Ecos del corazón.

Nunca he sido el “si” de alguien, siempre soy el quizás, el vamos viendo, el no te vayas porque me gusta tenerte, pero no te quedes porque no me siento lista para algo serio. El mejor después porque ahora no es nuestro momento. Soy el intermedio entre lo que buscan y lo que temen, el lugar donde descansan, pero nunca logran quedarse. He escuchado infinidad de veces decir que soy lo mejor que les ha pasado, pero si de verdad lo soy porque nadie logra quedarse conmigo. Duele ver películas de romance y saber que esta muy lejos de pasarme, siempre siendo lo temporal la opción en lo que llega algo mejor, el casi algo que siempre se queda ahí en el limbo, y es cuando creo que el problema soy yo. Puedo pasarme preguntándome que es lo que me falta, que parte de mi es la que no alcanza, me miro al espejo buscando respuestas repasando cada gesto cada palabra, intentando descifrar en que momento dejo de ser elegible, en que momento pierden el interés. Al día siguiente actuó como si nada pasara, como si no me importara, pero la verdad es que sigo buscando dentro de mi esa grieta, ese defecto invisible pero enorme que hace que todos terminen por irse.