He saldado deudas que no eran mías.

Rompiendo lealtades que cargaban mis antepasados.

Cuanta libertad se encuentra en aquel suspiro del momento que llegas a entender.

Le he puesto voz a no se sabe cuántos silencios de tantas mujeres.

He soltado la culpa de no tener miedo a defenderme cuando mi integridad se encuentre en peligro.

Me quedé más tiempo,  no solo por amor, sino por ellas.

Y en mi corazón hay más paz que tormenta, sabiendo que hice lo correcto.

A veces se necesita una vida para conquistar la batalla de romper cadenas que pocos pueden ver, pero muchos sienten.

Nunca es tarde si la dicha es buena.

Yo diría que siempre es lugar y momento para poder experimentar lo que es ser libre.

Libres de las decisiones de otros con las que tenemos que cargar.

Libres de poder crear una nueva vida lejos de los fantasmas del pasado.

Cuanto amor siento por lo que soy y por el sentido que le he ido dando a mi vida.

Ese sentimiento perdurará hasta el fin de mis días y no habrá dolor que me lo pueda arrebatar.

Mi más sincera admiración a todas esas ovejas negras que no pertenecen a ningún clan.

A todos esos valientes que trascienden el fuego convirtiéndolo en una esperanza.

Quienes comprenden la magnitud de esa tarea, comprenden la magnificencia de la belleza que tiene esta vida.

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