Pöemínimos de agua, fuego y humus

Pöemínimos de agua, fuego y humus

Laura Duarte

28/05/2025

Ante la tentación mimética de la virtualidad y todo su exceso de imágenes y contenido, vienen estos fragmetos de estilo haiku para brindarle calma al lector.

Fuente en La Alhambra, Granada — Foto de Diana Perico

Agua

I

Lluvia pasajera

Todo se va

¿Y este pesar?

II

arcoíris

luz reflejada aún

entre los charcos.

III

Después del aguacero

El copetón, sus plumas,

sacude

IV

gota de rocío

en el diente león

espejo del mundo

V

chubascos en el cerro

los grillos callan

para otra tonada

VI

luz fugaz

el trueno clama

desasosiego

VII

-Nada es eterno-

sollozos quedos

tras el temporal

VIII

La casa sin techo

derrama las lágrimas

de una tempestad

IX

el vaivén del bambú

tras el chaparrón afirma:

todo pasa

X

el rayo

hace huir

a las palomas

XI

gotas en el cuenco de la mano

para la sed

del colibrí

XII

mañana de borrasca

tal vez

un cielo azul aguarda

XIII

todo lo afirman

las hojas del yarumo

cuando escurren

XIV

ululante

ráfaga en el lupanar

Se avecina la tormenta

XV

seres inertes

tras el diluvio

salvo los pesares

XVI

La ropa mojada

el camino no alcanza

al arcoíris

XVII

bajo el tejado

sonido de gotas

un haikú

XVIII

pasos apresurados

llovizna ligera

trino del colibrí

XIX

la fuerza del río

se detiene súbita

ante tus ojos

XX

Gotas en los dedos de Buda

lágrimas en los ojos

de los huérfanos.

XXI

Aguas de marzo.

Las goteras de mi techo,

llenan mi cuenco.

XXII

Polvo en el aire,

sobre los libros se cuela

la luz de la ventana.

XXIII

Cesan las tormentas,

arroyos imprevisto

en el canto del alcaraván.

XXIV

Lluvias de abril.

El bichofué sabe

que los mayos salen a morir.

XXV

La caca del copetón

genera ondas perfectas

sobre el espejo de agua.

Fuego

I

Danza la llama

la noche excita

el suicidio de las chapolas.

II

Penumbra intermitente.

Decae en el camino

la fuerza del candil.

III

Abrigo de la casa.

Chasqueo de leños.

Taza de té.

IV

Las chispas de mi fogata,

¿serán las plegarias

de los cocuyos?

V

Vestida de oro.

La doncella desnuda

ante la luz de la vela.

VI

dominando el fuego con sus labios

el fumador

sopesa sus victorias.

VII

Como danza el humo del tabaco,

tu cuerpo viene

a la conquista de mis ojos.

VIII

Devastado por el fuego.

El sauco alista su tronco

para los retoños.

IX

Absorto por el fuego

el haijin degusta

los versos del Basho.

X

El haikú concentra

un chispazo del mundo

que en un rato se nos va.

Humus

I

Se derrumban los ojos

cuando el silencio

nos pesa en los bolsillos.

II

El salto de la pulga

es un abismo

que nos estremece la piel.

III

Entre sus saltos y trinos

El copetón celebra

lluvia de enero.

IV

Mecida por el viento,

la rama va y viene

y, aún, ahí está.

V

Sostenido en el aire,

el colibrí poco percibe

el peso del mundo.

VI

Ululando sin cesar,

el viento anhela

revelarnos sus secretos.

VII

Una y otra vez

la vida se esfuma

en las alas del colibrí.

VIII

La dicha de los perros en los jardines

realzan el silencioso crecimiento

del diente de león.

IX

Las mirlas en el alcaparro

enredan sus cantos

con los cables del alumbrado.

X

El copetón con su chamón

da saltos alegres

hacia el abrazo de la muerte.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS