre en silencio con la cabeza metida en el plato de comida sin decir nada.
– No te vas a ninguna parte hasta que termine de comer tu máma de hay vemos si puedes salir, si no hay nada que hacer – Dice mi Padre.
– Pero mama, digo con enojo. – te quedas aquí hijo y punto has lo que dice tu papá.
– Puffff (siempre es lo mismo que tenga que hacer caso siempre, que rabia).
El almuerzo continua sin que se pronuncie ninguna palabra, yo me limito a comer un poco de ensalada de tomates con pan que me encanta untar con el aceite mezclado con el jugo de tomates y el sabor que le pone la sal, mi Pápa toma su sopa sorbeton tras sorbeton y resoplando si esta muy caliente y cada alimento solido lo masca como chicle con la boca abierta y de vez en cuando deja saltar la saliva masticando, como cuando habla fuerte con alguien y se enfada por algo. las gotas se transforman en lluvia.
Mi madre come en su forma habitual con la cabeza gacha y sin levantar la vista tal cual como mi hermano, mi madre suele hablar. con la comida por un lado dentro de su mejilla y siempre termina por utilizar las manos, es lo que suelen hacer siempre al comer, como casi todas las personas que conozco.
Toc. Toc toc, tocan la puerta, mi hermano habré y sin cerrar se gira y dice, Buscan a mi hermano. Ya yo voy a salir entonces agarro un trozo de pan lo unto por ultima vez en el tomate y me voy para afuera con el pan en la boca, al salir la puerta choca de manera fuerte contra el marco.
– No golpees la puerta mierda!!!! – grita mi mama con un trozo de carne entre los dientes.
– Apurando el tranco salgo con el waton, este weon pa que me vay a buscar si sabes que iba a salir.
– Pero weon estaba aburrido no hay nadie en la calle, es que recién son las 2:00 pm, que hacemos.
– No se, vamos pal río, ya vamos total allá de seguro que llegan todos. Nos vamos por la calle cruzando por la plaza no se ve nadie solo la misma vieja de siempre echada sobre sus tetas en el marco blanco de la ventana, siempre estaba en el mismo lugar, le llamavamos de muchas formas como la vieja visagra o la tetas con callos, sabia todo lo que pasaba en las cercanias de su casa, me parecía raro cada vez que pasaba y faltaba la vieja mirando a su alrededor, sigo con el Waton cruzando la plaza justo por el lado de la esquina de la casa de su tía.
Weon apurate que no quiero que me cache reclama el Waton, ya culiao calmao si ya pasamos le digo.
Salimos al campo, justo al doblar la ezquina pasando la casa del viejo chico ese, tiene un arrayán en el patio justo al lado de la cerca sus frutos son siempre una tentación dulce y gustosa, hay que correr el riesgo para obtenerlo, tomamos unos cuentos en nuestras manos y salimos corriendo al potrero por suerte esta vez nadie nos vio solo los perros que terminaron ladrando hasta que ya no los sentíamos.
El sendero al rio, esta bien marcado pasa por un campo de unas diez hectáreas comúnmente plantadas de trigo o avena, este sendero esta marcado de amarillo por las plantas caídas y molidas con el pasar de las personas, el sendero tiene unas cuantas aristas, las cuales dan al canal, otra al pozon del canal que cruza justo en la linea férrea, hay otro que va ala cancha de futbol y de ese sale otro hacia el reten del pueblo, nosotros nos vamos por el que da al canal.
Al llegar a este y tener que cruzarlo, el weon del Waton mete todo el pie al agua, yo me salvo por poco y solo me mojo la punta de la zapatilla, lo cual basta para que me moje todo el pie por dentro por el agujero que tengo en la zapatilla, el calcetín blanco ya este negro, seguro que se viene reto al llegar a casa.
Seguimos caminando por el campo con el sol que nos da directo a la cabeza es una caminata habitual y común los días de verano, toma alrededor de media hora llegar al río, al sector de las rocas donde nos gusta ir pues en esta parte hay lugares donde uno se puede tirar piqueros y el río es profundo con un pequeño bosque de coligues que nos permite hacer lo que queramos sin tener la vista de nadie sobre nosotros. en el recorrido por el campo pasamos a una parte donde ya el trigo esta segado y no hay mas que rastrojos y restos de paja amontonados en algunos sitios.
El Waton tiene unos fósforos, me los acaba de enseñar, me aprovecho de que soy mas fuerte que el y se los quito, de atrás se escucha alguien que viene gritando.
– Oye weon.. Cabros!!! weon!! espérenme.
– El Rucio viene corriendo, wena Waton culiao como estay, le dice al Waton mientras le propina una pata en la raja, algo suave, el Waton lo empuja, hola weon le dice.
– Hola Rucio vamos para el río, – ya pero luego nos vamos para el puente – siii pero mas tarde es temprano aun, le digo.
– Tomo un fósforo lo enciendo y lo tiro a un poco de paja amontonada, esta se prende inmediatamente. Los tres hacemos una linea, arrastrando el pie por alrededor del montón de paja que se quemaba para cortar el fuego y que no se incendiase todo como siempre pasaba en el verano en ese potrero.
– Weon!!! echale un poco mas de paja dice el Rucio, el Waton agarra un manojo, al agacharse le pongo una pata que lo tira de cabeza a la tierra.
– Este culiao maricon wn pa que me pegai. Jajajajjajaja wn colocao muere callao.
– El Waton agarra un poco de paja ardiendo y la tira contra mi, la misma se esparce con el viento y cae al campo pequeñas llamaradas que se prenden en el suelo, el Waton corre apagando cada una con los pies, hayudenme weones, que les pasa se va a quemar esta wea. Jajajajja por vo si fuiste el weon que lo tiro se ríe el Rucio. Yo por mi parte me río por como el Waton esta tan preocupado por algo que sucede siempre.
Saco y enciendo un fósforo y lo tiro al suelo se produce una pequeña llama y se prende un pequeño circulo de fuego, el Waton corre a apagarlo, al ver esto continuo saltando y corriendo mientras el Rucio se agarra la guata de tanto reírse, el Waton continua tratando de apagar las múltiples pequeñas fogatas que enciendo con los fósforos que dejo caer al suelo aun saltando y riendo así continuamos unos cuantos fósforos mas hasta que, uno prendió con ganas y se genero una gran llama, se enciende y se comienzan a quemar mas rastrojos.
– Buta weon no viste que hiciste ahora se va a quemar toda esta wea – dice el rucio, mientras el Waton trata de apagar un poco de fuego, agarra tierra y tirale encima dice el Waton, meto las manos en la tierra y le tiro de a puñados alas llamas, estas se apagan un poco continuemos pero vemos que el sector quemado sigue creciendo por el lado contrario a nosotros.
– Weon no hay nadie vámonos para el río dice el rucio, yo lo sigo el Waton se queda un poco pero luego sale corriendo a la siga de nosotros bajamos por el campo nos metemos a los matorrales ya algo preocupados por la cagadita que dejamos con el fuego.
– Weon la media caga ojalá que no se queme mas, dice el Waton
– Pero weon si siempre es lo mismo este campo se quema siempre así que da igual, le digo.
– El Rucio mete la mano en el bolsillo y saca un cigarro, lo prende con rapidez le da una calada y se lo pasa al Waton diciendo, na weones no se preocupen que no creo se queme el campo completo, mientras nos acercamos al rio.
En esta parte del río hay una piedra enorme en la mitad del agua, en la cual solemos pasar el rato tirándonos piqueros o simplemente echados sobre ella.
El rucio se mete al agua caminando despacio, aun no se saca la polera, el Waton aun esta en la orilla preguntando si el agua esta lo suficientemente cálida para meterse o si espera a que lleguemos a las rocas de mas arriba y así por fin meterse al agua, Yo ya estoy parado sobre la piedra mirándolos. Avanzando despacio sobre las piedras con moho del fondo, el Rucio logra llegar lo mas cerca posible a la piedra sin sumergirse en el agua o sin nadar aun esta con el cigarro en la mano.
– Oye weon sube un poco que a lo que te tires la corriente te va arrastrar, le digo
– ya weon, pero quiero llegar aya para terminar el cigarro, grita el Rucio.
Sube un par de metros corriente arriba y se tira de pecho con la mano derecha en alto sosteniendo el cigarrillo entre su dedo indice y el medio, logra llegar a la piedraen la parte de «atras» arrastrado por la corriente, en el lado contrario de la corriente, a la orilla trasera de la piedra se sedimenta el arena y piedras del río por eso en la parte trasera de la piedra uno logra tocar fondo y estar de pie junto a la piedra.
– Wena weon no se te mojo el cigarro, ya presta para acá, le digo al Rucio.
– Yapo Waton ven a bañarte no seay weon.
– Ya si ya voy que esta helado, weon déjame cigarro, dice el Waton.
– jajajajaja este Waton que es weon, me dice el rucio, weon hagámosle una china a lo que venga.
El Waton se tira al agua en el mismo momento que se sumerge yo también me lanzo al agua aguantando la respiración nadando a donde esta el Waton lo tomo por el tobillo y no lo dejo salir, el Rucio se pone a reir mientras el Waton traga agua cada vez que intenta salir al aire, pasan unos segundos pero para el Waton es una eternidad, le suelto el tobillo y emerjo a su lado.
– Que soy maricon me dice, el Waton.
– Jajja glop glou me tomo un mate mientras trato de hablar, ya weon vamos a la piedra, le grito mientras nado a la piedra.
El Rucio estira la mano antes de la pequeña corriente que da para atrás de la piedra trato de tomarle la mano pero no lo logro, el Waton si que pudo y subió de inmediato a la piedra, se incorpora lo mas rápido posible y yo me muevo ala parte de atrás de la piedra, estando los dos de pie sobre la piedra, no me dejan subir por un momento a cada vez que intento incorporarme sobre la piedra me empujan al agua una y otra vez.
– Jajajaj yapo wn no te gusta webiar, dice el Waton.
– Si Waton maricon, ya te voy a agarrar en el agua y te voy a hacer tragar agua weon.
jajjaja el Rucio solo se ríe, hasta que empuja al Waton con el pie y este se abalanza por sobre mi y cae al agua, nada un poco y llega a mi lado.
– Ya weon saquemos al Rucio de la piedra yo te ayudo a subir y lo tiramos al agua, le digo.
Me sumerjo y pongo mis manos en forma de estribo para que el Waton suba, al primer intento el Rucio empuja al Waton y este cae al agua sobre mi cuando voy emergiendo, el weon me pega con la cadera en el hombro y parte de la cara, ya weon voy a subir subo rápidamente impulsándome en el agua y alcanzo a incorporarme, tomo al Rucio por el brazo me sujeta por el hombro derecho forcejeamos un poco a carcajadas y al final me resbalo y doy al agua nuevamente el Rucio continua riéndose, mientras nos indica que subamos.
