Tus mañanas ya amanecen para otro,
tus mensajes quedan dispersos, y solos,
lazos cortos de sueños que se enredan.
Tus ojos miran con otro visor:
el paisaje que jurabas mío
se deja ahora a otro en sus ríos.
Como ave que cambia viento, te fuiste;
volaste hacia un cielo que no es el nuestro.
No esperaste a que todo volviera;
actuaste por la urgencia de un cuerpo ajeno.
Para mí, nada conserva su nombre:
en un mes todo fue radical, seco.
No quedó ni una gota de amor,
aunque en tus labios pedías regresar.
Semanas después, tu casa ya no fue hogar ,
tu amor fingido se vistió de otro en poco…
OPINIONES Y COMENTARIOS