20 de junio

Hoy, después de mis clases de francés…

Hoy, mientras regresaba a casa, no podía dejar de pensar en ti.

En si debería llamarte o no, en cómo habrá sido tu día, en qué hiciste, si en algún momento me pensaste…

Si aún me amas como antes, como solías hacerlo cuando todo parecía eterno.

Y no lo sé… esa duda me acompaña y me pesa.

Hoy es tu cumpleaños, y aunque debería bastar con desearte lo mejor, me cuesta.

Me cuesta no tenerte, no escucharte, no saber si todavía sonríes como lo hacías conmigo.

Dentro de mí, hay una lucha constante entre el orgullo y el amor, entre el silencio y las ganas de gritarte cuánto te extraño.

Peleo conmigo mismo: ¿te llamo? ¿te escribo? ¿me quedo con este nudo en el pecho?

Solo quería desearte un feliz cumpleaños, Sarita.

Decirte, aunque sea desde lejos, que aún te amo con una fuerza que no se apaga, a pesar del tiempo, la distancia o el silencio.

Te amo, mi Sarita, como se ama una canción que nunca se olvida.

Ojalá hayas tenido un día hermoso, lleno de cosas bonitas… aunque yo no haya estado ahí para compartirlo contigo.

Te amo siempre. Incluso cuando no debería, incluso cuando ya no estás.

Je t’aime Mon amour