El waton sube a duras penas sin ayuda y me tiende la mano para ayudarme a subir la tomo y ya los tres nos encontramos recostados al sol sobre la piedra en el medio del rio.
– Weon mira el cielo hay humo, se debe haber continuado quemando la paja ojalá que no sea demasiado, pero si hay humo es porque se a quemado bastante, les digo.
– Ya weon vamos a ver que paso, el Waton se tira al agua y comienza a nadar a la orilla.
Yo también me tiro al agua y nado sumergido acercándome a la orilla, el Rucio hace lo mismo a los tres nos cuesta poco llegar a la orilla, agarramos las chalas, y cruzamos el bosquecito de colihues y matas que separa la orilla del río del potrero subimos por una pequeña colina y ya podemos ver el circulo de paja y pasto quemado, es alrededor de veinte metros de diámetro, pero ya no se quema nada casi, esta el Gato con el Chico Zambo, caminando en nuestra direccion desde el circulo quemado.
– Que se hacen weones ustedes fueron, dice el Chico Zambo.
– No nosotros acabamos de llegar, me adelanto, en responder, weon menos mal que no se quemo demasiado.
– Apaguen lo que se vea prendido dice el Gato – y comienza a pisotear los pequeños lugares de los que sale humo.
Con el Waton comenzamos a mear una pequeña llama que aun arde en la orilla del circulo y el Rucio hace lo suyo pisoteando las pequeñas columnas de humo, al cabo de un momento el fuego se consume completamente.
– Ya cabros de mierda si se que fueron ustedes les voy a sacar la mierda, no tienen idea de lo que podrían hacer quemando como si nada el campo – el gato nos mira feo a cada uno de nosotros como si nos fuera a matar a todos y se aleja con el Chico Zambo caminando hacia el puente, nuestro destino final del día como todos los días de verano en los cuales vamos al río.
El Waton, el Rucio y Yo, nos vamos río arriba caminando por la orilla del bosquecillo largo y delgado conformado por matorrales, zarza moras y colihues que cubre la orilla del río y que casi no deja ver el agua desde el campo.
Existe un pequeño y antiguo sendero en la cercanía del matorral, el cual comienza en la parte baja del puente y se extiende alrededor de cinco quilómetros por la orilla del río, es el camino de toman muchas personas que van a disfrutar de sus tardes de verano a las orillas del río.
Uno tras el otro cabeza gacha continuaba la marcha bajo el sol sobre el trigo pisoteado que marca el sendero.
– Weon que hace calor hoy, con razón se siguio quemando la wea, dice el Waton .
– Nadie trajo jugo o agua, les digo mientras me saco la polera, y continuo caminando
– Escuchen, dice el Waton, un grito a la distancia.
– Cabros Cabros!!!!!! esperenme!!!! – es el Chico Taca.
– Este weon va a venir a puro weiar por que tiene que andar con nosotros, dice el Waton
– Na weon da igual si el weon quiere venir que venga, dice el Rucio.
– Hola cabros dice el Taca, para donde van?
– Vamos al barranquito, dice el Rucio – ¿Quieres ir?
Junto con el Taca, seguimos caminando bajo el sol, el Taca tampoco habia traido nada para beber, ni comer, ya casi llegamos al barranquito, hay que adentrarce en los matorrales hasta ver el rio, pasando por alguna de las pequeñas areas despejadas, en las cuales la gente se suele lanzar de piquero al rio.
Unos pasos y doy marcha atras me separo de los cabros, me quedo un momento me saco las zapatillas y meto los pies al agua, esta un poco helada pero el calor de la tarde da chance para que ninguna persona sienta frio al meterse al agua. Me saque la polera la puse sobre las zapatillas y me meti al agua y comenze a nadar zambullendome de vez en cuando conteniendo la respiracion bajo el agua dando extenzas brazadas horizontales y empujando con las piernas, dando batalla al rio, la corriente incansable no era capaz de arrastrar a un buen nadador, esto solo por un momento.
Siguiendo por la orilla del río justo después del área mas concurrida por los bañistas la tierra comenzaba a levantarse, en realidad era la erosión provocada por el caudal del río el cual fue sacando material terrestre hasta formar una curva concaba por la cual corría, siguiendo por esta orilla el transito de personas había conseguido realizar un pequeño sendero el cual daba hacia la pared erosionada y por el otro lado al agua del río este continuaba un pequeño tramo hasta subir al bosque de colihues y encontrarse con el sendero interior por el cual iban, el Waton con el Taca y el Rucio.
Continue nadando un poco por la orilla hasta una parte en la cual se encontraba una piedra grande en la orilla del agua incrustada en el inicio del barranco, me incorporo sobre ella y me vuelvo a lanzar al agua arriba por el sendero dentro del bosque de colihues, el Rucio grita.
– Yapo weon ven¡¡¡¡
– Si ya voy weon calmao, deja tirarme una mas y subo.
Me lanzo una vez mas, saco la cabeza del agua y miro alrededor flotando lentamente me acerco a la orilla me agarro a la piedra para salir del agua y me incorporo a la orilla del río, siguiendo el pequeño sendero los logro ver pasando por entre los colihues, apuro el tranco un poco.
– Waton esta buena el agua apurate weon vamos al barranco, AHH
– Ahora estay apurado, me dice el Waton, jajajajja ya vamos¡¡¡
– Ya weon corre grita el chico Taca y todos echan a correr por el sendero esquivando algunos colihues y ramas que se atraviezan en el sendero.
