Más allá del país de las maravillas.

Un viaje de autoconocimiento.

La vida esta llena de cicatrices que nos recuerdan nuestros errores y nuestras heridas, pero también nos enseñan a sanar y crecer…

No sé en que momento me empecé a dar cuenta de las heridas que tenía, de lo que estoy segura es que mi yo de hace 14 años en estos momentos esta orgullosa de mi, a esa pequeña la llegue a culpar de cosas que aun no sabía, apenas estaba aprendiendo del mundo.. un mundo que para ella era gris a pesar de que sonreía había cosas que le dolían.

Recuerdo que me sentía como si estuviera caminando en un laberinto, sin saber qué dirección tomar como encontrar la salida.

la oscuridad parecía cerrarse sobre mi y cada paso que daba parecía llevarme cada vez más lejos de la luz. me sentía sola y perdida, como si nadie pudiera entender lo que pasaba por mi mente y corazón pensaban que por estar chiquita estaba bien, que nada dolía… las dudas y los miedos me rodeaban me preguntaba si alguna vez encontraría mi camino..

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Había días que se sentían como si estuviera cayendo por un agujero de conejo, sin saber como aterrizar o con que me encontraría al final del camino. El país de las maravillas me lo imaginaba como un lugar de fantasía y magia, pero la realidad en ese momento era un laberinto de confusión y dolor, me sentía como Alicia perdida en un mundo que no entendía con personas y criaturas que parecían tener sentido solo para ellos mismos..

La sonrisa del gato de cheshire parecía burlarse de mi. mientras me decía que estaba en el camino correcto pero no sabía hacía donde me llevaba, el sombrerero loco y la liebre de marzo parecían estar celebrando una fiesta sin fin. mientras yo me sentía como si estuviera en una habitación llena de espejos que reflejaban mis propios miedos y dudas.

Pero en medio de toda esa confusión había una voz dentro de mi que me decía que siguiera adelante, que no me rindiera que siguiera buscando la luz en la oscuridad. era una voz débil al principio pero con el tiempo se fue haciendo más clara y fuerte, me decía que no estaba sola que había una parte de mi que sabía que hacer, que decir, que sentir.. es voz era alguien que me había visto crecer, alguien que me llego amar demasiado el me daba la fuerza que yo necesitaba.👨🏻‍🦳

perdonarme a mi mismo ha sido uno de los procesos más difíciles y liberadores que he experimentado, durante años me he sentido culpable y avergonzada por mis errores y decisiones pasadas pero gracias a ellas he aprendido a quererme.

me he preguntado:

¿Qué habría pasado si no hubiera hecho las cosas de manera diferente..?

Con cada tropezón que he dado a lo largo de mi vida comencé a darme cuenta de que mis errores y decisiones pasadas no eran más que oportunidades para crecer y aprender. comencé a ver que cada error, cada caída, cada momento de debilidad, me había enseñado algo valioso sobre mí mismo y sobre la vida. la más importante me había enseñado a quererme a mi misma tal y como soy con todos mis errores y debilidades.

se aprende que no tienes que ser perfecto para ser digno de amor y respeto.

Aprendí que mis errores no me definen, si no que son parte de mi historia y crecimiento, aprendí a ver la belleza de mis imperfecciones a aceptar mis debilidades y a quererme a mi misma de manera incondicional.

amarme ha sido un viaje largo, complicado y duro aunque todavía hay momentos en que me siento tentada a caer en la culpa y la vergüenza se que puedo elegir perdonarme a mi misma y seguir adelante.

La autoaceptación y el amor propio se han convertido en mi guía, y me permiten enfrentar los desafíos de la vida con confianza y determinación. Mi niña interior sonríe, sabiendo que está segura y amada, y juntas, seguiremos adelante, hacia un futuro lleno de posibilidades y crecimiento.

Con el paso de los años, fui creciendo me di cuenta que el país de las maravillas no era un solo lugar de fantasía si no un reflejo de mi propio mundo interior, aprendí a ver mis errores como oportunidades para mejorar y mis fracasos como lecciones valiosas. aprendí a ser más paciente conmigo misma a no juzgarme duro, aprendí a encontrar la belleza en la imperfección y a ver la vida como un viaje de autoconocimiento y crecimiento.

Descubrí que la maravilla era yo.

Y ahora, puedo abrazar a mi niña interior con amor y compasión. La pequeña que una vez se sintió perdida y sola, ahora se siente segura y amada. Le digo que todo está bien, que es perfecta tal como es, y que siempre estará allí para apoyarla y protegerla.