INTRODUCCIÓN
¿Te has preguntado alguna vez por qué les decimos pelirrojos, si su cabello es naranja? Bueno, hay una pequeña historia que puede llegar a aclarar esa duda y también dar luz sobre otra pregunta que he escuchado muchas veces a lo largo de mi vida: ¿la fruta se llama naranja por el color o el color se llama así por la fruta? Verán, según lo que he averiguado: Hasta pasada la Edad Media, en ningún lugar del continente europeo se conocían las naranjas. Era un fruto que se encontraba en latitudes meridionales y no crecía en el frío europeo, así que era conocido en Asia y en África, pero no en Europa.
Pocas cosas son por naturaleza de color naranja, flores, plantas o animales, es por eso que en las lenguas europeas no había una palabra para referirse a ese matiz. Las personas lo asociaban al rojo y llamaban rojo a todo lo que se veía naranja. Por eso, creo yo, que se llamó así a los pelirrojos.
Por otra parte, la palabra naranja es tan antigua y se conserva tan bien que podemos encontrar su origen en el término indoeuropeo narangah, que al parecer significaba «veneno para elefantes». Es que las naranjas son originarias de la India y el sur de Asia, y por esa región hay una leyenda que cuenta sobre un elefante de apetito muy grande que murió después de comer una enorme cantidad de aquellas frutas.
Y puedo entender que bautizaron el fruto con ese nombre luego del nacimiento de esta leyenda.
Con el paso del tiempo, el indoeuropeo narangah pasó al persa nārang, y este al árabe nāranğ y nāranğa (para referirse al árbol y al fruto). Cuando los habitantes del norte de África se instalaron en la Península Ibérica trajeron el árbol, la fruta, el color e introdujeron las nuevas palabras. En español se tomó la palabra y esta dio origen, con algunas variaciones, a las palabras que denominan la fruta y el color en las demás lenguas europeas próximas al español: taronja en catalán, laranja en portugués, la arancia en italiano. Esta es una de las tantas versiones que se desprenden de internet.
Los que no lograron desprenderse de este asunto fueron los pelirrojos, aunque poco hubiera importado de ser así, ya que sea cual sea su nombre, aún en la actualidad no pueden sacarse de encima siglos y siglos de estigmatización e intolerancia.
Es cierto que muchas grandes personalidades que han marcado un antes y un después en la historia tenían el cabello naranja, personas talentosas e inteligentes, que en muchas ocasiones han sido de inmenso valor para el avance de la humanidad. Solo por dar unos ejemplos, voy a nombrar a Gengis Kan, Cristóbal Colón, Galileo Galilei, William Shakespeare, Vivaldi, Thomas Jefferson, George Washington, Vincent Van Gogh, Napoleón Bonaparte, los Tocarios de la Cuenca de Tarim, así como muchos otros. Incluso en el Nuevo Testamento hay citas que describen y representan a Judas Iscariote, Caín y María Magdalena como pelirrojos, lo cual pudo haber sido, en mi opinión, el origen de muchos de los estigmas con los que hoy cargan los de cabello naranja. Es cierto también que se dice muchas cosas sobre ellos y sobre su apariencia: que dan mala suerte, que no tienen alma, que no sienten dolor, que tiene muy mal carácter o que son demonios y brujas. Pero sería sensato pensar que detrás de todas estas creencias y supersticiones está la ignorancia e ingenuidad de enormes masas que en muchas ocasiones, son influenciadas por personas llenas de odio y prejuicios que ocultan razones personales tras sus malas acciones.
El club de los pelirrojos habla un poco de eso y de otras cosas que tal vez ni yo misma pude percibir al momento de escribir el libro. Vale aclarar que los hechos relatados en esta historia son meramente ficticios y están escritos con el fin de entretener; así como también desde el respeto que todos los seres vivos merecemos y recordando siempre que, lo que nos hace diferentes, nos hace únicos.
En los primeros días del mes de diciembre de 2030, en la ciudad de Clallam, Washington, fue encontrado el cuerpo de una adolescente dentro de un antiguo pozo seco. Los culpables del homicidio fueron detenidos apenas una semana después, la defensa alega un accidente, los acusados aseguran que todo fue una broma que salió mal. La policía inició una exhaustiva investigación para dar con la verdad. Los miembros del club de los pelirrojos están seguros de que fue un crimen de odio y no van a descansar hasta que el mundo lo sepa.
NADIE ABANDONA A GINA MORGAN
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LONDRES, INGLATERRA.
Regina Marilyn Morgan, mejor conocida como Gina Morgan, es una famosa influencer, diría que la más famosa, popular y exitosa de los últimos dos años. Aunque durante 2030 quizás su popularidad se volvió absurdamente masiva; dado que Gina no es actriz, ni cantante, ni alguna otra cosa que justificara su éxito y su enorme convocatoria en redes sociales. Rubia, ojos azules, alta, hermosa y con una sonrisa encantadora; Gina deslumbra y enamora a todo el mundo desde Londres, su ciudad natal.
En sus primeros meses de notoriedad, la rubia dio un salto enorme hacia el mundo de los ricos y famosos. Comenzó a asistir a eventos exclusivos, a rodearse de personas importantes y de grandes personalidades del espectáculo. Todo esto mientras los millones de seguidores seguían aumentando. ¿Qué tenía Gina de especial? ¿Qué la hacía tan popular? ¡¿Quién sabe?! Más allá de su belleza física y su lujosa vida no tenía más que ofrecer a su séquito.
En octubre de 2029 durante un evento de caridad organizado por la revista de moda más prestigiosa del mundo, conoció a Jake Williams, cantante norteamericano de fama mundial. Quedó flechada desde el primer instante en que lo vio, era mucho más guapo en persona. Aquel galán de ojos verdes y cabello obscuro también se había mostrado interesado en la adorable y seductora londinense que se había pasado toda la velada observándolo sin disimulo. Luego de un intercambio de números telefónicos y por supuesto, luego de comenzar a seguirse mutuamente en redes sociales, aquella chispa que se había encendido esa noche en que se conocieron comenzó a crecer; hasta convertirse en una enorme hoguera, que parecía que jamás se extinguiría.
Jake y Gina vivieron un apasionado romance, así que la popularidad de nuestra influencer ascendió de manera incontrolable. Ahora además de su belleza y fortuna, también podía presumir sus besuqueos con el famoso galán. Miles de fotos y videos sobre vacaciones en la playa, tapas de revistas, declaraciones de amor excesivamente cursis a través de redes sociales e incluso, su propia etiqueta: #GIKE, al pie de cada una de las publicaciones en las que aparecían juntos.
Fueron meses de ensueño en la vida de nuestra exitosa rubia, hasta que ella apareció.
En septiembre de 2030 empezaron a correr rumores sobre una
supuesta infidelidad de Jake hacia Gina, rumores que se convirtieron en certezas aquel día en que el afamado cantante fue fotografiado en una situación muy romántica junto a una bellísima pelirroja. Macy Byrne, cantante irlandesa de la banda de rock «As seirbis».
A principios de octubre la relación entre Jake y Gina había llegado a su fin, y de aquella hoguera no habían quedado ni cenizas. Para Halloween él y Macy hacían oficial su romance con una tierna foto de los dos luciendo sus disfraces para asistir a la fiesta de un muy conocido productor musical en Los Ángeles.
Como era de esperarse, el mundo de la señorita Morgan se vino abajo. A pesar de todo aquello que le gustaba aparentar, ella estaba locamente enamorada de Jake y después de casi un año de romance, había imaginado un futuro juntos, una espectacular boda y hasta quizás, hijos.
La rubia estuvo ausente de redes durante un largo tiempo, lo que tenía muy preocupados a sus seguidores. Había pasado las últimas semanas observando día y noche las fotos que la reciente pareja de músicos compartía con sus fans, preguntándose: ¿qué le vio a esa mujer? ¿En qué es ella mejor que yo? Mientras lloraba y se lamentaba por todo eso que estaba sucediéndole. El fracaso era algo nuevo para ella y definitivamente no podía tolerarlo.
Después de buscar defectos donde no los había, ya que Macy era una mujer bellísima y talentosa, la envidia y el odio comenzaron a comer a Gina por dentro. Así que tenía un plan, un venenoso plan. Y por fin luego de tantos días de duelo, el 15 de noviembre, la estrella londinense reapareció.
En su primer video blog luego de la crisis, inauguró una nueva sección titulada «Rojo de la mala suerte» en la que contaba curiosidades y datos negativos referidos a ese color, (al que había declarado de mal gusto y vetado de su exclusivo guardarropa). Seguramente sus seguidores no entendían a qué se debía esa sección tan poco útil, pero tampoco se lo cuestionaban, porque como todos sabemos para que una persona influya, tiene que haber otras influenciables. En uno de esos tantos videos, siendo más específicos, el del día 20 de noviembre, luego de haberse referido al color en cosas como ropa, maquillaje, accesorios y comestibles; fue el turno del color del cabello.
Gina había reunido una gran cantidad de datos sobre los pelirrojos, y habiendo tantos para elegir, optó por destacar los más maliciosos. Contó ciertas historias supersticiosas de su país y otros de la región, destacó todo aquello de las brujas quemadas en las hogueras y también lo de la mala suerte; cosas como: «si te cruzas con algún pelirrojo, tendrás tantos días de mala suerte como botones tenga tu camisa, a menos que toques uno de los botones de tu camisa mientras el pelirrojo pasa junto a ti» o «si te cruzas con un pelirrojo debes pellizcar a la persona que va a tu lado». Y entre otro de los datos que Gina compartió con su público, estaba la capacidad que tienen las personas pelirrojas para sintetizar vitamina D en lugares de muy poca incidencia de luz solar, lo que es un beneficio para ellos dado que su piel excesivamente clara es más propensa a quemaduras solares o a desarrollar melanoma, que es un tipo de cáncer en la piel. También nuestra querida Gina, hizo hincapié en que, «según estudios científicos», las personas pelirrojas son más tolerantes al dolor y que también pueden soportar descargas eléctricas en un porcentaje mucho más alto que el que soporta el resto de los seres humanos.
Por supuesto toda valiosa información (aunque, en su mayoría no fuera información exacta o corroborada científicamente), no sería dada sin ningún malintencionado comentario.
—¡¿Se imaginan?! —dijo Gina mirando fijamente a la cámara—. ¡Podríamos apuñalarlos o arrojarlos en una celda lejos de la luz del sol por días! Y a pesar de eso ellos seguirán con vida… ¡Son como súper humanos! Y definitivamente, alguien debería de dispararles con una Teaser, creo que eso serian cosquillas para ellos —dijo sonriendo cínicamente, esperando con esa sonrisa poder suavizar las brutales e inhumanas escenas que acababa de describir—. Realmente son personas admirables —dijo sarcástica—. Ya saben, chicos, los súperhumanos están dando vueltas por ahí, estoy segura de que en todos los vecindarios hay un pelirrojo… son especiales, deberíamos recordárselos a diario.
Bien, volviendo a lo de las «personas influenciables». Gina contaba con seguidores alrededor de todo el mundo, y como es sabido, los imbéciles están por todos lados, en cada ciudad, en cada región, en cada uno de los continentes.
Luego de ese video blog, Gina recibió muchas denuncias y su video fue retirado de las redes. Por supuesto nuestra carismática rubia dio las correspondientes disculpas públicas, alegando que no fueron comentarios malintencionados. La vida para ella siguió como si nada, había abierto la caja de pandora y había desparramado las semillas del mal, no le importó, tampoco a la mayoría.
Después de eso la violencia y casos de bullying hacia personas pelirrojas aumentaron considerablemente, sobre todo en países donde la población de este tipo de personas es menor. A muchos de sus seguidores les pareció gracioso probar las teorías que Gina había compartido con ellos en ese polémico video. Así que las cosas se fueron poniendo intensas y los golpes a niños en las escuelas para medir su tolerancia al dolor, se hizo noticia de todos los días. Acoso, insultos, supersticiones infundadas y absurdas. Los pelirrojos no la estaban pasando nada bien.
El 30 de noviembre en Italia un adolescente de 17 años llamado Marco Soler fue apuñalado en ambas piernas por un grupo de chicos que se habían dejado llevar por las malicias de Gina.
Afortunadamente fue hallado a tiempo y fue hospitalizado.
Podría decirse que esa fue la gota que rebasó el vaso, que alguien debía ponerle un freno a todo esto, pero no fue así.
EL ORIGEN
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NEBRASKA, ESTADOS UNIDOS.
El club de los pelirrojos fue fundado en el año 2024, en Wayne, Nebraska. Su socia fundadora Margaret 《Raven 》Dickinson, una pelirroja de ojos grandes color avellana, piel clara y con algunas pecas casi imperceptibles, tenía por entonces 18 años y una larga historia sobre bullying para contar. El club comenzó como un blog personal, que luego se fue expandiendo.
Los primeros socios fueron los Collins, vecinos de Wayne y amigos de la familia Dickinson desde siempre. La familia Collins estaba formada por 5 pelirrojos, el matrimonio conformado por Killer y Pumpkin, sus hijos Thunder un muchacho de 20 años, muy alto y atlético, Bunny una linda chica de ojos muy azules de 17 y el pequeño Robin de 12 que además del cabello naranja rojizo tenía pecas de a montones.
Por supuesto que tienen nombres, pero en el club de los pelirrojos todos tienen un apodo, es más fácil así. Es que en estos años el club ha crecido tanto que ha alcanzado cada rincón del mundo, porque como dijo la cretina de Gina Morgan, hay un pelirrojo en cada vecindario de este planeta. Por desgracia hay muchos más imbéciles como ella y gracias a eso lo que nació como un blog para descargar las frustraciones de nuestra amiga Raven, dio origen a una revolución.
Desde ahora vamos a referirnos a todos los miembros del club por sus apodos. Es que los nombres se repiten en muchos casos, ya saben todos compartimos el nombre con otras miles o millones de personas en el mundo.
Bien, los Collins tenían una enorme familia dentro y fuera de Estados Unidos, la mayoría estaba en Escocia e Inglaterra fueron los primeros en correr la voz rápidamente. Los socios fueron aumentando, lo que era reconfortante para muchos de ellos que se sentían solos e incomprendidos. Algunos tenían generaciones de pelirrojos por detrás, otros eran los únicos pelirrojos en la familia. La mayoría era feliz y tenía una vida tranquila, después de todo hay muchas más personas 《buenas》 y racionales en el mundo. Así que las redes del club estaban a diario, llenas de fotos, mensajes y vídeos de sus miembros alrededor del mundo.
Había reunión de los miembros residentes en Wayne dos veces por semana, y eran transmitidas por redes para que todos pudieran participar. Una vez por mes miembros de ciudades cercanas se sumaban a la reunión en casa de los Collins, que ofrecieron su hogar como 《cuartel general 》 y cada 7 de Julio se celebraba el nacimiento del club, con un gran festejo en Wayne donde se hacían presentes personas de todo el mundo. También se reunían en otros países, los que no podían viajar a Nebraska. Había otros días festivos en honor a los pelirrojos que se celebraban desde hacía mucho tiempo, aun así, el cumpleaños del club era el más importante para los miembros.
El 20 de noviembre de 2030, luego del video de Gina Morgan, los mensajes comenzaron a llegar a las redes del club de a miles, uno tras otro; acompañados de millones de post de personas indignadas, no solamente pelirrojos, también sus familiares y amigos.
Inmediatamente la información se movió por toda la red bajo la etiqueta oficial creada por el club #FUCKYOUGINAMORGAN.
Los miembros del club fueron los primeros en presentar denuncias y levantaron una fuerte y sostenida campaña que en menos de 48 horas tenía el vídeo fuera de circulación y a la hipócrita de Gina pidiendo disculpas de manera pública. No estaba arrepentida realmente, era algo evidente, su mala actuación la delataba, la rubia destilaba veneno cada vez que respiraba. Afortunadamente otras asociaciones dedicadas a luchar contra la discriminación le levantaron cargos y la rubia fue multada por una gran cantidad de dinero.
Nada de eso fue suficiente, como sabemos Gina solo le abrió la puerta al morbo y a la perversidad.
Luego del video de la polémica el club se llenó de malas noticias y preocupaciones. Muchos de sus socios estaban pasando malos momentos e incluso algunos estaban en peligro real.
Desde casos de violencia verbal en niños de Kínder, hasta casos de violencia física en escuelas primarias donde mayormente eran considerados por las autoridades como
《cosas de niños》, hasta violencia brutal en adolescentes y jóvenes adultos en todas partes.
El caso del italiano Marco Soler se escuchó en cada parte del mundo, el club estaba lleno de rabia, de impotencia. Un pobre muchacho había sido apuñalado y abandonado a su suerte, había recibido un castigo sin sentido, por nada. Por culpa de un par de imbéciles influenciables, llenos de odio, sin empatía, sin el más mínimo respeto hacia la vida.
Entre la publicación del vídeo y el ataque a Marco transcurrieron 10 días en los que había pasado de todo. 10 días de terror para cada persona de cabellera naranja en el mundo. Creían en ese entonces que eso era el punto máximo al que la crueldad sin sentido que estaba ocurriendo podía llegar.
El 5 de diciembre supieron que estaban equivocados. El odio que Gina había sembrado estaba dando sus frutos.
KATY SIMMONS
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WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.
Katherine Simmons acababa de cumplir 16 años el pasado 25 de noviembre, tuvo una pequeña reunión con sus amigas más cercanas, entre ellas sus dos mejores amigas Lila y Matilda con las que ella solía pasar casi todo el día. Aunque ese 3 de diciembre Lila había faltado a clases por un resfriado y Matilda decidió ir a casa en compañía de Aarón, el chico del que estaba enamorada, así que Katy no se opuso a ello y caminó sola hasta su casa, no era un trayecto tan largo.
Apenas había transitado dos cuadras desde la escuela cuando empezó a escuchar a esas estúpidas personas insultándola y burlándose de su aspecto, 《bruja, cabeza de calabaza》《 ¡tírate delante de un auto y veremos si te duele! 》, le gritaban desde el otro lado de la calle. Y aunque las cosas habían empeorado desde ese maldito video de Gina Morgan, Katy estaba acostumbrada; había sufrido acoso durante toda su vida, así que solo siguió caminando.
En su camino se topó con un gran ventanal que reflejaba su imagen en él, no pudo evitar mirarse, tampoco pudo evitar sentirse mal por lo que veía; porque a pesar de que en muchas oportunidades se había sentido hermosa al ver su imagen en el espejo, evidentemente no lo era. Se sentía rara, diferente y debía de serlo; no encontraba otro motivo para que todos esos imbéciles estuvieran hostigándola incansablemente, todos los días. Katy era una niña delgada, estatura promedio, ojos de un azul muy intenso, la piel Blanca, casi transparente cubierta de pecas, muchas pecas y como gran símbolo de distinción una larga y rizada cabellera de un color naranja furioso. Era preciosa, pero no se sentía así. Así que se bajó más el gorro que traía puesto, dado que el día era frío, pero también el abrigo le ayudaba a camuflarse.
Caminó unos pocos metros más y pudo escuchar las risas a sus espaldas, era ese grupo de imbéciles que venían siguiendo sus pasos. Reían y hacían comentarios ofensivos hacia ella, simulando que no podía escuchar sus burlas. Segundos después pudo sentir una pequeñísima roca del tamaño de un frijol pasar cerca de sus pies y golpear el suelo a su lado, luego otra y otra, la cuarta impactó justo atrás de su rodilla izquierda era un poco más grande, así que sintió un leve dolor y se tocó la zona del impacto. Los bravucones lanzaron una carcajada al notarlo. Por supuesto ellos no estaban buscando lastimarla allí, a la vista de todos; querían hacerla sentir inferior, avergonzarla, intimidarla. Finalmente lo lograron, Katy caminó más a prisa unos 100 metros, asustada y a pesar de que sabía que no debía mirar atrás, lo hizo, para su sorpresa los matones ya no estaban allí. Quizás habían entrado en la tienda que había pasado hace 50 metros o quizás desistieron de molestarla cansados de que ella no les respondiera. En fin, no le importó la razón, solo le importó que ellos ya no estuvieran allí. Decidió ser prevenida y optó por cortar camino por el bosque, su casa estaba unas dos cuadras después del final del sendero. Su madre no la dejaba tomar ese camino y ya la había regañado antes cuando ella y sus amigas tomaban ese atajo. Pero bueno, no era un momento propicio para titubear entre hacerle caso a mamá o librarse de esos infelices que seguramente volverían a aparecer; y después de todo, su madre no tenía por qué saberlo.
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Era un día de mucho viento, viento que desprendía las pocas hojas que quedaban en los árboles y levantaba en remolinos las que estaban secas en el suelo, el invierno estaba cerca y eso hacía sentir muy bien a Katy. La ropa abrigada la ocultaba del mundo y las hojas en tonos cálidos al secarse en el bosque la hacían sentir como en familia, le daba tranquilidad mimetizarse con el ambiente y poder estar allí sentada como invisible. El verano era duro, siempre tenía que estar ocultándose del sol cubierta de infinitas capas de protector solar, incómoda con la vista de algún curioso sobre sus hombros descubiertos intentando contar sus pecas. En fin, faltaba mucho para eso, así que mientras tanto disfrutaba de ese colchón de hojas secas en el que estaba recostada. Su teléfono sonó, y ella se sentó, era un mensaje de Matilda, había llegado a su casa, la caminata con Aarón había sido muy divertida y al parecer tendrían una cita el fin de semana. La pelirroja se alegró mucho por su amiga y se sorprendió por todo el tiempo que llevaba en el bosque sin darse cuenta. Respondió el mensaje: 《Estoy tan feliz por ti. Ustedes se ven muy bien juntos. Te llamaré luego de darme una ducha, tengo hojas en el cabello. Te quiero ❤》.
Decidió que era hora de seguir camino, iba a ponerse de pie cuando al levantar la vista se encontró con ese grupo de imbéciles que la había estado siguiendo, las dos chicas estaban frente a ella y los dos muchachos estaban sobre el sendero fumando.
—¿Qué haces aquí, niña rara? —preguntó una de las chicas. Mientras la pelirroja la observaba temerosa, en silencio. Las muchachas eran casi de la altura de Katy, una era Morena de ojos color miel, la otra era rubia de ojos azules. Eran del último año, todos ellos. Aunque siempre estaban afuera de la escuela, buscando problemas— ¡Te hice una pregunta, pequeña bruja! —dijo en un tono poco amigable la morena.
—Déjenme en paz—dijo Katy intentando ponerse de pie. La chica no se lo permitió y la empujó para volver a sentarla—¡¡déjame tranquila, quiero irme!!—gritó la pelirroja, nerviosa.
—Haré lo que me plazca—dijo la de ojos color miel.
—¿Por qué tienes que ser tan arrogante, bruja? ¿Te crees mejor que nosotros? — preguntó la rubia, apuntando a Katy con su dedo.
—No sé de qué estás hablando—se defendió la señorita Simmons.
—¡Oh, claro! ¡Ahora no sabe de lo que estoy hablando! — dijo irónicamente la rubia—. ¿acaso crees que somos idiotas? — dijo mientras se inclinaba a la altura de Katy y le daba un golpe en el hombro izquierdo—. Estuvimos hablándote hace rato y tú solo nos ignoraste ¿te crees gran cosa verdad, cabeza de calabaza?
—Ustedes estaban insultándome, solo estaba evitando problemas. ¿Por qué no me dejan en paz?, yo no les he hecho nada malo—dijo Katy al borde de las lágrimas.
—¡Oh, la bruja va a llorar! — dijo uno de los muchachos, alto y de cabellos castaños, burlándose de Katy.
—No estábamos insultándote— se defendió cínicamente la rubia—estábamos tratando de tener un tema de conversación contigo, ya sabes, ahora los pelirrojos son la moda. Todos queremos tener un pequeño súper humano como amigo.
—No sé por qué dices esas cosas, somos personas como cualquiera. No deberían dejarse llevar por las estupideces que dicen en las redes, deberían aprender a usar más su propio criterio—se defendió Katy valientemente.
—¡Demonios, que chica lista! — dijo el muchacho que había estado en silencio— Creo que está tratándonos de estúpidos.
La morena empujó a Katy, que cayó recostada sobre las hojas.
—¡¡No te pases de lista, maldita desgraciada!!— dijo furiosa la morena—de verdad que eres una inmunda engreída. Te crees muy especial con tu cabello rojo y tus estúpidas pecas que parecen mierda salpicada en tu rostro.
Katy volvió a sentarse. Los muchachos ahora estaban detrás de las chicas, muy cerca de ella.
—¡¡Ya basta, dejen de molestarme!!— exigió Katy, dejando salir unas lágrimas—. No los conozco, no sé por qué siempre están molestándome, no les he hecho nada. Yo ni siquiera los miro, no sé por qué me odian tanto— dijo y se puso las manos en el rostro, apoyó los codos sobre las rodillas y se puso a llorar.
—¡¡Discúlpanos, somos poca cosa para que nos mires!! ¿Verdad? — ironizó la rubia—. ¡Quizás debamos teñir nuestro cabello de un color tan ridículo como el tuyo! ¡entonces llamaríamos la atención de todos!
—Quiero irme— murmuró Katy, entre llantos mientras marcaba un número en su móvil.
La rubia se lo arrebató de las manos, y se lo entregó a uno de los muchachos.
—¿Quieres llamar a tu mami? — dijo entre risas el muchacho y se guardó el móvil en el bolsillo.
—¡Dame mi teléfono! ¡debo irme! — dijo Katy harta de la situación.
—¡No te daré nada! —Respondió él.
—Lo único que recibirás será un castigo—dijo la morena y tomó a Katy del brazo para intentar ponerla de pie.
La pelirroja se resistió, entonces uno de los muchachos la tomó de los brazos y la levantó. Katy comenzó a gritar, así que la rubia tomó la bufanda que cubría el cuello de la pelirroja y la usó como mordaza. La arrastraron unos cien metros lejos del sendero. Cerca de allí había una pequeña y destruida cabaña que casi no tenía techo, afuera del lugar había un auto carcomido por el óxido, sin ruedas y casi sin puertas; aunque el maletero estaba intacto, y era allí en donde tenían pensado encerrar a Katy.
Cuando llegaron al auto uno de los muchachos la sostenía mientras el otro intentaba abrir el maletero que estaba algo trabado. Luego de algunos intentos fallidos las chicas decidieron ayudar, así que mientras ellos entre insultos y vulgaridades forcejeaban con el capó, Katy se retorcía entre los brazos de ese muchacho llorando. Él se reía y eso la hacía enfurecer más. En un descuido de sus captores pateó al muchacho y comenzó a correr, se quitó la mordaza y comenzó a gritar. Los cuatro salieron tras ella y finalmente la atraparon a los pocos metros entre unos enormes árboles detrás de la casa. A pesar de que estaba cerca del sendero nadie la había escuchado gritar, y ahora tenía otra vez la mordaza.
—¡Tendrías que haber volado, bruja! — le gritó la muchacha morena mientras le daba un golpe en la cabeza.
Se encaminaron otra vez hacia el viejo auto y en el transcurso una de las chicas tropezó con unas tablas de madera, maldijo mirando al suelo y pateó furiosa aquellas tablas que al moverse dejaron al descubierto un gran pozo.
—¡Mierda, podría haberme caído allí! —dijo la rubia dando un vistazo al pozo que tenía poco más de dos metros de profundidad.
—¡Mira, bruja, ya no tenemos que arrastrarte al auto! —dijo eufórica la morena—vamos a dejarte un rato allí dentro.
Katy comenzó a llorar desesperada, los demás reían de eso, excepto el muchacho de cabellos castaños que se mostró reacio.
—Eso es demasiado, chicos, deberíamos dejar que se vaya— dijo tímidamente el muchacho a sus amigos—podría lastimarse de gravedad al caer.
—¡Vamos, no seas idiota! No vamos a arrojarla, ella bajará sin resistencia ¿verdad, bruja? —dijo la morena revolviendo con furia el cabello de Katy.
—No lo sé, solo dejemos que se vaya—insistió el chico.
—Va a acusarnos de todas formas, hagamos que valga la pena ¿sí? —dijo la rubia con una sonrisa tierna mientras ponía la mano en la barbilla del muchacho—. En un par de horas estará afuera.
—Así es, le dejaremos el móvil—dijo el otro chico, se sacó el teléfono del bolsillo y lo arrojó al pozo.
El castaño no respondió.
—Bien, no se habla más, ¡camina, bruja! No te hace falta el sol estarás bien—dijo la rubia.
La acercaron al pozo y la obligaron a sentarse en el borde con las piernas colgando dentro de él, le amarraron las muñecas y el muchacho que la había estado sujetando la tomó desde allí, las chicas la empujaban a golpes y patadas en las caderas y una vez con su cuerpo colgando dentro del pozo, comenzó a arañar las manos y muñecas del chico, este la soltó y Katy cayó. Para la sorpresa de todos, era un fondo falso de madera completamente podrida, así que Katy siguió cayendo al menos tres metros después de eso.
Al caer se le fracturaron la pierna derecha, el hombro y dos costillas. El final del pozo estaba lleno de rocas y su cabeza golpeó contra una de ellas.
El grupo afuera, se quedó en absoluto silencio unos segundos, perplejo por lo que acababa de suceder. Cuando cayeron al fin en la gravedad de sus actos huyeron del lugar, mientras Katy yacía muerta en el fondo del pozo.
ESTALLIDO
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NEBRASKA. ESTADOS UNIDOS.
Raven estaba atónita frente a la pantalla del televisor. Eran las siete y media, la mañana del 5 de diciembre.
Todos los medios de comunicación del país estaban en Clallam, Washington. Después de varias horas de búsqueda habían encontrado a Katy, en el fondo de un pozo seco.
Según los informes, el 3 de diciembre después de las cinco y media de la tarde, la madre de la adolescente llegó a su casa algo preocupada porque su hija no le respondía los mensajes. A los pocos minutos comprobó que Katy no estaba en la casa. Llamó entonces a su padre que estaba aún trabajando y él no la había visto, llamó finalmente a sus amigas, tampoco estaba con ellas. Así que se dirigió a realizar una denuncia por desaparición. La respuesta de las autoridades fue que debían esperar 24 horas. Así que los padres de Katy y un grupo de vecinos salieron en busca de la niña durante la noche. La búsqueda se complicó por las repentinas nevadas y muchos de los vecinos desistieron. A la mañana siguiente seguía nevando y la búsqueda pudo volver a la marcha pasado el mediodía. La policía comenzó a hacer su trabajo, la nieve había dejado de caer, aunque había dejado un manto espeso sobre la ciudad y sus alrededores.
Al recorrer el bosque pasadas las 22 horas del 4 de diciembre dos oficiales encontraron su mochila, media hora después su gorro y a las 23 horas su cuerpo cubierto de nieve en el fondo de ese pozo. Al momento de hallarlo notaron que su móvil estaba sonando, era su madre que seguía llamándole incansablemente.
2
Raven terminó su café y escribió una nota para su madre que aún dormía: 《 Estoy en casa de los Collins, dile a Holly que suspendemos el paseo. Encontraron a Katy, el club estará muy atareado hoy. Te llamaré luego. 》, pegó el papel en el refrigerador y salió de allí.
Raven vivía a dos cuadras de los Collins, junto a sus padres y su pequeña hermana Holly. Así que caminó a toda prisa ese corto trayecto. Soplaba un viento helado que le golpeaba el rostro, fue el pretexto ideal para dejar salir esas lágrimas que estaba guardando desde que encendió el televisor esta mañana y se encontró con la noticia sobre Katy. En unos minutos estaba frente a la puerta del cuartel general presionando el botón del timbre. Pumpkin abrió la puerta envuelta en una bata muy abrigada y con el rostro lleno de preocupación.
—Hola, cielo —dijo Pumpkin con ternura maternal a la recién llegada que entraba en la casa —. No diré buenos días, no hay manera de que lo sean.
—Hola, Pumpkin —dijo Raven mientras se quitaba el abrigo—. El tiempo finalmente nos dio la razón, no puedo creerlo— dijo entre triste y furiosa.
—Ven, Cariño, vamos a la cocina. Tomemos un café.
Caminaron hacia la cocina y allí estaban el señor Killer, Bunny y Thunder sentados a la mesa en silencio, observando las noticias en un ordenador portátil que estaba sobre la mesa.
—Hola familia —dijo Raven al entrar.
—Señora presidenta, siéntese —dijo Killer, tratando de sonreír —. Vamos a intentar entender esta locura.
Raven se sentó entre Bunny y Thunder. Pumpkin le entregó una taza con café a la invitada, esta se lo agradeció y luego la señora Collins se sentó al lado de su marido.
—¿Como demonios pudo pasar algo así? —Preguntó sorprendida Bunny —. Esto se ha ido completamente al carajo.
—¡Cuida los modales, niña! —regañó Pumpkin a su hija.
—Pues ella tiene razón —dijo Killer y le dio un sorbo a su café —. El mundo se ha vuelto loco.
—No he revisado el blog aún — dijo Raven, afligida —. Yo… no sé qué decir… ¡estoy furiosa!— dijo y se tapó el rostro con las manos por un segundo —… ¡Una niña acaba de ser asesinada, no hay nada que podamos hacer!
—Pues no por ella, pero tendré el arma en la guantera. Mataré a cualquier estúpido que se meta con mi familia —dijo Thunder furioso.
—¡Tú no llevarás un arma fuera de esta casa! — trató de calmarlo su padre—. ¡Esto tiene que parar!, ¡las autoridades deben actuar!
—¿Y si no es así? —preguntó Raven —. Esto es obviamente un asesinato, y es claramente para nosotros un crimen de odio; pero tú sabes que eso no será así para la justicia. Todos minimizan nuestros reclamos, eso no será un agravante si logran agarrar a la persona que hizo esto.
—Ella tiene razón, cariño—dijo Pumpkin a su esposo.
—Pelearemos porque así sea ¡Nos haremos escuchar! — dijo firmemente Killer—. Debo ir al trabajo, estaré atento al blog y a sus llamadas— se puso de pie y miró fijamente a Raven—. Confío en ti, Raven, toma unas tazas de café y enfócate. Nuestra gente está esperando que hables. Los veré más tarde.
Él salió de la habitación, su esposa lo acompañó a la salida.
—Debemos actuar inmediatamente—dijo Thunder muy enojado.
—Deberíamos ir por esa estúpida de Gina Morgan y darle una paliza— dijo Bunny mientras revolvía su Café.
3
Katy Simmons era miembro del club, desde Julio de 2026, su apodo era 《pequeña naranja》. Había elegido ese apodo porque era oriunda de Florida, el mayor productor de cítricos en el país y allí vivió hasta los 8 años. Luego se mudó al estado de Washington, donde vivía con sus padres y con su gato Tony, en una bonita casa a dos cuadras después del final del sendero que atraviesa el bosque en donde murió, donde la mataron.
Desde el club queremos dar nuestro más sentido pésame a la familia y amigos de Katy. Queremos decirles en este duro momento que aquí en el estado de Nebraska y en todas partes del mundo hay personas dispuestas a brindarles su apoyo incondicional. Sabemos que no hay palabras que puedan dar consuelo, ni llevar tranquilidad a sus corazones destrozados por esta pérdida, los acompañamos en su dolor y en su pedido de justicia.
Desde el club trabajaremos incansablemente, con el apoyo de todos nuestros miembros alrededor del mundo para obtener respuestas, para que los culpables de este crimen sean castigados y para que nunca más ocurra algo así.
Aseguramos y sostenemos que el ataque y asesinato de Katherine Simmons fue un crimen de odio y queremos que se juzgue como tal.
Queremos a los asesinos de Katy tras las rejas y hacemos extensiva la culpabilidad a la señorita Regina Morgan, por la ola de violencia desatada luego de su video publicado el 20 de noviembre, exigimos también un castigo ejemplar para que acontecimientos tan terribles como este no vuelvan a repetirse.
#FUCKYOUGINAMORGAN. #JUSTICIAPARAKATY.
Apenas Raven terminó de postear el texto los mensajes invadieron las redes del club. El comunicado y las etiquetas fueron compartidos millones de veces. Como era de esperarse miles de seguidores de Gina Morgan contraatacaron desde la comodidad de sus casas, a través de un teclado o una pantalla usando la etiqueta #PELIRROJOSMENTIROSOS. Miles de personas que apañaban la estupidez colectiva y la violencia sin sentido que había desatado una muchacha llena de odio por un corazón roto.
Ese 5 de diciembre se hizo realmente largo entre las noticias por la muerte de Katy, los cruces y peleas con los fanáticos desquiciados de Gina Morgan y la incertidumbre sobre cómo avanzar para no decepcionar a los miembros del club; Raven se fue a la cama agotada, triste y sintiendo un gran peso sobre sus hombros. Se durmió recordando las palabras de Bunny en la cocina de los Collins. Ella tenía razón, Gina Morgan era tan culpable como el asesino de 《la pequeña naranja》. No se libraría de un castigo.
AQUELARRE
1
NEBRASKA, ESTADOS UNIDOS.
El 6 de diciembre por la mañana el plan comenzó a formarse en la mente de Raven; pero como debía cuidar de su pequeña hermana Holly mientras su madre hacía las compras no podía ir al cuartel general. Así que llamó a Pumpkin y quedaron en reunirse por la tarde, cuando Killer llegara del trabajo y Bunny de la escuela. Thunder estaría allí, seguramente, ya que él tenía un pequeño taller de herrería en su casa; estaba huyéndole a la universidad; a pesar de la insistencia de sus padres. Así que los miembros estarían reunidos en su totalidad para escuchar el plan de Raven.
Mamá Dickinson llegó a su casa antes del almuerzo, Holly estaba coloreando un libro sobre la mesa de la cocina mientras Raven le preparaba algo para comer.
—Lamento haber tardado tanto, Maggie. Vi a Carol en el supermercado, y sabes cómo es, habla y habla sin parar—dijo la madre de Raven, mientras dejaba las bolsas sobre la mesa.
—No hay problema, mamá. Holly se ha portado genial.
—¿Qué me trajiste, mamá? —preguntó la pequeña mientras husmeaba dentro de las bolsas.
—Deja eso y ve a lavarte las manos, ya está listo tu almuerzo —la regañó su hermana mayor.
La pequeña salió de mala gana rumbo al baño.
—¿Cómo está todo por el club? —preguntó la madre, algo preocupada, mientras guardaba los víveres.
—Un tanto revolucionado… ya sabes, furioso —dijo Raven evitando el contacto visual.
—¿Y cómo estás tú? — dijo su madre y le puso la mano en el rostro para que la mirara.
—Preocupada. Pero ya pensaremos en algo… eso no le devolverá la vida a Katy, pero… necesitamos una solución— dijo y colocó el plato para su hermana en la mesa.
—¿Por qué no me dijiste que esto era tan grave, cariño? — preguntó su madre afligida.
—No quería preocuparte. Y sinceramente no pensé que llegaría a tanto. ¡No sé cómo se puede ser tan imbécil!, esa muchacha, Gina Morgan, está completamente loca.
Holly entró en la cocina y se sentó a la mesa.
—¿Iremos al parque hoy, mami?
La madre miró a Raven antes de responder y esta le hizo un gesto de desaprobación.
—Quizás mañana, Holly, lloverá en cualquier momento. No queremos enfermarnos —respondió mamá Dickinson.
2
Era un día muy frío, Thunder había pasado gran parte del día cortando algo de leña, era un muchacho fuerte y amable. Encendió el fuego antes de ir por sus hermanos a la escuela. Pumpkin preparó una enorme cantidad de café y unas deliciosas galletas con chispas de chocolate, pensó que, quizás, eso ayudaría a sobrellevar el mal momento; ella era una gran madre y esposa, pero sobre todo era una mujer muy empática. Todo aquello sobre la muerte de Katy, realmente la había afectado y también a sus seres queridos.
Poco tiempo después estaban los Cinco miembros fundadores del club reunidos al calor del fuego. Robin estaba en su habitación haciendo tareas, era muy pequeño para escuchar cierto tipo de conversaciones.
—Y bien, señora presidenta ¿cuáles son los pasos a seguir? —preguntó el señor Collins con una amable sonrisa, que apenas se dejaba ver a través de su gran bigote naranja.
—Estuve pensando… ¡muchísimo! Y, bien… tengo algo—dijo Raven un poco tímida.
—Cuéntanos —dijo Bunny y le dio una mordida a su galleta.
—¿Qué planes tienen para estas fiestas?
Todos la miraron muy extrañados.
—Lo de siempre —dijo Killer —. Iremos a Escocia, visitaremos a la familia, mis padres, los de Pumpkin… ¿por qué?
—Deberíamos hacer una parada en Londres — dijo Raven muy seria.
—¿Londres? —pregunto Pumpkin —… ¿Para qué?
Raven detalló su plan y los demás la escucharon muy atentamente: La socia fundadora había pensado en una masiva convocatoria de todos los miembros del club en la ciudad de Londres el día de año nuevo. El objetivo, en principio, seria pedir justicia para Katy y visibilizar los problemas que estaban sufriendo. Intentar acabar con esas estúpidas supersticiones infundadas y dejar en evidencia a la hipócrita de Gina Morgan en su ciudad. Y luego, probablemente, hacer un poco de ruido, y algunas travesuras después de medianoche.
Los ingleses tienen la creencia de que la primera persona que llegue de visita a tu casa en año nuevo, decidirá tu suerte durante todo el año. Por lo tanto, si esa persona es una mujer pelirroja o un hombre de pelo largo (sea pelirrojo o no) tu suerte será mala durante todo el año entrante.
¿Una tontería verdad?, puede ser que así sea para muchos, pero no creo que sea algo muy agradable de escuchar para cualquier persona pelirroja. ¿Puede realmente el color del cabello dar mala suerte? ¿Es correcto tomar como una inofensiva broma o superstición el estigmatizar a alguien de esa manera?
Después de ultimar detalles y ponerse de acuerdo, organizaron un encuentro virtual de manera privada solo con los miembros del club alrededor del mundo. No era algo muy fácil de lograr, dado las diferencias horarias, pero finalmente se logró que todos estuvieran al tanto. Las confirmaciones se fueron dando con el correr de los días, no todos podrían asistir, pero todos estarían apoyando la convocatoria desde su lugar y a través de las redes.
La mayor concentración de personas pelirrojas se encuentra irónicamente en Reino Unido (en donde los pelirrojos dan mala suerte y en la antigüedad se los condenaba a la hoguera o la horca por brujería). Así que la convocatoria fue un éxito en lugares tan cercanos al punto de encuentro, aunque personas de partes más alejadas también se harían presentes.
3
Por otro lado, la investigación por el homicidio de Katy siguió su curso. Una semana después de encontrar su cuerpo tenían a 4 detenidos. Uno de los partícipes del hecho se había quebrado, les había contado lo sucedido a sus padres y estos lo entregaron a las autoridades de Clallam. En cuestión de horas tenían los otros 3 nombres. Y entre tantas cosas que se decían sobre este caso, jamás se mencionó la posibilidad de un crimen de odio. Los miembros del club estaban cada vez más indignados, juntando esa rabia para el día de año nuevo, donde el mundo iba a escucharlos.
Con respecto a Gina Morgan, los padres de Katy le presentaron cargos por incitar al odio, y la hicieron responsable por la muerte de su hija.
La británica contrató a los mejores abogados, que la libraron de prisión, pero no del trabajo comunitario y de una multa por una exorbitante suma de dinero, dinero que obviamente no devolvería la vida de Katy ni terminaría con el sufrimiento de sus padres. Tampoco se salvó de la condena social de la mayoría, aunque aún contaba con su séquito de energúmenos de fanatismo enfermizo.
Así que entre todo lo sucedido llegó la navidad. Los Collins estaban en Escocia, Raven disfrutaba de la compañía de sus padres en Wayne. Gina seguramente estaba en su lujosa casa en Londres sufriendo en secreto por la pérdida de Jake, quien seguía con Macy en algún lugar del mundo. Los padres de Katy estaban en Clallam, con el corazón destrozado por la pérdida de su hija.
4
El 29 de diciembre por la tarde saldría el vuelo de Raven a Londres, quería estar allí un día antes de la marcha para que nada vaya a salir mal. Sus padres no se habían tomado el viaje de la mejor manera, pero estaban conscientes de lo importante que era para Raven esta convocatoria, de lo importante que era intentar ponerle fin a toda esta locura.
Así que ese día por la mañana toda la familia Dickinson desayunó junta.
—¿Estas segura de que empacaste suficiente abrigo? —preguntó mamá.
—Así es. Es suficiente, solo estaré un par de días y no creo que haga más frío que aquí —respondió Raven y bebió un sorbo de café.
—¿Confirmaste la reserva en el hotel? — preguntó su padre.
—Me quedaré en la casa que le prestaron a los Collins.
—Pues muy bien, porque llegarás por la noche y tú nunca has ido a Londres, puede ser peligroso —dijo papá con una mirada regañona.
—Thunder estará esperándome en el aeropuerto. Se adelantó para hacer las compras de alimentos y esas cosas. Entre los Collins y yo, somos 6, es una gran suerte que sus parientes tengan una casa en Londres, de lo contrario no hubiéramos encontrado hospedaje todos juntos.
—¿Pasarán la noche solos? ¿Tú y el pequeño Brian? —dijo papá y comenzó a reír mientras revolvía su café—. Recuerdo cuando era un pequeñito atolondrado que no era más alto que esta mesa— dijo sonriendo nostálgico y golpeó la mesa con la palma de la mano.
—Él y Charlie eran inseparables —dijo mamá algo afligida mirando el suelo.
—Pues él sigue siendo un atolondrado, solo que ahora mide casi dos metros… y es un poco joven para mí —dijo Raven y se puso de pie—. Así que no te hagas ilusiones papá —besó a su padre en la frente.
—¿Dónde vas ahora? —preguntó papá.
—Por mi laptop, debo revisar el blog—salió de la habitación.
—Mami, ¿Charlie también medía dos metros? — preguntó Holly.
—No, cariño, tu hermano no era tan alto.
—Me alegro de que él y Thunder fueran amigos. Thunder me agrada… aunque parece un gran árbol de hojas secas— dijo y comenzó a reír. Sus padres la acompañaron en la risa.
5
Raven estaba en su habitación revisando las publicaciones de Gina Morgan. Había creado un perfil falso para estar al tanto de todos los movimientos de la Rubia y su séquito. Había hecho varias “amistades” entre toda esa bola de imbéciles, al parecer la hipócrita seguía su vida en redes como si nada hubiese ocurrido, bloqueando y denunciando a todo aquel que se le ocurriera siquiera mencionar lo sucedido en Clallam. Tenía tareas comunitarias sobre las que no hablaba y estaba denunciada penalmente por los padres de Katy y algunas asociaciones contra la discriminación, por supuesto el club tendría su lugar en el banquillo acusador. Aun así, la señorita Morgan se preparaba para despedir el año con una enorme fiesta en su mansión londinense. Por supuesto Raven tenía planeado arruinar la diversión.
En el blog del club había excelentes noticias, miles de personas de todo el mundo estaban camino a Londres. El plan estaba saliendo de maravillas.
Así que Raven ultimó detalles con la Familia Collins, Thunder ya estaba en Londres cumpliendo con sus tareas y el resto de la familia estaría el 31 por la mañana en el punto de encuentro.
Por la tarde ese 29 sus padres y Holly la acompañaron al aeropuerto. El vuelo salió a tiempo y sin inconvenientes, la socia fundadora estaba rumbo a Londres.
TIERRA DE BRUJAS
1
LONDRES, INGLATERRA.
Bien, el piloto anunció que estaban a punto de aterrizar. El corazón de Raven comenzó a latir enloquecido, sus nervios estaban comenzando a aflorar; había estado tranquila durante el largo vuelo, repasando una y otra vez el plan. Pero ahora ya estaba allí, no había marcha atrás tenía que hacerlo. Así que trató de calmar su respiración y de tener pensamientos positivos. Era de madrugada y todo estaba helado, rogaba porque el 《pequeño atolondrado》 estuviera esperándola en el aeropuerto.
Apenas las puertas se abrieron pudo divisar esa cabellera naranja sobresaliendo entre todos los presentes, el ahora 《enorme atolondrado》 estaba allí y como si hubiera sido necesario, se puso de pie para que ella lo viera. Raven le sonrió mientras él se acercaba.
—Bienvenida, Maggie —dijo él mientras tomaba su equipaje.
—Gracias, Brian. Respeta el protocolo, soy Raven.
—Ok, lo haré ¿cómo fue el vuelo?
—Genial ¿Tú cómo estás?
—Más tranquilo ahora que estás aquí —dijo él con una sonrisa.
—¿Aseguraste la dirección?
—Sí, vamos al auto y hablaremos en la casa. El clima está horrible.
—Bien, vamos.
2
Podía verse a simple vista la belleza del lugar, aun en una noche tan fría y nublada, Londres era encantadora y Raven estaba fascinada por estar allí, aunque el motivo de su visita no hubiera sido el más grato. La fachada de la casa era preciosa, como todas las de la cuadra. Tenía una ubicación estratégicamente conveniente para el plan.
Apenas entraron, echó un vistazo y quedó maravillada, era un hermoso y cálido lugar.
El interior era amplio, y con varias habitaciones. Definitivamente los numerosos Collins y ella estarían cómodos allí.
Thunder llevó las maletas de Raven hasta su habitación, ella lo siguió.
—¿Te gusta?, Puedes cambiarla por la del final del pasillo si quieres. Luego que llegue Bunny, no te permitirá hacerlo.
—Esta habitación es genial, gracias. No estaré tanto tiempo aquí — dijo algo seria.
—Ojalá estas vacaciones se dieran bajo otras circunstancias — dijo Thunder afligido.
—Quizás la próxima —dijo ella, con una sonrisa.
—¿Estás segura de lo que vamos a hacer?
—Así es. Debo hacerlo —aseguró—. Tú puedes retractarte.
—Sabes que no haré eso. Cuentas conmigo —dijo él y sonrió tiernamente.
—Gracias, grandote… eres el mejor —lo abrazó — ahora a descansar, mañana haremos inteligencia.
—¡Eso es algo complicado para mí! —bromeó él —. Pero lo intentaré. Te veo por la mañana —caminó hacia la salida.
—¡Oh, Brian!, aguarda —dijo ella. Él se detuvo justo en la puerta y la miró.
—Dime.
—¿Qué hay de las naranjas?
—No te preocupes, hay suficientes.
—Ok, gracias— dijo ella y le sonrió.
—Y recuerda, soy Thunder, no rompas el protocolo —bromeó y salió de allí cerrando la puerta.
Raven sonrió por eso, se recostó en la cama mirando el techo y dejó salir un suspiro lleno de preocupación. Tenía que seguir adelante, aunque lamentaba tener que involucrar a Thunder en todo aquello. Se quedó dormida entre pensamientos y recuerdos sobre su hermano.
3
Soñaba con un día de verano, el sol iluminaba todo el lugar y podía sentir el calor abrasador sobre su piel. Caminaba por un prado de césped verde, había un gran sendero delimitado por árboles. Era un lugar conocido para ella, tenía la sensación de haber estado allí antes, definitivamente era algún lugar en Wayne o algún otro sitio cercano; a excepción de esta vez en Londres, ella jamás había salido de Nebraska. Escuchaba a una muchacha cantar a lo lejos, y a medida que continuaba caminando aquella melodía se hacía más fuerte y comenzaba a distinguir la letra de la canción, era Itsy Bitsy araña, le pareció un poco infantil, ya que a juzgar por el timbre de voz no se trataba de una niña pequeña. Sintió curiosidad y apresuró el paso, estando un poco más cerca escuchó reír a un muchacho y pudo reconocer aquella carcajada inmediatamente, era su hermano Charlie; así que corrió hacia el lugar y atravesó los árboles. Pocos metros más lejos, pudo ver a su hermano junto a Katy Simmons, quien cantaba cerca de un pozo mientras Charlie recogía enormes rocas y las arrojaba dentro.
—¡Charlie! ¿Qué están haciendo? —preguntó Raven, mientras se acercaba. Su hermano la miró con una gran sonrisa en el rostro.
—¡Acércate, Maggie! ¡es divertido! —dijo el muchacho y arrojó la enorme roca que cargaba dentro del pozo, para luego dejar salir una gran carcajada. Katy seguía cantando, mientras observaba hacia el interior del pozo, sonriendo.
Raven caminó hasta llegar al pozo, observo en su interior y pudo ver a Gina Morgan allí, estaba muerta. Charlie y Katy estaban sepultando su cadáver con esas rocas. Lejos de espantarse por aquella escena y salir de allí gritando, se quedó observando fijamente a la joven dentro del pozo. Su cabello rubio estaba manchado con la sangre que salía de su frente.
—¡Raven!— dijo Katy, la chica de Wayne la miró y la muchacha Simmons extendió su mano y le entregó una naranja—¡¡Hazlo!!— dijo, incitándola a arrojársela al cadáver.
Cuando Maggie volvió la vista dentro del pozo, Gina estaba halándola de los tobillos.
Se despertó sobresaltada al escuchar que golpeaban su puerta, era Thunder que le avisaba que el desayuno estaba listo. Se quedó unos minutos sentada en la cama, pensando en lo extraño y aterrador que había sido ese sueño, aun su corazón latía enloquecido por el susto que había pasado. Se quitó el pijama y bajó rumbo a la cocina, el fuego estaba encendido y había un delicioso olor a café en el aire.
—Espero que te guste, sabes que no soy el mejor preparando café— dijo el pelirrojo y le entregó la taza.
—Gracias, debiste despertarme antes así te ayudaba con el desayuno.
—No es gran cosa. Sé que soy un poco torpe, pero puedo con esto— bromeó.
—Voy a darte crédito por eso —dijo ella y sonrió—. El café está delicioso.
—Gracias.
—Necesitaré la conexión al Wifi para mi laptop— dijo ella, revisando su móvil.
—Por supuesto — dijo él, mientras ponía jalea en su pan tostado —. ¿Qué haremos hoy?
—Para empezar, daremos un paseo por el vecindario de Gina… quizás nos dé su autógrafo —bromeó sarcástica. Ambos rieron de eso, él se quedó observándola un momento—. ¿Qué sucede?
—Tu sentido del humor me recuerda tanto a Charlie— dijo sonriendo nostálgico—… Todo en ti me lo recuerda.
—Lo sé, veo a mi hermano muchas veces al verme al espejo — dijo mirando su taza con café mientras lo revolvía— … y ahora mucho más seguido en mis sueños.
—Bueno, tú eres mucho más guapa —trató de bromear para salir de esa sensación de tristeza —… Y hueles mucho mejor.
—¡Deja de hacerte el galán conmigo, pequeño Brian! —dijo Raven entre risas—. Tenemos trabajo.
—No soy pequeño —dijo él, mirándola fijamente—. Ya no.
—Siempre seré 4 años mayor que tú, eso no cambiará, aunque tu altura siga aumentando —bromeó entre risas.
—Siempre serás la más linda también.
—Ok, deja eso —dijo sonrojada—. No hablaremos de eso por ahora.
—¿Por ahora?, eso es muy alentador.
—Si el plan sale bien, supongo que hablaremos de muchas cosas más en casa —dijo poniéndose seria.
—Pues todo saldrá bien y estaremos en Wayne en unos días — aseguró él—. Entonces podré demostrarte que ya no soy un niño.
—Quizás… voy a pensarlo— dijo ella entre risas, y estuvieron un momento en silencio.
—¿Quieres hablarme sobre ese sueño con Charlie?
—Sí, sí quiero… ¡no vas a creer lo extraño que fue!
4
Horas más tarde, el par de pelirrojos estaba fuera de la casa de Gina en la lujosa Belgravia, número 6 de la calle Grosvenor Cres, frente a la embajada de Argentina. Era de suponerse que era una zona muy vigilada, ya que era un barrio de gente adinerada con varias embajadas en sus alrededores; y Eso era algo que hacía preocupar a los chicos. Aun así, decidieron estacionar el auto a unas cuadras de allí y caminaron fingiendo hacer algo de turismo, observando detalladamente todo y tomando fotografías. Thunder había estado muchas veces en Inglaterra, pero era la primera vez para Raven en el viejo continente, así que realmente aprovecharía el escaso tiempo que iba a estar en Londres.
—Vendrán socios de Argentina— dijo Raven señalando la bandera de la embajada—. Creo que esa es su bandera.
Entonces Thunder se giró y observó el estandarte que ondeaba con el viento.
—Sí, es la de Argentina. Mi abuelo peleó en la batalla de Tumbledown en la guerra de 1982. No le agradan los argentinos. A mí sí, tienen buenos futbolistas, muchos de ellos viven por aquí.
—Pues debe ser lo único bueno que tienen, acabamos de intervenir su economía serán Colonia para el próximo año.
—Sí, nunca he ido. No debe ser un bonito lugar.
—Seguramente no.
Media hora después un muy lujoso auto negro estacionó frente a la casa de Gina, ellos estaban observando desde el otro lado de la calle; la rubia bajó de él atestada de bolsas con logos de marcas reconocidas. Los muchachos de Wayne clavaron sus ojos en ella.
—Ahí está la maldita desgraciada— dijo Raven furiosa, mientras la imagen de su cadáver en el pozo volvía a su mente.
—¿Cómo fue que alguien tan insignificante pudo causar tal revuelo? — preguntó Thunder observando a Gina con desprecio.
—No lo sé, es incomprensible cómo funciona el mundo ¿sabes? Hay tantas personas que pueden aportar tanto a la humanidad, sin embargo, estas mansiones están llenas de imbéciles que hacen dinero por decir estupideces en redes o por patear balones de fútbol.
—Eso sin contar a los políticos, actores y músicos mediocres… está lleno por aquí.
—¡Me alegro de que el calentamiento global esté acabando con todos! — dijo enojada.
Thunder comenzó a reír y ella lo acompañó en la risa.
—Estamos hablando como la idiota de Gina Morgan— dijo él, y continuó riendo.
—Sí, lo sé… debe ser el aroma que emana esa maldita ¡su sola existencia esta perturbándome!— dijo ella
— Bien, al parecer estará en casa hablando idioteces por redes.
—Seguramente, deberíamos ir a almorzar— dijo Raven, observando hacia la casa de Gina.
—Está bien, pero no por esta zona, no nos alcanzará el dinero— dijo él y ambos comenzaron a reír.
5
Gina llegó a su casa y dejó todas las bolsas en el recibidor, se quitó los tacones y los dejó a un lado de las bolsas.
—¡Sophie! — gritó la rubia— ¡Sophie, ¿dónde diablos estás?
Entonces una mujer bajita de unos 45 años, cabellos oscuros y vestida de uniforme se acercó rápidamente.
—Lo siento, señorita Morgan. Estaba alimentando a Fufy — se disculpó Sophie.
—Está bien. Quiero que lleves todo esto a mi recámara, tomaré un baño y luego voy a almorzar— dijo altanera Gina.
—Por supuesto señorita. ¿Sacará usted a Fufy?
—No. Tú lo sacarás, estaré muy ocupada el día de hoy, tengo que grabar y mi estilista estará aquí en dos horas— Entonces Fufy, un pequeñísimo Chihuahua blanco llegó corriendo hacia Gina y esta lo levantó—. ¡Hola mi Fufy precioso! ¿Cómo estás?, ven vamos— dijo y comenzó a subir las escaleras con el perro en brazos, luego de un par de escalones se detuvo—. ¿Confirmaron los arreglos florales, Sophie?
—Sí, señora. Mañana a las 9 estarán aquí.
—Bien, recuerda revisar otra vez cada detalle— dijo sin hacer contacto visual con su empleada y continuó subiendo las escaleras.
Apenas entró en su habitación dejó a Fufy sobre la cama y se dirigió a su computadora, escribió 《Jake Williams》 en el buscador y en apenas un segundo estaba en su perfil repasando una vez más todas aquellas fotos que el cantante había compartido de su navidad en Dublín junto a Macy y toda su familia, toda una gran familia de pelirrojos. Entonces Katy Simmons vino a su mente y eso la hizo sentir extrañamente culpable. Todo lo que había ocurrido desde ese vídeo del 20 de noviembre, todo ese daño causado ¿de que sirvió desparramar todo ese odio? Jake y Macy seguían juntos, y ella no podía hacer nada por cambiar esa situación.
—¡Tú tendrías que haber muerto, bruja! — dijo furiosa tirando el monitor al piso.
6
Era de noche, Raven y Thunder estaban en la sala frente al fuego de la chimenea. La habitación estaba repleta de naranjas distribuidas en cajas de madera. Durante el día Thunder había forjado un pequeño sello en acero, era una especie de emoticono, una cara enojada, así que luego de ponerlo al calor del fuego unos minutos iba marcando una por una todas aquellas frutas, lo que hacía que la habitación se impregnara con un extraño olor a naranjas quemadas. Luego Raven escribía en cada una de las frutas marcadas #FUCKYOUGINAMORGAN y las acomodaba nuevamente en las cajas de madera.
—¿Crees que serán suficientes? —preguntó Thunder y le entregó una de las naranjas con 《carita enojada》 a Raven.
—Pues cada uno debería traer su par a la marcha, creo que son suficientes para nosotros y los olvidadizos.
—Tienes razón— dijo él y lanzó un suspiro.
—¿Qué sucede? — preguntó ella al darse cuenta de la preocupación de Thunder.
—Solo me inquieta un poco lo de mañana en la noche.
—Puedo hacerlo sola, Thunder, no tienes que llegar a tanto.
—Sé que puedes sola, pero no te dejaré de ninguna manera. No estoy preocupado por mí, solo estoy preocupado.
—Te entiendo, tampoco me gusta ocultar información a tus padres o a los míos… tampoco a la gente del club— dijo afligida, escribió sobre la naranja y la puso en la caja de madera—. Pero esto debe acabar de una vez.
—Lo sé, deberíamos terminar de ultimar detalles esta noche, mis padres estarán aquí por la mañana y también toda la gente del club.
—Tienes razón, terminaremos con esta caja y hablaremos mientras preparo la cena.
—Me parece bien, dejemos algo de trabajo para Bunny y Robin.
—Sí, ya me duelen los dedos— dijo ella y dejó el marcador—. Voy a soñar con la desgraciada de Gina Morgan otra vez, si continúo escribiendo su nombre.
—Quizás quiera cambiárselo a partir de mañana.
—Espero que guarde su cabeza bajo tierra y no vuelva a sacarla de allí jamás.
MEDIANOCHE EN LONDRES
1
Rara vez cae nieve en Londres, y rara vez en la vida verás a tantas personas pelirrojas reunidas en un mismo sitio, aun así, todo aquello aconteció ese 31 de diciembre de 2030.
Eran casi las 9 de la mañana, hacía apenas unos minutos la luz del día se había hecho lugar en el obscuro y nublado cielo de Londres.
Raven y Thunder se habían quedado dormidos en la sala cerca del fuego. Se despertaron sobresaltados tras escuchar el timbre acompañado de la fuerte y grave voz del señor Collins, al otro lado de la puerta de entrada: ¡Abre la puerta, muchacho está helando aquí afuera!
Thunder se levantó adormilado, caminó hacia la entrada y abrió la puerta.
—¡No grites, papá, despertarás a todo el vecindario! — dijo el muchacho mientras toda su familia se escabullía dentro del calor del hogar.
—Lo siento, Brian— dijo Killer quitándose el abrigo lleno de nieve—. Realmente está feo el día… ¡Nieve! ¿Pueden creerlo? ¿Qué pasó con el famoso cambio climático del que tanto hablan?
—Que tú no creas en eso no quiere decir que no esté pasando papá— lo regañó Bunny.
—Hola familia— dijo Raven restregándose los ojos.
—Buenos días, Cariño— dijo Pumpkin sonriente—. ¡Y feliz navidad!
—¡Feliz navidad para todos ustedes también! — dijo Raven amablemente.
—¿Para qué son todas estas naranjas? — preguntó Robin tomando un par de ellas en sus manos.
—Son para arrojárselas en la cabeza a Gina Morgan— dijo Bunny acercándose a su pequeño hermano.
—No es cierto, cariño— dijo Pumpkin tomando las naranjas de las manos de Robin y dejándolas junto a las otras—, son simbólicas, representan a Katy Simmons.
—Mamá tiene razón, quítate el abrigo y vamos a desayunar— dijo Thunder y ayudó a su hermano a quitarse la ropa cubierta de nieve.
2
Algunos días atrás, Thomas Myers, un hombre alto, elegante y de ojos muy azules, había cumplido siete años en el puesto de Comisionado de la policía metropolitana. En la mañana de la víspera de año nuevo llegó un poco temprano al trabajo y estacionó su auto frente al edificio de New Scotland Yard, haría todo lo posible por dejar todo en orden y salir antes de allí para estar a tiempo para la cena en casa de su madre. Una vez instalado en su oficina llamó al inspector Smith, sirvió una taza con café y revisaba su móvil mientras lo esperaba. Había llegado un mensaje de su hermana desde el aeropuerto acompañado de una foto donde se podía ver un gran grupo de pelirrojos apiñados en la sala. 《Creo que me equivoqué y bajé en Irlanda 😂. No vas a creer la cantidad de pelirrojos que hay en Heathrow 》 . A lo que él respondió: 《Por las dudas no los mires a los ojos, pueden embrujarte🧙♂️😉. Te veré en la cena》.
El inspector Smith un hombre bajo, de cabellos claros y bigote, entró en la oficina.
–¿Acaso no tienes modales? — preguntó el comisionado dirigiendo una mirada muy seria hacia el inspector.
—Vamos Tom, no estoy de humor— respondió Smith algo molesto.
—¿Qué sucedió Owen, las palomas defecaron otra vez tu Mercedes? — preguntó sarcástico Myers.
—No esta vez, pero… ¿has prestado atención a tu alrededor el día de hoy? — preguntó Smith preocupado.
—Creo que lo hice, llegué intacto al trabajo, así que sí, estuve atento como de costumbre— dijo y dejó su móvil sobre la mesa—. ¿Por qué?
—Para empezar la nieve. ¿No te resulta raro?, hace por lo menos 4 años que no cae nieve en Londres.
—Es algo completamente normal, Owen. Estamos en invierno— dijo Myers, minimizando el comentario de su colega.
—Está bien, si quieres verlo así, pero… ¿qué hay de todos esos pelirrojos dando vuelta por aquí?
—¿También te envió Mary esa foto? — preguntó el comisionado entre risas.
—¿De que estas hablando? ¿Qué foto? — preguntó Smith sorprendido.
—Espera un momento— dijo Myers— ¿de qué pelirrojos hablas tú?
—Pues de muchos— dijo Smith. Se paró, caminó hacia la cafetera y sirvió café en una taza— Apenas salí de casa hoy llegaba un contingente de pelirrojos, al parecer parientes de mis vecinos los Mackenzie, que vinieron de visita… bueno eso es algo normal, ellos son irlandeses y siempre reciben visita en esta época— volvió a tomar asiento—. Pero luego, venía al trabajo y por lo menos vi a 15 o 20 de estas personas en la puerta del hotel y en las cercanías del Big Ben. ¿Qué me dices de eso? — dijo algo alterado el inspector.
—Digo que es una tontería y que eres demasiado supersticioso Owen— dijo burlón entre risas el comisionado—. Todos los años es igual para ti, hay muchas personas pelirrojas en el mundo y la gran parte de ellos está en el Reino Unido. Deja esas tonterías.
—No son supersticiones, el aire está raro el día de hoy.
—No, no lo está—aseguró Myers—. Y voy a necesitar el informe de Peters, era para ayer.
—Voy por él— dijo Smith, se puso de pie y se acercó a la puerta. Se detuvo antes de salir—. ¿De qué foto estabas hablando?
—Nada importante. Ve por el informe— dijo serio Myers. Smith salió de la habitación.
3
El intercambio de información no paraba en las redes del club. Para el mediodía, casi todos los pelirrojos en viaje habían llegado a la gran Londres. La primera de las reuniones tendría lugar a las 16 horas. Todos debían asistir con las camisetas naranjas que habían hecho especialmente para este día: la cara del emoticono enojado en la parte delantera y la frase #FUCKYOUGINAMORGAN en la espalda. Pero como era un día muy frío y nevaba de a ratos, bastaba con traer alguna prenda naranja; acompañarían la manifestación con carteles pidiendo por justicia para Katy y otros tantos ofensivos hacia Gina.
《El aquelarre》 final tendría lugar a la medianoche en las inmediaciones del London Eye, entonces las 《pequeñas naranjas》 comenzarían a circular.
Cerca de las 14 los Collins y Raven salieron de la casa rumbo a Trafalgar Square donde se llevaría a cabo la manifestación.
Raven estaba realmente nerviosa por tener que hablar en público y para tantas personas. Pero a la vez tenía la tranquilidad de sentir el apoyo de los Collins y de todas aquellas personas que estaban allí por las mismas razones que ella, para darle un fin a toda esa locura que Gina Morgan había desatado.
4
El comisionado Myers y el inspector Smith salían de las oficinas de Scotland Yard. Antes de subir al auto llamó su atención un gran grupo de pelirrojos que caminaba por la acera contraria vistiendo atuendos tan naranjas como sus cabelleras.
—¡Esto es lo que estaba diciéndote, Tom! — dijo enfadado Smith.
—Eso sí que es una gran coincidencia— dijo sonriendo el comisionado y subió al auto. El inspector se quedó afuera observando al grupo que se alejaba—. ¿Vas a entrar?
—Sí— dijo Smith y subió al auto—. Esto no es ninguna coincidencia, es un mal augurio.
—Deja esas estupideces— dijo Myers entre risas y dio marcha al vehículo.
A medida que avanzaban entre el tráfico comenzaron a notar más y más personas de cabellos rojizos tomar en grandes grupos un mismo camino.
Casualmente el mismo que los oficiales recorrían a bordo de su auto. A los pocos minutos notaron la concentración en las cercanías de Trafalgar Square.
—¡¡Te lo dije!!— dijo exaltado Owen Smith, mientras señalaba la muchedumbre con su dedo.
—Bien debo reconocer que esto es bastante peculiar— dijo el comisionado.
—Vamos a ver de qué se trata— dijo Smith.
—Bien, echemos un vistazo, si eso te deja tranquilo.
Estacionaron el auto y se quedaron a un lado de la multitud para escuchar a la mujer que en ese momento había tomado el altavoz para dirigirse a los presentes.
Raven se paró en la escalinata y observó a toda esa enorme cantidad de personas en la plaza, vistiendo las remeras que representaban a la pequeña naranja. Se sintió muy orgullosa de lo que había logrado, de la unión tan fuerte que existía entre los suyos. A la vez sintió tristeza por los padres de Katy, que seguramente verían todo esto en las noticias y a pesar de todo este esfuerzo de tantas personas alrededor del mundo, nada les devolvería a su hija ni calmaría su dolor. Pensó en Charlie, quien ya no estaba y a quien extrañaba tanto; Pensó también en su familia en su pequeña hermana y en el mundo que quería para ella. Ese mundo definitivamente no era este. Entonces encontró las palabras para comenzar el cambio.
—Antes que nada, quiero agradecer a todas las personas presentes, algunas de las cuales han viajado una enorme distancia para estar aquí. Como socia fundadora de esta institución quiero decirles que me siento muy orgullosa del respeto y unidad que distingue a nuestra comunidad, y que estoy muy agradecida por la gran respuesta a esta convocatoria a lo largo del mundo. Siendo las cuatro de la tarde este 31 de diciembre, como estaba acordado por los miembros del club nos encontramos en la ciudad de Londres para dar inicio a este reclamo, a esta exigencia, Porque no vamos a pedir por favor algo que por derecho es nuestro. Estamos hartos de poner la otra mejilla, de aguantar que se minimice y se tire a menos las agresiones que sufrimos, que hemos sufrido toda nuestra vida. Y también muchos antes que nosotros. El 20 de noviembre la señorita Regina Morgan, reconocida 《influencer》publicó un video en su blog donde además de difundir información supersticiosa, maliciosa, de origen dudoso, no corroborada científicamente y además ofensiva hacia las personas pelirrojas, también incitó y arengó de manera perversa las prácticas violentas y morbosas hacia nuestra comunidad, dando comienzo a una ola irrefrenable de violencia. Miles de personas alrededor del mundo han sufrido ataques y agresiones en muchos casos como el del italiano Marco Soler, de extrema e inexplicable violencia. Pero sin ningún lugar a dudas La peor parte en toda esta locura se la llevó Katherine Simmons, una niña de 16 años residente de la ciudad de Clallam, en Washington, Estados Unidos. Katy fue asesinada el 3 de diciembre por la tarde, por 4 personas que concurrían a su misma escuela. Personas a las que Katy solo conocía de vista, a las que nunca les había hecho ningún daño, personas llenas de prejuicios y de odio. Personas despreciables, malvadas, influenciables y con el cerebro seco de consumir tanta basura en redes. La muerte de Katy dejó a su familia destrozada, y a todos nosotros llenos de rabia y preguntas, ¿por qué? ¿Cuál fue el mal que Katy les hizo? ¿Qué fue lo que hicimos todos nosotros? ¿Realmente alguien merece cargar con tanta estigmatización solo por tener un color de cabello diferente? Y te lo pregunto a ti, Gina Morgan, porque estoy segura de que nuestro mensaje va a llegarte ¿Como puedes ser tan cobarde, tan cruel, tan hipócrita? ¿Como duermes por las noches después de todo lo que has hecho? ¿Como puedes ser tan soberbia, tan arrogante? No te has manifestado de ninguna forma sobre lo sucedido, no hemos escuchado tus hipócritas disculpas, ni tus condolencias hacia la familia de Katy. Familia a la cual tú ayudaste a destruir. Bien, estamos aquí, Gina, en tu ciudad para recordarte lo que has hecho, para recordarle al mundo que todo ese odio fue diseminado desde aquí, desde la hermosa Londres, que seguramente no está feliz de vernos reunidos en esta fecha tan particular ¿no es así? ¡¡malditos supersticiosos!! Quizás podamos arruinar su suerte para 2031 o quizás podamos cambiar su arcaica mentalidad y puedan ver que somos personas como cualquier otra, que sí, tenemos alma, que no damos mala suerte, que no somos brujos ni ogros malhumorados, que no todas las pelirrojas somos unas ninfómanas ardientes y que por Dios ¡¡sí podemos sentir dolor físico y emocional!!
El comisionado Myers observaba atentamente a Raven y analizaba cada una de sus palabras. Podría decirse que el oficio con los años despierta aún más los sentidos o deja salir otros, tenía una mala sensación, la rabia con la que la chica de Wayne se expresaba lo inquietaba un poco. Aun así, actuó relajado, no quería exacerbar aún más la mala vibra del inspector Smith. Continuó escuchando a Raven que seguía con su discurso.
—: Estamos hartos de cargar con todas sus estúpidas creencias, estamos hartos de ser acosados, golpeados, asesinados o inducidos al suicidio. ¡todo este bullying tiene que parar! Para nosotros y para todos en este mundo. ¿Y sabes qué Gina? ¡¡estamos hartos de ti y de tu estúpida cara de mosquita muerta!! De todas las patrañas viles que dices, de todo el odio que emanas, de tu patética existencia. ¡¡ queremos que des la cara, que dejes de esconderte tras tus abogados o tus fanáticos descerebrados!! ¡¡Exigimos justicia para Katy!! ¡¡Queremos que este crimen de odio sea juzgado como tal y que no se le quite el agravante!! ¡¡queremos que la señorita Regina Morgan sea castigada de manera ejemplar, de una forma real y no solo monetariamente!! ¡¡Queremos vivir en paz, queremos respeto!! ¡¡Vete a la mierda Gina Morgan, eres tan culpable como los asesinos de Katy!! ¡¡Justicia para Katherine Simmons!!
Luego de que Raven habló, fue aplaudida por todos los presentes; lo cual la hizo sentir muy bien.
—Estuviste genial, estoy muy orgulloso de ti—le dijo Thunder con una tierna sonrisa y le dio un gran abrazo.
Bunny tomó el megáfono y comenzó a arengar a la gente, las consignas en contra de Gina se escuchaban muy altas en todo Trafalgar Square.
Habían llegado al lugar algunos oficiales de la policía metropolitana que observaban atentamente.
Myers y Smith seguían a un lado de la multitud sin perder detalles.
—Bien, hay que dispersar a toda esta gente— dijo molesto el inspector.
—Se están manifestando de manera pacífica— dijo el comisionado tratando de calmar a su colega.
—Acaban de llamarnos 《malditos supersticiosos y arcaicos》— dijo Smith.
—Yo no me sentí aludido, Owen, no soy supersticioso ni arcaico— dijo burlón Myers— vamos a tener vigilada la reunión, nada más.
—Hay muchos extranjeros aquí ¿qué dices de eso?, ese crimen no nos compete.
—Lo sé, solo están enfadados con la chica Morgan. Averiguaremos sobre la pelirroja del megáfono.
—¿Cuál de ellas? —preguntó Owen, enfadado.
—La del discurso, iré a hablar con ella— dijo Myers y caminó rumbo a las escalinatas.
5
Trafalgar Square estaba lleno de personas, no solo pelirrojos auto convocados, también turistas y curiosos locales, entre ellos algún que otro seguidor de nuestra querida Gina, y en la era de la comunicación y la tecnología todo se mueve a través de internet de una manera fugaz. Así que el discurso de Raven y la noticia de《 la revolución naranja》 en pleno centro de Londres no tardaron en llegar a oídos de la rubia influencer.
Acababa de probarse por décima vez el hermosísimo vestido que usaría en la fiesta que daría en su casa esa misma noche, cuando su celular sonó. Era Ámber, su hermana, le había enviado el video acompañado de este mensaje: 《tienes que ver esto, por favor ten mucho cuidado y no salgas de la casa. Te veo en la noche》.
Cuando el video terminó Gina estaba en pánico, realmente no se esperaba que algo así pudiera llegar a suceder.
Pensó en subir un video en respuesta a los pelirrojos, estaba totalmente alterada, furiosa. Llamo a Sophie a los gritos y le pidió un calmante. Luego de unos minutos decidió que lo mejor que podía hacer era continuar con sus planes, recapacitó y pensó en que quizás su provocación enfurecería más a los miembros del club y eso los traería hacía su casa ¿Qué pasaría entonces con su fiesta?, estaría arruinada; y también su imagen y su reputación que pendían de un hilo luego de lo de Katy Simmons. Lo más coherente sería permanecer en silencio y hacer caso omiso de las provocaciones. Todo estaba en marcha y sería maravilloso, luego de esta fiesta en su gran y lujosa casa, estaba segura de que volvería a brillar y no permitiría que nadie arruine sus planes.
6
Los hombres de Scotland Yard se abrieron paso entre la multitud y se acercaron a las escalinatas. La gente estaba eufórica, Bunny estaba haciendo un buen trabajo, tenía Alma de líder indiscutiblemente, sus padres la observaban de cerca. Thunder y Raven hablaban un poco apartados cuando los dos hombres llegaron.
—Buenas tardes—dijo Myers, captando la atención de los dos jóvenes pelirrojos.
—Buenas tardes, oficial— dijo Raven seria.
—¿Nos conocemos? —pregunto asombrado Thomas Myers.
—No lo creo— dijo Raven.
—¿Cómo sabe que soy policía? — pregunto Myers.
—Bueno, usted no es pelirrojo. Así que debe de ser policía o reportero, nadie más se interesaría en acercarse— respondió Raven astutamente.
—Tiene usted razón, soy Thomas Myers, comisionado— dijo mostrando su placa— y él, es el inspector Smith.
—¿Estamos en problemas, oficial? — preguntó Thunder.
—Por supuesto que no. Solo que estamos un poco sorprendidos por esta llamativa reunión.
—¿Lo de 《llamativa》 es porque somos pelirrojos? —preguntó Raven, algo molesta.
—No, perdón. Quise decir: sorpresiva, no estábamos al tanto de que iba a llevarse a cabo.
—Pues no estamos infringiendo las leyes ¿verdad?
—Parece saber demasiado sobre nuestra ciudad para no ser de aquí, señorita…— dijo Smith, e hizo una pausa para saber su nombre.
—Dickinson. Margaret Dickinson… y sí, creo que se algunas cosas, tenemos socios aquí. De hecho, tienen la mayor concentración de pelirrojos en Reino Unido ¿lo sabían? — dijo sarcástica Raven.
—Lo sabemos, señorita Dickinson— dijo Myers con una sonrisa falsa— solo queremos estar al tanto de la situación, no sé cómo serán las cosas en su país, pero aquí tenemos protocolos. A propósito ¿de dónde es usted señorita?
—Wayne, Nebraska.
—¿Estados Unidos? — preguntó Myers.
—Así es.
—Bien, ¿qué hay de usted, señor? — pregunto Myers a Thunder.
—Soy Brian Collins, también de Wayne, Nebraska.
—Están un poco lejos de casa ¿no es así, señor Collins? — preguntó irónico Smith.
—Así es, aunque cada año paso las fiestas en Fort Augustus. Mis padres son escoceses.
Killer y Pumpkin se acercaron en ese momento hasta donde se mantenía la conversación entre los oficiales y los chicos de Wayne.
—Buenas tardes, soy Erwin Collins — dijo con una sonrisa—. ¿Hay algún problema?
—Comisionado Myers, Scotland Yard— se presentó Thomas—. Por supuesto que no hay problema señor Collins, estamos tratando de informarnos sobre la movilización, por protocolo.
—Esta todo bien, señor Collins— dijo Raven con una sonrisa falsa hacia los oficiales—. Voy a responder a todas sus preguntas. De todos modos, la convocatoria sería de una hora, el día está frío y muchas personas tienen planes para esta noche.
—Dejare un grupo de oficiales en el lugar y los espero en cuanto finalicen en mi oficina, el edificio de Scotland Yard está muy próximo.
—Lo conocemos, allí estaremos, Comisionado Myers— dijo Thunder amablemente.
Entonces los hombres de Scotland Yard se retiraron del lugar.
Ellos tenían preguntas y Raven tenía respuestas y un plan que no podía fallar.
7
Se reunieron con los oficiales en el edificio de New Scotland Yard.
Luego de responder más preguntas de las que hubiera querido, Raven, decidió omitir el detalle del aquelarre en cercanías de London eye esa medianoche. Había arreglado con Helado de fresa y Manzana envenenada (dos miembros locales del club casualmente ambos llamados John) que ellos serían los organizadores del aquelarre frente a las autoridades, dado que, si Raven ponía en cuenta a los oficiales de Scotland Yard sobre la reunión, esta no podría llevarse a cabo.
Poco más de media hora después Raven y Thunder estaban camino a casa, el plan original, el que solo conocían ellos dos, estaba a punto de comenzar. Un
La cena fue maravillosa, Pumpkin era una excelente cocinera y Killer era un hombre muy divertido y aquella combinación de buena comida y la más agradable compañía habían hecho de aquella cena de año nuevo un momento que atesorarían por siempre. Tan grato momento podría haberlos hecho olvidar el motivo que los reunió aquella noche en esa hermosa ciudad, podría, pero no fue así.
Ya no caía nieve y se podía percibir el clima festivo de la ciudad. Las personas se concentraban en las calles y se preparaban para ver el espectáculo de fuegos artificiales que daría comienzo a los festejos por el nuevo año.
Luego de cenar se prepararon para salir, se colocaron las túnicas negras, al estilo Mortífago que los miembros del club habían acordado usar y repasaron el plan, o uno de ellos, el conocido por todos. Ya que podría decirse que en ese grupo pequeñísimo de personas había en ese momento, muchos secretos. Contaban con tres planes: el primero y conocido por todos consistía en llegar al London eye, a medianoche y durante los fuegos artificiales encender una enorme cantidad de velas rojas y naranjas, decir unas palabras en memoria de Katy y luego salir a recorrer la ciudad, vestidos con sus túnicas negras, usando esas máscaras de naranja enojada y así repartir las pequeñas naranjas por la ciudad, un poco en memoria de Katy y un poco como burla a las supersticiones estúpidas del lugar. El segundo plan solo conocido por Raven y los hermanos mayores Collins, consistía en al momento de salir a repartir las naranjas, intentarían persuadir a la multitud para marchar a casa de Gina y arrojar enormes cantidades de fruta en su puerta. Este plan había sido idea de Bunny, en gran parte apoyada por Helado de fresa y Manzana envenenada. Raven y Thunder estuvieron de acuerdo siempre y cuando, Bunny no se expusiera demasiado y siempre y cuando sus padres no se opusieran. Después de todo un poco de revuelta mantendría ocupada a la policía.
El tercero y que solo conocían, Thunder y Raven consistía en ir un poco más allá de lo permitido por la ley.
Así que cargaron las cajas con naranjas en las cajuelas y se subieron a los autos. Los padres Collins y el pequeño Robin en uno y los tres jóvenes en el otro.
Faltando algunas cuadras para llegar se podía notar la multitud de gente en las cercanías del London eye.
En el vehículo se manifestaban muchas emociones distintas. Thunder estaba muy preocupado, Bunny sin dudas estaba eufórica y muy motivada, finalmente Raven estaba furiosa, llena de rabia; hacia Gina y hacia todos los estúpidos que pensaban como ella. No sabía si el plan funcionaría, solo sabía que desde esta noche la vida no sería igual para ninguno de los involucrados en esto.
8
El imponente Big Ben marcó la medianoche con melodiosas campanadas que se escucharon en toda la ciudad, 2031 había dado comienzo y los fuegos artificiales iluminaron el London Eye.
Supongo que mucha gente habrá estado sorprendida de que todo el cupo del espectáculo en la zona blanca, en el puente Westminster hubiera sido comprado exclusivamente por pelirrojos vestidos de negro que encendían velas durante las campanadas.
Pensarán que fueron tontos en estar expuestos de esa forma y tan cerca de Scotland Yard, pero el propósito de Raven era que la policía los vigilara de cerca, que sintieran curiosidad sobre a donde marchaban, entonces ella y Thunder se escabullirían entre la multitud y podrían tomar otro camino.
Así que luego de los fuegos artificiales, mucha gente se quedó observando la peculiar escena, otros se retiraron a seguir con los festejos en otro sitio.
Encendieron las velas, la primera en hablar fue Raven, que dedicó unas breves palabras a la memoria de Katy y luego cuando Bunny y el par de John locales tomaron la palabra, Raven y Thunder comenzaron a apartarse disimuladamente.
Al culminar la reunión todos tenían una tarea y un propósito.
Las pequeñas naranjas fueron repartidas en un par por persona. La entrega consistía en acercarse a cualquier casa de los alrededores, llamar a la puerta y entregarlas a los habitantes del hogar.
Hubo muchas reacciones diferentes por parte de los moradores locales, así como también por parte de los pelirrojos que llegaban con naranjas.
Algunos Londinenses se espantaban al abrir la puerta y encontrarse al otro lado como primer visitante del año a un par de pelirrojos enmascarados que les ofrecían fruta enojada, otros tantos las recibieron amablemente entre risas por la situación inesperada y tan particular.
De parte de los repartidores nos encontramos también con muchas personas amables, que se divertían con la consigna; por el contrario, también muchos de los pelirrojos estaban furiosos y hacían bromas pesadas.
Está la costumbre en Londres de dejar la puerta trasera abierta para que se vaya el año viejo y esperan a la primera visita del año que definirá su suerte. Bueno esa noche, en muchas casas lo que entro por esas puertas abiertas, fueron naranjazos o pelirrojas y pelirrojos pelilargos corriendo por toda la sala para luego salir fugazmente, no sin antes dejar las naranjas y pronunciar muchas maldiciones, en forma de burla hacia los moradores, muchas veces excesivamente supersticiosos.
Las bromas, las naranjas y los inesperados pelirrojos hicieron que algunos vecinos alertaran a las autoridades. Cuando las patrullas comenzaron a circular, la marea naranja ya tenía otro propósito.
El rumor del ataque a la casa de Gina había llegado a todos, aunque no todos estaban dispuestos a participar de los disturbios. Así que las familias con niños pequeños, personas mayores y algunos no tan osados decidieron entregar las naranjas de forma amable y volver a sus hogares. Los jóvenes y los más hartos de tanto maltrato decidieron seguir a Bunny y los demás en procesión hacia la casa de la Rubia influencer.
9
Cientos de personas con túnica negra marchaban por la Grosvenor Cres, en el hermoso vecindario de Belgravia. El olor a pirotecnia aún en el aire se mezclaba con el olor a naranjas que salía de la multitud, que también emanaba rabia y hartazgo.
Una marcha silenciosa en la medianoche fría. Algunos transeúntes cambiaban de rumbo cuando se topaba con ese gran grupo de naranjas enojadas. Su túnica negra solo dejaba ver esa expresión amarga y largas cabelleras naranjas que sobresalían por las capuchas en las mujeres y hombres de pelo largo.
Al llegar a destino, se escuchaba música salir desde el Interior de la residencia, risas y algarabía.
Comenzaron a llamar a la señorita Morgan entre gritos e insultos, pero no tenían respuesta.
Cuando sonaron las primeras naranjas sobre la casa, nadie las escuchó por el volumen de la música. Luego comenzaron a estallar los vidrios, y a resonar los golpes en la puerta. Luego los gritos pavorosos de los de adentro y los gritos iracundos de los de afuera.
Naranja tras naranja, grito tras grito una y otra vez, querían ver a Gina, querían decirle en su cara que el odio que había despertado estaba allí, llamando a su puerta. Gina no salió, porque Gina ya no estaba allí.
BUENAS NOCHES, GINA.
1
Minutos antes de que la procesión llegara Gina se encontraba disfrutando de su fiesta la cual había sido concurrida por muchos ricos y famosos y todo estaba saliendo de maravilla. Recibió entonces un mensaje en su móvil que decía: 《Soy Jake, sé que no tengo derecho a molestar después de todo lo ocurrido, pero necesito verte. Terminé con Macy, todo fue un error ¿Podemos hablar? 》. Al leer esto su corazón enloqueció de alegría, quería salir corriendo rumbo a los brazos de Jake, pero decidió hacerse la dura un poco, aunque sabía que haría lo que él le pidiera. Así que respondió: 《 ¡oh, Jake, que sorpresa!, lamento escuchar eso. En este momento estoy dando una fiesta en mi casa, puedes venir si quieres 😊》, Jake no tardó en responder: 《Gracias, pero no quisiera arruinar el ambiente con mi humor. Puedo escuchar la música desde aquí, estacioné a tres casas de la tuya. Pero me iré, quizás en otro momento podamos hablar. 》, inmediatamente se dio cuenta de que quizás no habría otra oportunidad, si él arreglaba las cosas con Macy todo estaría perdido, así que dejó el orgullo de lado y respondió: 《Salgo para allá, no es una fecha para estar solo》. Tomó el abrigo, se acercó a su hermana Ámber y la apartó lejos del ruido.
—Saldré un momento, Jake está afuera— dijo Gina desbordando de alegría.
—¿Jake, que hace él aquí?, pensé que era asunto terminado— dijo su hermana algo enfadada—… Él fue un maldito desgraciado contigo.
—Lo sé, solo saldré unos minutos, él terminó con la inmunda pelirroja— dijo la rubia, satisfecha.
—¿Y por eso está aquí?, ¡dile que se largue! — dijo Ámber muy seria.
—Luego hablaremos de eso, Ámber, ahora debo salir, él esta estacionado afuera— se abrochó el abrigo y luego miró muy seria a su hermana—. Y si él decide venir a la fiesta no quiero que seas grosera.
Entonces caminó con una enorme sonrisa rumbo a la puerta, sin darle tiempo de responder a su hermana que volvió refunfuñando otra vez al ruido de la sala.
Salió de la casa, cerró la puerta y caminó unos metros arreglándose el cabello, y acomodándose el vestido cuando una voz le habló y la sacó de su concentración.
—No te preocupes, Gina, te ves bonita, aunque Jake las prefiere pelirrojas— dijo Raven parándose frente a ella, cubierta por la túnica negra y una máscara naranja, con el mismo emoticono con el que habían marcado la fruta.
—¿Quién eres tú? ¿Dónde está Jake? — dijo la rubia asustada y se dio media vuelta para regresar a su casa, pero Thunder estaba detrás de ella, con la túnica y la máscara, pero también de rodillas simulando ser más bajo para no ser identificado luego. Le tapó la boca con un pañuelo embebido en cloroformo y la apretó contra su cuerpo hasta que se desvaneció. Entonces el muchacho se puso de pie y cargó a Gina hasta el automóvil, salieron de allí rápidamente.
2
Cuando la policía llegó al lugar la calle, la acera, la casa e incluso varias personas estaban cubiertas de jugo de naranja. Los vidrios estaban destrozados y todo el vecindario estaba enloquecido. Al escuchar a las patrullas la enorme cantidad de pelirrojos encapuchados comenzó a dispersarse corriendo por las calles.
El comisionado Myers y el inspector Smith llegaron a la casa de Gina Morgan minutos después que los demás oficiales. Luego de ponerse al tanto de la situación se dirigieron a hablar con la dueña de casa.
—¡Te lo dije! — dijo Owen Smith, espantado por lo que veía— era un mal augurio.
— Deja el drama, Owen—dijo Myers nervioso—. Esto es vandalismo, no brujería.
Se acercaron y tocaron el timbre, Ámber abrió la puerta, cubierta de jugo de naranja y con el rímel corrido por el llanto.
—Buenas noches, señorita, somos de Scotland Yard— dijo Myers mostrando su placa.
—¡Oh, Dios mío! ¡Era hora de que llegara alguien competente! — dijo Ámber angustiada.
—¿Es usted Gina Morgan? — preguntó Myers algo sorprendido por el aspecto deplorable de la mujer.
—No, soy su hermana, pueden pasar— dijo y se hizo a un lado, los oficiales entraron sorteando los vidrios y restos de fruta en el suelo.
—Necesitamos hablar con la dueña de casa— dijo Smith.
— Mi hermana no está aquí, oficial, no contesta su teléfono. Estoy aterrada ante la idea de que esos salvajes la hayan lastimado.
—¿Ellos ingresaron a la vivienda? — preguntó Myers.
—No— dijo ella al borde de las lágrimas—. Solo arrojaron todo esto desde la calle— dijo señalando el desastre en la sala y rompió en llanto.
— Cálmese, señorita, por favor necesitamos saber ¿Dónde estaba su hermana al momento del ataque? — preguntó Smith, algo aturdido por el llanto de Ámber.
—Ella estaba afuera de la casa con Jake Williams— dijo y continuó llorando.
—¿Quién es Jake Williams? — dijo Myers y le entregó un pañuelo a la dama. Esta lo tomó.
—Su exnovio — dijo y resopló los mocos en el pañuelo, luego lo devolvió al comisionado—. Gracias oficial.
—Quédeselo por favor— dijo cortésmente Myers, intentando ocultar el asco que sentía—… ¿Tiene usted forma de contactarse con el señor Williams? — Ella negó con la cabeza mientras se restregaba los ojos—. Gracias por la información señorita Morgan, vamos a tratar de localizar a su hermana. Los oficiales se quedarán custodiando la casa.
Ella le sonrió entre sollozos y ellos caminaron hacia la salida.
—¿Qué haremos? —preguntó Smith.
—Trataremos de localizar al señor Jake Williams y alertaremos a las patrullas por si alguien ve a la señorita Morgan.
—¿Qué haremos con los pelirrojos? — preguntó Smith.
—Revisaremos las cámaras de seguridad e iremos al lugar donde se está hospedando Dickinson, ella tiene que dar explicaciones.
3
Gina abrió los ojos en una fría habitación apenas iluminada por un foco sobre su cabeza, estaba amarrada y amordazada. Lo primero que vio fue a Raven sentada frente a ella con un cuchillo en las manos, sobre la mesa a su lado había un gran montón de naranjas enojadas y detrás de la mesa estaba Thunder en la penumbra, casi imperceptible para la vista aún borrosa de la rubia.
—¡Hey, Gina! ¿Qué tal la siesta? — dijo sarcástica Raven usando un modificador de voz. Gina comenzó a retorcerse en sus ataduras intentando hablar a través de la mordaza—¡cálmate linda!, el estrés te envejece— dijo y clavó el cuchillo bruscamente en una naranja—. Aunque debo decir que este nuevo look te hace ver más llamativa—Continuó con el sarcasmo, intentando imitar el acento inglés del comisionado Myers. Thunder soltó una carcajada involuntaria por eso —¿Quieres dar un vistazo? — se levantó y fue por un gran espejo que estaba cerca lo puso delante de Gina y comenzó a reír.
En el lapso de tiempo en el que Gina estuvo inconsciente los muchachos habían cortado el largo cabello de Gina hasta la altura de sus hombros y lo habían teñido de un color naranja fluorescente. Al verse en el espejo la ahora, exrubia, comenzó a gritar
desesperadamente, mientras lloraba desconsolada por su nueva imagen.
:⸻ ¿No te agrada? — pregunto Raven cínicamente—. Eso es porque combina mejor con unas cuantas pecas. — tomo un bol que estaba detrás de las naranjas y un pincel de cerda dura, de esos que se usan para aplicar tinte de cabello y lo untó en la mezcla que estaba dentro del recipiente. Comenzó a salpicar el rostro de Gina hasta que quedo cubierto de pecas artificiales—. ¿Qué dices ahora?, es henna no te preocupes solo durará unos meses. No somos tan malos.
Gina lloraba tanto que se ahogaba, así que Raven hizo un gesto a Thunder y este sacó un arma (que en realidad era un juguete de Robin, pero Gina no lo sabía), la apuntó por sobre la mesa y la británica entró en pánico.
–Vamos a sacarte la mordaza para que no te ahogues—dijo Thunder, usando un modificador de voz también—. No intentes gritar o voy a abrir un agujero en tu frente.
—No está bromeando— advirtió Raven y se acercó hasta la rubia, le quitó la mordaza y volvió a sentarse frente a ella—. ¿Te gustan las naranjas, linda Gina? — dijo mientras le quitaba la cáscara a una naranja. Gina no respondió—. ¡Responde desgraciada! — dijo furiosa, apuntándole con el cuchillo.
—No—dijo Gina casi en susurros, llorando.
—No, ¿qué? —preguntó Raven de mala manera.
—Soy alérgica— dijo Gina.
—¿De veras? — dijo Raven burlona—¡No es cierto! A Jake Williams sí le gustan— aseguró, y ambos pelirrojos rieron de ese comentario.
—Todo el mal que has hecho Gina Morgan, ¿y todo por qué? ¿Solo porque tu novio te dejó por una pelirroja?… eres despreciable, eres una maldita escoria Gina.
—Él no me dejó, yo lo hice— dijo Gina nerviosa.
—¡Ya deja de mentir tanto desgraciada!, sabemos la verdad, muchos familiares de Macy son miembros del club— gritó furiosa Raven. Entonces tomo un sobre que contenía fotografías de Katy Simmons y se las enseñó—¿Ves a esta niña de aquí? ¿Sabes quién es?
—No— dijo Gina bajando la mirada.
—¿Segura?, Mírala bien— dijo Raven y le levantó la cabeza tomándola del cabello—. ¡Es Katy Simmons la niña que mataste!
—¡Yo no le he hecho nada a esa chica, no la he visto en mi vida! —dijo Gina entre lágrimas.
—¿Qué hay de esta foto? — dijo Raven, enseñándole unas fotos que se habían filtrado en redes del cuerpo de Katy en el fondo del pozo— ¡¡Esto es el odio que desparramaste!! ¿Puedes verla? ¡¡tú cargas con esta muerte en tu conciencia y será así hasta el día en que te mueras!!— gritó y le pegó con las fotos en la cabeza.
—¡¡No era lo que yo quería, jamás busqué que esto pasara!!—se defendió Gina.
—¿Y qué es lo que buscabas? ¿Que tu exnovio pensara que Macy Byrne era una bruja o un fenómeno de circo y la dejara para volver contigo? ¿Acaso no tienes dignidad maldita estúpida?
—¡¡Lo siento!! ¡¡de verdad, lo siento!!— dijo Gina y estalló en llanto.
—¡Tu llanto y tu arrepentimiento no traerán de nuevo a Katy, ni a ninguna de las personas que la gente como tú mató! — dijo Raven, dejó el cuchillo sobre la mesa y tomó un teléfono móvil que habían conseguido gracias a los socios locales del club —. Ponte Bonita que vamos a grabar un saludo de año nuevo— dijo cínicamente y le pasó el teléfono a Thunder—. Pero primero Quiero contarte una historia, una historia muy parecida a la de Katy Simmons, porque tiene que ver con el odio. Es la historia de mi hermano. Un muchacho maravilloso, inteligente, amable y cariñoso al que le gustaba el mar y todo lo que hay en él, quería ser biólogo marino. Le preocupaba el cambio climático y sus consecuencias en el agua. Amaba el Halloween y las películas de terror. Él tenía una hermosa familia y amigos que lo amaban. Pero bueno, no todo en la vida puede ser tan maravilloso, por lo menos no para los “raros” ¿verdad, Gina? — dijo llena de rabia mezclada con tristeza—. Los pelirrojos para ti son raros e indignos de una vida normal, de un poco de paz ¿no es así?, pues mi hermano era pelirrojo y su vida fuera de casa muchas veces era un infierno, lo molestaban en la escuela, lo insultaban, lo golpeaban y ninguna autoridad tomó acciones para defenderlo así que mis padres lo sacaron del sistema escolar. Pero la educación en casa no fue suficiente, porque nadie puede vivir en una caja y él tuvo que salir al parque, a patinar con amigos, a fiestas.
Los acosadores nunca paraban, lo golpeaban en la calle, lo hostigaban en redes ridiculizándolo. Mataron de a poco su autoestima. Y créeme no hay amor externo que te pueda salvar si tú no tienes un poco de amor propio, de ganas de seguir. Y esos desgraciados acabaron con todo, destruyeron todos los buenos sentimientos que había en él.
Así que al poco tiempo de cumplir 15 años se colgó en el árbol del patio trasero de nuestra casa.
—¿Por qué me cuentas esto? — dijo Gina llorando desconsolada.
—¡Oh!, la historia no termino allí, estas historias jamás terminan allí Gina. Hay más sufrimiento después de que alguien pierde la vida, y más en circunstancias como estas. Verás, mi madre entró en una depresión al perder a su hijo, una enorme depresión, perdió las ganas de comer, de hablar, de respirar. Se culpaba todo el tiempo por no haber hecho más. ¿Escuchas lo loco que suena eso? — dijo furiosa—. ¡¿Qué más podría haber hecho?!… hizo lo que pudo, lo correcto… ¡¡no era ella la que estaba errando, ni era él el culpable!! ¡¡la gente como tú es la culpable!!— dijo golpeándole el hombro con su índice—. Así que mamá quería seguir el camino de su hijo y cierta mañana cuando su esposo estaba en el trabajo y su hija mayor en la escuela se tragó todo un frasco de pastillas para dormir. Afortunadamente su hermana llegó y la hospitalizaron a tiempo, pero eso solo la obligó a seguir respirando, que no es lo mismo que vivir. Lo que en realidad le salvó la vida fue que esa tarde en el hospital le comunicaron que estaba embarazada. Así que de a poco las heridas fueron cerrando, pero las cicatrices siempre están ahí, recordándole el dolor, recordándole la pérdida. Siempre estarán ahí también para todos los padres que han perdido a sus hijos por el bullying, por el odio sin sentido ni fundamentos; siempre estarán ahí para los padres de Katy, nada va a cambiarlo— dijo y se puso de pie y comenzó a rondar a Gina, que lloraba asustada—… ¿Has perdido alguna vez a alguien en estas circunstancias? ¿Has sufrido acoso o maltrato alguna vez solo por ser tú, por salir al mundo como la naturaleza te hizo?… ¿Crees que tienes suerte por haber nacido rubia, blanca, de ojos azules? ¿Crees que son la raza superior? ¿Crees que Hitler tenía razón, Gina? ¿Sabías que Hitler no permitía los matrimonios entre pelirrojos porque los consideraba una abominación?, ¿Sabes lo que pienso yo? Pienso que quizás algún judío pelirrojo se quedó con su novia, entonces el destilo todo ese odio por el mundo, igual que tu maldita estúpida. Pero esto se detendrá esta noche, te lo aseguro no volverás a dañar a otra persona.
CACERÍA
1
Cuando comenzaron los disturbios frente a la casa de Gina, los Collins decidieron que era hora de marcharse y a pesar de la insistencia de Bunny en permanecer al frente de la protesta sus padres la obligaron a subir al auto junto a su hermano menor y dejaron el lugar en manos de Manzana envenenada y Helado de fresa.
Dos horas después de eso el inspector Smith y el comisionado Myers estaban en la casa donde se hospedaban los Collins, en busca de Raven y Thunder.
—Por favor intenten comunicarse otra vez con su hijo— pidió amablemente el comisionado.
—Por supuesto, oficial— dijo Pumpkin y volvió a marcar a su hijo en el móvil—. El teléfono sigue apagado— dijo afligida.
—Bien, vamos a ordenar esto. ¿Dónde fue el último lugar en que vieron a su hijo y a Margaret Dickinson? — preguntó Myers.
—Como le dije, oficial, la última vez que los vi directamente frente a mí, fue en el puente Westminster luego de que Margaret habló.
—También fue la última vez que los vi,— dijo Pumpkin mientras le servía café al comisionado— pero mi hija dice que los vio en la marcha.
—Por supuesto que los vi, mamá, estuvieron junto a mí mientras caminábamos. Ustedes nos acompañaban en el auto y no hubiera estado allí sola.
—¿Hasta qué hora estuvieron acompañándola? —preguntó Smith, algo molesto.
—Cuando empezaron a ponerse violentos, mis padres me pidieron que suba al auto. Maggie y Brian se fueron del lugar, irían por el auto que habían alquilado. Estaba estacionado cerca del Big Ben. Luego de eso ya no supe nada más.
Desde luego Bunny estaba mintiendo, ella no había visto al par de pelirrojos desde el puente, sabía que era imposible que probaran que ellos no habían estado en la marcha, había demasiada gente cubierta y afortunadamente algún que otro tipo alto como Thunder. Así que decidió continuar mintiendo para cubrir a los chicos y también decidió desligarse de la organización en los disturbios.
—¿Recuerdan la marca y modelo del auto? — preguntó Myers.
—Sí, un Peugeot luminus, modelo 2025. Negro—dijo el señor Collins.
—¿Número de placa? — preguntó Smith.
—No la recuerdo, pero deben estar aquí los papeles del alquiler, los buscaremos.
—Sería de gran ayuda— dijo Myers— la agencia está cerrada y sería mucho más rápido si ustedes nos brindaran la información.
—Por supuesto— dijo Pumpkin nerviosa— colaboraremos en todo lo que sea necesario, estoy segura de que mi hijo y Margaret no tienen nada que ver con la desaparición de esa muchacha.
—Puede ser que no, pero alguien tiene que responder por los disturbios— dijo Smith muy serio.
—El ir a la casa de Gina Morgan se decidió en el momento, muchos estuvieron corriendo la voz, no fue algo que mi hermano o Raven hayan estado organizando— dijo Bunny enojada.
—¿Quién es Raven? — pregunto Myers.
—Es el apodo de Maggie— respondió Bunny—. Todos tenemos uno en el club.
—Está bien, sea Margaret o Raven, necesitamos hablar con ellos de todas formas— dijo Myers—. Sigan por favor intentando con las llamadas. Si me disculpan iré a hablar por teléfono— dijo y se puso de pie, Smith se paró tras él y ambos fueron a la habitación contigua. Adentro de la casa podía verse la luz de las patrullas ingresar por las ventanas.
—¿Qué piensas, Tom? — preguntó Smith.
—Que este tema no se resolverá en un par de horas. Tenemos que localizar a Jake Williams, llamaré a la oficina para saber que averiguaron acerca de su paradero.
—Llamaré a Wilson para que revise los alrededores del Big Ben, quizás el auto siga ahí.
2
Las primeras horas del año habían sido una locura en la hermosa ciudad de Londres; algunos vídeos capturados por vecinos estaban circulando por internet. Muchas personas se tomaban con humor el hecho de haber sido visitados por los miembros del club, y se sacaban fotos con las naranjas enojadas para compartir en sus redes, otros más cercanos a la casa de Gina estaban indignados con todo el escándalo que se había armado gracias a los vándalos pelirrojos que andaban como demonios furiosos causando destrozos sin control.
Mientras la policía trataba de dar con el paradero de Gina, Thunder y Raven aun la tenían cautiva en un sitio apartado de la ciudad.
—Bien querida Gina es hora de salir al aire—dijo Thunder apuntándola con el teléfono.
—Antes voy a proponerte un reto— dijo Raven maliciosamente— ¿Ves todas estas naranjas de aquí? Bien, ¿sabes qué? Te daremos el tiempo que dure tu pedido de disculpas para que comas la mayor cantidad que puedas…
—No haré eso, soy alérgica— interrumpió Gina.
—¡Guarda silencio!… Si eres realmente alérgica tendrás que probarlo, ya sabes, no eres una persona confiable, no te creo— dijo y comenzó a cortar una naranja en trozos—. Y tendrás que comer mucho, porque toda las que no te comas te las arrojaré con mucha fuerza y luego te las exprimiré en el cuerpo. No será agradable, los cítricos pueden dañar mucho la piel tan blanca y delicada como la tuya, y hace un poco de frío para estar mojada.
—¡¡Ya déjenme en paz!! ¡¡quiero irme de aquí!! ¡¿qué es lo que quieren?! — gritó la rubia entre llantos.
—¡Queremos que revivas a Katy! ¿Puedes hacerlo? — dijo enojado Thunder.
—Yo no puedo hacer eso—dijo Gina ahogada por el llanto.
—¡Entonces ponte a comer las malditas naranjas! — ordenó Thunder.
Así que él la apuntaba con el arma y con la otra mano sostenía el móvil para grabarla, Raven se paró tras ella también frente a la cámara, le sostuvo el cabello por la zona de la nuca, le soltó una de las manos a la rubia para que pudiera llevarse las naranjas a la boca. Y dieron comienzo al video.
—Feliz año nuevo para todos—ironizó Raven frente a la cámara—. Esta linda muchacha de aquí es la señorita Regina Morgan, aunque les cueste reconocerla por su cambio de look. Gina tiene algo para decirles, tiene que dar muchas explicaciones y contarnos la historia de cómo fue que se le ocurrió decir tantas patrañas en su video del 20 de noviembre pasado, cuéntanos sobre Jake y como sus estúpidas infidelidades te atrofiaron las escasas conexiones neuronales que tenías. Vamos, Te escuchamos, Gina— dijo Raven tirándole del cabello hacia atrás. Gina permaneció en silencio —¡habla, desgraciada! — dijo y le jalo más fuerte el cabello— y trágate las malditas naranjas—Gina comenzó a comer naranjas de manera muy rápida, ahogándose entre la fruta y el llanto—¡habla de una vez! — le gritó furiosa.
—¡Yo… lo siento! ¡estoy tan arrepentida de lo que dije! jamás quise que esa niña muriera, no fue mi culpa— estalló en llanto.
—¡Sigue hablando y no dejes de comer! —ordenó Raven, tras la máscara—y no mientas, no lo permitiré. Desde el principio, desde que Jake Williams te dejó.
Gina siguió comiendo mientras el jugo de la fruta se esparcía sobre sus manos, brazos y sobre aquel hermoso vestido que llevaba puesto.
—Las cosas con Jake terminaron el 3 de octubre, él terminó la relación.
—¿Por qué? — pregunto Raven maliciosamente.
—Simplemente la relación se había desgastado— mintió la rubia sollozando mientras comía.
—¡No es cierto!, di la verdad—exigió Raven furiosa y le jaló el cabello.
—¡Esta bien!, deja de hacer eso por favor— suplicó la británica adolorida—. Le pedí explicaciones por las fotos que estaban circulando de él junto a esa muchacha, entonces me dijo que estaba enamorado de ella y que ya no sentía nada por mí— confesó totalmente humillada.
—¿Quién es la muchacha de las fotos, Gina? — preguntó Raven.
—Macy Byrne.
—¿La hermosa pelirroja de As Seirbis?—preguntó cínicamente la chica de Wayne.
—Así es—dijo Gina mientras seguía comiendo naranjas.
—¡Eso explica muchas cosas! ¿Verdad? ¿Qué hay del video?
—Jamás pensé que llegaría a tanto, jamás busqué que se lastimara a otras personas… solo estaba muy molesta, dolida porque Jake me abandonara… pero no… yo no quise que esa niña de Washington muriera, no fue mi culpa.
—Claro que fue tu culpa, tú aprobaste y validaste la violencia. Eres una persona popular, millones de personas te siguen, marcas las tendencias, eres escuchada ¿y qué has hecho con ese poder, con ese lugar de privilegio en el que te pusieron todos esos descerebrados que te idolatran? Lo has usado para dañar, para repartir crueldad y odio. ¿Realmente creías que no llegaría tan lejos? ¡No te creo!
—¡Es la verdad! —dijo Gina nerviosa.
—Por supuesto que no es la verdad— dijo Raven—. ¿Sabes que pienso? ¡¡Que estabas muy consciente de lo que hacías, que estabas buscando que el mundo se pusiera en nuestra contra!!… ¡¡Y estoy completamente convencida de que estabas buscando que alguien lastime a la pelirroja que se quedó con el infiel de tu novio!! ¿No es así Gina, es lo que querías? ¿Que algún enfermo como tú hiciera lo que tú no te atrevías a hacer?… ¡¿querías que Macy Byrne muriera, que alguien la mate por ti?!— preguntó Raven fuera de sí, furiosa. Mientras Gina Morgan lloraba desconsoladamente.
—¡¡Sí, es lo que quería!!— grito Gina totalmente quebrada, sintiéndose descubierta—¡quería que esa bruja muriera!
Raven y Thunder se quedaron en silencio unos segundos observando con desprecio a la deshecha Gina, que lloraba intentando taparse el rostro con la mano que tenía libre.
—Katy murió, Gina, no Macy. Y si ella hubiera muerto ¿crees que Williams hubiera vuelto corriendo a tus brazos? Si no era ella sería otra, porque Macy no es el problema aquí, ni su color de cabello. El problema aquí es que tu novio es un infiel desvergonzado y que tú eres un maldito monstruo con nula autoestima, carente de dignidad. ¿Todo esto por un hombre que no te ama? ¡¡Eres una idiota despreciable!!— grito furiosa Raven mientras le jalaba más el cabello—. Y luego de esta patética confesión, vas a mirar a la cámara y vas a hablar a los padres de Katy— dijo sosteniendo la cara de Gina firmemente entre sus manos para que mirara a la cámara—¡ahora, apresúrate!
3
El inspector Smith recibió una llamada del oficial Wilson, un auto de iguales características al que buscaban estaba estacionado en las inmediaciones del Big Ben. Corroboraron que era el mismo cuando el señor Collins les brindó el documento del alquiler del vehículo. El auto siempre había estado allí, los chicos de Wayne tenían contactos para muchas cosas entre los socios y uno de ellos fue quien le brindó el vehículo con el que se habían presentado en la casa de Gina. Thunder y Raven sabían lo que hacían y había bajas posibilidades de que su plan fracasara. Lo que Scotland Yard averiguó sobre Jake Williams, era que se encontraba en California, en casa de sus padres junto a su novia Macy Byrne. Pudieron confirmarlo de inmediato; así que se dirigieron otra vez a la casa de Gina Morgan para hablar con Ámber, quien había asegurado que Jake estaba junto a su hermana unas horas atrás, lo que era físicamente imposible.
Al llegar aún había patrullas afuera, las ventanas y la puerta deshecha habían sido tapiadas con grandes tablas de madera, Ámber los recibió ahora con el rostro limpio y sin jugo de naranja en su cuerpo, se veía cansada y muy nerviosa.
—Bien señorita Morgan, localizamos al señor Williams— dijo Myers serio.
—¿Mi hermana está con él? —preguntó preocupada Ámber.
—No es así. Jake Williams se encuentra en Norteamérica, en Los Ángeles.
—¡Pero mi hermana dijo que él estaba afuera de la casa hace unas horas! ¿Cómo puede ser eso posible?
—No puede, señorita. Él no estuvo aquí—aseguró Myers.
—¿Entonces, donde esta Gina? — preguntó Ámber al borde de las lágrimas.
—Es lo que trataremos de averiguar— trató de calmarla Smith—. Necesitamos saber exactamente lo que ocurrió en los momentos previos a que su hermana abandonara la casa. ¿Recibió una llamada o un mensaje de texto?
—Yo no lo sé, la música estaba muy alta. Ella se acercó y me dijo que Jake estaba afuera, que saldría unos minutos, pero… jamás regresó— comenzó a llorar—¡Esos malditos monstruos que atacaron la casa tienen a mi hermana, estoy segura!
—Vamos a movilizar a todos los agentes que estén disponibles, y se están analizando los vídeos de las cámaras de seguridad— dijo Myers—. Traté de llamar a su hermana, nosotros estamos rastreando el teléfono. La encontraremos.
4
Gina estaba mirando fijamente a la cámara, con los ojos hinchados de tanto llorar, Su cabello flúor alborotado, las manos húmedas e irritadas entumecidas por el frío. Y las palabras que querían salir, pero no podían, porque se ahogaba con su pena. La invadieron en ese momento muchos sentimientos, estaba arrepentida de haber hecho aquel video en un momento de tanta rabia, sin pensarlo. Estaba avergonzada por todas las bajezas que había cometido en nombre de lo que ella pensaba que era amor. Se sentía tan culpable por el daño causado, por la muerte de Katy; culpa que irremediablemente iba a acompañarla a lo largo de su vida. Se sentía inmensamente triste por los padres de Katy, pudo empatizar en ese momento, aunque fuera por un instante, con su dolor. Sabía que no había palabras para remediar lo hecho, y sabía que jamás iban a perdonarla, para todo el mundo ella era tan culpable como los asesinos de la pequeña naranja. Así que por más sinceras que fueran sus palabras o su arrepentimiento, nadie iba a creerle nunca.
—Yo, Gina Morgan, quiero pedir perdón, a todas las personas que he dañado y perjudicado de la forma que sea con mis comentarios ofensivos, con toda esa inexacta y maliciosa información que di en mi video del 20 de noviembre. Quiero que sepan que no odio a las personas pelirrojas, ni a ninguna otra persona por su apariencia física. Yo solo me comporte como una idiota porque estaba herida, despechada por todo lo que mi exnovio me hizo. No pude aceptar que mi relación había llegado a su fin y actué de forma inaceptable. Pido perdón a mis padres, ellos no me educaron para que me comportara de esta manera. Y quiero pedir perdón, realmente necesito pedir perdón— dijo y comenzó a llorar desesperadamente— a los padres de Katherine Simmons, a sus amigos y familiares. ¡¡Realmente nunca quise que algo así sucediera, de haberlo sabido yo hubiera actuado de otra forma, lo lamento de verdad lo lamento!!… ¡¡por Katy y por tu hermano— dijo dirigiéndose a Raven— lamento que les hayan hecho daño!!—continuó llorando.
Al escuchar esto Raven dio por terminado el video. El llanto de Gina se hizo más fuerte y no se detuvo en varios minutos. Lejos de sentirse mejor por las disculpas de Gina que habían sonado muy convincentes, los chicos de Wayne, sintieron mucha más rabia; sobre todo por esas inútiles condolencias hacia Charlie. Así que la soltaron de la silla y la amarraron a un poste que estaba dentro de la habitación, le vendaron los ojos y le colocaron la mordaza. Gina estaba tan nerviosa que sentía que se iba a desmayar por el terror, habían estado intentando quebrarla emocionalmente y lo habían logrado.
—¿Recuerdas la consigna, Gina?, no comiste lo suficiente— dijo Raven y tomó unas naranjas en sus manos—. Ahora debes aguantar los golpes— dijo furiosa y lanzó una naranja, que impactó sobre el cuerpo de Gina. Luego de esas fueron muchas más, Gina se retorcía de dolor—. Hubiera sido mejor para ti que Katy se apodara pequeña pluma ¿verdad?, yo hubiera preferido que se apodara 《la gran roca》, pero las naranjas están bien, no me quejaré.
Raven se sentó unos minutos, tomó su cabeza entre sus manos y apoyó los codos en sus rodillas, observó el suelo unos segundos, estaba cansada física y mentalmente. Thunder se acercó, y se sentó a su lado, Gina tenía los ojos cubiertos.
—Debemos terminar con esto— dijo él, mientras ponía su mano en el hombro de Raven.
—Tienes razón, ella ya tiene suficiente con su patética existencia— Entonces Raven se puso de pie y tomó un bidón con combustible que estaba cerca y se acercó a Gina—¿Sabes tú como castigaban a las brujas en la antigüedad? —preguntó casi en susurros cerca de Gina. Luego destapó el bidón y lo acercó a la nariz de la rubia—… ¿sabes qué es esto? — dijo y le quitó la mordaza, la rubia aún con los ojos tapados comenzó a gritar desesperada, pidiendo por favor que no lo haga, implorando por su vida. Entonces luego de escucharla gritar un rato, la amordazaron nuevamente y cambiaron el bidón de nafta por uno con pintura naranja que estaba cerca—¿Quieres experimentar lo que el odio irracional y la ignorancia les hacen a las personas? — dijo Raven mientras la rociaba con la pintura simulando que era el combustible—. Lo que tú desataste fue una caza de brujas, pero resulta que las brujas te cazaron a ti, y ahora vamos a purificar tu Alma, desgraciada— dijo y dejó el bidón en el suelo, se acercó a Gina y comenzó a jugar con un encendedor, encendiéndolo varias veces cerca de su rostro.
La rubia intentó zafarse, gritó, lloró, pidió perdón aun cuando no podía hablar. Entonces por fin el pánico le ganó y se desmayó del miedo.
5
El video fue publicado a las tres treinta y tres am.
Luego de que Gina quedara inconsciente Thunder y Raven salieron del lugar dejándola amarrada en el poste y cubierta de pintura. Se apartaron en el auto un kilómetro se encargaron de dejarlo limpio. Quemaron el teléfono, los restos de tinte, el bol con henna, el cuchillo, el arma falsa, las túnicas, los mamelucos que llevaban debajo, los guantes, las máscaras, los protectores que usaron en los zapatos y comenzaron a caminar rumbo a la ciudad. El abrigo, la bufanda y el gorro apenas dejaban ver sus ojos. Se habían asegurado de tener los teléfonos descargados, esa sería una gran excusa para cuando les pidieran explicaciones sobre por qué no respondían las llamadas.
Una vez llegados al tumulto de gente en la ciudad, se sintieron más tranquilos, estaban seguros de que los estaban buscando y de que los encontrarían a través de las cámaras de seguridad, pero todo eso estaba cubierto en el plan.
