Mike Mills y su film autobiográfico que explora la paternidad

Los objetos, sonidos y fotografías tienen alma y pueden contar una historia, que puestos juntos forman parte del gran rompecabezas de recuerdos que es la vida.Todos estos elementos son parte de las historias que cuenta a través de la pantalla Mike Mills, que están hechas desde una visión honesta para despertar y desbloquear memorias felices y tristes, un dúo que funciona a la perfección y que nos hace tener más perspectiva sobre la vida mirando desde las nostalgia de una pieza musical que conmueve o un sentimiento perfectamente retratado en un diálogo.
Proveniente de una familia de artistas, Mills ha dirigido videoclips e incursionado en el diseño gráfico para portadas de bandas como Beastie Boys, Beck y Sonic Youth, lo que refleja en su estética de colores brillantes y vivos. Destaca imponiendo su marca personal con películas autobiograficas, dandole una intimidad importante a cada diálogo de sus guiones, la gran mayoría son reflexiones sobre la relación con su madre y mujeres que tuvieron un gran papel en su vida (Mujeres del Siglo XX) o la relación con su fallecido padre, quien declaró su homosexualidad luego de permanecer casado con su madre por más de 45 años (Beginners).
Su más reciente proyecto, la película C’mon C’mon tiene en el rol principal a Joaquin Phoenix, quien hace poco brindó una actuación memorable en The Joker. Mills quien considera a Phoenix un actor real, nada pretencioso que abraza sus sentimientos y el dolor, lo encontró perfecto para encarnar este último papel, que representa una etapa nueva en su vida, donde pasa de narrar desde la perspectiva de hijo a una narración más vulnerable sobre la dinámica de padre.
La historia está centrada en dos personajes: Johnny (Phoenix) y su sobrino de 9 años Jesse. Ambos no eran tan cercanos hasta que el padre del pequeño quien tiene un trastorno bipolar sufre un episodio maníaco y la madre de Jesse lo deja a su cuidado mientras va en la búsqueda de él. En este film vemos como estos dos personajes muy diferentes y con visiones de la vida particulares, mediante conversaciones y juegos logran formar un vínculo de padre e hijo, que les permite conocer la naturaleza de su carácter y la manera en la que ambos enfrentan la vida y el trauma.
Como todo drama, la trama tiene momentos donde se nos achica y se nos agranda el corazón . El sonido jugó gran parte, ya que al quitarle el color y presentarse como un documental en blanco y negro este absorbe todos los elementos que le dan vida a una historia como el sonido del mar o las voces claras a la hora de interpretar un diálogo.
Mike Mills crea desde su espacio personal, desde sus propios recuerdos.
De alguna manera cada historia se siente cercana y aborda con delicadeza temas como la salud mental, la pérdida de un ser querido hasta la pérdida de la identidad y como nuestra conexión con el resto o una breve interacción puede cambiar nuestra visión y narrativa de la vida.

LD
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