Prácticando velocidades.
Escena: Pido plata prestada para comprarme un auto, estoy muy feliz y a la semana se me funde.
Texto lento:
Lleva meses y meses soñando con este día. La vida en esta nueva ciudad no le termina de cerrar y ella sabe que es específicamente por un tema en particular: el transporte.
Los buses con su baja frecuencia, hacen que ir de un lado a otro sea una verdadera odisea. Ni hablar de que más de una vez perdió el último colectivo. Trasladarse para ella es una verdadera tortura, y eso, le molesta un montón.
Pero se está por acabar. Aunque pedir plata está en su top 10 de cosas menos preferidas, moverse en colectivo y bicicleta se ha posicionado dentro del top 5. Así que con pesar y con alegría a la vez, le pide plata a una amiga para darle fin a la agonía y empezar a disfrutar de una nueva vida, más libre, con más posibilidades, con más fluidez… Una vida con auto.
11/06 – Ella concreta esa anhelada compra. Un preciosisimo Susuki Swift bordó pasa a ser de su propiedad y con él empieza a andar más liviana. Va de aquí para allá. Se ha abierto una puerta de posibilidades, que digo una, miles. Ahora va a conocer markets de las zonas cercanas, ya no pedalea en subida al trabajo, va y viene a donde haga falta, y como ella pensaba, empieza a ver su nuevo lugar mucho más lindo. Cada día más precioso. Es increíble como un simple auto le ha mejorado tanto la calidad de vida. Se siente feliz y agradecida.
18/06 – Un día normal en la vida de la protagonista que vuelve del trabajo por su camino habitual cuando, sin previo aviso ni advertencia, el auto empieza a perder potencia y de la nada deja de responder. Por suerte logra hacerse a un costado y no quedar obstruyendo la calle. Miedo. ¿Qué habrá pasado? ¿Por qué el auto se ha parado?
Llama a un mecánico para que vaya a asistirla, y sin esperarlo, sin sospecharlo, con un solo vistazo rápido, este le da un diagnóstico que no tiene vuelta atrás. El auto ya no sirve, ha fallecido, es chatarra, no se puede salvar, no hay qué hacer. Congelada porque el baldazo de agua helada fue tremendo, no sabe qué le duele más, si estar a pata de nuevo o que todavía no termina de pagarlo. Se inclina por la primera.
Ganas de llorar, muchas. Así que cuando se va el mecánico se sienta en el cordón de la vereda y llora. Llora por el auto, llora por su deuda, llora por sus piernas, llora porque está sola, llora porque se siente lejos, llora porque le duele, llora por las dificultades, llora porque muchas cosas. Llora, llora, llora. Y después de mucho llorar y vaciarse, con los ojos en compota, se levanta y camina a su casa. Y aunque ella ya se había cansado de caminar, ese regreso a pie fue una caminata sanadora.
Texto rápido:
Deseo de libertad, deseo de movimiento,
deseo de fluidez, deseo del gran acontecimiento!
Y qué acontece?!?
Acontece la necesidad de financiamiento
y un carro para salir al pavimento.
El mundo se agranda, la posibilidades se multiplican,
y con este acontecer, todo es alegría.
Una semana va, de esta vida de disfrute,
pero mete la cola el diablo,
y el auto se funde.
Deseo de llorar, indeseado sufrimiento,
deseo de ser millonaria,
deseo de volver el tiempo.
OPINIONES Y COMENTARIOS