Nos juntamos en el barranco entre risas. Al acercarse a la orilla se podía ver el río al terminar el pequeño acantilado que llamábamos barranco, este proporcionaba una buena saliente para poder tirarse piqueros, tiene una altura de unos tres metros y medio, con un buen trozo libre de colihues en la parte alta por la cual pasaba el sendero el cual continuaba en direccion rio arriba.
Corriendo por el espacio libre uno tras otro nos tiramos al agua a excepción del Rucio este no podía llegar y tirar sus cosas en cualquier lado, pues el tenia chalitas de cuero y por supuestos eran de marca compradas en alguna tienda del centro de la ciudad, hasi que para él lo primero era ordenar sus cosas.
Desde el agua era fácil volver a subir hasta el barranco, una serie de raíces y una liana ayudaban en esta tarea, por lo cual era entretenido lanzarse piqueros ya que contavamos con altura, profundidad en el agua y un fácil retorno, solíamos pasar horas en ese punto, hablando riendo, ademas que era el típico punto de reunión de todos los niños y adolescentes que iban al río sin sus padres.
Ademas de todo esto el barranco daba frente a la “playita”, ese día, en la playita tendidas sobre sus toallas estaban unas niñas, la chica de pelo lacio y negro una bella cara que radiaba un corazón alegre bestia un traje de baño completo, que aunque no intentaba, igualmente denotaba las curvas de mujer que comenzaban a ser mas notorias cada verano, tendida junto a ella estaba su hermana sobre su toalla jugueteando con piedrecitas pequeñas agarrándolas con los dedos de los pies, vestida con un bello biquini y con mayores atributos de mujer, aun siendo un año menor que su hermana, estaban en conjunto a sus primos pequeños un par de niños jugando en la arena y una mujer mayor.
Aunque estaban frente a nosotros desde el barranco no había visión clara a la playita pues este estaba cubierto por colihues los que bajaban casi hasta tocar el agua, mas arriba del barranco por el sendero que estaba en medio de los colihues existía un árbol que crecía de forma horizontal al río con una curva que subía y bajaba en torno al mismo, desde la cual los chicos solían lanzarse hacia el río y se cruzaba nadando hasta la playita, en el punto medio entre las dos orillas, ¡hay una piedra enorme!, en esta tambien se solía pasar el rato lanzandoce en el agua sumergiéndose en el contorno a examinarla o simplemente tendiendose en esta a tomar el sol.
El Rucio se lanzo desde el barranco y se fue nadando a abrazadas lentas pero a un ritmo fuerte y firme, se fue surcando el río hasta llegar a la piedra en la cual subió sin mucho esfuerzo y se tendio boca abajo a tomar el sol, con el Waton continuábamos tirándonos piqueros, cuando llego el Negro con el Cordero y su primo el Wito.
– Wena cabros como están, hace cuanto llegaron, dice el Negro.
– Como su media hora un poco mas, nos vinimos desde el puente, dice el Taca, saludando al Wito y al Cordero, mientras el Negro ya se saco la ropa y si lanza gritando Monito Mayor¡¡¡¡
Era un típico juego de ese tiempo en el cual todos hacían lo que el monito mayor por un rato, Todos seguimos al Negro en la forma que se lanzo al río, la que fue de pie en contra del agua girando sobre su eje en noventa grados, todos lo conseguimos excepto el Waton que no podía mas que lanzarse parado hacia delante y con los brazos abiertos según el para estabilizarse, mientras trataba de subir por el barranco todos los demás ya se mobian siguiendo al negro que corría trepando al tronco de hualle por encima del río.
El Negro se encontraba ya al comienzo de la curva sentado con las piernas abiertas sobre el tronco, de un movimiento ayudado por su cadera dio un cuarto de giro en el aire y callo de pie sobre el tronco pasando la curva colocando una mano sobre el lugar en el cual había estado sentado un momento atrás, todos lo seguimos por encima del tronco unos pasando el obstáculo de la curva con mas gracia que otros, hasta que llego el Waton, arrastrandose como podía, sobre el tronco con el estomago apoyado de lleno sobre el áspero tronco el Waton se deslizaba lenta y torpemente hasta que consiguió llegar al punto de la curva en este el Waton se gira lentamente bajo la mirada de todos.
– Jajajajjaja Waton culiao te vas a sacar la mierda, dice el Taca, mientras se agarra la wata sentado sobre una rama de la punta.
– El Taca si que va a caer ademas se ríe como mujer el weon, sigue despacio nomas Waton, le dice el Rucio, mientras mira con cara de enojado al Taca
Sobre el arbol estava primero el Taca un niño enclenque de pelo rubio con ojeras, que siempre parecía estar enfermo, este era seguido por el Wito en la fila de niños, el Wito nunca presentava iniciativa en nada la mayoría del tiempo se limitaba a sonreír y asentir hablaba lo justo y necesario solo cuando segun el valía la pena hacerlo, esto ultimo era lo que creía el Cordero, lo llamábamos el cordero por el pelo crespo que poseía un pelo corto pero con unos rulos que nunca se podían disimular, este seguia al Wito en la fila de niños justo antes del Rucio que estaba a mi lado y el Negro que ya se dejaba caer una vez mas al agua.
El Waton se movía lenta y pesadamente giro inclinando el cuerpo para delante y luego a su izquierda de a poco hasta que las gordas piernas estaban en el aire sobre la curva del tronco.
– Cabros si se sube el Waton va a quebrar el tronco, dice el Taca.
– Jajajaja se escuchan las carcajadas –
– Yapo weones déjenme bajar tranquilo si ya voy a llegar, grita el Waton.
– Dale weon que ya casi llegas solo un poco mas, le digo mientras me incorpo y acerco a el.
Waton baja sobre la parte del tronco doblado en la cual nos encontramos todos y lo tomo por el brazo justo bajo la axila y lo empujo para que pierda el equilibrio y caiga al agua, este comienza a tratar de equilibrarse un poco y agarrarse contra el tronco mientras cae lo cual termina por rasgar la piel del Waton por sobre las costillas de su lado derecho que al contacto con el agua provoca que este gritando de dolor al sacar la cabeza del agua despues de caer.
– Weon el Waton se rajo con el tronco antes de caer al agua, me dice el Rucio.
– Enserio weon no creo si grito de niñita nomas el weon – le digo – mientras me subo a la parte de la curva para lanzarme de mas alto al agua y cruzar lo mas que pueda nadando bajo el agua y llegar a la piedra que esta al medio del río y allí tomar el sol un rato.
Me lanzo al agua de una vez y comienzo a nadar sumergido sosteniendo la respiración emerjo a la mitad del río, continuo nadando. Mientras el Waton esta en el agua a la orilla del barranco afirmado en una piedra, el Rucio también se a tirado al agua y esta apunto de llegar donde el Waton, lo toma por el brazo y lo empuja para salir del agua, se alcanza a ver la sangre por el costado del Waton, se había cortado en varias partes con el tronco la mayoría son solo razmillones y unas pocas cortadas un poco profundas, de las cuales imanaba la mayor cantidad de sangre, la herida al contacto con el agua le descosía al Waton, poco a poco el Waton sube por el barranco ayudado por la rama que al menos aguanta el peso de dos niños juntos , que es mayor al peso del Waton, comienzo a nadar para la orilla y ver como esta, nado lo mas rápido que puedo, al subir el Waton con su polera afirmada en la parrilla derecha, cubriendo los cortes y parando la sangre, el Rucio esta con él, los demás siguen en el árbol, ya no se quieren lanzar por que están secos, de tanto tiempo sobre la rama.
– Buta weon soy maricon me duela la wea – reclama el Waton con unas cuantas lagrimas en los ojos rojos de haber secado las anteriores.
– Ya weon disculpa si no quería que te pasara eso solo quería tirarte al agua – le digo con la mirada al suelo de verdad que solo quería lanzarte al agua disculpame.
– El Waton me empuja diciendo ya weon no importa, entre lo que llega el Negro y le dice
– Te duele Waton?…
– Si aun un poco, responde este…Me ardió con el agua pero se esta pasando de a poco.
– Cabros miren lo que tengo, dice el Negro, desenvolviendo su polera saca un pequeño papel del interior de esta.
– Cachen cabros miren lo que me regalaron. Y comienza a desenrollar el papel y saca un poco de una yerba verdosa oscura.
– A esa es marihuana, dice el Waton.
– HAAA as fumado antes, pregunta el Rucio.
– Si una vez dice el Negro con mi primo, el fue el que me dio este poco.
– Cordero desarma un cigarro le dice, el Negro.
Entonces el Cordero va a sus cosas levantando la polera que estaba sobre las zapatillas saca un cigarrillo de esta y comienza a apretar suave y darle giros con los dedos soltando el tabaco del interior con cada giro aumentando un poco la presión y asi soltar el tabaco seco , lentamente el cigarrillo quedo vacio mostrando solamente el cilindro de papel blanco con el filtro en la parte trasera.
El Negro comienza a moler la hierba verde con sus dedos sobre la palma de la mano izquierda, Cordero le extiende el cigarrillo vacío este lo toma y corta el papel por la mitad, y comienza a verter el contenido de su mano en este luego desprende el filtro y sella ambos extremos amuñando el papel. Al finalizar se puede ver un pequeño cigarrillo con la parte central inusualmente gorda, El Negro se lo pasa al Cordero.
Este sin bacilar saca un fósforo, lo prende y aspira un poco de humo, se lo pasa al Negro que como puede le da una piteada suave y profunda, al llenarse sus pulmones jovenes de humo estos provocan que la tos emerja raudamente en el Negro, este sigue tosiendo un momento sin poder contenerse de arrebato se lanzo al agua.
– AH¡¡¡ TA WENO, grita el Negro emergiendo del agua.
Mientras se acerca a la orilla el Waton que había agarrado el cigarrillo le da una fumada y le pasa lo mismo, los pulmones jóvenes no son capaces de aguantar el denso humo.
– Haber weon dámelo un poco, lo agarro un momento y miro el cigarrillo algo delgado y gordo al medio y ese extraño aroma emergiendo de el, es la primera vez que tengo uno en mis manos.
La primera fumada es algo suave y continua siento el humo entrar en mis pulmones, mientras pasa por la garganta genera un pequeño picar, lleno mis pulmones con el humo y exhalo una buena cantidad del mismo, a la siguiente fumada la gran cantidad de humo provoca que la tos ermerga fuerte, por mi nariz salen los mocos mezclados con el humo, la garganta me pica fuerte y toso y toso, siento que el estomago se me va a salir, mas eso no me detiene en continuar con una tercera fumada, mantengo el humo en mis pulmones por un momento y suelto todo en una gran exhalada y le paso el porro de vuelta al Waton.
– UHHH weon se siente algo extraño le digo al Negro.
– Na weon si no pasa nada me responde.
Mi cabeza se siente algo mareada, hay un poco de desastabilidad en mis piernas y comienza a salir una pequeña alegría y risa a causa de nada, todos nos reímos sin motivo alguno, el que mas goza es el Waton, que se revuelca en el suelo apretandose la wata con las manos.
El Taca sentado en un rincón estaba tranquilo se reía pero se notaba tranquilo, nunca a sido demasiado parlanchín ni bueno para molestar pero siempre tenia algo que decir, en cambio en ese momento su mirada estaba atenta en sus manos las cuales tenia adelante de su rostro fijamente
Al darse cuenta que estaba con mi mirada fija en el, este incorpora la visión directa a mis ojos “ Que pasa weon “ quieren decir sus labios pero no sale ni una palabra de su boca, de seguro tenia la garganta y los labios secos. Al igual que el Taca, el Rucio estaba sentado pero este no paraba de hablar, mientras el Wito escuchaba y asentía.
– Weon si esta mierda no hace nada – decía, con la garganta seca y carrasposa.
– Mira Wito ves algo raro en mi, le decía – yo no siento nada.
– Jajajajaja el Wito reía asintiendo con la cabeza.
– Si seguro weon que no te iso nada, si la verdad apenas fumaste, dice el Wito
-Weon mentiroso fume mas que tu, replica el Rucio, Na weon que no – Jaja jajajajja empieza a reír mientras le tira una chancleta por la cabeza al Wito.
El Wito se levanta y se lanza sobre el Rucio gritando !!!MONTAÑITA¡¡¡, todos nos lanzamos arriba de los dos sin mediar consecuencias primero se tiro el negro con el pecho sobre la espalda del Wito, luego fue el Waton que todos le dieron espacio para que se lanzara corriendo.
Mientras el Rucio Gritaba ¡¡¡Salgan Conchas de su madre!!!!
El Waton intenta saltar lo mas alto que puede y pone toda su gordura en el aire, en la grasa de la guata se logra ver las pequeñas olitas, que resultan de una palmada simple en cualquier piel, los que están en el suelo gritan, la sonrisa del Waton es única, presentandose agradecida, vengativa y de una felicidad inmensa a la vez, el gran momento de fama en el cual es la única vez que el no es el lastimado. Sino él el que lastima.
Un Ohhhh se oye el corpulento cuerpo caer sobre los demás, el dolor que sentía el Rucio era tan grande como el que sentía el Waton que al caer sobre el codo del Negro, sintió el peso de su cuerpo caer sobre este pequeño punto bajo el brazo al lado del pectoral recubierto de grasa las costillas, que no fueron capaces de resistir el hundimiento del codo huesudo del Negro en su totalidad, la costilla fue fisurada en dos partes no se rompió pero si se trizo en dos partes, sumandose a las desgracias del Waton ese dia, con una parrilla toda rasmillada y la otra con un par de fisuras, seguramente lo van a felicitar en la casa.
Luego del Waton se lanzo el Taca, el chico Taca, ni siquiera lo sintió el Rucio, el único que percibió cuando callo el chico Taca sobre los demás fue el Waton que chillo de un grito “Achhhhh” las costillas fueron las que sintieron el pequeño peso del chico.
El Cordero era el mas grande de todos para su edad sin duda alguna iba a ser un hombre de gran envergadura algún día si alcanzaba la edad correcta. Media alrededor de un metro setenta, que la verdad era inusualmente alto para este pequeño rincón del mundo.
– El Waton le ruega, deja pararme deja salir.
El cordero ni siquiera lo escucho este salto tan alto como podía para dejarse caer sobre los demás en su afán por lanzarse lo mas fuerte posible no calculo bien la velocidad y distancia que debía obtener para caer de lleno sobre los demás, entonces este paso por sobre los otros y callo de lleno con el pecho sobre la tierra el rechazo del golpe provoco que su cara azotara contra el suelo tragando tierra al momento.
Aprovechando la Risa colectiva y burla momentánea, el Waton se comienza a levantar sacando al chico Taca a un lado sin mayor dificultad, Cache al Waton y pienso si le doy la vuelta a la montañita, y con el pie en el enorme cache te trasero del Waton lo empujo, este se va de cabeza nuevamente, el caer sobre los demás, me tiro deinmediato sobre este, nuevamente el Waton chilla, pero esta vez todos nos dimos cuenta que era de dolor verdadero, las lagrimas brotaron por los ojos del Waton sin contención, el Cordero que ya estaba de pie lo ayudo a salir del montón este se sentó a los pies de los colihues sobre sus zapatillas, tratando de contener las lagrimas de dolor, poco a poco estas sesaron todos mirábamos callados, hasta que le pregunta el Rucio.
– Waton estas bien que te duele?
– Weon me duele la parrilla al lado acá mira- dice- mientras levanta el brazo derecho.
Claramente en la piel blanca del niño obeso se ve un circulo morado, que parece que cada momento que pasa se va poniendo mas morado y rojo.
– Fue el codo del Negro, con eso me pegue, dice el Waton.
– Que teni mala cuea Waton, soy tan quemado weon, le dice el Negro.
– Pero Weon no fue mi culpa, mía tampoco replica el Negro, Tu te tiraste.
– Ya weon tirate al agua en el agua se te va a pasar, le digo.
– Si weon de seguro se me va a pasar la wea no ves que me duele, me dice el Waton.
Dale le dice el Taca te vas a sentir mejor en el agua, yo te ayudo.
– Entre todos ayudamos al Waton a llegar a el agua de a poco.
– El rucio que viene atrás no para de reír aun, no ven por maricones les pasa.
– El Cordero, como puede se limpia la boca de la tierra que había tragado la mordida que le encajo con los dientes negros por la tierra, al menos sin daño en ellos, escupía tierra casi a cada paso que daba, le dice yo me voy al agua contigo.
Al llegar a la orilla en un punto mas bajo del barranco al casi terminar los colihues que cubrían el sendero por el costado del río, el Waton se metía quejándose al agua poco a poco se deslizaba por sobre las piedras musgosas, con un poco de ayuda de sus manos, lentamente pudo llegar a un lugar profundo donde conseguio flotar, la cara del Waton mejoro, se noto que el frío del agua calmo el dolor en sus costilla de momento.
– Ya cabros vamos para abajo, pal puente, dice el Negro.
– Ya weon vamos a tirarnos la ultima vez y vamos, dice el Cordero
– Ya vamos, Le digo.
– Ya yo voy también dice, el Rucio.
– Yo me quedo con el Waton, dice el chico Taca.
– Bueno, todos respondemos, algunos mirando la cara de adolorido del Waton.
– Pero antes unos piqueros del Arbol, dice el Negro.
El Negro es el primero en volver y vamos con él casi corriendo por el pequeño sendero entre los colihues. Justo al lado del barranco hay un árbol de unos siete metros de altura que crece un poco inclinado sobre el río, sobre sus ramas es uno de los lugares mas altos del cual te puedes lanzar en el río.
La subida es lenta, hasta alcanzar las ramas superiores, solo el Negro y el Cordero se suben al árbol, Yo y el Rucio volvemos al barranquito, nos gusta lanzarnos corriendo por el sendero y saltar de un rechazo con ambas piernas a toda velocidad a el agua, por sobre la parte donde todos suben al barranquito una vez tirandose del otro árbol, el doblado que esta un poco mas adelante.
– Ya weon dale Rucio!!!, le grito
El Rucio se agarra de los coligues como tomando impulso me mueve la cabeza en señal de que yo me lance. Me tiro corriendo por el espacio libre y salto por sobre el agua me sumerjo y continuo por unos cuantos metros nadando bajo el agua cuando emerjo el Rucio ya se lanzaba, pasa volando y se agarra las piernas doblando las rodillas se tiro una bombita.
Al salir del agua se acerca a mi, también el Waton con el Chico Taca, se acercan tranquilamente flotando con la corriente, todos miramos sobre el árbol donde están el Cordero y el Negro.
– Denle cabos, vamos para el puente la corriente nos va a llevar ya, les digo.
Los dos se tiran juntos, en un salto increíble con los brazos revoloteando en el aire moviendo la cabeza y las manos, las piernas subiendo y bajando enderezando las piernas, al momento justo, justo antes de alcanzar el agua, toman una posición erguida con la cual rompen el agua en forma pareja y continua sin lanzar mucha agua por sobre el punto de impacto, para nosotros es algo común la técnica del lanzamiento de parado a sido pulida durante generaciones por los bañistas de este río, que sin bacilar pasaban la temporada de verano visitando todos los días sus aguas.
– Ya cabros VAMOS!!!!, dice el Cordero
– GuAAA GULLLL GuAAA jajajajaja salía la cabeza del Waton desde el agua, algo menos adolorido ya.
Los de mas lo imitaban GuAUAA GUAAALLLL GuAAAAAAA el Negro era quien retumbaba mas fuerte. Ya pasando la piedra el río continuaba con corriente suavemente por unos cincuenta metros un espacio para bucear y jugar dentro del agua.
A el Waton se le nota que aun le duele el costado, el exterior de la costilla cada vez va tomando un tono mas morado, el flota río abajo suavemente de espaldas con el sol sobre los ojos cerrados expulsando el agua que le llega a la boca.
El Wito y el Rucio juegan en el rio, tirandose agua y sumergiéndose desde los pies y tratando de hacer que el otro trague un poco agua.
– jajajaja jaja jajajajajaja Dale Rucio Weon jajjajjajaj le grito.
– Vo weon siempre te ríes de los otros weon maricon, me dice el Negro.
– Jajajaj pero weon yo no hice nada, le digo al Negro.
– Si weon pero los carboneas, me replica.
Desde atras se lanza hacia mi el Wito, para sumergirme bajo el agua me agarra por la espalda y me empuja hacia abajo. No alcanzo a tomar suficiente aire tengo que lograr salir y tomar aire luego veré. Como puedo me logro zafar un poco afirmando un pie en la cadera del Wito logro salir y tomar una buena inahalacion constante y profunda llenando mis pulmones completos de aire en el segundo que logro emerger del agua este parece extenderce por minutos lo suficiente para poder notar aquel pájaro azul sobre la roca al lado izquierdo del río justo donde desemboca ese pequeño riachuelo. Al sumergirme existe la tranquilidad de estar a gusto en un medio completamente amigable al visitante.
El Wito bien sabe que quien mas logra mantener el aliento bajo el agua soy yo, y trata de asercarce a la orilla, pero ya cuando comienza a nadar es tarde mi mano ya esta en su talón agarrada fuertemente y sin posibilidades de safarce dentro del agua, lo tiro con fuerza hacia abajo me agarro con la mano izquierda de una rama que esta abajo, lo tiro fuertemente nuevamente y este en la superficie toma de una bocanada gigante todo el aire que puede y se deja llevar hacia abajo, bajo el agua me agarra y también se sostiene de la misma rama bajo el agua yo cambio la posición de mi mano desde su tobillo a su antebrazo.
