El propio domingo está gris,
y yo de repente no reconocí la ciudad que me trajo a ti, dónde me quedaba sin ti.
Todo el camino a casa corrieron lágrimas involuntarias,
queriendo soportar tantito más de lo que pueden
y ya no pueden.
Que la lluvia caiga y se una a mi pena,
que descargue conmigo todo este dolor,
y me deje envolverme en cama deshecha
esperando que vuelvas como una vez lo hice yo.
OPINIONES Y COMENTARIOS