Yo ya he perdido las esperanzas de estar contigo, pero nunca podré mirarte y no sentir nada.
Aunque el tiempo me haya enseñado a callar, a guardar lo que siento en lo más profundo, cada vez que te veo, mi corazón no sabe disimular lo que aún guarda. Porque aunque lo intente, tu presencia sigue siendo como un eco que no se apaga, una llama que se apaga a medias pero sigue ardiendo en algún rincón de mi alma.
Quizá ya no haya un nosotros, quizá ya no exista un futuro que se construya juntos, pero hay algo en ti que permanece, algo que no se borra con el paso de los días. No importa cuántas veces me repita que debo soltar, que debo seguir adelante, siempre serás esa huella que no se borra, ese recuerdo que nunca se desvanece.
Así que aunque ya no haya esperanzas, aunque el camino que tomamos esté claro y separados, sé que cada vez que te mire, una parte de mí sentirá que te he perdido, pero nunca, jamás, dejaré de amarte de alguna forma. Porque hay amores que no se olvidan, solo se aprenden a vivir con ellos, guardándolos en un rincón del corazón donde nunca podrán irse del todo.
Aunque el tiempo me haya enseñado a callar y a seguir adelante, hay días en los que no puedo evitar preguntarme si alguna vez te irás de mi mente, si algún día dejaré de cargar con el peso de lo que nunca pudo ser. Pero en esos momentos en los que te cruzas en mi camino, aunque mi mente ya se haya rendido, mi corazón aún late por ti. Y eso me aterra, porque sé que no hay forma de olvidar algo tan profundo, tan real.
Quizá ya no esperemos nada el uno del otro, tal vez nuestros destinos tomaron rumbos distintos, pero aun así, tu imagen sigue siendo parte de mi vida. Te veo en todas las pequeñas cosas: en una canción, en una película, en una calle que alguna vez caminamos juntos. Y aunque trato de seguir con mi vida, la verdad es que hay algo dentro de mí que nunca dejará de buscarte, aunque ya no quede espacio para ti.
Sé que debo aprender a soltar, que debo dejarte ir de una vez por todas, pero, por alguna razón, mi alma se niega. Quizá porque amarte fue lo más real que jamás sentí, y aunque ya no podamos ser lo que soñé, esa parte de mí siempre será tuya. Y en cada mirada, en cada gesto, seguiré llevándote, aunque sea en silencio. Porque aunque te haya perdido, nunca dejaré de sentir, ni de desear que, en algún lugar, en algún rincón del mundo, aún pienses en mí, aunque sea un segundo.
OPINIONES Y COMENTARIOS