Él era un artesano en cuero

El ermitaño

Sabio que hacia dentro mira,

sin darse cuenta,

su luz interna lo guía

aunque su mente sea realista.

Muy claro tengo que es antiguo.

Manos creativas,

que al cuero con paciencia dan vida.

Mirada detallista,

que encuentra belleza en líneas escondidas;

con su lente intenta retener

lo que inspira su vida.

Oídos atentos,

la música han tomado como fiel compañía;

escuchan todas las palabras,

incluso mis suspiros no tienen huida.

Boca inquieta,

que no puede retener

la autenticidad de su pensar;

a veces, sin darse cuenta,

como flecha atraviesa.

Si uniera esta constelación de atributos:

Gracias a sus manos creativas,

con sus dedos delicadamente mi cuero recorrería.

Con su mirada detallista,

cada recoveco aprendería;

hasta el hundimiento de mi clavícula

guardaría en fotografía.

Con su boca inquieta,

mi oído decoraría,

su palabra sanaría.

Con su escucha activa,

mi risa como melodía,

mis suspiros en su oído,

su música preferida.

Y no sé si él es de fantasías,

pero yo me atrevo, sin reservas,

a ofrecerle la mía.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS