Y ya no hay nada.
Porque estamos haciendo contacto cero: tú sales con tus amigos, yo salgo con mis amigas. Somos del mismo pueblo, pero el destino decidió separarnos. Ya no vamos a la misma clase ni compartiremos nada en común. Tal vez eso nos haga conocernos de otra manera, darnos tiempo, pero que no se te olvide: aquí siempre me tendrás, si alguna vez lo necesitas.
Me duele ver en la persona que te has convertido, en esos malos hábitos que antes no tenías. Me duele preguntarme qué te llevó hasta ahí, qué fue lo que cambió en ti. A veces me imagino que es solo un momento, una racha, y que todavía queda algo de aquel alguien que conocí, que reía con las mismas cosas que yo, que soñaba sin miedo. Pero otras veces siento que te estás alejando demasiado, que ya no puedo alcanzarte ni con mi propia voluntad ni paciencia.
Recuerdo los días en que todo parecía sencillo: caminar por el pueblo sin rumbo, hablar de sueños tontos y reír hasta dolernos la barriga, compartir secretos que pensábamos que nadie más entendería. He incluso te reñía para verte sacar esa sonrisa que tanto me gustaba. Esos momentos todavía viven en mí, aunque ahora duelan un poco más que antes. Porque ahora sé que no volverán exactamente igual.
Y aun así, te extraño. Te extraño de una manera silenciosa, sin exigencias, sin reproches, solo con un hueco que nadie más puede llenar. Me duele ver cómo nos alejamos por cosas pequeñas y por otras que no entiendo, y me duele pensar que tal vez no podamos volver a ser como antes. Pero también entiendo que la vida nos empuja por caminos distintos, que a veces crecer significa separarse.
Quiero que sepas que no guardo rencor, ni odio, ni deseo que cambies por mí. Solo deseo que no te pierdas a ti mismo en el camino, que recuerdes quién eras y quién quieres ser. Y aunque ahora nos toque caminar por rutas separadas, siempre habrá un lugar aquí para ti, un recuerdo que no se borra y una mano dispuesta a sostenerte si alguna vez lo necesitas.
Porque al final, más allá de todo, siempre fuiste alguien importante para mí… alguien que marcó mi vida de manera que nadie más podría. Y eso aunque duela, no se olvida.
OPINIONES Y COMENTARIOS