¿Por qué la vida tuvo que llevarme a ti?

No me arrepiento, y quiero volverlo a vivir.

Lo nuestro fue tan real como la arena del mar,

pero, como agua entre las manos… te vas.

Te veo otra vez,

y mi corazón palpita más, y me vuelca el cerebro al revés,

porque la sangre me calienta toda la piel.

¿Qué pasa conmigo?

Te veo… y a mi alma haces sonreír.

Y te quiero sentir.

Te veo, y pasas de mí.

Pasas sobre mí.

No existo para quien me hace suspirar.

¡Es que te amo, soy un loco! ¿Y qué?

Y no quiero llorar, porque siento que voy a llorar.

Te veo… y conmigo no estás.

Duele aquí —digo yo—, en mi corazón.

Porque aquella fantasía nació,

la ilusión creció… y voló.

Pero se fue, solo escapó.

Me quebró ese recuerdo que hace sufrir,

aunque te vea y vuelva a suspirar.

Vuela y vive tu libertad, mi amor.

Yo sufriré, guardando mi amor.

Por ti, vivo engañando a mi mente y mi corazón.

Te veo, y mi cerebro monta toda una serie de televisión…

de esas de deseo y pasión.

Y me pregunto:

¿Cómo te va, mi amor?

Lo digo en el silencio de mis pensamientos,

y con tristeza y dolor en mi corazón.

He probado otros labios,

mis brazos han estrujado otros cuerpos…

pero te extraño.

No me hacen olvidarte.

¿Y por hoy… quién soy para ti?

Te veo y todavía me emocionas,

me enciendes y me descontrolas.

¿Quién soy hoy? Un extraño.

¡Nadie… nadie!

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS