Escapó a la soledad.
Y se montó en unos versos.
Que le hablaron de la edad
y el sabor de algunos besos.

Cabalgó sobre la pluma
y agitado por ideas
recorrió con su escritura
fantasías y quimeras.

Y saltando margaritas
unos besos encontró.
Los vistió de poesía.
y los llenó de color.

Con las blancas azucenas
unas tardes platicaba.
Son delgadas y coquetas
como dedos de una dama.

Y una noche poco obscura
con sigiló se marchó.
Dos cuadernos y una pluma
han quedado en un rincón.

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