Maestro, discípulo y una pensadora de muchos siglos despues.

Y resulta que al final del todo encontramos más preguntas que respuestas atormendatas por nuestra exigencia de conocer.

Aristóteles al princípio de su Metafísica comenta con un eco eterno, pero este tiene una respuesta fría de Zambrano, él dice: «Todos los hombres tienen por naturaleza deseo de saber…», es una frase eterna, sí, contundente, una reflexión atemporal pero Zambrano le exige una razón directamente a la propia filosofía; ¿Cómo, si todos te necesitan, tan pocos son los que te alcanzan?

Pues, diera a parecer que la filosofía es una ciencia soberbía, que desea tanto la unidad, anhela tanto estar encima de todo, ¡Soberbia de la filosofía! dice Zambrano. Ahora, yendo a una reflexión personal entro en la violencia, ¿Cómo esta ciencia soberbia va a obtener su unidad tan anhelada si surge, según Platón, de la violencia?

Extraña es la búsqueda de un conocimiento, ella misma se enreda en su método pragmático. Claro, como el Dr. Fausto anhelamos tanto una respuesta eterna y única, pero no caemos en centa que solo encontraremos al final del todo, más preguntas atormentadas por nuetra exigencia de conocer al Dios.