Cuando estuvieron cerca del palacio de Buckingham comenzaron a pedir indicaciones para llegar al Big Ben fingiendo estar perdidos, al llegar vieron a una patrulla custodiando el auto; no les quedó opción más que acercarse.
—Buenas noches, oficial— dijo Thunder acercándose a la ventanilla de la patrulla. Cuando lo vio, el oficial al volante, bajó el vidrio—. Disculpe, ¿estamos cometiendo alguna infracción? Ese es nuestro auto.
—¿Brian Collins y Margaret Dickinson? — preguntó el oficial adormilado.
—Sí, somos nosotros— dijo Thunder.
Entonces el oficial abrió la puerta, bajó del auto, se paró al lado del pelirrojo y tuvo que levantar mucho la vista para hablarle, ya que era muy bajo y el chico de Wayne muy alto.
—Van a tener que esperar aquí hasta que llegue el comisionado Myers— dijo el oficial mientras su compañero bajaba por la puerta del acompañante.
—No entiendo— dijo Raven—… ¿Qué es lo que hemos hecho?
—El comisionado va a explicárselo, no tarda está en Belgravia— dijo el pequeño oficial.
—Pues no puede detenernos sin una explicación— dijo Raven enojada.
—No estamos arrestándolos, señorita, no por ahora— dijo el oficial acompañante de mala manera.
—¿Como «por ahora»? — preguntó Raven molesta.
—Está bien, Maggie. Esperaremos al comisionado— dijo Thunder mientras ponía sus manos en los hombros de Raven.
—Está bien, pero hace frío aquí… pensé que los ingleses eran amables y educados— ironizó ella.
—Bien, los llevaremos a las oficinas de Scotland Yard, no hace frío allí— dijo el oficial bajito, que tenía aparentemente el papel de policía bueno—. Suban a la patrulla, por favor.
—Iremos en nuestro auto— dijo Raven firmemente—. Si no están arrestándonos no subiré allí.
—Nos aseguramos de que no se den a la fuga— dijo el policía malo, de manera poco amable.
—¡¿Por qué haríamos eso?!— preguntó Maggie, fingiendo estar ofendida—. No hemos cometido ningún delito.
—¡Suban a la patrulla! — dijo el oficial más alto, perdiendo la paciencia.
—Yo no quepo allí— dijo Thunder observando la parte trasera del auto.
—¡Claro que sí! — respondió el oficial malhumorado.
—Está bien, vayan en su auto y los escoltaremos— dijo el oficial bajito.
—Gracias, señor— dijo Thunder.
Los chicos subieron al auto y los oficiales al suyo y se dirigieron a Scotland Yard.El video fue publicado a las tres treinta y tres am.
Luego de que Gina quedara inconsciente Thunder y Raven salieron del lugar dejándola amarrada en el poste y cubierta de pintura. Se apartaron en el auto un kilómetro se encargaron de dejarlo limpio. Quemaron el teléfono, los restos de tinte, el bol con henna, el cuchillo, el arma falsa, las túnicas, los mamelucos que llevaban debajo, los guantes, las máscaras, los protectores que usaron en los zapatos y comenzaron a caminar rumbo a la ciudad. El abrigo, la bufanda y el gorro apenas dejaban ver sus ojos. Se habían asegurado de tener los teléfonos descargados, esa sería una gran excusa para cuando les pidieran explicaciones sobre por qué no respondían las llamadas.
Una vez llegados al tumulto de gente en la ciudad, se sintieron más tranquilos, estaban seguros de que los estaban buscando y de que los encontrarían a través de las cámaras de seguridad, pero todo eso estaba cubierto en el plan.
Cuando estuvieron cerca del palacio de Buckingham comenzaron a pedir indicaciones para llegar al Big Ben fingiendo estar perdidos, al llegar vieron a una patrulla custodiando el auto; no les quedó opción más que acercarse.
—Buenas noches, oficial— dijo Thunder acercándose a la ventanilla de la patrulla. Cuando lo vio, el oficial al volante, bajó el vidrio—. Disculpe, ¿estamos cometiendo alguna infracción? Ese es nuestro auto.
—¿Brian Collins y Margaret Dickinson? — preguntó el oficial adormilado.
—Sí, somos nosotros— dijo Thunder.
Entonces el oficial abrió la puerta, bajó del auto, se paró al lado del pelirrojo y tuvo que levantar mucho la vista para hablarle, ya que era muy bajo y el chico de Wayne muy alto.
—Van a tener que esperar aquí hasta que llegue el comisionado Myers— dijo el oficial mientras su compañero bajaba por la puerta del acompañante.
—No entiendo— dijo Raven—… ¿Qué es lo que hemos hecho?
—El comisionado va a explicárselo, no tarda está en Belgravia— dijo el pequeño oficial.
—Pues no puede detenernos sin una explicación— dijo Raven enojada.
—No estamos arrestándolos, señorita, no por ahora— dijo el oficial acompañante de mala manera.
—¿Como «por ahora»? — preguntó Raven molesta.
—Está bien, Maggie. Esperaremos al comisionado— dijo Thunder mientras ponía sus manos en los hombros de Raven.
—Está bien, pero hace frío aquí… pensé que los ingleses eran amables y educados— ironizó ella.
—Bien, los llevaremos a las oficinas de Scotland Yard, no hace frío allí— dijo el oficial bajito, que tenía aparentemente el papel de policía bueno—. Suban a la patrulla, por favor.
—Iremos en nuestro auto— dijo Raven firmemente—. Si no están arrestándonos no subiré allí.
—Nos aseguramos de que no se den a la fuga— dijo el policía malo, de manera poco amable.
—¡¿Por qué haríamos eso?!— preguntó Maggie, fingiendo estar ofendida—. No hemos cometido ningún delito.
—¡Suban a la patrulla! — dijo el oficial más alto, perdiendo la paciencia.
—Yo no quepo allí— dijo Thunder observando la parte trasera del auto.
—¡Claro que sí! — respondió el oficial malhumorado.
—Está bien, vayan en su auto y los escoltaremos— dijo el oficial bajito.
—Gracias, señor— dijo Thunder.
Los chicos subieron al auto y los oficiales al suyo y se dirigieron a Scotland Yard.
¿QUIÉN TE CREES? ¿SHERLOCK HOLMES?
1
El comisionado Myers ingresó a su oficina en compañía de Smith, Thunder y Raven estaban allí. Todos estaban algo cansados y molestos, eran las cuatro cuarenta y cinco am.
—¡Señorita Dickinson, señor Collins! ¡Estuvimos buscándolos por toda Londres! — bromeó sarcástico el comisionado, y tomo asiento.
—No veo porque, señor Myers— dijo Raven, molesta por ese sarcasmo— ¿acaso hemos hecho algo fuera de la ley?
—Ciertamente, sabemos que estuvieron frente a la casa de Gina Morgan antes del ataque de esta noche— dijo Smith muy serio.
—No vamos a negarlo, hubo otras 300 personas o más allí. ¿También van a hablar con todos ellos? Porque no veo a nadie más aquí— dijo Raven fingiendo estar molesta, pero aliviada por el hecho de que ellos pensaran que habían estado en Grosvenor Cross.
—Esperamos que usted nos brinde la información para dar con las demás personas, señorita Dickinson— dijo Myers con una sonrisa falsa.
—No sé cómo podría yo saber los nombres de tantas personas— dijo Raven.
—Según tengo entendido usted es presidente de una institución virtual y todas estas personas son socios de esta institución. Lo que nos lleva a pensar que no sería muy difícil para usted colaborar con dicha información— dijo Myers, amablemente, sintiéndose muy listo por aquella deducción.
—Pues no creo que eso sea tan fácil como usted lo plantea comisionado—respondió ella—. Somos muchas personas en el club.
—¿Cuantas son muchas? — preguntó Smith molesto.
—7 475 012… 11— se corrigió—. Una de nuestras socias fue asesinada el 3 de diciembre pasado, supongo que ustedes saben eso— dijo sarcástica la pelirroja.
Los oficiales se sorprendieron al escuchar la cifra, y se preocuparon un poco por los pasos a seguir.
—Estamos al tanto, señorita. Aunque no es un crimen que nos competa dado que sucedió en Norteamérica—dijo Myers, intentando ocultar sus nervios.
—¡Por supuesto! Cuando este tipo de cosas no nos afectan de manera directa, solemos no involucrarnos— dijo ella—. Pero es algo que nos involucra a nosotros y es por eso que vinimos hasta aquí, como muchas otras personas de otras partes del mundo.
—No sé qué es lo que intenta decir con todo eso de no involucrarse, señorita, nosotros somos hombres de la ley en una jurisdicción de otro país e incluso de otro continente— dijo Smith, de mala manera y visiblemente muy molesto—. Ahora por favor necesitamos que nos brinde los datos personales de las personas que asistieron a las reuniones en esta ciudad, que es donde vamos a poner orden.
—Eso es imposible, inspector— dijo Raven, satisfecha—. No cuento con esa información.
—¿A qué se refiere? — dijo Myers, intentando no perder la calma.
—Verá, comisionado Myers, al registrarse un socio nuevo en el club, lo hace mediante un seudónimo. Por lo tanto, no tengo nombres reales de estas personas, otro inconveniente es que la mayoría de los correos electrónicos que se utilizan no siempre contienen nombre y apellido o cosas como: “LisaJones.avenidafreedom231″ ¿me entiende? — Explicó sarcástica, burlándose de los oficiales—. Pero si usted está dispuesto a la investigación, le brindaré los 7 millones de correos.
—Quizás no necesitemos los 7 millones de correos, señorita— dijo Myers, serio—. Dudo que todos hayan viajado a Londres, pero quizás hubo algún tipo de conversación entre los organizadores y los asistentes que nos pueda aclarar el panorama.
—Por supuesto, si me lo permite, usaré su ordenador para acceder a la red del club y entonces podrán revisar los mensajes privados— dijo ella muy tranquila.
—¿Deberíamos llamar a un abogado o hablar con alguien de nuestra embajada? — preguntó Thunder.
—¿Cree que necesitan un abogado, señor Collins? — preguntó Smith, maliciosamente.
—Creo que están por acceder a información privada y hasta donde sé, eso es ilegal si no lo ordena un juez— dijo Brian muy confiado.
—No tenemos nada que ocultar, Brian— dijo Raven—. Que busquen lo que quieran, no arrojamos naranjas en la casa de Gina tampoco. Así que, si quieren pensar que somos vándalos, les pagaremos los vidrios rotos y ya— dijo Raven, burlona.
—Esto no se trata de vidrios rotos, señorita Dickinson. Hay una persona desaparecida— explicó Myers.
—No entiendo, ¿qué tenemos que ver con eso? — preguntó Raven, fingiendo.
—La señorita Regina Morgan está desaparecida y la última vez que alguien la vio fue 10 minutos antes de que la multitud ocasionara los disturbios frente a su casa— explicó Smith.
—No teníamos idea de eso, llegamos allí con la mayoría de la gente y al momento de empezar el ataque con las naranjas nos fuimos— se defendió Raven.
—¿Ustedes están acusándonos de algo? — preguntó Thunder.
—Por el momento, no— dijo Myers—. Pero conseguiré una orden y voy a llamar un perito en informática. Quizás necesiten ese abogado.
—¿Van a arrestarnos? — preguntó ella.
—No, pueden retirarse. No tengo pruebas en contra de ustedes, pero quizás pueda encontrarlas en sus redes, así que los visitaré con la orden.
—Por supuesto— expresó Raven—. Colaboraremos en lo que sea necesario, señor Myers.
2
Los chicos de Wayne salieron de Scotland Yard rumbo a su auto. Antes de subir Raven detuvo la marcha y Thunder se detuvo a su lado, ella estiró los brazos abiertos como en señal de que quería abrazarlo, entonces él se agachó a su altura y se dieron un gran abrazo. Él sonrió por eso, dado que Raven le gustaba. Ella tenía un propósito para eso.
—¡Quizás pusieron micrófonos en el auto! — le susurró ella al oído.
—¿De qué hablas? Eso es ilegal— le susurró él también.
—No conozco las leyes de este país y ese auto es rentado, así que te diré esto de esta forma ¿está bien?
—Por supuesto— dijo Thunder, muy a gusto por esa conversación abrazados.
—Ellos no tienen nada y no lo tendrán tampoco, había mucha gente allí y ella no nos vio. Todo estará bien y no debemos hablar sobre esto, a nadie.
—Está bien, no diré nada — dijo él.
—Ni siquiera a Bunny.
—Ok— dijo Thunder—. Ahora vamos a descansar.
—Está bien— dijo ella y le dio un beso en la mejilla. Ambos subieron al auto.
3
Apenas pasaron la puerta vieron a Killer y Pumpkin sentados junto al fuego. Eran casi las seis a.m.
—¿Dónde demonios estaban ustedes dos? — pregunto Pumpkin muy enojada—. Estuve llamándolos incansablemente.
—Nuestros teléfonos están descargados, mamá— dijo Thunder, enseñándole el móvil.
—La policía estuvo aquí, muchacho— dijo Killer enfadado—, están buscándolos.
—Lo sabemos— dijo Raven—, cuando fuimos por el auto estaban esperándonos allí y estuvimos con el comisionado Myers.
—¡¿Qué es lo que tienen que ver ustedes con todo esto?!— preguntó Pumpkin, afligida.
—Absolutamente nada, mamá— dijo Thunder, muy seguro, intentando tranquilizar a su madre.
—Estuvimos frente a su casa con todo el grupo, luego nos fuimos cuando comenzaron a arrojar fruta a la casa— aseguró Raven.
—¿Qué fue lo que hablaron con la policía? — preguntó Killer.
—Quieren datos sobre las personas que participaron en las reuniones, por supuesto no los tenemos. Apenas conocemos a la gente por sus apodos— dijo Raven—. Aun así, van a usar a un perito informático para revisar el blog. Al parecer Gina Morgan desapareció y esto no se trata solo de las naranjas rompiendo vidrios.
—Sabemos que esa chica desapareció— dijo Killer.
—Lo más probable es que alguien le haya avisado del ataque y quizás ella esté escondida ahora, ya aparecerá—agrego Raven, restándole importancia.
En ese momento Bunny entró en la habitación con una tableta digital en sus manos.
—¡Ya apareció! — dijo la chica Collins, enseñándoles el video que estaba reproduciendo en internet—. No estaba escondiéndose.
4
El comisionado Myers y el inspector Smith estaban absortos frente a la pantalla del ordenador. Hacía unos minutos se habían enterado del video que circulaba en redes de Gina junto a sus captores.
—¡Esto es una locura! — dijo indignado Smith—. Mira lo que le hicieron a esa pobre muchacha.
—¿Ya llegó el perito? — preguntó nervioso Myers, sin quitar la vista del video.
—No, aún— respondió Smith.
—Averigua cuanta falta para que llegue, necesito saber desde donde se publicó este video.
—Por supuesto—dijo Smith—. Tenemos que actuar rápido— dijo y salió de la habitación.
Myers seguía observando el video una y otra vez, durante varios minutos esperando que algún descuido le dé una pista, que lo guie hacia Gina y sus captores. Observó el detalle al final del video, cuando Gina parece decirle a su captor que lo siente también por su hermano y tras varias reproducciones le pareció ver un tatuaje en la muñeca de aquella persona que sostenía a la rubia del cabello, pausó el video y trato de distinguirlo justo sobre el guante que el secuestrador llevaba puesto, no pudo hacerlo. En ese momento Smith entraba acompañado del perito.
—Aquí está el perito informático, Thomas— dijo Smith y cerró la puerta.
—Soy el comisionado Myers— dijo Thomas y extendió su mano.
—Adam Springs, mucho gusto— dijo el perito y estrechó la mano del comisionado.
—Bien señor Springs, debemos averiguar desde donde se subió este video principalmente. Pero ¿puede usted acercar y definir un poco más esta zona? — pregunto Myers, apuntando a la zona de la pantalla en la que estaba el tatuaje que trataba de identificar—. Creo que es un tatuaje.
—Claro que sí, señor— dijo Adam y se sentó junto al ordenador—. Es algo bastante fácil, solo me tomará un minuto.
Los hombres de Scotland Yard se quedaron en silencio observando trabajar al especialista. Thomas estaba nervioso y molesto por haber subestimado aquella reunión en Trafalgar Square y por haber ignorado esa mala vibra que despertó en él Margaret Dickinson la primera vez que la vio.
En poco más de un minuto que pareció pasar muy lento el experto tenía una imagen clara y definida del tatuaje: era un cuervo. Thomas Myers recordó en ese momento el apodo de la pelirroja de Wayne. Pensó que tenía el caso resuelto y decidió visitarla de inmediato.
5
En la casa de los Collins sus habitantes apenas estaban quedándose dormidos cuando se escuchó el timbre. Pumpkin se levantó casi sin poder abrir los ojos, se colocó la bata y caminó hacia la puerta, al abrirla el comisionado Myers estaba allí.
—Buenos días, señora Collins. Lamento interrumpir su sueño, pero debo hablar con Margaret Dickinson— dijo el comisionado amablemente, con una sonrisa falsa.
—Claro, señor Myers. Pase— dijo Pumpkin, aun luchando por abrir los ojos—. Iré a despertarla, póngase cómodo.
Myers caminó hacia la sala y se sentó en el sofá junto al fuego. Envió un mensaje en ese momento al inspector Smith que decía: 《 ¿tienes novedades del video? 》, recibió inmediatamente la respuesta de Owen Smith: 《Aún no sabe la ubicación, te mantendré al tanto. 》
Raven entró en ese momento en la sala.
—Comisionado Myers, ¿ya tiene la orden? —preguntó ella, restregándose los ojos.
—Aún no, estoy trabajando en ello. Aunque tengo novedades— dijo él.
—¿Ya vio el video? — preguntó Raven irónica.
—¿Cómo sabe que hay un video? — cuestionó Thomas Myers.
—Todo el mundo lo sabe, está en redes desde hace unas horas. Ha sido viralizado y tiene tres millones de visualizaciones en este momento. Soy bloguera, estoy al tanto de esas cosas— dijo ella astutamente para evadir las sospechas.
—Nuestro perito está trabajando para averiguar la ubicación desde donde se subió el video— dijo Myers, serio.
—Eso es genial— dijo Raven y sonrió falsamente—. Quizás esto termine pronto.
—O quizás comience algo más grande— dijo él mirándola fijamente—. ¿Me permite ver sus muñecas? Señorita Dickinson.
—No lo entiendo— dijo Raven, sorprendida.
—¿Puede descubrirse las muñecas? — insistió él. Entonces Raven se levantó las mangas del pijama hasta los codos y extendió sus brazos hacia el oficial.
—¿Va a arrestarme? — preguntó ella, mirándolo fijamente, sonriendo satisfecha. Ya que sabía lo que el oficial buscaba. Esa noche antes de ir por Gina, Thunder había dibujado un hermoso y pequeño cuervo en la muñeca de Maggie, y ella se había encargado de que se viera en cámara. Así que el oficial se quedó decepcionado observando los antebrazos de Raven, aquel cuervo se había volado, junto a su teoría—… ¿Va a esposarme o no? — pregunto ella, fingiendo estar molesta.
—No, no voy a esposarla— dijo él, algo avergonzado.
—¿Entonces? — preguntó ella.
—La persona que sostiene a Regina Morgan en el video, es evidentemente una mujer o un hombre algo pequeño y tiene un tatuaje que pudimos ver en su muñeca derecha— explicó Myers.
—¿Usted cree que yo secuestré a Gina Morgan? — preguntó ella, fingiendo estar indignada.
En ese momento el celular de Myers sonó.
—Disculpe, voy a atender el teléfono— dijo el un tanto aliviado por esa interrupción, se alejó unos metros y contestó el móvil—. Te escucho, Owen… sí… ¿dónde?… ¿está viva?… ok salgo para allá— Terminó la llamada y volvió junto a Raven— Encontraron a Gina Morgan, debo irme. Volveré con la orden.
—Eso es genial, espero que encuentre también al responsable de esto. Porque yo no lo soy— aclaro ella furiosa.
—Hasta luego señorita Dickinson— dijo el comisionado y salió de la casa.
Raven se sentó junto al fuego esbozando una gran sonrisa, había confundido a la policía y estaba segura de que no encontrarían nada para inculparla.
6
Los hombres de Scotland Yard ingresaban en el hospital al que habían llevado a Gina Morgan luego de encontrarla en estado de shock y con principios de hipotermia. Ella misma había llamado a la policía cuando despertó en ese lugar en el que estaba cautiva. Los chicos de Wayne habían dejado el móvil de la rubia sobre la mesa y las ataduras de sus manos algo flojas para que pudiera soltarse y pedir auxilio en cuanto despertara.
