El silencio que dejo la infancia

El silencio que dejo la infancia

felip gonza

16/06/2025

En mi cerebro ya no quedan

niños en los juegos.
Se fueron en silencio,
como se va el humo de una vela
cuando ya nadie desea luz.

Primero dejaron de correr,
sus pasos se borraron del polvo
sin hacer ruido.
Después, las risas
se apagaron detrás de los árboles,
como si alguien las hubiese prohibido.

Un día amanecí
y el carrusel estaba quieto,
con los caballos mirando al suelo,
cansados de girar
para nadie.

Las voces que llenaban los pasillos
se deshicieron en el aire,
y solo quedó
un eco torcido,
como el recuerdo de una canción
que ya no quiero tararear.

Las mochilas siguen colgadas
de clavos oxidados,
esperando unas manos
que no volverán.
El almuerzo se pudrió,
y el recreo…
el recreo fue borrado del reloj.

A veces intento dibujarlos,
como eran:
manos sucias,
ojos enormes,
rodillas con raspaduras felices.
Pero ya no me sale.
Los lápices se rompen.
Y la hoja
me devuelve una niebla.

Y yo,

yo sigo

sentado en la banca
de algún recuerdo,
cuento las ausencias
como si fueran canicas
caídas de un bolsillo.

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