Nos miramos bajo el agua, a mi no me queda mucho tiempo bajo el agua por la fuerza que ejercí al nadar y al forcejear con el Wito ya mucho aire no me queda, entonces los segundos cuentan y hay que aguantar siempre dejo salir un poco de aire por la nariz y luego de eso trago el aire que tengo guardado en la boca. Han pasado unos treinta segundo desde que estamos abajo los dos agarrados. El Wito ya comienza a flotar hacia arriba y yo lo sujeto comienza a tratar de subir, aun lo sostengo. Se empuja con las piernas hacia arriba me agarro a el con las dos manos y lo tiro fuertemente hacia abajo al segundo yo también comienzo a percibir la falta de aire. Se siente como van colapsando los pulmones, el Wito ya no puede mas, lanza manotazos por la desesperación intentando vanamente el poder emerger apenas sale le tiro del pie, este traga agua, al fin logra escapar y sale a la superficie.
Con la cara roja consigue llegar a la orilla, con un poco de trabajo se reincorpora mirándome como floto fuera de la corriente.
– Dale weon vamos ya sigamos hay que tirarse por los rápidos, le grito.
Los rápidos era un tramo del río por la cual solía aumentar la corriente y esto ocurría justo en un lugar donde yacían unas de las piedras mas grandes que pudieses encontrar en el.
Ya estas parte del río estaba domina al igual que todo el tramo por el cual se bajaba al puente siguiendo la corriente del río, es mas, existía una pequeña parte del sendero lateral la cual abarcaba desde el fin de los rápidos el camino de retorno hasta el inicio de los mismos, pues nos encantaba esta zona y nos tiravamos muchas veces algunos dias.
La técnica exigía de la flexibilidad de los cuerpos jóvenes de niños, íbamos río abajo por la corriente de los rápidos de manera que alguna de las extremidades fueran por delante para dar con las rocas que se dejaban ver, lo mas fácil era ir con los pies por delante pues con ello lograbas la flexibilidad y el empuje de las piernas para salir de cualquier aprieto en el cual te pudiera meter la corriente.
El Rucio, iba río abajo de espaldas flotando lo mas que podía tranquilo y sin apuro se dejaba ir río abajo hasta el final de los rápidos donde continuaba flotando mientras nos esperaba a todos, el Wito con el Cordero siguieron de largo en dirección del puente, El Waton iba río abajo como podía abecés simplemente chocando con las piedras suavemente bajo el agua pues todo momento iba nadando río arriba con los cual manejaba la corriente con su gran cuerpo, esto era gracias a que al igual que todos conocía el río de toda la vida.
Mientras con el Taca y el Negro nos sumergíamos en el agua para pasar los rápidos lo mas deprisa posible, el Taca era sin dudar el mas mejor bajando esta parte del río con ese pequeño cuerpo se dejaba deslizar por la corriente bajo el agua viendo exactamente con los ojos la dirección por la cual pasar encontrando cada piedra gigante bajo el agua y dandole dirección al cuerpo para escabullirce al igual que hace un pequeño pes en la corriente, asi iba el Taca bajo el agua solo necesitaba salir una ves a respirar y tomar sentido de la dirección que llevaba para no pasar de la salida en la cuál el Rucio ya esperaba.
Nosotros íbamos lo mejor que podíamos no con tanta habilidad pero si con eficiencia un poco después de la llegada del Taca ya estábamos con ellos a la orilla apunto de salir al camino, después de cruzar los colihues ya estamos en camino corriendo bajo el sol, retrocediendo el camino ya habansado río abajo, para volver a tirarnos en los rapidos, esta ves me voy flotando con las piernas por delante relajado me dejo llevar por la corriente sin preocupaciones, en algunos momentos al ir de espaldas trago un poco de agua, cuando la corriente se hace fuerte.
– Ya cabros estamos llegando al puente, dice el Negro.
– Tengo hambre…se ecucha gritar al Waton.
– Vamos a pedir algo de comer, dice el Taca.
– Si dale vamos, todos repetimos a coro.
En la orilla del río a la altura del puente, muchas familias van a disfrutar del sol y el agua y siempre preparan carne y ricos almuerzos.
Todos salimos del aguan un poco arriba del puente estrujamos la ropa y nos vamos caminando por la orilla del rio tratando de ver en que mesa hay mas comida y quien tiene cara de amable para ver si nos dan algo.
El Waton se acerca a una señora que limpia una mesa y le dice.
– Señora no le sobra algo de comer, con la polera rota y las zapatillas sucias de arena.
La buena señora mira a todos esos niños parados con las manos atrás en gesto de suplica y se le hablando el corazón tomando el resto de comida y dandoselo a los niños…
– Jajajajaja cachaste la señora weon, nos dio comida al tiro, dice el Rucio.
– Pero viste como miro al Waton, viste la cara que puso cuando le vio las costillas una negra y la otra raspa, esperate a que llegue a la casa este weon, dice el Rucio.
– Si dice el Taca al Waton le van a sacar la mierda..
– Al menos va a comer ahora pues marrato de seguro no le dan en la casa, le digo.
– Que bueno por que ahora estaba cagado de hambre, dice el Waton, que se pone a llorar mascando un trozo de carne.
Mientras todos nos reimos…
FIN.
OPINIONES Y COMENTARIOS