Al llegar a la habitación de Gina, ella estaba dormida, la habían sedado y estaban estabilizando su temperatura. Así que hablaron con los médicos, al parecer aparte de los nervios y la hipotermia, Gina tenía hematomas en su cuerpo, obviamente producto de los naranjazos propinados por Raven, también la piel irritada por el jugo de la fruta, el frío y la pintura naranja. La hermana de la rubia llegó a los pocos minutos y se dirigió nerviosa hacia los hombres de Scotland Yard que estaban fuera de la habitación.
—¿Dónde está mi hermana? Necesito verla— dijo Ámber al borde de las lágrimas.
—Su hermana está bien, ahora está sedada— dijo Smith.
—¿Dónde estaba, quien fue la persona que se la llevó? — preguntó la señorita Morgan.
—Estamos trabajando en el lugar, recolectando evidencia y estamos trabajando sobre el video. Aun así, el testimonio de su hermana es lo que más va a aportar en esta investigación— dijo Myers, muy serio—. Dejare oficiales en el hospital, me gustaría que nos llame apenas su hermana se despierte.
—Por supuesto, lo haré— expresó Ámber—. Ustedes deben encontrar al culpable de esto.
—Así será, señorita Morgan— dijo Smith muy seguro. Ámber ingresó en la habitación donde estaba Gina.
Ellos caminaron por el pasillo rumbo a la salida—. ¿Iremos al lugar del hecho?
—Sí, eso haremos— dijo Myers agotado, mientras se restregaba los ojos—. Preguntaré si llegó la orden para revisar el blog de Dickinson en el camino. No confío en esa chica.
7
Amaneció en Londres, el primer día de 2031 la ciudad y sus habitantes estaban preparándose para las celebraciones y desfiles típicos de esta fecha. La información sobre el secuestro de Gina y el video no paraban ni por un segundo, miles de opiniones encontradas en las redes algunos justificando el maltrato hacia la rubia por su comportamiento anterior y todo el mal causado, por otro lado, los seguidores de la influencer indignados y furiosos inundaban los sitios con sus opiniones, los fans locales se amontonaban fuera del hospital para manifestar su apoyo hacia la rubia. Todos los medios de televisión local estaban allí también, sin dudas el día sería un caos en la ciudad.
Los oficiales de Scotland Yard llegaban al lugar para hablar con la rubia que estaba despierta, aunque aún muy afligida y nerviosa.
Al entrar en la habitación, ella traía un gorro, evidentemente para ocultar ese ridículo color de cabello que ahora lucia. Ámber estaba allí junto a su hermana.
—Buenos días, señoritas— dijo Thomas —. Soy el comisionado Myers— dijo dirigiéndose a Gina tratando de no hacer muy evidente el hecho de que su aspecto le parecía algo grotesco, con todas esas pecas artificiales en su rostro y esos pequeños mechones de cabello naranja fluorescente asomando bajo su gorro—Él es el inspector Smith. No quisiéramos ser inoportunos, pero es necesario que responda algunas preguntas.
—Claro que sí— dijo Gina, casi en susurros.
—Trataremos de ser breves— dijo Myers y ella asintió con la cabeza—. Quisiéramos saber lo que sucedió al salir de su casa pasada la medianoche.
Gina Morgan relató todo lo sucedido a los oficiales de Scotland Yard. Nada en sus captores le resultó llamativo ni particular, dado que los chicos de Wayne se encargaron de mantener la altura de Thunder oculta, primero él estando de rodillas al momento del secuestro y luego manteniéndose sentado a la vista de Gina y recién poniéndose de pie cuando la rubia mantuvo los ojos vendados. Habían usado las túnicas, máscaras y modificadores de voz. Ella pudo asegurar que la que estaba junto a ella en el video era una mujer, por su perfume, quizás un pequeño detalle que Raven había pasado por alto. Le contó sobre el maltrato y los gritos, pero lo que más llamó la atención del comisionado fue la historia que uno de sus captores le contó sobre su hermano y el bullying que lo llevó al suicidio. Entonces comprendió porque al final del video Gina dice: lo siento por Katy y también por tu hermano, mirando a la mujer que la sostenía del cabello.
A pesar de aquella historia, ella no pudo aportar nada que fuera relevante a la investigación. Les brindó el número desde el cual supuestamente Jake Williams le había escrito y los oficiales se retiraron quedando a su disposición y prometiendo llegar al fondo del asunto.
8
En casa de los de Wayne había un ambiente algo viciado entre angustia, preocupación y enojo por parte del matrimonio Collins. Thunder y Raven estaban reunidos en la habitación de ella. Alguien golpeó la puerta y Raven lo autorizó a entrar. Era Bunny, quien estaba convencida de que el par de pelirrojos mayores ocultaba algo.
—Bunny, ¿cómo estás? — preguntó Raven sonriendo.
—Bien, aunque algo preocupada— dijo cerrando la puerta para luego sentarse en una silla al costado de la cama.
—¿Qué es lo que te preocupa? — preguntó Raven. Bunny titubeó unos instantes y luego lo dejó salir.
—¿Realmente no tuvieron que ver con el secuestro de Gina Morgan? — preguntó muy seria la señorita Collins.
—Claro que no ¿por qué crees que estamos mintiendo? — dijo Raven sorprendida.
—Le dije a la policía que ustedes habían estado a mi lado en la marcha hacia la casa de Gina y que luego se habían retirado al momento de los disturbios… pero, realmente no fue así, la última vez que los vi fue en el puente— dijo Bunny.
—Estuvimos frente a la casa de Gina y nos fuimos en el mismo instante que tú subiste al auto con tus padres— dijo Raven, muy segura—. No te preocupes todo estará bien.
—La policía está convencida de que ustedes están involucrados— dijo Bunny afligida.
—¡No estamos mintiendo, Madison! ¡así que ya deja eso! — dijo Thunder de mala manera y enojado—. Cambia tu actitud o vas a preocupar más a nuestros padres.
—¡No tienes que hablarme así, Brian! — respondió Bunny enojada—. Solo espero que, si fueron ustedes, no hayan dejado evidencia. No iré a la cárcel por mentirle a la policía— Se puso de pie y salió de la habitación rápidamente.
—Es una niña tonta— dijo Thunder molesto mirando el suelo.
—Está asustada, cree que van a meternos a la cárcel, pero no será así. Ellos no tienen nada— dijo y puso su mano en el rostro de él—. No tienen manera de probar nada, todo estará bien— dijo sonriendo.
—Todo estará bien— repitió el, mirándola fijamente.
Volvieron a golpear la puerta, esta vez era Pumpkin. El Inspector Smith había llegado en compañía del perito informático traían la orden para revisar el blog. Apenas unas horas atrás Killer había contactado al primo Joseph, otro de los tantos Collins que vivía en Londres, era abogado y estaba presente en la casa en ese momento.
Cuando Raven bajó, llevaba su laptop en las manos; Thunder la acompañaba.
—Señorita Dickinson— dijo Smith—. Aquí está la orden del juez. El señor Springs es nuestro perito informático, necesitamos el acceso a su blog.
—Por supuesto, si Joseph cree que todo está bien, se los daré— dijo ella con una sonrisa falsa. Miró al primo Joseph para obtener una respuesta.
—Todo está bien, Maggie. Debes brindarle la información— dijo Joseph, amablemente.
—Está bien, no tengo nada que ocultar. Le daré la contraseña.
9
Thomas Myers estaba en su oficina frente al ordenador, con una gran taza de café en su escritorio y un cigarrillo en sus manos. Lucia muy preocupado, cansado y molesto. Revisaba el blog detalladamente, había mucha información allí, demasiada gente, fotos, vídeos, mensajes. Había información en un chat privado organizado por Raven en la que se detallaba la reunión en Trafalgar Square, pero no había nada sobre el aquelarre en London eye, ni los disturbios en casa de Gina. Solo publicaciones irrelevantes para él. Estaba realmente sorprendido con la cantidad de personas pelirrojas en el mundo y con lo organizados y unidos que eran y viendo todo aquello pudo entender el porqué de todo ese movimiento por la muerte de Katy Simmons. Había aparte de todos los momentos felices compartidos, historias tristes de personas que eran maltratadas solo por el hecho de verse diferente; eso lo hizo sentirse un poco empático, así que decidió agilizar la búsqueda antes de que todo aquello pudiera perturbarlo. Recurrió al siempre tan útil filtro de palabras y puso la palabra Margaret, para luego darse cuenta de que muchas de las Margaret de las que se hablaba no eran la que él buscaba; así que probó con Margaret Dickinson y no obtuvo muchos resultados ya que, en el blog, la chica de Wayne se hace llamar, como todos sabemos, Raven. Pero no fue una búsqueda en vano, junto al apellido Dickinson podía leerse el nombre Charlie en muchas oportunidades el texto acompañaba fotos que al parecer estaban en fechas específicas. Es que Maggie solía recordar a su hermano en la fecha de su cumpleaños o aniversario de su muerte y compartía fotos de Charlie en el blog. Particularmente una en la que ella aparecía junto a su hermano recordando su pérdida, llamó la atención del comisionado. Lo asoció inmediatamente con la historia de Gina Morgan, y decidió que iría nuevamente a ver a Raven y los Collins.
10
Raven abrió la puerta como si hubiera estado esperándolo, el comisionado Myers estaba al otro lado; sin su característica sonrisa falsa ni sus excesivos buenos modales. Se lo veía agotado y somnoliento.
—Comisionado Myers, adelante— dijo Raven fingiendo amabilidad.
—Gracias— dijo él mientras pasaba el umbral de la puerta—. Necesito hacerle algunas preguntas.
—Claro, vamos a sentarnos— dijo Margaret, muy tranquila. Caminaron a la sala y se sentaron—. ¿En qué puedo ayudarlo? ¿Encontraron algo fuera de lugar en el blog?
—No exactamente, señorita Dickinson, pero ¿podemos ver el video que subieron los secuestradores?
—Por supuesto ¿trajo mi laptop? — pregunto irónica.
—No, aún está en poder del perito. Pero lo tengo aquí en mi teléfono— dijo el comisionado y sacó su móvil del bolsillo.
—Déjeme decirle que ya lo he visto unas tres veces— aclaró Raven.
—Yo lo he visto un poco más que eso— dijo él y dio inicio al video.
Luego de que el video terminó el comisionado estaba listo para preguntar, y Raven para responder ya que podía imaginar cuál era el motivo de ver nuevamente el video.
—Bien, señor Myers, ya acordamos que no tengo el tatuaje ¿Cuál es el propósito de ver este video juntos? — preguntó ella, fingiendo no entender.
—Verá, sobre el final del video podemos observar que la señorita Morgan parece pedirle perdón a la persona que la sostiene del cabello por lo que le pasó a su hermano.
—¿Qué le pasó al hermano de Gina Morgan? — interrumpió sarcástica Raven.
—No al hermano de Gina Morgan, al hermano de su captor— dijo Myers, tratando de no perder la paciencia—. Al parecer esta persona, que según la señorita Morgan, es una mujer; le contó una historia personal que involucra a su hermano.
–¿Y qué tengo que ver con eso? — preguntó Raven perdiendo la falsa amabilidad que mostraba.
—¿Puedo saber cómo está compuesta su familia? — preguntó Myers, muy serio.
—No veo en que ayuda eso a su investigación— dijo Raven, molesta.
—Es una pregunta simple de responder— dijo Thomas recuperando la confianza y su sonrisa falsa—. ¿No le parece, Margaret? ¿Puedo llamarla Margaret?
—Claro que sí, disculpe no recuerdo su nombre de pila— dijo ella, seria.
—Thomas— dijo él amablemente.
—Ok, Thomas. Mi familia está compuesta por mis padres, mi hermana Holly, mi gato Arnold y mi perro Louis, como Vera somos muchos— dijo mirándolo fijamente, con una sonrisa falsa—Teníamos un hámster llamado Josh, pero murió hace dos meses.
—Lamento eso, Margaret— dijo él, de manera muy poco creíble—. ¿Hay alguna otra pérdida que haya sufrido su familia en estos últimos años?
Ella se quedó en silencio unos segundos, lo miraba fijamente sin disimular su malestar por ese cuestionamiento.
—No entiendo a qué van todas estas estúpidas preguntas, comisionado Myers. ¡Sea más específico! — dijo de manera poco amable la norteamericana.
—¿Tuvo usted un hermano? — preguntó sin más rodeos Thomas Myers.
—Así es, falleció hace 6 años— dijo ella intentando mantenerse firme en su coartada.
—¿Puedo saber cómo? — pregunto el comisionado, sintiéndose más confiado.
—Se suicido— dijo ella clavando una mirada de odio en Myers.
—¿De qué manera?
—¿Hay alguna razón válida por la cual usted esté preguntándome todo esto? ¿Esto es legal? — dijo ella indignada.
—Hay una razón, y si usted lo prefiere puede llamar a su abogado y convertiremos esto en un interrogatorio policial– dijo Myers, poco amable.
—Pensé que eso era— Ironizó Raven.
—Y yo pensé que usted quería colaborar en la investigación, señorita Dickinson— respondió astutamente Thomas.
—Creo que usted está intentando acusarme de algo que no hice, así que le diré que para eso va a necesitar reunir pruebas. Y como no las tiene voy a colaborar y le diré que mi hermano se disparó, en la cabeza. ¿Necesita una copia del acta de defunción? Puedo conseguir una o puede si quiere llamar a mi madre, le daré su número— dijo Raven furiosa.
—No es necesario, señorita Dickinson. Agradezco su colaboración— dijo sarcástico él—. Seguiré con la investigación y volveremos a vernos en cualquier momento.
Caminaron juntos hacia la puerta de salida.
—Con respecto a eso. Mi vuelo sale en tres días, mi abogado está ahora en la embajada de mi país, aquí en Londres. Ustedes no pueden retenerme sin pruebas— aclaró ella—. Colaborare en lo que pueda, hay otros cientos de personas involucradas en esto y no seré yo la que pague por el crimen de otros— dijo Raven furiosa, mirándolo fijamente llena de odio—. Si va a regresar con pruebas para mi arresto lo veré y si no tiene nada en mi contra déjeme en paz— dijo y abrió la puerta. El comisionado Myers salió rabioso de allí, en silencio.
Ella se quedó pensando, satisfecha por los resultados de su plan. La historia que le había contado a Gina Morgan era en gran parte cierta, Charlie había sido víctima de bullying por años y eso lo había llevado al suicidio, pero al cambiar algunos detalles había logrado confundir a la policía y probablemente ya no tendría que ver a Myers nunca más.
SE PRESUME INOCENTE
1
El 3 de enero por la tarde el comisionado ordenó que devolvieran la laptop a Margaret Dickinson; no había nada que la incriminara en el blog, ni en sus redes personales, tampoco en su correo electrónico. Lo único que Myers había descubierto era que Raven tuvo un hermano, pero eso no era una prueba en la causa y mucho menos un delito.
Las declaraciones de Gina Morgan no fueron precisas ni suficientes, ella no podía aportar ningún dato físico sobre sus captores y tampoco habían encontrado evidencia en el auto que se usó para el secuestro. Todo lo demás había sido quemado por los chicos de Wayne. Se obtuvieron datos insuficientes sobre el número que se usó para atraer a Gina fuera de la casa. Las cámaras de seguridad frente a la embajada no lograron captar el momento del secuestro por su ubicación específica y rango de alcance, las demás cámaras de las casas contiguas habían sido rotas, aparentemente para la policía sin que nadie lo notara.
La causa del secuestro de Gina Morgan obviamente no se había cerrado por eso, pero la investigación estaba ciertamente estancada.
Con respecto al ataque en su casa, las cámaras cercanas que si funcionaban captaron un gran grupo de personas encapuchadas y con el rostro cubierto por caras enojadas, no había datos sobre planes para el ataque en redes ni en grupos por mensajería instantánea. No tenían nombres, ni rostros y el arrestar personas solo por el hecho de ser pelirrojos no era una opción para Scotland Yard, a pesar de que al supersticioso enfermizo de Smith eso le hubiera encantado.
No había razones legales para impedir que los Collins y Raven volvieran a Estados Unidos, así que a pesar de las sospechas de Myers pudieron abordar el día 4 de enero por la mañana el avión que los llevaría de vuelta a casa. Acordaron quedar a disposición de la justicia londinense y colaborar en todo lo que se le pidiera; pero irían a casa, el plan había salido mejor de lo que se esperaba. Aún con la investigación en marcha, los chicos de Wayne no tenían razones para inquietarse.
2
Muchos meses después de ese agitado comienzo de año, aún no había avances en la causa por su secuestro, y la famosísima Gina Morgan, dejó las redes aparentemente de manera definitiva. Pagó millonarias indemnizaciones por los daños irreparables causados a los padres de Katy y a Marco Soler quien luego del ataque ya no podría volver a caminar. Cumplió sus tareas comunitarias, se mudó a un pequeño pueblo en la campiña y decidió llevar un perfil bajo, esperando que con el tiempo el mundo se olvidara de su existencia y de todo el mal que había causado.
El juicio por Katy Simmons dio como resultado una condena por homicidio agravado por ser un crimen de odio, para los cuatro jóvenes involucrados. A pesar de esto los padres de Katy habían perdido a su hija y el día a día a partir de ahora no sería algo fácil de sobrellevar, aún con los asesinos tras las rejas.
En Wayne, Thunder y Raven comenzaron una hermosa historia de amor, todo aquello que vivieron juntos lejos de apartarlos los hizo más unidos, inseparables. No habían hablado con nadie al respecto y lo sucedido en Londres sería su secreto para siempre. Por otro lado, él decidió darle una oportunidad a la universidad y comenzar a estudiar abogacía, toda aquella historia lo había hecho interesarse en el mundo de las leyes. Raven decidió estudiar periodismo, tenía mucho que ver con su personalidad y con sus valores.
Muchas cosas cambiaron desde ese video de Gina Morgan. La luz de la vida de Katy se había extinguido para dar comienzo a una revolución. Muchas personas con un pasado en común de sufrimiento y de abuso, habían dicho ¡basta! Y se habían reunido para poner punto final a esa historia y empezar a escribir una nueva, un poco más justa y más digna.
Luego de la reunión en Trafalgar Square, del aquelarre en London eye, de las naranjas en casa de Gina y de ese video donde confesaba las bajezas cometidas, su egoísmo, su egocentrismo y su nula tolerancia; muchas personas comprendieron que no eran ellos los equivocados, los culpables por ese maltrato, pudieron ver que no tenían porqué soportar todo ese mal, solo por ser ellos mismos y mostrarse al mundo tal cual son; porque hay personas que no necesitan una razón para causar daño, para ser crueles. Que hay personas cegadas por la envidia y el recelo que despiertan las personas diferentes, únicas; no solo por el color de su piel, su cabello, sus ojos también por sus espíritus libres, por sus personalidades resplandecientes, por su energía poderosa. Gina tenía todo, belleza, fama, dinero y un séquito de aduladores a sus pies y aun así nada de eso le alcanzó para ser feliz.
Así que, con una visión del mundo diferente, los socios del club adoptaron una nueva actitud frente a los problemas de bullying, ya no permitían el maltrato, ni el abuso, ya no se callaban e intentaban poner un freno a tiempo a situaciones potencialmente peligrosas, tanto para lo físico como para lo emocional. El club se volvió una ONG de gran apoyo para la moral y la autoestima de todos, se trataban entre otras cosas temas como la depresión y el suicidio, en grupos de ayuda para sus miembros. Afortunadamente también otras organizaciones de derechos humanos y en contra de la discriminación habían comenzado a tratar los temas relacionados con maltrato, abuso, estigmatización, discriminación y todo lo relacionado con el bullying hacia personas pelirrojas, con la misma seriedad y compromiso que se les da a otras minorías y de la forma en la que siempre debió de haber sido.
Una hermosa tradición nació aquella noche en Londres, en ese comienzo de año: ahora cada primero de enero, los socios del club alrededor del mundo, reparten naranjas en las que pintan caritas enojadas, pero tienen que ser de las más dulces y deliciosas que puedan llegar a encontrar en su país, las personas que las reciben, por la mañana en el desayuno de año nuevo deberán hacer jugo con ellas y beberlo para tener siempre presente que No se puede juzgar un libro por su portada, o a una naranja por su expresión amarga y de que la mejor opción es permitirse conocer a las personas en sus valores y sentimientos, en lo que los motiva y los mueve por el mundo, en lo que los hace ser únicos; dejando de lado lo superficial, ya sea el género, color de cabello o de piel, el lugar de origen o la religión… así como otras tantas cosas.
La celebración fue bautizada El día de La Pequeña Naranja, en honor a Katherine Simmons.
FIN
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