Un documental sobre el diseñador más misterioso de todos los tiempos

Era 1989 y Martin Margiela presentaba su primera colección: modelos despeinadas, con máscaras, faldas largas y zapatos con una separación entre los dedos que, aunque típica en Japón, nunca antes vista en el diseño occidental.
El público y la crítica se volvieron locos. Con el paso de los años, Margiela se las arreglaba para seguir con sus diseños rupturistas y sus modelos incógnitas que lo mantenían en la mira de todos, pero no realmente, porque mientras sus diseños tenían mucho que decir, Margiela se mantenía en su taller, lejos del bullicio, ausente.

Veinte años después de su debut, aún lejos de las cámaras y con una reputación que lo presentaba como el diseñador más misterioso, Martin Margiela desapareció. Abandonó su marca sin siquiera despedirse de su equipo y reapareció en el mundo de la moda en este documental.
Y por primera vez lo vemos referirse a su trabajo.
Pero, lo vemos realmente?
Vamos a obviar lo más interesante del documental: escuchar a Martin Margiela y todo lo que tiene que decir. Para eso tienes que verlo!
Aunque poco sé sobre documentales o cinematografía, lo que más llamó mi atención de la entrega fue cómo se las arreglaron para contar una historia, presentar al personaje principal y hacerlo sentir tan cercano sin mostrar su cara en ningún momento.
Me gustó que Martin Margiela se mantuviera firme en su decisión de mantenerse oculto y no rompiera el mito que gira a su alrededor.
Me parecieron muy inteligentes todos los recursos que utilizaron para crear esa cercanía virtual, esa conexión con el protagonista: sus manos, su lugar de trabajo, sus dibujos, su relato, sus recuerdos.
A pesar de que su estudio es blanco y que muchos podrían decir que no tiene tanta personalidad, creo que en realidad es todo lo contrario. Ese blanco se sentía personal y típico de él. Como si entráramos en su intimidad aunque fuera de una forma higienizada, aunque quizás es así su forma de vivir.



Hay una cita de Cathy Horyn, ex crítica de moda en el New York Times, que me dejó pensando: “Nos hizo un favor al no aparecer, nos hizo pensar más”.
Esto en referencia a la poca o nula comunicación que tenía Margiela con los medios después de cada colección: nunca las explicaba, era trabajo de cada uno descifrar o percibir el mensaje.
El documental es hábil en argumentar por qué Margiela fue tan importante.
Hoy en día se habla mucho (o quizás es mi algoritmo) sobre Martin Margiela como uno de los referentes más importantes en la industria de la moda contemporánea y en esta pieza queda claro el por qué.
En términos de estructura, el documental es cronológico. Comienza con la primera colección y termina con Margiela fuera del mundo público.
En ese repaso por las colecciones tanto los entrevistados (otros diseñadores, prensa de la época, fotógrafo y modelos) como Martin Margiela concuerdan en lo importante que fue su mirada fresca y diferente de lo que había, que se traducía en modelos incógnitas y faldas largas como contraposición a las supermodelos y la híper sensualidad que estaba de moda en ese momento.

Sandrine Dumas, ex modelo de Margiela, dijo sobre lo anterior:
“La mujer a la que (MM) hacía referencia era una mujer con sentido del humor, libre, que no contaba con su sensualidad para existir. Probablemente una mujer trabajadora, porque era ropa cómoda. Todo esto, para mí, representa a una mujer inteligente”.
El documental apoya esta cita mostrándonos la importancia del movimiento feminista de la época, en la que las mujeres “querían ser más que solo lindas”, o ni siquiera eso.
La vida no se acaba cuando cumples tus sueños
Martin Margiela creó una marca que, hasta hoy, más de veinte años más tarde, sigue siendo tendencia, inspirando y sumando fanáticos.
Además, trabajó para Hermès, una marca que aparentemente no tiene nada que ver con su estética, pero que le permitió explorar sus rangos como diseñador.
Y cuando estaba en la cima del éxito, se retiró. Encontró otras metas, otros sueños, otras habilidades que desarrollar.
Esto último fue lo que más resonó conmigo.
A veces tenemos miedo de conseguir lo que queremos, de alcanzar todo lo que nos proponemos. A veces la vida es más fácil de lo que pensábamos y las cosas si llegan.
A veces todo sale bien.
Estoy acostumbrada a dos tipos de historias: las tragedias en las que todo sale mal y las de superación en las que aunque todo esté en contra, se logra. Ambas historias terminan ahí, como si la vida estuviera atada al cumplimiento o no de un propósito.
Pero en esta historia el camino no se acaba ahí. Y eso es genial. Ese desapego (que no creo que haya sido fácil) es refrescante y fue lo que más me inspiró.
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