Los abuelos son esos seres que parecen tener el tiempo detenido en el corazón. Son las manos arrugadas que guardan historias, los abrazos que curan más que cualquier medicina, los ojos que han visto el mundo cambiar y aún brillan cuando te miran a ti.
Son un pedacito de historia viva, de tradición, de amor paciente. Cuando ríen, el mundo parece un lugar más suave, más tierno. Y cuando lloran, duele. Duele porque ver llorar a alguien tan fuerte, tan sabio, tan entregado… es entender que también han sufrido, que también sienten, que también han tenido que sostenerse cuando nadie los sostuvo.
Los abuelos enseñan sin imponer. Te miran con orgullo aunque no hayas hecho nada. Te esperan siempre con algo en las manos, ya sea una comida caliente, un consejo, una anécdota que quizás ya contaron mil veces, pero que suena mejor cada vez.
Tienen una forma de amar que no corre, que no exige, que solo está. Son paciencia convertida en persona. Son los que a veces no entienden este mundo tan acelerado, pero aún así intentan seguirte el ritmo solo para estar cerca.
Y lo más bonito de todo es que no quieren que pasemos por lo mismo que pasaron ellos. Quieren que seamos libres, que seamos felices, que tengamos menos heridas que ellos. Y por eso nos cuidan tanto, nos repiten cosas una y otra vez, nos protegen incluso cuando ya no tienen fuerzas. Porque su mayor deseo no es para ellos, es para nosotros.
Cuando los miro, me doy cuenta de lo gran afortunada que soy. De tenerlos, de compartir momentos con ellos, de poder escucharlos y aprender solo con observar. Porque el día en el que me falten… ese día se apagará una luz en mi vida que nadie podrá volver a encender.
Por eso intento no dejarme nada por decirles. Porque quiero que sepan cuánto los amo, cuánto los admiro, cuánto agradezco cada pequeño gesto. Quiero llenar mi memoria de ellos, para que cuando ya no estén, sigan viviendo dentro de mí, en cada recuerdo, en cada historia que contaré con orgullo.
Los abuelos son, sin duda, uno de los regalos más grandes que nos da la vida. Un amor que no se olvida. Un amor que sigue latiendo incluso cuando ya no podemos abrazarlos.
OPINIONES Y COMENTARIOS