Veo la suavidad de tus ojos
y descubro que no existen límites.
Siento el calor de tu voz
llenando mis oídos con tus ilusiones.
Recibo el don de abrazarte,
y me quedo en ti,
aunque sea en esas noches
donde no habites planeta alguno…
porque quererte
es amarte,
para luego desearte
en constelaciones
de hechizos danzantes.
OPINIONES Y COMENTARIOS