Reencuentro #2: Ser fuerte no significa cargarlo todo

Durante años, se nos ha vendido la idea de que la fortaleza está en no caerse, en aguantar, en demostrar que nada nos afecta. Y muchas mujeres han crecido creyendo que ser fuertes es sinónimo de cargarlo todo sin pedir ayuda, sin mostrarse vulnerables, sin detenerse.

Pero quiero decirte algo, desde el respeto más profundo: ser fuerte no significa cargarlo todo. Ser fuerte también es soltar. Es reconocer los límites. Es saber cuándo parar y decir “hasta aquí”. La verdadera fuerza no se mide por cuánto aguantás, sino por cuánto te cuidás.

He visto mujeres admirables sostener familias, trabajos, emociones, proyectos… hasta que un día ya no pueden más. Y no porque sean débiles, sino porque son humanas. Porque también necesitan descanso, contención, espacio para ser.

Este mundo exige tanto, que a veces olvidamos que no fuimos diseñados para rendir eternamente. La vida también es pausa, silencio, abrazo. Y pedir ayuda no te hace menos fuerte. Te hace real. Te conecta. Te humaniza.

Ojalá esta semana sea para que te reencuentres con tu derecho a no poder con todo. A priorizarte. A cuidar de vos como cuidás de todos los demás. Porque la fuerza más hermosa es la que se ejerce con amor propio.

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.»
Filipenses 4:13