Tengo que leer psicoanalisis y no escribir esto

Tengo que leer psicoanalisis y no escribir esto

Anoche apareció en un sueño la imagen de alguien a quien creí olvidar. ¿Qué diría Freud sobre estas imágenes oníricas? No lo sé, y no es tan importante. El sueño apareció, punto. La mente vuelve a lo no resuelto, lo que se pensó superado, como si nunca hubiese desaparecido del todo. Y ahí está, frente a vos, ¿otra vez? Tal vez no hace falta entenderlo todo, tal vez el saberlo es solo una excusa para no sentirlo.

¿Y por qué siempre queremos ponerle sentido a todo? El caos está ahí, lo sabemos, y sin embargo buscamos explicaciones, buscamos el porqué, como si todo tuviera que tener una razón. A veces, el misterio no debe ser resuelto. Vivir con la incógnita es tal vez lo que realmente importa. Porque, a veces, el saberlo todo no cambia nada. Hay algo dentro que tira, que te jala sin que sepas exactamente qué es, y está bien no saberlo.

Las metas, los anhelos, los sueños… Todos tienen su nombre, o no. Pero hay algo que me gusta de pensar que soy yo quien decide por ellos, que mis errores son solo eso, errores, que mis lapsus son solo lapsus. Y aquí estoy, en medio de este conflicto pulsional que me atraviesa.

Bienvenido a la vida. Somos un bombero pirómano, sabemos lo que nos consume, pero seguimos metidos en ese fuego. Y sí, la pobreza está ahí, no hace falta romantizarla. Lo sabemos, es una mierda. Pero tampoco busco ser millonario. Busco tranquilidad, algo de paz. El peso de la sociedad se siente, aunque digan que no. Y claro, el deporte es mi refugio, en este momento es lo único que realmente me mantiene. En la montaña, en cada paso, en la carrera, todo cobra un sentido, aunque sea por un rato.

Poder con todo no significa no caer. No es no perder. Es levantarse a pesar de todo, levantarse siempre, aunque nos partan en mil pedazos. «Levántate y da pelea», como dicen por ahí.

Las cosas avanzan, el tiempo pasa, las edades y los rostros cambian. Me gustaría poder decir, como Jorge Luis, que me duele una mujer en todo el cuerpo, y no es así. No sé si será el amor lo que me tiene así, o será la soledad lo que empuja el vacío. La música, la montaña, los momentos donde la mente se calla… ¿Dónde quedan cuando se enfrentan al amor? No lo sé. Y ahora, escribiendo estas líneas, me doy cuenta de que tampoco quiero saberlo todo.

Afuera hay un mundo. Y yo estoy aquí sentado.

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