Suspiro de mis memorias

Era una tarde cualquiera y, sin saber por qué,
una sensación de déjà vu me recorrió la piel. ¿Será la falla en la matriz o
acaso hay otras vidas entrelazadas con la mía? ¡No lo sé! Lo único cierto es
que cada recuerdo me llega con la misma nitidez que una fotografía: olores que
vuelven, colores que se repiten, gestos que encuentro en rostros que ahora me
son ajenos pero que reconozco como viejos conocidos.

Mi niñez vive en mí
como si el tiempo no hubiera pasado; cada rincón guarda un suspiro, cada objeto
un detalle que vuelve a encajar en la memoria. Recuerdo risas que ahora escucho
en cafés de una ciudad que parece prestada, manos que acarician otras, pero con
una forma distinta de amar: otras pieles, otras texturas, otras referencias… y
yo sigo sintiendo las mismas de siempre, solo que en otro lugar. Porque soy
extranjera, siempre lo he sido, y esa sensación de estar fuera de lugar hace
que cada escena familiar se vea extraña y cada rostro conocido se perciba
diferente.

Es probable que
existan fallas en la matriz, o acaso es probable que existan otras vidas. Si es
así, puedo sentirlas, vivirlas y ser consciente de cada detalle. Mi niñez está
tan presente cada día que recuerdo todo como si estuviera allí: en cada olor,
en cada diseño de estructura, en cada situación, en cada sonrisa de personas
con rasgos que se mezclaban en mi entorno. ¿Cómo es que todo se repite tan
constantemente sin que nos demos cuenta, hasta caer en lo más hondo de nuestras
emociones? Cuando te sientes débil y sin ganas, cuando abres los ojos y dices:
otra vez va a suceder… porque esto ya lo viví, pero con otro rostro, otra
vestimenta y en otro país.

¿O acaso es eso?
Soy extranjera, y mi mente no hace más que relacionar los contextos presentes
con los pasados, intentando encontrar similitudes para no sentirse sola,
sacando del baúl de los recuerdos, forzadamente, hasta lo más mínimo que antes
pasaba desapercibido. Y ahora, sin más, solo quiero recordar para no sentirme
sola, para sentirme acompañada.

Y si existen vidas
después de la muerte, ¿por qué recuerdo este nuevo país como mío, como si ya lo
conociera, pero ahora estoy sola? No logro entenderlo, pero no quiero dejar de
recordar para poder sentir. Me siento acompañada por versiones de mí que me
guiñan desde otros tiempos… aunque tal vez ellas también se pregunten si esto
que vivo es realmente mío.