La grandeza del fénix no está en su renacer, sino en su muerte

La grandeza del fénix no está en su renacer, sino en su muerte

Laura Duarte

26/05/2025

En agosto del año pasado te platiqué a detalle cómo me gustaría que fuera mi funeral si pudiera planearlo, Cuando pensé en la ceremonia me imaginaba a una versión mía de joven porque no puedo visualizar a una Lau de 90 años encerrada en un ataúd con labios rojos y corset de seda color azul rey. Me niego a pensarme en una versión de mi que sea un 1% menos sexy de lo que hoy soy. A pesar de eso, nunca pude haber sospechado que la muerte llegaría tan inesperadamente pronto. Estaba a solo 5 meses de morir y yo no tenía ni idea.

En ese entonces me caracterizaba mi personalidad perfeccionista, rígida, controladora y, ¿sabes qué es lo más irónico? Nada de lo que pude haber planeado sucedió como pensé. La vida se rió en mi cara demostrándome que mi identidad estaba basada en un engaño inestable autocreado que había demostrado innumerables veces que nunca había funcionado; que su existencia colgaba de una creencia sin sustento, lo suficientemente frágil como para seguir sosteniéndose por la naturaleza de su composición. Me gritó que la perfección es una idea basada en creencias individuales, que nada que no sea flexible permanece y que el control es solo una ilusión. No tuve tiempo de organizar ningún funeral, simplemente llegó y no pude hacer nada para detenerlo. Aunque si soy sincera tampoco quise hacerlo.

Tenemos que regresar en el tiempo para entender la historia, ¿te subes al DeLorean? Solo vamos tu y yo, te doy ride

The American Society of Cinematographers | Back to the Future: Wheels…

Back To The Future, 1985

Es 2024 y Nat llevaba toda su vida laboral sintiendo un vacío por la falta de profundidad en su profesión, sabiendo que existía un significado más profundo de todo pero sin tener la claridad suficiente de qué podría ser y mucho menos de cómo atraer a personas que tuvieran la misma visión. Aborreciendo cada milésima de segundo que tenía que pasar trabajando, rogando en su interior que todo cambiara, que pudiera lograr entender por ella misma qué era eso de lo que carecía su trabajo y que por consecuencia otros pudieran ver lo mismo que ella veía.

Cansada de darle vueltas sin respuesta, decidió rendirse y en vez convertirse en otra persona. Dedicarse a explorar en otros trabajos la profundidad que deseaba, cambiar de avatar, cortarse el pelo, vestirse diferente, moverse de lugar. Déjame decirte que al principio, a pesar de que fue desafiante, también fue divertido porque decidió defenderse con su arma más letal, refugiarse en su poder favorito, la suerte. No me preguntes cómo pero siempre he sido un ser con demasiada suerte aunque no siempre he sido capaz de notarlo o apreciarlo. También te he hablado de eso en otras publicaciones.

No me malinterpretes, hubo esfuerzo, hubo el valor y determinación para convertirme en otro ser humano distinto, pasearme por otra realidad y ¿sabes qué? Nat consiguió todo lo que quería. Fue feliz por un rato, aprendió muchas cosas, cumplió algunos sueños, alcanzó varias metas, conoció otras personas, vivió nuevos retos. Yo me sentí muy Walter White pasando de profesor de química a narcotraficante, una completa transformación. Todo hasta que llegó un día en que todo lo que había querido evitar mirar por miedo a tener que tomar acción ante ello comenzó a hacer más ruido, a volverse más presente; porque todo aquello que resistes, persiste. Y cuando la vida necesita redirigirte a un lugar mejor a través de caminos desconocidos, obscuros y peligrosos según tu frágil sistema nervioso, nada ni nadie puede impedirlo, ni siquiera tu buena suerte.

Y es en ese momento que me identifico con El Narrador en El club de la pelea, cuando después de ser casi destruido con sus propias manos por los fantasmas de su mente y recibido un balazo en la mejilla, toma la mano de Marla Singer y ambos miran su mundo interno explotar con las mismas bombas que éste programó en su momento más caótico. Quizá porque siempre supo muy en el fondo que todo lo viejo tendría que romperse para entonces transformarse en algo más sólido y así encontrar la verdad que le diera propósito a su existencia. Llenar el vacío con la verdad a la que siempre ha sido llamado. Así se sintió todo para Nat, caos y crisis pero sin la dicha de poder escuchar Where Is My Mind de Pixies en el fondo sino más bien el soundtrack de sus propias palabras ansiosas de autosabotaje e incertidumbre.

En medio de tantos cambios había algo que permanecía constante, ¿sabes qué era? La inexplicable casualidad de ver en todos lados el mismo número más de una vez durante el día por todo el año completo, 444. Aunque esa historia ya te la sabes, te la conté en mi publicación “Recién graduada de la Universidad de Ocultismo en la carrera de Rituales esotéricos”. MUY orgullosa de ese también por si quieres chismear sobre mi percepción en aquellos entonces. Hoy lo leo e inevitablemente tiro mi cabeza hacia atrás mientras me río fuerte porque ahora todo tiene sentido a pesar de que esa Nat no comprendía nada.

Resulta ser que ese 444 en la numerología se refiere a la protección de tus guías. No hay respaldo científico y es chistoso porque en mi profesión yo me rijo por la ciencia, pero ¿sabes con qué sí contaba? Con la palabra “místico“ en su definición y yo decidí tomarlo como verdad absoluta. ¿Por qué? Es parte de mí vivir en la fantasía porque ahí todo es posible siempre, no hay límites. Te lo dice una mujer que a los 6 años salía del mar del caribe después de 5 horas de nadar, con la marca de los goggles en la cara y nuevas pecas en las mejillas por el sol con tal de buscar pruebas de que existían las sirenas, y que tardó una cantidad vergonzosa de tiempo en dejar de creer en Santa Claus porque se rehusaba a vivir en una realidad sin magia. ¿Me comprendes?

Me tocó desmoronarme como galleta olvidada en tu maleta de la escuela para crear otra versión diferente de mi. De polvorón a macaron sugar free sabor licor de lavanda en un aparador para su degustación. Más fina, ¿me entiendes? Mejores ingredientes, mayor calidad en su preparación, más cuidado en su almacenamiento. Igual a nadie le gustan los polvorones, su textura en el paladar es odiosa.

Una vez más estaba renunciando a todo lo que conocía, derrumbé creencias, experimenté la tortura de abrir con mucho sufrimiento los dedos de mis manos para poder soltar las palmas de quienes con fuerza atornillaron mis Converse al suelo, haciendo que pareciera imposible ascender. A mi me dan miedo las alturas aunque todos sabemos que desde arriba la vista es mejor y no iba a desaprovechar la oportunidad. Dejé con mucho dolor lo que cargaba porque supe que si quería volar más alto, debía soltar lo que pesaba. Lo que me esperaba tenía su propio peso y yo debía llegar ligera para poder sostener lo nuevo, que mis hombros llegaran descansados y se acostumbraran al acomodo de esta nueva sensación, que sintieran cómo se asentaba en ellos la aventura de lo desconocido. Lo sentí todo con una intensidad que por momentos sostenidos en el tiempo juré que me matarían, ¿y sabes qué? Sí lo hizo, pero yo sabía que era la única manera de avanzar. Me quedé sin nada, yo fui nada, me convertí en el túnel obscuro por el que iba arrastrándome para poder salir. Yo fui ese túnel, yo era la obscuridad, yo era la falta de calidez y los escalofríos en la piel, yo era la incertidumbre, yo fui el miedo encarnado en su totalidad. Bajo la idea de que todo cabe, al mismo tiempo también fui el personaje más valiente de la historia. A pesar de que me quedé ciega en el camino, seguí avanzando, guiándome solo con la intuición y con fe, sabiendo que la ventaja de ser nada, es que puedes elegir en qué te quieres convertir.

Me han dicho toda la vida que soy tenaz y que tengo espíritu libre. Pero, ¿qué te puedo decir? Cuando es tu mamá quien te da cumplidos todo puede estar sesgado, aunque yo decido recibirlo. Verme con la misma luz que me ven sus ojos cuando yo no podía ver fue mi única opción.

Suscribirse

De repente dejó de llover. En este punto parecía que tu personaje favorito (yo, obvio) hubiera cruzado un portal a otra dimensión en donde aparentaba todo haber cambiado, aunque en realidad todo era igual, lo único que se modificó fue mi percepción. Formé otra personalidad que se alineara un poco más a lo que estaba dispuesta a recibir y que ya era capaz de mirar. Esta nueva temporada se llenó de personajes nuevos y muy diferentes a los que estaba acostumbrada a ver. Por supuesto que yo seguía siendo el personaje principal, no iba a permitir que nadie me quitara el protagonismo, ¿estás de acuerdo? El mundo seguía girando a mi alrededor, aunque sí me enseñaron a ver y pensar diferente. Me inspiraron a dar pasos hacia caminos que jamás creí posibles para mí pero por los cuales se sentía muy bien explorar.

Estamos convencidos de que nuestro entorno debe cambiar primero para nosotros poder actuar diferente, que cierta situación se resuelva para poder sentirnos más tranquilos, que llegue más éxito para sentirnos valiosos. En este proceso me di cuenta de que más bien la vida es como un espejo, hasta que tu no le sonrías a tu reflejo, éste no lo hará primero. Una disculpa tremenda si con este párrafo flotando en el éter del internet acabo de derrumbar toda tu ideología de vida, pero sí, el primer paso es sonreírle a tu reflejo para que éste te devuelva la sonrisa. ¿Entiendes la lógica? Si tu das amor, recibes amor. Si tu vibras en gratitud, la vida te retribuye con cosas, personas, situaciones, oportunidades que te hagan sentir aún más gratitud. Si tu cierras los ojos, respiras profundo y buscas la calma dentro de ti, múltiples acontecimientos de serenidad inundarán tu vida. Si tu te crees capaz de tener esas cualidades que te dijeron que no tenías, te conviertes en esa persona que siempre has querido ser.

Y por si te lo preguntabas, llené de rosas rojas el lugar en donde enterré a esas versiones anteriores de mi y sí, logré encontrar esa magia que hacía falta en mi profesión y no solo eso, sino que encontré en ella mi propósito. ¿Cuántas personas te pueden decir que su propósito de vida almica y su pasión más grande se encuentra en su trabajo? Me reconozco privilegiada.

Este es el espejo que yo imagino de mi vida porque no me conformo con algo menos divertido y único que eso

¿Te vas dando cuenta ahora de lo que he querido decir todo este tiempo a lo largo de esta narración? Uno piensa que el objetivo de la vida es vivir antes de morir, pero la realidad es que nos la pasamos muriendo con cada cambio de dirección. Si tienes suerte, la muerte se experimenta más de una vez en la vida porque de eso se trata todo, de morir una y otra y otra y otra vez. Craquelar intencional y conscientemente todo el canvas de tu piel para que por medio de cada grieta entre un poco más la luz, así te iluminas por dentro, te vas elevando, vas descubriendo la felicidad a niveles superiores, más plenitud. Vas experimentando también el dolor a un nivel más profundo, pero cada vez siendo más sabio para navegarlo diferente.

Todos anhelan el renacer del fénix y se olvidan de que primero tuvo que arder en llamas que éste mismo provocó, deshacerse por completo, estar dispuesto a quedarse consigo mismo y decidir valientemente sentir cómo cada parte se quema; desde sus majestuosas plumas, después la piel, las patas, los huesos, hasta sentir el desconsuelo de desaparecer por completo para entonces sí renacer a un ser aún más sabio, con mayor autonomía porque ahora se conoce por completo, sabe de lo que es capaz pues alcanzó niveles más altos de agonía y por lo tanto le corresponde más grandeza interna, sin nunca querer dejar de aprender.

Puede haber acompañantes en el proceso, están ahí mirándote con compasión, dándote la seguridad de que estarán ahí cuando la llama se apague para abrazar la nueva versión de tu alma que almacenará tu cuerpo, pero nadie puede quemarse contigo o impedir la transformación. Habrán otros que se irán sin culpa mientras gritas de dolor y otros cuantos que al verte brillar tanto se sentirán intimidados por tu luz, no es tu culpa, no te apagues por nadie y permite que se vayan. ¿Y tú? Sígue muriendo mil y un veces con todo y miedo. Sigue explorando tu capacidad de renacer en una versión más libre y no se te olvide sonreírle a tu espejo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS